Partida Rol por web

Derek sentía el calor del fuego y como empezaba a traspirar como resultado del calor y la incomodidad. Las puertas estaban abiertas y sin custodio, ya que nadie en su sano juicio se atrevería nunca a allanar tal sitio... Lo cual no decia mucho a su favor.

-Un sitio realmente acogedor...

Al entrar, el lugar es aun mas aterrador, cadenas colgando del techo, sangre reseca por el suelo, grilletes en las paredes, una losa de marmol del tamaño de una cama, como si de un altar o una camilla se tratase. Candelabros con velas a medio consumir... realmente daban ganas de salir corriendo.

Pero algo llamo tu atencion. Habia una pared en el fondo, toda llena de nombres, nombres en arabe, chino, geroglificos. y entre ellos un hueco, un sitio en el que casi podias ver tu nombre escrito, lo primero que pensaste al ver tal hueco fue, ahi va mi nombre, no sabes porque, pero lo pensaste.

Miró a un lado y a otro ¿Todo había sido un sueño? No, lo sentía todo diferente. No era como cuando te despertabas, aquello era nítido incluso ahora. Se puso en píe de un salto al ver a los cadáveres, puede que su vida hasta ahora no hubiese sido fácil, pero aun así era la primera vez que veía un cadáver en directo, sin contar los velatorios. 

-¡Joder están muertos!

Observo el lugar para comprobar que todo estaba relativamente tranquilo, parecía que todo el follón de ataque terrorista o la explosión de gas o lo que hubiese ocurrido ya había pasado, pero desde luego había muchas cosas que no entendía y que su cabeza por mas que se esforzaba no lograba encajar.

-¿Guardianes del velo? Quieres decir... ¿La pasma? ¿Has matado tu a todos estos? Mierda tio, creo que es el lío mas gordo en el que he estado nunca, y normalmente me los busco yo, pero este los supera por mucho...

- Tranquilizate, no los he matado yo... bueno, a alguno si... - camino un poco por la sala hasta llegar a el encapuchado ensartado por la espada- es una suerte tener una espada no crees?- y al quitarla de el cuerpo del hombre, esta cogio el tamaño de un abrecartas- estos eran los causantes de todo el alboroto, me ha costado bastante mantenerte con vida mientras todo el mundo se desmoronaba a nuestro alrededor-

Se giro hacia ti, no sonreia, aunque parecia que lo hacia cuando hablaba de espaldas a ti, por su tono, sus frases y la incoherencia de todo.

- si, los guardianes del velo son la policia especial, ya me entiendes como eso de los de asuntos internos, el fbi, y todo ese tipo de cuerpos especiales- tendio de nuevo la mano hacia ti- me llamo Marte, se que es un nombre extraño, pero es mejor tener un nombre raro que ir cantando uno que pueda rastrear "la policia"-

Al chico se le pusieron los ojos como platos al ver como la espada se convertía en un pequeño abrecartas y no pudo contener la excitación.

-¡Guau! ¿Que mierda es eso? Me dices que me tranquilice y me estas hablando de cuerpos especiales y andas por hay con esa... espada que se miniaturiza.. ¿Eres de la NASA o algo así? 

El chico estrecho la mano de Marte con firmeza, no sabia lo que era, pero ese tipo le caía bien, después de todo lo había salvado. Ya le preguntaría mas adelante por el extraño apodo.

-Te agradezco que me vigilaras las espaldas Marte. Yo soy Michael, Michael Gibbs. ¿No tendrás mas cosas de esas? Yo solo tengo una navaja..

Aún abrumado por la decoración del interior Derek se atrevió a ojear el muro, repleto de nombres. Aquello no le convencía, nada bueno podía salir de aquello. La "iluminación", como bien había dicho Belzorath, le seria dado por los diablos. El conocimiento tenía un precio ¿pero cual sería el coste? Desde que habían empezado las pesadillas también había empezado a rememorar su niñez y a su madre ¿A caso terminaría igual que ella? No, él no era como ella, sabía interpretar las señales y aprendería a ver.

No vio martillo o cincel, solo tenía que desearlo y su nombre quedaría escrito.

-Mi nombre es Derek, Derek Thompson, Belzorath -Gritó, haciéndose oír, por si el señor del laberinto se encontraba observando. -¡Y reclamo lo que se me prometió!

Al estrechar la mano todo cambio... la sala se estiro un momento y luego todo dio vueltas, como cuando tienes fiebre. Parece que todo se estira, luego cambia de sitio y las cosas toman formas diferentes....

