Faltan dos noches para la gran fiesta de conmemoracion del 50 aniversario de la llegada de Leonard al poder. Durante estos años ha ido cambiando, degenerando, callendo en una espiral de lujuria y decadencia de la que pocos se dan cuenta.
Al principio fue un principe estupendo pero despues, a medida que los años de astio le pesaban, fue delegando responsabilidades en ti y en otros, dejandose tiempo libre para sus secretas aficiones.
Amanda solo era la ultima de ellas ¿La ultima? No, habia otra niña transformada por el en alguna parte, una criatura mucho mas joven que la propia Amanda. Algunas veces te preguntabas hasta que punto comenzaba a estar enferma la mente del monarca pero no en alto, por supuesto.
El principe te llamo a su despacho, al llegar viste salir de el a Trakia aunque este no te vio o hizo como que no te veia, parecia tener otras cosas en mente y se marcho sin decir palabra.
- No entiendo a los Antiguos... no puedo comprender algunas cosas... olvidan su propio origen... al fin y al cabo, ellos también fueron mortales. ¿Cómo pueden llevarse tan mal con la tecnología?
Blaise pensaba esto mientras colgaba su teléfono móvil, tras una llamada al New York Times. Sabía que, casi cualquier Vástago de su edad, sería incapaz de comprender el mecanismo del teléfono. Aunque fueran jovenes por fuera, a veces desarrollaban costumbres de anciano, y esto irritaba a Sanford particularmente.
Cruzarse con Traika en estas condiciones se había convertido en algo casi cotidiano. Ambos vivían entrando y saliendo del despacho del príncipe. Esta situación se había repetido tantas veces, que ya habían aprendido a ahorrar tiempo en protocolo. Blaise entró.
La visión de Leonar siempre le intrigaba y le repugnaba a la vez. Este tipo era realmente poderoso, tenía el control sobre todo, sobre la vida y la muerte. Sobre sus hombros, pesaba la máxima responsabilidad. Sin embargo, en lugar de utilizar ese poder para hacer avanzar al conjunto de la sociedad Vampírica, lo usaba de forma casi exclusiva para su propio placer... siempre se había preguntado qué haría él mismo en la situación de Benoie.
Hizo una reverencia ante el príncipe.
- Majestad... ¿Qué deseáis de mí?
- Consejo.- fue su respuesta, cortante como un cuchillo, brebe y concisa.
- He descubierto que una chiquilla de West camina entre nostros y habita nuestras calles, he mandao a Trakia a que se encarge de la pequeña espia del sabbat, no ostante hay algo que no le confese al brujah.- Benoi hizo una pausa como si esperase no tener que hablar y que lo comprendieras por ti mismo pero deserto de su silencio y continuo pronto hablando.
-Lavenko.- dijo centrando el kit del problema.- Ese Gangrel pulgoso a estado ocultando a la chiquilla de West, cobijandola y cumpliendo las funciones de sire con ella. Tal vez algo mas que de sire...- deja caer y casi notas un atismo de celos en el.-... Deberia ejecutarlo por traidor pero toda su manada aullaria por venganza.- afirma dando un golpe rotundo en la mesa.
Intenta sosegarse de nuevo antes de volver a hablar, formulando al fin su pregunta.- Segun vos ¿Que deberia hacer con el?
Curioso problema el que presentaba el príncipe. Podía ser un decadente, pero era muy astuto; sabía darle exactamente el tipo de problema que a Blaise le gustaba.
- Efectivamente, acabar con él sería peligroso. No queremos vivir una situación de 'Rebelión en la Granja'... pero hay formas más eficaces de solucionar un problema de esta índole que recurrir a la violencia.
La vista de Blaise se posó enun punto indeterminado, enla esquina superior derecha de su campo visual, como hacía siempre que pensaba detenidamente en un problema que le interesaba.
- En mi humilde opinión, alteza, hay dos caminos viables para salir de este problema. Dado que ya le habéis encargado a Traika que acabe con la chiquilla, podemos utilizar eso a favor. Lo importante es desacreditar a Lavenko ante los suyos, para luego poder acusarle de traición sin miedo a que su camada le apoye. Para ello, podríais recurrir a su vínculo de lealtad a la Camarilla. Exigidle que mate a la chiquilla.
Dejó la sugerencia en el aire, permitiendo al príncipe que pensara que estaba yendo por un camino estúpido por unos segundos... disfrutaba enormemente haciendo eso.
