Partida Rol por web

-... -Aleksei se queda pensativo, procesando lo que acababa de ocurrir. Quizá en el anterior combate simplemente tuvieron suerte.

Viendo el estado lamentable del zubat, decide utilizar un nuevo ataque que le recupere algo de salud a costa de su oponente -Zubat, chupavidas -ordena con un tono que trata de ocultar preocupación.

En cuanto ve a Kiro caerse me rio un poco y digo

-Si, ¿porque no?, vamos a intentarlo- y se adentra en la hierva

-AH! Un pokémon salvaje me agarró el pie!- digo algo asustado al caerme al piso ridículamente "no vayas solo a la hierba alta que hay pokémon salvajes y te pueden lastimar", es lo que siempre me dijeron, y estaba bastante nervioso así que me pongo de pié lo más rápidamente que puedo viendo que solo era una rama clavada en el suelo.

-Lo vieron? es un pokémon planta que me ha hecho tropezar, seguro escapó!- digo algo amurrado tratando de dar una excusa para mi torpeza y mala suerte.

Ninguno localizo a ningun Pokemon a la vista, la excusa que puso Kiro paso inadvertida y nadie le dio importancia.
Prosiguieron su camino hasta ciudad Azafran, ya atardecia y de noche las rutas son peligrosas...

Llegas a ciudad Azafran sin apenas problemas, cayendo el.sol por elhorizonte, sabiendo que las rutas de noche son peligrosas.

Aleksei no se dio por vencido, por lo que intento remeter contra el Pidgey.
El propio pidgey intento defenderse, pero en este caso ambos fallaron.
Listos para otra ronda mas, el sol empezaba a caer sobre la ruta y los peligros de la noche se acercAban...

--¡Zubat, chupavidas! ¡Acierta esta vez! --vuelve a insistir, consciente de que la perseverancia es parte del éxito.

El ultimo suspiro de Zubat, se lanzo contra Pidgey sin dudar en la orden de su entrenador, no consiguio morderle, pero si lo derribo, ya que ambos estaban volando, y zubat realizo un placaje sin querer.

Ambos resultaron heridos, pero el golpe que el pidgey hizo contra el suelo, lo dejo bastante perjudicado.
Cayo en la hierba, pero el sol apenas permitia ver claramente entre la hierba y cuando Aleksei acerco a ver al Pokemon, este habia desaparecido...

Ahora mismo Aleksei se preocupaba de dos cosas, intentar recuperar a su Zubat de los dos combates, y sobre todo, conseguir cobijo en algun lugar antes de que anocheciera...

Algo decepcionado, después de tanto miedo que le echaron de peque por no ir desprotegido a la hierba alta, y ahora que va preparado, nada que los ataca, quizás tanta gente los ahuyenta.

Al ver el atardecer, le entra un poco de inseguridad y Kiro decide caminar más por el sendero indicado en las rutas hasta llegar a ciudad Azafrán -Será que buscamos un centro pokémon? Para comer algo y descansar por la noche- dice algo exausto de caminar tanto y eso que Cubone con sus patitas cortitas se veía que podría seguir por más tiempo.

Entonces comienza a buscar un centro pokémon y saco una bolsa de galletitas para compartir, dándole primero una Cubone quien la come feliz, pues parece nunca haber probado algo dulce -Sírvanse- dice extendiendo el brazo a sus compañeros.

--Suficiente por hoy... --le dice a su zubat mientras lo devuelve a su pokeball.

Consciente de que el pokémon murciélago apenas podía dar más de sí, se dirige al centro pokémon para curarlo.

--Por favor... --dice tímidamente a la enfermera mientras coloca su pokeball sobre el mostrador-- Quisiera curar a mi pokémon.

Mientras lo curan se sienta en la zona de espera, dando alguna cabezada de vez en cuando. En cierto momento, cuando siente que su estómago se está quejando, se levanta y pregunta a una de las enfermeras si tienen algo de comer --Disculpe... ahora mismo no llevo dinero encima, pero quisiera saber si... si... --su timidez le puede más que el hambre, por lo que poniéndose totalmente rojo, se da media vuelta y se sienta de nuevo en la sala de espera.

--Volveré a casa cuando terminen de curarlo... --piensa, frustrado mientras se traga su orgullo.

Caminando todo el día atravesando la ruta finalmente llegamos a ciudad azafrán, al atardecer-es buena idea kiro, se hace tarde y deberíamos pasarnos al centro pokemon, nuedtros compañeros deben estar un poco cansados, después podríamos pasar poe la ciudad, lo bueno es que según mi padre, los centros pokemon ofrecen refugio a los viajeros como nosotros... Es conveniente ahora que no tenemos tanto dinero

Miro a mi magnamite, el cuál me da una mirada como si tuviera algo de hambre, después de todo los pokemon tipo eléctrico necesitan energía, es su forma de comer y más después de ver al pequeño cubone comiendo esas galletas. 

Tomare solo una, quisiera comer con magnamite 

Una vez terminada esta deliciosa cena grupal en el centro pokemon me levanto, me estiro una poco y me dispongo a subir al segundo piso para dormir placidamente en mi habitacion mientras digo

-Ahh, va a ser un viaje laargo ¿verdad?- y miro a psyduck que me acompaña bostezando y termino por ir a dormir temprano

Ya era de noche y el hambre de Aleksei considerable.

Tras salir del centro pokémon se dirigió a su casa, la mansión de los Petrov. Era tan conocido que los pokémon que vigilan el jardín y sus alrededores lo consideran tan dueño del lugar como a sus padres, por lo que no tuvo ningún problema a la hora de colarse dentro del lugar.

Escondiendo la pokeball de su zubat en la parte trasera de su chaqueta, intentó colarse en casa sin llamar la atención, pues no tenía ganas de dar explicaciones ni de tener otra discusión. Simplemente fue a la cocina y, llevando en brazos toda la comida que pudo, se fue a su habitación. Ahí liberó a su zubat y ambos se pusieron a comer todo lo que quisieron y más.

Con el estómago lleno, le dio las buenas noches a su zubat y se durmió, deseando recuperar energías para el día que estaba por llegar.

Aleksei amaneció tarde, quizas con Zubat recuperado volvia a la ruta 8 a pormas combates. Quien sabe los animos del joven.

Viendo por su ventana que la luz que entraba distaba de ser la propia de un reciente amanecer, se levanta sin más demora, desayuna junto a su zubat y sin más dilación se dirigen a la ruta 8 a seguir entrenando contra pokémon salvajes.

Alekséi comenzó a moverse por la ruta cuando derrepente se cruzó con un montorista un poco chulesco que empezó a vacilarle...

Improperios y pequeños insultos fueron lanzados al entrenador cuando éste...

Aleksei siguió adelante, cabizbajo e ignorando al motorista. No estaba acostumbrado a los conflictos ni a situaciones de violencia; su apellido lo había protegido hasta ahora, siempre y cuando lo conocieran.

Algo asustado pero con una pequeña ira naciendo en lo más profundo de su ser, se marchó hasta conseguir perder de vista al tipo conflictivo.