- Nooo!! debias haber vuelto al mundo caido!- rugio una voz desde fuera y una mano sombria enorme entro por la puerta, mientras la voz infernal se escuchaba fuera- Haber vuelto al mundo Caido!- la mano con garras rasco la pared y luego el suelo ante ti- Maldito seas mil veces por querer robar la esencia del pandemonio!- Mientras el demonio rugia fuera, viste tu nombre gravarse solo en la pared. Derek Thompson. Y entonces todo volvio a volverse borroso...

Richard tardo un instante en orientarse, aprovechando que la criatura infernal de 4 patas, estaba temporalmente aturdida por aquel misterioso fuego que broto de sus manos.

En mitad del espacio, se alzaba una torre blanca, de pura luz, a Richard parecía reconfortarle, su corazón le pedía que hiciera caso al vagabundo, después de todo, deseaba que toda aquella pesadilla terminara.

Que otra opción tenia? Corrió hacia aquel faro de esperanza, lo más rápido que le permitieron sus pies.

El faro estaba cada vez mas cerca, notabas como un mareo al acercarte y te viste envuelto en un remolino de esencia, algo que nunca antes habias sentido, un tornado de misticismo liquido y gaseoso te envolvio y por un momento te mareaste, pero cuando volviste a ser consciente, te encontrabas en lo alto de ella, en frente de ti una estatua de un angel de rodillas.

El lugar era extraño, podias sentir que era tan real como la vida misma, no... Era incluso mas real que cualquier cosa que hubieras conocido hasta ahora. Justo en frente del angel de rodillas habia una puerta la cual conducia a una sala vacia. En las paredes de esta sala brillaban varios nombres en llamas de color carmesi, pronto viste un sitio entre esos nombres y lo primero que te vino a la mente fue poner el tuyo alli. No sabias porque, no sabias donde estabas ni como habias llegado, pero por primera vez en tu vida, estabas realmente segudo de algo, alli debias poner tu nombre.

Confuso por los acontecimientos que sucedían, parecía que la salida de ese lugar enigmático estaría en la torre. Con curiosidad, se dispuso a subir aprovechando el sendero que se había formado, para saber qué le esperaba en la cima de la misma.

Caminaste hasta la torre o lo que podria ser una torre, mas bien parecia un gran arbol hueco por dentro. Tan grande como un complejo de viviendas. La puerta de plata y otros metales nobles estaba entreabierta, como invitando a entrar.

La fauna y la flora eran estaticas alrededor de este lugar, como si el tiempo estubiera detenido. Que pasaba con el tiempo a tu alrededor ultimamente? aquel cafe de la mañana te habia sentado realmente mal... porque esta alucinacion parecia incluso mas real que la vida misma.

En el interior de la torre viste un gran muro, con miles de nombres escritos en el. Como si formaran constelaciones, estaban dispersos y desordenados unos mas cerca que otros. Entre los nombres viste un hueco donde podia encajar perfectamente tu nombre. Sentiste la necesidad de escribirlo, pero no sabias ni porque.

Richard quedo maravillado por la belleza y vivacidad de la estatua, parecía que en cualquier momento iba a devolverle la mirada. Se adentró por la puerta que había detrás del ángel, la estancia era espaciosa y llena de luz.

Había decenas de nombres grabados a fuego en aquellos etéreos muros. Richard no reconoció ninguno, sin embargo, sintió la imperiosa necesidad de inscribir el suyo, de alguna forma le parecía de importancia vital.

Alzó la mano derecha, y de su dedo índice brotó una luz carmesí, y como si se tratase de un cincel al rojo vivo, talló su nombre sobre aquel muro. Tan pronto como hizo el último gesto al terminar de escribir su rúbrica, sintió un escalofrío por todo el cuerpo, algo en su interior le decía que aquello, seria para siempre.

Tras escribir tu nombre en el muro, el cincel desaparecio, el fuego en tu mano tambien, tus alas... la estatua de el angel se combirtio en una simple estatua normal... los muros desaparecieron y te viste en lo alto de una torre de la facultad, donde se guardaban trastos viejos.

En la puerta estaba el, el vagabundo al que viste luchar con una espada, volvia a presentar el aspecto desaliñado, su ropa vieja y su barba de hacia semanas. Te miraba, su gesto era neutro - y esto que as experimentado, no es el resultado de ninguna droga amigo mio. Soy Marte, y si me permites, puedo explicarte que es lo que te ha ocurrido... porque estas aqui, que era ese sueño en el que escribias tu nombre... se que ha sido todo muy confuso hoy... y a penas ha empezado el dia. El atentado en la cafeteria... las alucinaciones... - tendio la mano hacia ti para formalizar su presentacion.

