Partida Rol por web

El plan propuesto por Edariel tuvo la aprobación de Dave y los orcos, por lo que el elfo comenzó a ponerse en movimiento. Las turbinas de su espalda y sus pies emanaron unas poderosas llamas azules, que en cierto modo hacían parecer que el elfo tenía alas. Emprendió el vuelo esperando a que los orcos cargaran mientras acumulaba energía Fotónica. En cuanto los Ysoki se centraran en los pieles verdes haría un picado descargando su energía contra los que pudiera coger, procurando no dañar ni el generador ni lo que fuera que tuvieran tapado.

CT esperó a que los demás avanzaran para que los ysokis centraran su atención en ellos y luego se dirijió corriendo con su camuflaje activado, haciendo el menor ruido y con su rifle en las manos a una posición avanzada. El campamento aún quedaba un poco lejos y las coberturas cerca del mismo escaseaban. Por suerte había unos vehículos dentro y podrían ser un buen sitio para disparar con su fusil.

La carrera se desarrolla tal como esperaba, con trucos sucios y suficiente violencia para poner a prueba las capacidades de los pilotos y lo preparado que están los sistemas mecánicos de las máquinas de carreras. No puedes meterte en una carrera que tiene la fama de ruda como las de Akiton con un vehículo de paseo familiar.

"Hay que ser muy estúpido si piensas que esto se gana con solo buenas intenciones."

Stuart me pregunta si quiero tomar el volante pero niego con la cabeza.

 - "Mejor sigamos el plan. Estoy para apoyarte, pero el volante es tuyo. Yo tengo mis propias labores."

Labores que en cualquier momento tendré que llevar a cabo y probablemente sean tan críticas como manejar el buggy.

Veo como los abrojos comienzan a dejar un caos mucho mayor al ya causado por la arena en suspensión. Veo los vehículos perder el control, por lo que comienzo a ayudar a Stuart a esquivarlos, indicándole las mejores rutas y ángulos de giro para evitar las colisiones y posibles impactos que vayan a sacarnos de la carrera.

La carrera había comenzado asentándose en una zona rocosa del árido-desértico ambiente, pero tras unos cuantos kilómetros esa plataforma abrió paso a una zona arenosa. Los vehículos que tenían la ventaja de la delantera comenzaron a dejar tras de sí una cortina de arena, contra la cual Stuart rápidamente se colocó sus gafas protectoras para sus ojos y subió el cuello de su camiseta para tapar su hocico al tiempo que Gendo hizo lo propio. Stuart se felicitó por haber pensado en las modificaciones al motor para prepararlo para ese tipo de condiciones; poco más adelante varios de los demás vehículos comenzaron a ver humo negro despedido de sus muertos motores por causa de la obstrucción y muchas veces esto sucedía abruptamente pero gracias a los reflejos e indicaciones de Gendo a Stuart no le dificultó ir esquivándolos describiendo varias maniobras de zig-zag.
Aunque no mucho más adelante fue plantado todo un sendero de traicioneros abrojos de enormes proporciones, considerando los corrientes del diseño original destinados para la suela de los pies.

— ¡Malditos! Sabía que debí haber usado una aleación de aluminio reforzado para crear unas ruedas mejores que estas obsoletas llantas… pero, mierda… serán obsoletas, pero sí que son baratas. — Decía él mientras se afanaba por describir una diagonal para alejarse del rastro que dejaba su sucio rival. — ¿Qué opinas? Si ellos pueden ser sucios nosotros podemos ser rudos, ¿No? — Dijo mientras volvía a acelerar hasta la máxima potencia para intentar alcanzar la cabeza de la carrera — Podría pegarme al costado de ese idiota de delante… quizás con un par de golpes podamos volcarlo y quitarlo de la carrera.

El sol ardía en lo alto calentando la superficie del planeta. Edariel preparó sus impulsores mientras la energía cósmica fotónica se almacenaba para ser liberada en una poderosa arma.

Los orcos avanzaron sin miramientos. Eran el señuelo y tenían que desviar toda la atención contra ellos. Los rifles láser comenzaron a descargar su energía concentrándose más en llamar la atención que en acertar a los blancos. 
Los ysokis comenzaron a responder al fuego con pistolas y un par de subfusiles mientras CT, apostado detrás del vehículo como un fantasma distorsionado, calibraba su nueva arma. 

Edariel se alzó en el aire acumulando la máxima energía posible. Un ysoki comentió el error de dispararle. La mira telescópica del Shirren avanzado se centró en el pequeño ser mientras CT apretaba el gatillo. 
Kopalo blandió su sable fuera de la vaina. El destello del acero reflejado con el sol emitía un oculto poder de hipnosis, un aviso arraigado en el subconsciente de todas las criaturas de que aquello era peligroso. Los bandidos Ysoki comenzaron a retroceder...

