Partida Rol por web

Entorno los ojos cuando Stuart sigue dándole vueltas a lo del nombre del grupo. Me parece una tontería y pérdida de tiempo, además de sumamente infantil. Pero me quedo con la explicación del plan de Priscilla: Un grupo averigua como hacer que los gusanos no nos derritan mientras nosotros ganamos la carrera. Suena simple en teoría, muy difícil en ejecución y, por supuesto, lo único que tenemos.

Respondo a su pregunta final y posición levantándome un poco más para mirar descaradamente por su escote antes de contestar:

 - "Me parece completamente de mi gusto."

Luego me reclino en el asiento y tomo mi botella antes de señalarla con ella mientras hablo:

 - "Y el plan tampoco me parece malo."

Luego doy un buen trago a la cerveza hasta acabarla, para finalmente sonreírle a ella de forma pícara y reírme para mis adentros de la actitud de hermano protector de Edariel. Jamás pensé que le vería así y, la verdad, no tiene precio.

La drow se levantó del asiento y guardó su ordenador. -Por cierto Edi...- dijo mirando al elfo de reojo. -¡SORPRESA!.- Dijo acercándose a su cara de repente con una tarjeta en la mano y una sonrisa en la cara. Eso os hizo desconfiar. ¿O era una sonrisa de verdad? Con una drow nunca se sabía.
Era una fina tarjeta transparente donde venía un código de barras marcado con ámbar fosforito, de esas que te daban en los astropuertos al aparcar. 

-No conozco mucho tus gustos, pero tenía que compensar a mi hermano menor por todos los años que no le he regalado nada. ¿Verdad?.- Priscilla revolvió el pulcro peinado del elfo, como un hermano mayor haría con su pequeño hermanito. -Tenía ganas de hacer eso.- Sin duda estaba un poco loca. Debía de ser la sangre drow.

-Kopalo te dará la nueva tarjeta de acceso a la nave. Procurad ponerle un buen nombre porque, bueno, ya sabes, hemos tenido que quitar el transporndedor y destruirlo para que no la localizaran.- Priscilla se encogió de hombros como si no hubiera hecho nada malo. -No es que sea muy caro, además el supergenio de laboratorio- dijo señalando a Stuart -estará más que encantado de trastear con esa nave, desguazarla y hacer una nueva. Así los memos infernales no os seguirán la pista. Nos vemos en Akiton dentro de tres semanas.

Con un guiño de ojo os despidió a todos marchándose con esa gracia elfa mientras meneaba sus caderas y atraía la mirada de los que se cruzaba por el camino. 

Kopalo se mesó la barba. Qué difícil debía resultarle a Priscilla asumir que tenía un hermano y fingir algo de afecto. O quizás fuera real. En cualquier caso, Kopalo empezaba a concentrarse en lo que tendrían que hacer. La misión no era sencilla, pero seguro que la solventarían rápidamente. Sin querer pensarlo, acarició la vaina de la hoja que llevaba al cinto. Era una gran espada, le llegaba casi hasta los tobillos a pesar de su gran altura, y tenía una cierta forma curva que recordaba a algunas armas exóticas usadas en el pasado en algunas tierras lejanas de Golarion. 

Suspiró. La idea que tenían de él era que se trataba de un pacifista, pero no era verdad. Kopalo simplemente pensaba que todo el mundo tenía motivaciones, y que algunos podían caer en desgracia sin buscarlo. Matones, ladrones, incluso animales movidos por instintos, eran meros supervivientes. Matar a estas personas a sangre fría una vez se rendían y no buscaban pelea, era algo innecesario, que sin embargo muchas veces parecía prioridad para grupos de asalto como los de Priscilla. A Kopalo no le gustaba aquella parte de los trabajos, y siempre discutía acerca de las segundas oportunidades con sus compañeros. ¿Y si ellos estuvieran al otro lado? ¿No querrían ellos mismos una segunda oportunidad?

Sumido en sus pensamientos se dio cuenta de que estaba alejándose del grupo. Y es que eran tales las ganas que tenía de realizar el trabajo cuanto antes, que poco más y casi se marcha sin despedirse. 

- ¿Queréis la nave o no? - dijo dirigiéndose al grupo. - ¿A qué estáis esperando?

