Partida Rol por web

Me aparto del arma cortante del soldado y rapidamente coloco otra flecha en la cuerda del arco que no tarda en salir directa contra él.

La flecha golpea limpiamente en el pecho y envia al guerrero directamente al suelo por la fuerza del impacto, no vuelve a levantarse.

Mientras el elfo toca a forjado mientras salen chispas de su mano pero no parece afectarle, e intenta separarse.

Alain

Enemigo 4

Forjado

Arraman 

Vermyr

Hurin

Enemigo 5

Mientras el elfo se estaba concentrando para lanzar un conjuro, el Forjado aprovechó para golpearle con su hacha.

En medio de toda la acción, Alain preparó otro disparo contra uno de los pocos enemigos que quedaban sin esperar que impactase.

Con una sincronizacion casi perfecta forjado y Alain acaban con los enemigos restantes, con esos dos golpes bien situados ya no quedaban amenazas, pues todos los rivales estaban en el suelo inconscientes  o demasiado doloridos como para moverse.

Destir se levantó con rapidez y se dirigió hacia su tienda mientras hacía un gesto de afirmación a Yama.

Mientras abandonáis el cercado la cambiante que estaba junto a Destir se acerca a vosotros:

- Vaya estoy impresionada, soy Dala la guardiana del capitán y es la primera vez que no cae nadie del mismo grupo en esta prueba, espero que no sea todo humo cuando lleguen las batallas de verdad - cuando pasa Alain le mira de arriba abajo y le da un cachete en el culo - y quizás habría que daros una recompensa.

- Suele pasar cuando pones a unos aficionados frente a semejante grupo de héroes en potencia. Preveo grandes gestas por parte de nuestro amigo el "Forjado", la torre de acero; Arraman, el hacedor de maravillas; Húrin, el temible de los bosques y de Vermir, el brelio de oro. - Hizo una pequeña pausa esperando la contestación de Dala sólo para interrumpirla cuando iba a preguntar - ¿Y quién soy yo?, se preguntará. Yo soy Alain Lanner, el que las cantará todas. Un placer su guardiana, A vuestro servicio. - y concluyó con una exagerada reverencia.

Arraman salió del recinto meditabundo. Habían ganado, sí. Pero más por mérito de Forjado que por el del resto. Se sentía frustrado por no haber podido preparar mejores conjuros. El mago se acercó a a hablar con la oficial.

-Señora, me gustaría saber si es posible ampliar mi abanico de sortilegios con pergaminos o con la ayuda del libro de conjuros qde otro mago, señora. ¿Es una práctica usual en el ejército? En el combate me he visto limitado a la hora de ayudar a mis compañeros y no me gustaría que a nadie le pasara nada por no conocer el conjuro apropiado.

La cambiante se gira hacia Arraman con una expresión ceñuda en el rostro.

- Tengo pinta de maga novato? No me interesan los sortilegios ni los hechizos - luego enarca una ceja mientras sigue hablando - pero te puedo asegurar que de primeras no van a darte nada, cuando hayas sobrevivido se te considerará adecuado para tener recursos de los demás, ya hemos tenido un par de listos que han querido ganar oro con eso, pero acabaron mal...

Los pasos de Vermyr hacia el exterior del cercado estaban exentos de gloria. Algo extraño dentro suyo, nada que pudiera asirse o malearse, le decía que todas las canciones sobre grandes batallas e increíbles hazañas eran una gran mentira. No había vivido más que temor y temblores musculares. Inmediatamente, se sorprendió de hallarse esperando el esplendor de otros logros en su insignificante examen. Quizás debiera bajarse del corcel antes de que le costase caro.

Se acercó parsimoniosamente hacia su grupo, dejando por ahí la ballesta de práctica y los pocos virotes falsos que le habían sobrado. Allí estaban, ya levantándoles el ánimo, ya dándoles el fuego que necesitaban llevar al campo de batalla, el espíritu, las palabras enaltecedoras. Grandes mecanismos estaban en funcionamiento allí, frente a ellos, que debían ser invisibles para surtir efecto.

