Me quedé quieta, sonriendo al héroe que tenía delante de mí. Me preguntaba en qué se estaría fijando a través de esa máscara, pero quizá el no saberlo le daba más interés al asunto. Sea como fuere, Spiderman pareció quedarse unos segundos en otra galaxia: quizá estuviera pensando en qué decirme, en si darme las gracias o preguntarme quién era. ¿Qué haría yo, si me lo pedía? No, estaba claro que no podía contestarle a eso. Esto iba a ser algo anónimo y espontáneo: esperaba que la ciudad no volviera a necesitarme.
Al fin se animó a hablar y pude escuchar su tono, ese que me había encantado desde la primera vez que lo conocí. Nuevamente, volvía a hacerme una imagen de Spiderman que quizá no tuviera nada que ver con la realidad, pero soñar era gratis, ¿no? Le sonreí cuando terminó su discurso y miré hacia abajo del edificio en el que estábamos: Realmente era una altura considerable para aquellas personas que pudieran tener vértigo, pero lo que más me preocupaba es que cualquier fuerza del orden viniera cual alma que llevaba el diablo a dispararnos, por ser unos bichos raros.
-¿Siempre has sido un héroe solitario? ¿O este ha sido tu estreno en cartelera, araña?- dije riéndome. Le acaricié el rostro, que permanecía cubierto por la máscara y me acerqué un poco a este. Sentía una enorme curiosidad por saber quién se ocultaba, pero entendía que debía existir algo de intimidad en todo esto- No me des las gracias, encanto. Sé que tú hubieras hecho lo mismo por mí, ¿verdad?- dije con un tono suave y dulce, de esos que utilizan las madres cuando quieren tranquilizar a sus hijos porque su padre no llega a casa- Y Cyclone se lo merecía: Ya había hecho daño a demasiadas personas. No podía esperar a que los avengers se encargaran del asunto y, la verdad, me alegro de haber actuado. Nunca se conoce a alguien tan interesante todos los días, cariño- pasé las garras de mi mano libre sobre el pecho del héroe, jugando.
¿Qué estaría pensando en estos momentos? ¿Quizá que era una niñata ante alguien de... 28, 30 años, quizá? No, debía de ser más joven. Pero eso nunca se sabía, puesto que había gente que se conservaba extraordinariamente bien. Él podía ser una de esas personas- ¿Mi nombre...? Puedes llamarme como quieras, gata está bien. Pensé en algo más artístico como Black cat, pero reconozco que gata tiene un punto más... atrayente. Volví a reírme: definitivamente este traje había trastocado mi personalidad, haciéndome mucho más lanzada de lo que ya era normalmente.
-¿Y cuáles son tus próximos movimientos, Spiderman? Espero poder encontrarte pronto- dije para sonreír después de medio lado.
En el preciso instante que los dos héroes conversan sobre uno de los tejados, a lo lejos entre el murmullo de la noche que cae en New York se escuchan las interminables alarmas y sirenas. Bajo ustedes en ese preciso instante pasa una gran comitiva de patrullas y un camión de contención de criminales similar en parte a los que cargan el dinero en los bancos. Los autos se alejan de la comitiva que va liderada por un majestuoso sedán con sirena, al mirarlo fijamente a lo lejos mientras viene los dos se percatan que quien conduce el vehículo es el capitán Stacy dirigiéndose a la estación de policía de donde había salido, la misma estación donde Peter Parker espera se haga justicia con Cyclone y la muerte del buen tío Ben. Estos son los pensamientos que corren por la mente de Spiderman, su tía en un hospital, su tio ha muerto y el culpable está siendo llevado a la justicia para que él, Peter sea el encargado de procesarlo
Nuestra conversación, entre agradecida y juguetona se ve repentinamente interrumpida. El ruido de alarmas llama nuestra atención, allí arriba, sentados al borde de una fachada. Las sirenas y las luces anuncian un convoy policial que avanza calle abajo, en dirección a la comisaría más cercana. Un convoy liderado por el capitan Stacy...
