El obispo de Cuenca, Lope de Barrientos, ha quemado en el claustro
Convento de Santo Domingo el Real (Madrid) algunos libros y manuscritos de
Enrique de Villena, antiguo Maestre de Calatrava, tras su muerte. La causa de la
quema han sido sus malas relaciones y la fama de nigromante del Marqués.
Sin embargo, uno de sus súbditos más ancianos, el antiguo caballero calatravo
Ramiro de Alfambra, contratará a un grupo (los PJ) para que le acompañen
hasta Calatrava la Vieja, sede de la Orden, para guardar allí un importante
volumen salvado (el Tratado de Astrologia), ya que una minoría de caballeros
ofrecieron su confianza al Marqués cuando fue el repudiado Maestre hace unos
años. Lope de Barrientos removerá Cielo y Tierra (y espadas) para evitar que
ese libro llegue a su destino.
Escena 1: el jugador es llamado por un familiar (hermano del PJ y párroco de una iglesia de la ciudad, además de ser siervo del obispo Lope de Barrientos), para ayudarle en un asunto de letras, dada su capacidad en ellas, y una vez reunidos ambos acudirán al monasterio de Santo domingo el Real. Allí se encuentra el obispo Lope de Barrientos, y tras las debidas presentaciones, el obispo le pedirá al PJ encontrar un libro en concreto que ha de estar entre las gigantescas pilas de libros por allí acumulados, con el título el Tratado de Astrología. Su autor: Enrque de Villena, segundo marqués de Villena, ya fallecido. Tiradas de Descubrir, y Leer y escribir
- Si superan alguna tirada, encontrarán un libro firmado por las siglas HC, que corresponden a Hasdai Crescas, un pensador/filósofo judío de Zaragoza. Se trata del sobrenombre o apodo con el que Villena a veces escribía algunos textos para ocultar su nombre. En tal caso el obispo se alegrará del hallazgo, tomará el libro, e invitará al PJ a acudir al evento del día siguiente (al amanecer), en el claustro (ni el hermano del párroco sabe qué puede ser). Luego se marchará, no sin antes agradecer al PJ su buen hacer y, además, le citará de nuevo al día siguiente al claustro del monasterio. El PJ podrá pernoctar en el convento.
- Si no superan la tirada, el Obispo, antes de irse a descansar, ordenará a sus siervos encontrar el volumen toda la noche (PJ incluido), donde el Director puede requerir más tiradas de Descubrir/Leer y Escribir para encontrarlo, aunque ello les reportará un malus del 5% en acciones físicas durante el día siguiente por el cansancio. Llegará el amanecer y será Xelasio quien informe al PJ que el obispo va a efectuar un evento en el claustro, y deben quedarse, que no es sino la quema de la pila de libros de don Enrique, tal y como manda Su Majestad XXX).
En cualquier momento de la búsqueda, el siervo del PJ, quien transporta los libros de la colección desde las celdas de las monjas (donde están malamente almacenados) hasta el scriptorium (donde buscan entre las pilas de volúmenes), creerá ver en uno de los viajes (y una vez sea ya de noche) a alguien fisgando entre las columnas del claustro (y las monjas ya deben estar acostadas según su regla eclesiástica). EL jugador puede ojear pero no encontrarán nada (sólo con un crítico verán alguna sombra pero no darán con el espía --> Es Ramiro de Alfambra, ver escena 2, vigilando lo que se hace en el scriptorium).
A la mañana siguiente, el Jugador será testigo de la quema de los libros del difunto don Enrique, Marqués de Villena, ante la atenta mirada del Obispo, sus súbditos, el hermano del PJ, más autoridades eclesiásticas (incluso un camarero real), varios nobles de la ciudad y la totalidad de las monjas jerónimas el convento de Santo domingo el real. Una tirada de Descubrir (bonus de +25%), podrá hacer advertir al PJ que el obispo no está muy contento (muy distinto del momento de encontrar el libro). --> El motivo, que podrá deducirse después, es que el libro que tal vez encontró el PJ es una burda copia falsa, para despistar, del Tratado de Astrología; el verdadero lo tiene Ramiro de Alfambra (ver a continuación). Opcional: --> También advertirá a una sombra en la quema, entre la multitud, con la misma descripción que dio el siervo del PJ la noche anterior. Si tratan de buscarlo, no lo encontrarán.
