Partida Rol por web

Este tiempo en la pequeña muerte me ha dejado pensar... ha despejado mi mente. Confía en mí, además, recuerda que el mortal es sólo una herramienta en mis planes. Ahora es el turno de la baronesa.

Aunque tú has hecho bien tu parte.

Cojo del brazo a Esmeralda para ponerla a mi vera.

Saluda, Esmeralda, a Vincent.

Le ordeno. Y entonces mis ojos brillan, calculadores, depredadores, pacientes...

Vincent sin desdibujar su media sonrisa miró a Drácula para después posar su mirada en Esmeralda, la muchacha no había pasado en absoluto desapercibida a la inquisitiva mirada del vampiro, aún más fría y calculadora, si cabía, que al del propio conde.

- Esmeralda...- Vincent cogió la mano de la muchacha y la beso con caballerosidad. La mujer sintió un escalofrío que derivó en fascinación. Aquel vampiro destilaba poder y seducción por todos los poros de su piel, además de poseer tanto más descaro que Drácula- encantadora...- susurró liberando su presa y saboreando las palabras- Sabes muy bien escoger a tus aliados, he de reconocer que tienes buen gusto. Lástima que no la haya visto antes...- Esmeralda estaba impresa por la sangre de Drácula lo que la hacía intocable para Vincent, aquel vampiro respetaba las normas y no entraba dentro de sus planes hacerse con la propiedad de alguno de sus congéneres- una verdadera lástima... Bueno... creo que va siendo hora de que viajes a Londres. Ahora mismo tomarás ese expreso, lo he dispuesto todo para que viajes sin ningún contratiempo y dado que has tenido la precaución de hacerte con los servicios de esta encantadora dama, te resultará aún más fácil pasar desapercibido. Viajarás en el último vagón, la única regla que deberás cumplir es no salir del mismo hasta que llegues a tu destino. Dentro del tren viaja uno de mis... aliados, él se encargará de atender tus necesidades.

El tren inició el trayecto con estrépito, escupiendo una gran bocanada de humo negro por su chimenea, tan negro como el alma de algunos de los pasajeros que llevaba en su interior.

El viaje se realizó sin ningún percance de importancia.. exceptuando algún que otro pasajero que padeció de una inesperada indisposición ligada al cansancio... pero nada que una buena comida y reposo no pudiese solucionar...

Llegados al puerto Vincent puso nueva,ente de manifiesto sus ilimitados recursos poniendo a disposición del conde un barco que lo llevaría directo a Inglaterra. A partir de ese momento, todo dependería de Drácula, pues Vincent no embarcó con ellos, otros asuntos le requerían.

El conde y Esmeralda arrivaron a las costas anglosajonas en una fría y silenciosa noche.