Partida Rol por web

-Novia mia? Que te hace pensar que tengo alguna pareja fija?? +pregunta, mirandote extrañado+... O sera que ya estas familiarizandote con las costumbres femeninas de inventarte cosas..

Van llegando al barco. Hay un carro junto a la pasarela, donde la mujer del pasaje esta haciendo cargar las cajas. No por los marineros, sino por dos enormes brutos, orcos por lo que parece.

No, no... Lo digo porque conmigo se crispó toda, ya desde el principio, sin conocerme siguiera...

Se podría decir que si los halruyanos tenían un don para la magia, los turmishanos tenían un don para sacar de quicio. O más concretamente, Bramo lo tenía.

...mientras que contigo era todo dulzura, como si se mease en las bragas al verte.

En realidad, la charla entre Shalara y Sorgi no pasó de cordial, una normalidad a la que el mago no estaba acostumbrado.

Por eso supuse que entre vosotros dos había algo.

Cuando se iban acercando a los orcos, Bramo se puso tras Sorgi para caminar en fila india y poder así superar más facilmente el obstáculo que suponían el carro y los dos orcos como armarios.

-Modales, cortesia, incluso descarado servilismo. Para negociar con mujeres, son cosas a tener en cuenta. Y que hallamos compartido cama alguna vez.... Eso tambien ayuda con todas. O bueno, casi todas.

Suben al barco, mientras el carro esta listo y los orcos empiezan a arrastrarlo. La mujer te mira una ultima vez, algo extrañada. Y seguidamente se meten en la isla, en direccion al centro, donde un gran edificio rectangular se alza.

Sorgi la sigue con la vista,menea la cabeza negativamente y chasquea los dedos con estruendo. Los marineros, que estaban descansando, se paran y aprontan los aparejos para partir. Todos te miran, y alternativamente al capitan, pero no hay preguntas por ahora.

-.. al diablo, no es mi problema. +gruñe este+ Vamos a casa.  Bra... digo, Esther, eso era no? Si quieres te quedas a ver el paseo de regreso, pero es igual que el de venida. Cuando estemos arriba, te indicare un lugar donde podran acomodarte la ropa a algo mas... acorde, a tu nueva situacion. ¿Estamos?

Modales... Cortesía... Compartir cama... Todo eso puedo hacerlo-dijo con su nueva voz de mujer.

Al subir al barco no hay mucha excusa que pueda poner. Su cuerpo ha cambiado, pero sus ropas siguen siendo las mismas. Cualquier cosa que dijese ahora mismo no convencería a nadie. Durante unos segundos de desconcierto, devuelve la mirada a los confusos marineros. Entonces, Sorgi le llama.

¿Quién? ¡Esther, sí, soy yo! ¿Qué le pasa a mi ropa?

Miró hacia abajo. Sus atípicas ropas para un mago. Esa vestimenta tan cómoda de montaraz que compró al abandonar las alcantarillas con Arávilar y Lilith, y una túnica maloliente. Al transformarse en mujer, su estatura había disminuído unos centímetros, en la media de lo que sería una hembra de su raza. Ahora, el cuero ceñido le quedaba grande.

Eh... Me quedaré junto al timón hasta ver Aguas Profundas, Capitán.

Asiente. La nave pronto es despegada de la darsena y vuelve al rio, deshaciendo camino. A poco de llegar, en medio de la laguna, lentamente comienza a ascender. Sorgi relaja las manos en el timon, observando mientras la magia de los guardianes vuelve a disminuir el tamaño de la nave y su contenido a uno adecuado al estrecho ducto. Te mira a su lado. Su mano da una palmada en tu trasero, comprobando algo. 

-...Bueno, Esther, digamos que tu primer viaje ha sido bastante peculiar. Ya veremos que otras cosas suceden en los proximos... Y mientras, puede que lleguemos a conocernos mejor... 

Te guiña un ojo. La tripulacion en cubierta los mira. Una risita queda surge de algun lado. Estos seran unos dekhanas muy largos...

Bramo se frota la zona de la palmada. No le ha dolido, pero le ha descolocado bastante. Y poco a poco empieza a recordar cómo hace unos minutos estaba inconsciente en un bote, completamente indefenso (¿o sería indefensa?) ante todo lo que Sorgi le quisiese hacer. Un escalofrío le recorre la espalda. Pero no quería ser abandonado en Puerto Calavera. Si quería volver a la superficie, le tocaba tragar con todo... con las esperanzas de que no fuese literal.