Partida Rol por web

La tierra de detrás de los bosques

1472-1492 d.C. La sangre llama a la Sangre

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22/11/2013, 15:46
Vlad Drácula

Drácula se acerca con calma hacia la cueva, sin mostrar miedo alguno. ¡Yorak!, grita. ¡Me estás buscando! ¡Aquí estoy! , Vlad se vuelve  y añade, Amigos míos, sois vampiros, ¿no? Venid conmigo. Sin rechistar y sin mostrar miedo el grupo se encamina hacia la entrada siguiendo al sangriento conde.

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22/11/2013, 15:50
La catedral de carne

Mientras el latido se hace cada vez más fuerte, la cuadrilla nota que están entrando en una gran cámara. Las arterias en las paredes son de un tamaño monstruoso, y los tubos azules y rojos ascienden en espiral hacia el techo.

Suspendido en la telaraña de arterias en medio de la catedral espera Yorak, que se deleita en la obscenidad expresando su satisfacción con una gran variedad de formas. Hace mucho que la evolución rechazó sus mil cuerpos. Partes de su masa han sido esculpidas como miembros que la naturaleza nunca proyectó, pero las visceras pulsantes se transforman poco a poco, contrayéndose y adoptando una guisa vagamente humanoide. Cuando la mutación se completa, en el centro de la cámara aparece un anciano.

El Matusalén extiende los brazos y Drácula obedece, acercándose lentamente hacia su nuevo maestro como una novia dirigiéndose al altar. El tapiz carnoso tiembla expectante. Yorak echa hacia atrás la cabeza, mostrando sus colmillos serpentinos. Mientras Vlad cae indefenso en el abrazo del Anciano, éste se acerca poco a poco a su garganta.

La punta de uno de sus colmillos perfora la piel del Empalador. El Matusalén duda. Algo va mal. Una única gota de sangre de Drácula cae al suelo.

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22/11/2013, 15:51
La catedral de carne

La carne de la Catedral no puede resistir el éxtasis por más tiempo y los muros tiemblan con los espasmos de un orgasmo. Fluidos biliares surgen de todos los orificios, inundando el suelo con una película viscosa. El firme comienza a temblar.

La entrada a la cámara se cierra como un esfínter contraído. Yorak grita, levantando la cabeza siseante ante la trampa. De su cuerpo surgen mil llagas en forma de bocas, exudando un repugnante hedor y emitiendo lamentos de rabia. Está aterrado, pues comprende que la Catedral de la Carne está preparada para golpear, canalizando su voluntad en una devastador acto de rebeldía contra la criatura divina que le ha torturado durante milenios. De todas direcciones surgen tentáculos con colmillos, fijándose por todo el cuerpo del Matusalén. Fauces llenas de mandíbulas caninas devoran sus músculos trémulos mientras venas sinuosas se enroscan en sus extremidades y pinzas de crustáceo destrozan los huesos expuestos. Una probóscide tubular chupa la vitae con deleite.

El tapiz empieza a vomitar, arrojando a la cuadrilla por un esófago. Las entrañas sufren espasmos, forzándoles a salir al exterior mientras son evacuados hacia la superficie. Tras ser expulsados por incontables corredores, son arrojados por los aires para aterrizar contra el suelo. La entrada del templo será sellada con una carne dura, rechazando cualquier intento posterior de invasión

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22/11/2013, 15:51
Tiberiu

Tiberiu está a su espalda, rezando con fervor. La mera contemplación de la escena ha sido demasiado para él. Se arrodillará frente a la entrada de la Catedral con los ojos abiertos y la boca cubierta por una espuma sanguinolenta. No hace más que repetir una palabra una y otra vez,  Kupala... Kupala... Kupala...

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22/11/2013, 15:51
Vlad Drácula

Drácula tratará por todos los medios de mantener la compostura, pero parece tenso después del incidente. Se acabó, dice. Si decido unirme a los vuestros, debo hacerlo con mis propias condiciones. Pero no así. Se acerca a uno de los caballos y monta con rápidos movimientos.

Tirando de las riendas gira el caballo y añade, Me habéis protegido en un camino traicionero y estoy en deuda con vosotros. Muchas gracias. Las palabras “gracias” suena forzadas en la boca de un ser que ha predicado tanto dolor y muerte. El Hijo del Dragón pone al trote al negro corcel y se aleja en la noche para enfrentarse a su destino, alejándose de la destruida Catedral.