                                                                                         ***

A diez kilómetros de allí los vehículos comenzaban a enseñar los ases que tenían bajo la manga. Pinchos, escudos de energía, minas y humo eran los más utilizados. Stuart tenía problemas para mantener el ritmo de carrera entre tanto humo, arena y obstáculos siendo asistido por Gendo de vez en cuando. El pandillero ayudaba en lo que podía mientras repartía alguna que otra granada delante de los vehículos obligándoles a desviarse contra otros y chocar. A aquellos que se acercaban demasiado los cegaba lanzando una granada al frente que impedía ver durante unos cuantos asaltos si no tenias la protección adecuada. Stuart había implementado a las gafas de cada uno ese sistema automático que funcionaba de maravilla.

Pero la carrera estaba lejos de terminar. Faltaba el paso del cañón y el valle del aullido, donde, si todo iba bien, Edariel y CT habrían conseguido neutralizar a la banda de Garñel y hacerse con el control de la carrera. 

La verdadera carrera había comenzado. Alrededor de vosotros los redondos robots cámara grababan toda la competición, retransmitiéndola en las gigantes pantallas situadas en las gradas para que el público pudiera ver los momentos de acción que se desarrollaban lejos de ellos.

Un vehículo parecido al de stuart se posicionó al lado del buggy, por el lateral del copiloto. En su interior un humano poco reconocible debido a la máscara que llevaba presionó algún botón de su consola que hizo emerger tres hojas dentadas desde sus llantas. La intención era clara, ataca vuestras ruedas y dejaros fuera de combate.

***

En el campamento los disparos comenzaron a penetrar el camuflaje óptico. Por medio de la cámara en el robot podíais ver como los bandidos Ysoki se replegaban y cubrían del ataque. Había que desactivar el camuflaje o los orcos no verían donde estaban apuntando. Aquello solo era fuego de cobertura y una vez deantro, podríais ser presas tanto de fuego amigo, como de enemigo. Asique la prioridad era desactivar el camuflaje.

La situación estaba clara; aquel escudo de camuflaje les complicaría enormemente las cosas si no lo destruía cuanto antes.
Siguiendo su vuelo, se acercó lo suficiente para poder descargar su energía Fotónica sobre el aparato de en medio, que tenía todo el aspecto de ser el generador del escudo.

El polvo del camino amenaza con meterse en mi boca y si no la tuviera cubierta con una pañoleta, de seguro que lo estaría mordiendo ahora mismo. Correr en este desierto de mierda es divertido aunque probablemente no lo sería tanto sin los idiotas intentando sacarnos de la carrera o la promesa de criaturas enormes que nos querrán digerir más adelante.

"Díganme romántico pero una carrera no es lo mismo sin algo a lo que dispararle."

Entonces veo las puntas en las ruedas del vehículo de nuestro lado, acercándose y amenazando con romper nuestras llantas. Cargo una granada cegadora en mi lanzador y le hablo a Stuart:

 - "Little, aleja el buggy del otro vehículo y no mires en esta dirección."

Rápidamente apunto justo delante del vehículo del lado, a suficiente distancia para que el destello le llegue justo en los ojos y ver si pierde el control el desgraciado pero, considerando que eso no baste, tomo el láser del vehículo y me dispongo a disparar delante del camino del imbécil, para hacer un buen agujero en el suelo que le quite del camino.

Era ahora o nunca. Edariel se lanzó a la carrera hacia la nada de donde venían los disparos y de repente dejó de ser visto por los demás. Había penetrado en el campo de camuflaje.

Tras una carrera sin saber a dónde ir, cargado y dispuesto a utilizar tu energía fotónica, acabas traspasando el campo de camuflaje de los ysoki. Adentro está esa máquina, de la cual mana un haz que se refracta en todas direcciones creando una cúpula como de cristal desde donde se puede ver hacia afuera, pero no hacia adentro. Los ysoki ven como traspasas su defensa y casi todos sus ataques se centran en ti llegando a impactarte una de sus balas.

                                                                                             ***

La explosión cegadora emitió una luz blanca que pudo verse desde varios kilómetros de distancia. El ruido de los motores y de la carrera no dejó oir las imprecaciones e insultos que el conductor profería hacia Gendo y su familia, pero por algún motivo increíble, el tipo seguía la trayectoria de vuestro vehículo como si nada hubiera pasado.  

Kopalo se sorprendió al ver correr al elfo, renunciando a toda cobertura y metiéndose a lo loco en aquel campo de visión. No era la mejor idea exponerse de aquella manera, y así lo demostró el hecho de que empezó a escuchar los disparos de los enemigos, aunque no era capaz de ver si habían alcanzado al elfo o no. 

En un primer momento pensó en seguir agachado y esperar a que el elfo terminara de hacer lo que tenía que hacer. Pero lo cierto era que Kopalo no era mala gente, y no podía dejar al elfo a su suerte, aunque estuviera como una cabra. Mucho músculo, poca cabeza,... era un tópico en los mercenarios. 

- Es el momento - dijo a Dave y a los orcos - No son más que un puñado de ellos. Vamos a salir victoriosos y cobraremos una buena recompensa de esto. Vamos chicos. 

Esperando que el elfo le diera cobertura, y esperando a encontrar algo donde resguardarse una vez dentro, Kopalo se movió mientras blandía su espada. El filo reflejaba la luz del desértico planeta. El enviado era más que una cara bonita y un gran cerebro, y lo demostraría en combate.