- Traika la matará, no me cabe la menor duda. Lavenko se verá en la obligación de buscarla para eliminarla o protegerla, pero no la encontrará en ninguna parte. Fracasará en su misión haga lo que haga, y podrá ser acusado de incompetencia. Si descubre que ha sido eliminada por Traika, negadlo todo. Vos no disteis la orden. El sherif es fuerte, no lo niego, pero es una ficha completamente reemplazable en el mapa. Esta situación generaría una disputa entre ambos. Los dos sabemos de la ambición del sherif. Podéis aprovechar este momento de confusión para quitar poder a ambos. Si Lavenko tiene un apego real por la chiquilla de West, buscará la forma de atacar a Traika, produciendo un conflicto entre ambos y quedando vos limpio de culpa. En caso de que el gangrel esté realmente dispuesto a acabar con ella, quedará ante los suyos como un patán incapaz de adelantarse al brujah, que todos sabemos que no es muy astuto. Por el otro lado, si Lavenko no descubre la muerte de la chiquilla, podréis decir abiertamente que la ha dejado escapar para reunirse con West, lo que es traición. En cualquier caso, salís ganando, alteza.
Volvió a reflexionar un momento, permitiendo que sus palabras empaparan la mente del príncipe.
- Hay otra opción menos indirecta. Las acciones de Lavenko podrían calificarse de traición, pero no deseáis ser vos quien le acuse. Utilizad a un esbirro, alguien de probada lealtad y demostrada falta de inteligencia. Reuníos con Traika y comunicadle, como si fuera vuestro amigo, la preocupación que sentís por el caso Lavenko. Hacedlo en un lugar público, cerca de los oídos de Freeds y su manada de espías... contaminad la información. Que toda la ciudad sepa lo que ha hecho Lavenko, y que sepa también el sufrimiento que os produce el tener que acusarle de traición. Si, es cierto, mostraréis un instante de debilidad, pero será por el bien mayor. Traika, Freeds, o cualquier Vástago medianamente fiel a la camarilla, no dudará en acusar a Lavenko, y vos tendréis que haceros cargo, a vuestro pesar, de eliminarle. Su manada no podrá decir nada, al fin y al cabo se trata de un traidor.
Se apoyó en la pared y utilizó sus manos como un prestidigitador para ilustrar al príncipe.
- En resumen: Encargad a Lavenko que elimine a la chiquilla, que para entonces ya estará muerta. O comunicad vuestras dudas a Traika de forma que Freeds se entere de todo. Cualquiera de las dos opciones acabará con Lavenko pronto, atajando de raiz cualquier amago de rebelión por parte de los perros.
Suavizó el tono, lo endulzó con miel y algodón.
- Sois un Vástago sensible, eso lo sabe todo el mundo. Vuestra propia empatía es vuestra principal arma. A nadie le sorprenderá veros dolido por tener que acusar a Lavenko. Forzad una amistad con él; inventad recuerdos comunes y, cuando él los niegue, recurrid a vuestra propia sensibilidad para ganar la razón. En realidad, el problema es muy sencillo. Supongo que sólo me habéis llamado para confirmar veustro propio plan; yo sólo me limito a repetir lo que ya pensáis. Sin embargo, sabéis bien que es un placer poder servir de ayuda, aunque sólo sea de mero espejo para vuestros pensamientos.
Eres maléfica. Justo cuando entro en el modo 'buena onda' con Lavenko, me tiras la bomba y me transformas de político preocupado por el bien común, en lagarto retorcido y pernicioso... ¡Gracias!
- Si, ya habia pensado en ello.- dice casi con astio despues de escucharte.- De echo mi decision ya esta siendo ejecutada. Voy a enviar a Lavenko a dialogar con los garou, rapido y sencillo. Si la manada quiere vengarse por mi puede meterse entera en su territorio y quitarme dos problemas de la cabeza al mismo tiempo.
Hace una pausa y prosige.- En realidad era una prueba, queria saber hasta que punto apreciabais a Lavenko, si lo hubierais protegido os habria mandado de apollo diplomatico con los garou.- dice con una sonrisa, en tono de broma pero sabes que es muy capaz.
Un ventrue de buen rollo pierde mucho ^^
Con cierta inevitable tensión, Blaise rió ante la ocurrencia del príncipe.
- Excelente, majestad. La solución garou supera con creces cualquier consejo que yo pudiera ofrecerle. Sin embargo, agradezco la oportunidad que me ha brindado para expresar mi punto de vista, mis lealtades, y para aprender de su buen hacer como estratega político.
Evaitaba mirarle a los ojos. Sanford sabía perfectamente lo mucho que apreciaba esto Leonar.
- Yo tendría, además, extremo cuidado con Traika. Por algún extraño motivo, parece pensar que es una pieza insustituible en nuestro entramado; y todos sabemos que, en esta ciudad, el único insustituble es su alteza. Si lo deseáis, puedo mover mis hilos para que llegue a oídos de Lavenko que el sherif mató a la chiquilla sin el consentimiento de su majestad. Enfrentar a estos dos sólo puede traer buenas consecuencias.
Las manos juntas, en actitud humilde, daban a Blaise el aspecto Rasputiniano que se esforzaba por ocultar cada noche rapando su cabello y afeitando su barba. En ocasiones, era más que positivo dejar claro quién era.
Sobra decir que, hasta que no termine la partida, o hasta más adelante, no deseo de ninguna manera que esta escena sea pública!
(Lo preguntaste en el Foro y no te contesté; lo aclaro para las generaciones venideras).