— No... ¿De verdad? — Decía Stuart con tono de incredulidad mirando la tarjeta que Priscilla dio a Edariel con las orejas muy arriba y los ojos como platos. — ¿De verdad... tenemos ahora nuestra propia nave? — Y se dirige a Priscilla. — Creí que habías dicho que estabas viajando hasta aquí para venderla. — Escuchó encantado a Priscilla hasta que ella mencionó que tendrían que modificarla. — ¡Si, si, si! No tienes idea cuantas ganas ya tengo. Ya se me estan ocurriendo un par cosas que poder hacerle, ojojojo... no te preocupes, cuando termine con ella será irreconocible, ni siquiera el que la diseñó, mucho menos esos Palurdos Infernales, podrán reconocer la nave que les robaste. — Decía el ysoki frotando sus manos con expectación.

Stuart se distrajo un momento imaginando lo que podría hacerle a aquella nave, y calculando el tiempo que le tomaría cacharrear con todo ese metal... por lo menos unos meses de trabajo obsesivo, pero volvió sobre sus pies cuando escuchó el llamado de Kopalo.

— ¡Si, si, si! Vamos a ver esa nave por dentro, que hasta ahora solo la he visto por fuera. — Dijo, mientras se ponía en marcha siguiendo a Kopalo.

En cuanto pueda te paso las estadísticas de la nave. A ver si me da tiempo esta tarde que las tengo en papel... ya sabes, soy de la vieja escuela.

¿Las habías hecho? ¿Acaso llegaste a pensar que se daría un combate espacial o una persecución entre nuestra nave prestada y esta en la que viajaba Priscilla? jaja, creo que era una posibilidad... aunque no sé porque no se comunicó Priscilla, ¿Acaso también quitó los Sensores de la nave junto con el Ordenador central?
PD: cuando juego o dirijo en mesa también anoto todo en papel, jaja, es más rápido de manejar que tener que estar abriendo y cerrando mil pdfs, documentos de word, imagenes, buscador de internet y que sé yo que más XDD

Edariel enarcó una ceja cuando Priscilla le llamó “Edi”. ¿Qué clase de mote era ese? Parecía el nombre de un humano.
Sin responder, se quedó observando su show, mientras sacaba la tarjeta de la que iba a ser su nueva nave y luego le decía aquello de que era un regalo por todos los años que no le había hecho ninguno...

Yo... no hacía falta... pero gracias de... su tono tímido se interrumpió de repente por la mano de la drow manoseando sus cabellos. ¡Qué haces! se apartó indignado, aunque si alguien se fijaba, vería que sonreía ligeramente.

Nos vemos entonces. Ten cuidado Prisci... Priscilla. ¿se habría notado su metedura de pata intentando ponerle un mote cariñoso? Definitivamente, no se le daban bien esas cosas.

Miró a Kopalo y asintió. Nave nueva, ¡por fin! Sabía que Stuart no dormiría de la emoción de tener su propia nave.
A él no es que le importara demasiado, pero lo consideraba un paso adelante de los “Hermanos Libres”.

Ya sabéis, yo me encargo del cañón, os dejo los mandos... pronunció mirando a Gendo y Stuart. La nave tenía un aspecto agresivo que no terminaba de agradarle, pero cosas peores había visto.

— Oh... así que... ¿Quieres un cañón para ti? — Le responde Stuart, apenas un poco contrariado, a Edariel. — Ya estaba teniendo en mente, para maximizar el costo-beneficio, instalar armas solo en la proa y controladas por el piloto... el cual idealmente sería Gendo por ser el mejor con las armas de fuego y en el pilotaje. — Entonces Stuart baja la mirada al suelo y se rasca detrás de la oreja en gesto pensativo-ansioso. — Pero... creo que es verdad que de darse un combate espacial tú te mereces ser capaz de participar. Veré que puedo instalarle en la popa, pero las torretas antinaves son demasiado caras, Uhm... — Entonces vuelve a levantar la mirada para ver al rostro de Edariel, y, cambiando de tema, le dice con una sonrisa burlona. — ¿Y que fue eso de "Prisci"? Yo tengo uno mejor: "Pris"