- Cyclone... -susurré para mi mismo, estrechando los ojos. Cyclone ha sido detenido, pero eso solo es una parte del trabajo. Ahora hay que asegurarse de que no tiene dinero duficiente para comprar una fianza y una libertad sin cargos. El cargo que le condene a prisión debe ser inapelable. Y un homicidio mientras se comete el robo de un banco es inapelable. Spiderman había hecho todo lo que debía. Ahora era el momento de Peter Parker...
- Lo siento, Gata... -dije con calma pero con evidente pesar en la voz- Hay asuntos que requieren mi atención. Asuntos importantes... O al menos que se la requieren al hombre que hay bajo esta máscara. Lamento tener que dejarte, pues me agrada tu compañía... -El deber era el deber. Y yo debía estar allí en el momento que Peter Parquer fuera necesario. Me incorporé, me puse de pie en el borde del adificio y disparé una telaraña a un edificio cercano, listo para saltar. Pero me sentía realmente mal por alejarme de aquella chica, cuyo descaro e interés hacían volar mi imaginación y que me había prestado su ayuda contra el asesino de Ben. Pero la realidad se imponía, y Cyclone tenía que ser ajusticiado para que ningún otro sobrino, hijo, o esposa perdiera a su Ben. Aun así... Marcharme como si tal cosa... Mi cerebro bulló buscando una respuesta... Finalmente me dejé llevar por mi instinto- ...Pero me gustaría volver a verte, Gata... -dije sin saltar, agarrado a la fibra que me haría volar- ...Mañana por la noche trataré de balancearme por esta misma zona... ¿Te gustaría que nos encontráramos...?
Me quedé un instante allí, de pie junto a ella, con la telaraña en mi mano a la espera de una respuesta, tranquilo por saber que el convoy no se me escaparía, pues hacía mucho ruido y el transporte en telaraña era más rápido que cualquier coche, tal como ya había comprobado.
Las palabras del enmascarado me hicieron preguntarme qué debería hacer que fuera tan importante, pero supuse que un héroe como él tenía entre manos grandes asuntos que atender. Me acerqué a él, que parecía dispuesto a marcharse de un momento a otro y le dediqué una sonrisa. ¿Qué vas a hacer, gata? ¿Vas a dejar que se vaya así sin más? Sí... tengo que hacerlo. Parece que lo que le requiere es bastante importante, sino no me dejaría aquí sola, ¿verdad? ¡Además! Qué monada, quiere citarme otro día. Esta vida es mucho más divertida que la de la antigua Felicia Hardy.
Acaricié el rostro del hombre araña con mis manos, suavemente- Claro, arañita- debía intentar adoptar una posición algo desinteresada, como la que se veía en las mujeres de películas de los ochenta, aquellas que tanto gustaban a mi madre- Aunque... bueno,no sé si tengo algo pendiente... pero haré un hueco para ti, encanto.
En un movimiento rápido rodeé con mis brazos su cuello y me pegué a él, sonriendo. ¿Qué debería estar sintiendo alguien como él en esos momento? ¿Y por qué estaba haciendo yo todo esto? Creo que la figura de Spiderman resultaba demasiado atractiva para cualquier mujer cuyas hormonas estuvieran revolucionadas por cambios repentinos- Uhm... me gusta como hueles, arañita. Espero que podamos vernos de nuevo mañana, con menos prisa o asesinos sueltos por la ciudad- Le di un lametón a la máscara por su parte izquierda, pero cerca de donde estarían los labios- Miau... sin la máscara debes saber aún mejor. Le dediqué una sonrisa abierta. Juraría que, desde mi primer movimiento, Spiderman se había puesto bastante nervioso- ¡Te veo mañana, Spiderman!
Tras decirle esto último salté, agarrándome con mi cable al siguiente edificio, en dirección a casa. La verdad es que tenía muchas cosas en las que pensar, principalmente en mis actos y en quién se escondía bajo la máscara, aunque una parte de mí no quería saberlo.
Yo creo que ha ido bien... ¿no?
Bien chicos, cerramos escena pasamos al final