Con nula sutileza, el brelio profirió no exactamente un grito, pero sí una exclamación llamativa. -¿Alguien dijo recompensa?- Era difícil descifrar si la sonrisa que acompañaba esta pregunta era de satisfacción o burla.

Con el fin del combate llegaba otro oficial, la guardaespaldas del capitán al parecer por sus palabras. Nos elogiaba por nuestra actuación a pesar de los grandes fallos que habíamos cometido y que una batalla real podrían pasarnos un gran factura.

- "Quizás". Eso suele ser no. - remarco situándome junto a Thorn - ¿Qué viene ahora señora?

Pregunto a la capitana con curiosidad, dado que nos habían estado llevando de un lado a otro sin parar.

Arraman reaccionó con absoluta calma. Había obtenido la información necesaria. Nada más le importaba al mago.

-Muy bien.

La cambiante os mira al resto y os dirige unas palabras:

- La recompensa aquí es servir al rey chico, claro que habrá paga si llegáis hasta ese día, ahora Yama os enseñará donde os alojareis - le hace un gesto con su poderoso brazo al clérigo y este se aproxima.

- Bien muchachos venid conmigo, este será vuestro lugar definitivo en el campamento, de momento esteréis vosotros solos, pues han quedado varias tiendas "vacantes" - y sin más hecha a andar.

Pronto llegais a una tienda cónica donde se encuentran varias jergones y un par de nichos propios de los forjados.

- Id dejando vuestras cosas mientras veo si hay alguna orden nueva.

Tras la batalla forjado se sentía algo vacío, se había dejado dominar por la rabia en medio del combate, pero todo era un combate sin muerte, algo completamente raro, sus habilidades eran para matar y sin embargo en su primer encuentro no estaba permitido.

Salió con parsimonía del cercado y limito a asentir y seguir al clérigo, cuando llegaron a la tienda se apoyo en el nicho para comprobar si era correcto para su tamaño.

- Tamaño adecuado para forjado, este puede ser mi sitio?.

Arraman buscó el nicho más aislado, dejó cuatro cosas y seechó allí a revisar su libro de conjuros, calculando cuantos conjuros más le cabrían...

-Todo tuyo, Forjado. Hoy has hecho un gran trabajo.

Alain selecciona uno de los catres cercanos a la puerta y descansa tras la euforia y la adrenalina descargada por los últimos acontecimientos.

Observa al Forjado y a Arraman en silencio.

Bien podré escribir historias sobre estos dos. Espero llegar a poder contarlas.

Mientras os estais acomodando Yama se acerca con alguien detrás que no podéis ver claramente, y os echa un vistazo somero antes de hablar:

-Bien, veo que aqui teneis sitio, tendréis una compañera que seguro que sus habilidades os vendrán muy bien, pero dadle un poco de intimidad, no quiero situaciones extrañas deacuerdo?

Levantandose la capucha lentamente y dejando ver su pelo negro y sus ojos azules- Buenas mi nombre es Kharen, sirvo al ejercito y la hueste soberana-dice con una sonrisa en cada palabra- espero que entre mi habilidad y los poderes de la hueste podamos sobrevivir en esta batalla y llegemos a un buen fin.- mientras despues mira a todos- Ah, y no soy una niña sino una mediana adulta ya.

Inmediatamente Alain se levanta a recibir a la nueva.

Con una sonrisa comedida hizo acogió a la nueva con las siguientes palabras:

- Bienvenida a grupo Kharen. Yo soy Alain, el que lo contará todo. Un placer ser tu compañero de armas. 

Arraman miro a la nueva recluta con cansancio. Se limito a levantar la mano para saludar.

Aún estaba preparando mis cosas y preparando el jergón para poder descansar cuando la mediana apareció. Había tenido la suerte de ahorrarse la prueba del cercado, la cual pasamos con bastante fácilidad a pesar de todas las dificultades que tuvimos, pero no hacía más que pensar que era algún tipo de enchufada y que los premios siempre irían a ella.

- Encantado Kharen pero la proxima vez esperemos que llegues antes - le constesto con cierto tono sarcástico[/B] - Yo soy Húrin - luego señalo al mago - Aquel Arraman y el que resta es Thorn. En cuanto al forjado, aún no tiene nombre.