Escena 2: días después, el PJ, se aloje donde se aloje, será visitado por Ramiro de Alfambra, quien se presentará y le dirá que él estuvo en la quema de la biblioteca del marqués (y allí pudo verle) [[¿porqué estaba allí Ramiro?]]. Ramiro le pedirá un favor grande, que sólo un buen cristiano, hombre de letras, hombre honrado, etc. (según el arquetipo de PJ), pueda concederle: acompañarle a Villaseñor, lugar donde reside, situado en la orilla sur del Tajo, a medio camino entre Toledo y Yepes. Y es que los caminos no andan demasiado seguros en esos tiempos. Tras aceptar (incluso con alguna paga), se pondrán en marcha. Durante el camino pasarán dos aldeas (Bragadillo y Majorillas y una posada donde pararán a descansar. Media hora después de abandonarla advertirán a lo lejos la reiterada presencia de ciertos visitantes: alguien les sigue desde lejos (si intentan darles caza, desaparecerán) (se trata de hombres armados del obispo de Cuenca, que va tras el libro, y para despistar al pj, Ramiro le preguntará si tiene problemas con la justicia o algo que deber a alguien).
Escena 3: La pequeña comitiva llegará de noche al castillo de Valdenaguas, a media legua al norte del tajo. Es un buen lugar para pasar la noche, y además, están muy cerca del destino. Su dueño es Rosauro de Trigalejo, un noble cuyos antepasados, al servicio de Su Majestad Enrique el Doliente, hubieron de ganarse favor del monarca, y con ello el castillo y sus tierras aledañas. Esa misma noche, en la llegada, se está celebrando un banquete debido a la partida de caza tan prolífica que el rey se ha marcado, y por supuesto, serán invitadas a ella. En ella podrán conocer algunos invitados (nobles de la zona), y un juglar llamado Beltrán de Castromayor comenzará a tocadr la flauta y cantar unos versos a la esposa de don Rosauro. Mientras esto ocurre, con unan tirada de Descubrir, el PJ podrá advertir que alguien le observa desde una de las mesas. Se trata de Julián de Confroy (si interactúan con él se presentará sin más), un cortesano de Burgos también de paso que se dirige a los Yébenes (según dirá, claro). En cierto momento, Ramiro se ausentará al sentirse indispuesto o al querer ir a descansar a las habitaciones, pero no regresará, pues, antes o después, Confroy acabará matando o envenenando a Ramiro de Alfambra. Al ser descubierto, en los últimos estertores añadirá unas últimas palabras: "Llevamos con nos el Tratado de AStrología, del marqués don Enrique (Enrique de villena). Lleva el libro a Villaseñor y entrégalo a mis hermanos del Temple. Ese libro no puede llegar a manos del obispo: honra el recuerdo del marqués".
Nota: Confroy no es noble ni cortesano, sino uno de los múltiples espías entre los súbditos del obispo de Cuenca para recuperar el libro de Ramiro. Este morirá, a manos del PJ, o bien a manos de los guardias del castillo de Valdenaguas
Escena 4: sea el momento que sea en que se ponga en marcha el PJ, le quedará un último tramo: llegar al puente del Maceredo (un antiguo puente romano que fue destruido y reconstruido varias veces por tropas tanto cristianas como árabes), y alcanzar Villaseñor, a un cuarto de legua del puente (algo más de 1 KM). En ese tramo habrá los hombres que les perseguían a lo lejos los días anteriores no se esconderán y les saldrán al paso, enfrentándose al PJ. Si la cosa se tuerce demasiado, serán los hermanos templarios de Villaseñor, compañeros Ramiro de Alfambra y antiguos frailes del Temple, quienes acudan en su ayuda (de manera fortuita, claro), y sean ellos quienes salven al PJ. El libro habrá llegado entonces a sus manos, con lo cual se lo agradecerán, entregándoles algúna pertenencia de Ramiro (una espada, una armadura, algo).