De repente la luz, los nombres,… todo se esfumó. Ha sido un sueño? Quizás alguna droga en el café? O la falta de descanso por los recientes casos me ha jugado  una mala pasada?...  -pensó Richard. Se encontraba en el último piso de la facultad, dentro de una cochambrosa habitación. Cuando se dio la vuelta, allí estaba el vagabundo que había visto en la cafetería.

- Y esto que has experimentado, no es el resultado de ninguna droga amigo mío. Soy Marte, y si me permites, puedo explicarte que es lo que te ha ocurrido... porque estas aquí, que era ese sueño en el que escribías tu nombre... sé que ha sido todo muy confuso hoy... y apenas ha empezado el día. El atentado en la cafetería... las alucinaciones... - tendió la mano hacia el para formalizar su presentación.

Richard se mostró escéptico al principio, con una expresión de asombro y estupefacción, sin embargo, como podía olvidar todo lo que había visto? Si fuese un sueño o una alucinación, ¿Cómo sabia el vagabundo todo lo que era producto de su imaginación? No, era imposible, aquello tuvo que ser real, había perdido la radio, y tenía el uniforme hecho polvo.

-Pero como…? –A Richard no le salían las palabras. El vagabundo parecía extrañamente amistoso. Cuando Richard logro recuperar un poco de compostura, le devolvió el apretón de manos.

-Pero como lo has sabido? Que ha pasado exactamente ahí abajo? Qué demonios eran esos monstruos? Dios mío, tengo tantas preguntas…

Los 2 salieron poco a poco de la habitación, mientras distintas ideas se cruzaban en su mente, dijo:

-Por cierto…, me llamo Baker, Richard Baker.

Al abrirse el sendero, Vash comenzó a avanzar sobre él. Se empezaron a formar peldaños entre la vegetación y el camino ascendía lentamente. El tiempo se comportaba de manera extraña. A veces tenía la sensación de no haber avanzado nada y otras tenía la sensación de que con un paso más bastaría con llegar hasta el final.

Un gran muro cerraba el paso del camino. Muchos nombres habían escritos en él, y un hueco a su altura para poder escribir otro. Vash quería escribirlo, pero no tenía con qué hacerlo. Ojeó una pequeña en el suelo, y pensó rasgar el muro con ella. A cada carácter que escribía le seguía un brillo similar al de las estrellas, hasta que finalmente escribió totalmente su nombre en el muro. 

Al estrechar la mano todo cambio... la sala se estiro un momento y luego todo dio vueltas, como cuando tienes fiebre. Parece que todo se estira, luego cambia de sitio y las cosas toman formas diferentes....

Y de pronto, todo se apago. Te notaste un fuerte dolor de cabeza y algo pesado encima de ti. Cuando abriste los ojos, Neptuno estaba sobre ti, inerte. Le salia algo de sangre por la boca, su mirada era vidriosa y perdida. Estaba muerto y encima de ti. Ambos contra un monton de escombros.

Cuando saliste de su "presa" de sus manos calló un colgante plateado con simbolos dorados. Tenia dibujado un mapa de europa y varias posiciones lunares dibujadas en el cielo. El cuerpo inerte se desplomo sobre los escombos al apartarte dejandolo al descubierto, eso y unos cuantos tiros en su espalda, ademas de un agujero profundo en el hombro izquierdo.

 El mero hecho de tener un cadáver encima hizo estremecerse al propio Vash, apartándose bruscamente de aquella persona que parecía haberle salvado. Observó la zona, por si el peligro todavía acechaba por la facultad, y que aquellos extraños hombres no acabaran también con su vida. De la mano izquierda de aquel hombre se soltó un colgante. Vash lo cogió. Era plateado, y parecía contener un mapa europeo. La cadena de acontecimientos, ese extraño sueño... parecía que era imprescindible la presencia de Vash en ese lugar, como si tuviera que suceder a alguien, o algo. Miró el mapa la posición más cercana a su ubicación, y decidió abrirse paso hasta el punto más cercano, sin ponerse en peligro.

Al coger el colgante y mirarlo, este empezo a brillar y todo cambio... la sala se estiro un momento y luego todo dio vueltas, como cuando tienes fiebre. Parece que todo se estira, luego cambia de sitio y las cosas toman formas diferentes....