FIN
¿Qué ocurre si el PJ no escolta a Ramiro? (Escena 2)
En ese caso será el Obispo Lope de Barrientos quien vuelva a pedir ayuda al PJ, diciéndole que ha descubierto algo: el libro que buscaba lo tiene un tal Ramiro de Alfambra (sea porque no lo encontraron o porque tiene el verdadero). El caso es que ese hombre sabía de su importancia, lo salvó de la quema y se lo ha llevado. Su última pista está de camino a una posada tras la aldea de Majorillas. Allí podrán decirle que vieron a un hombre anciano, y parecía dirigirse al castillo de Valdenaguas.
En el castillo se celebrara el banquete, y antes o después encontrarán a Ramiro de Alfambra malherido o envenenado, a punto de morir, en cualquier lugar del castillo (un dormitorio, una cocina, una cuadra, etc). El autor es Confroy (pues en esta versión no está al servicio del obispo, sino que va por libre). Ramiro, en sus últimas palabras, podrá revelar que ese libro "debe ser devuelto a los hermanos del temple de Villaseñor, y que él era un antiguo caballero templario".
Después, lo lógico es que el PJ reanude la persecución de Confroy. Éste se refugiará en una torre abandonada, la cual es el hogar de una criatura (pensar). Lucha final. Luego podrá devolver al obispo o a los templarios el libro.
El año 1434 es una fecha clave en la vida de fray Lope de Barrientos. Nombrado confesor de Juan II, ese mismo año el monarca le exige que, en su calidad de teólogo, expurgue la biblioteca del escritor Enrique de Villena, condenando al fuego las obras —medio centenar— que pudieran atentar contra la verdad cristiana. El episodio, magnificado para atacar a Barrientos, ha recibido variadas interpretaciones a lo largo del tiempo, que no ha evitado asociarle con una faceta de censor intolerante e, incluso, un plagiador de Villena en beneficio de sus propias obras —particularmente su Tractado de la Adivinanza—. Este hecho, que ha podido oscurecer los muchos méritos de la larga vida de Lope de Barrientos, pues lo muestra como un representante del escolasticismo recalcitrante frente a un Villena prehumanista y progresista, ha sido recientemente rebatido. Así, se ha insistido en la injusticia de esa visión, ya que las obras del dominico son muy diferentes a las del escritor expurgado, tanto en el método de trabajo como en las fuentes en que se inspiran.
Adyacente al arrabal de San Martín se encuen-
tra el convento de Santo Domingo el Real (29),
que fue fundado en torno al 1218 por cuatro
religiosos compañeros de Santo Domingo de
Guzmán. Desde sus inicios fue usado como
monasterio femenino donde ingresaban
mujeres de distintos estratos sociales que
escuchaban la llamada del Señor. El convento
está directamente conectado con la villa por la
puerta de Valnadú, gracias a un puente que
salva el desnivel del barranco de las Hontani-
llas. El convento tiene una modesta iglesia con
un claustro que da acceso a la sala capitular,
el refectorio y a las estancias de las religiosas,
que en la mayoría de los casos son dormito-
rios comunes con varios camastros. Alrededor
del edificio principal hay otras construcciones
dedicadas a las diferentes labores que reali-
zan las religiosas. Casas de labranza, cuadras,
almacenes, cilla, telares, hornos, scriptorium,
biblioteca, etc. Todo el complejo monástico
está rodeado por una tapia que impide la
salida y acceso al recinto salvo por la puerta
principal, donde algunos legos controlan la
entrada sobre todo cuando cae la noche.
am-
plio espacio diáfano denominado plaza de la
Paja (25), que desciende hacia el barranco for-
mado por el arroyo de San Pedro. Compite en
importancia comercial con la plaza del Arra-
bal, pues en ella se celebran importantes mer-
cados de productos frescos.
Entre otros productos es notable la venta de
paja que se entrega como diezmo a la parro-
quia de San Andrés. Esta paja también sirve
de alimento para las mulas que usan los ca-
pellanes para pasear. En esta colación se mez-
clan familias cristianas de origen noble, como
los Vargas o la familia de González de Clavijo,
con familias menos adineradas tanto cristia-
nas, como musulmanas y judías.