Partida Rol por web

ya estaba en la nave que me iba a llevar a la mía, tenía que relajarme, de todas formas, estaba claro que esa bastarda ya había salido, algo que podía ver por la cristalera de la custter, por lo que no voy perdiendo el tiempo para avisar de que preparen la nave, tenía que buscar en toda la información que tenía en los libros de la nave algo sobre las piedras psíquicas, como funcionaban y maneras de transportalas, y tal vez algo sobre lo eldar no vendría mal, ya que por lo poco que sabía de ellos, era muy probable que defendieran esas piedras.

Podría agradecer mil veces al Dios Emperador el estar de nuevo a los mandos del Cutter. Pero cómo no creía en dioses ni emperadores lo único que pudo hacer fue maldecir mil veces a los integrantes de la tripulación de la Dama Ambiciosa. No necesitaba ver las aletas traseras de aquel crucero espacial, le recordaba la trampa en la que habían caído y el lugar que ocupaban en aquel encargo. Así que dejó de martirizarse por todo lo que había pasado e intentó centrar sus energías en algo más fructífero.

Giró su asiento para ver a todos sus compañeros — bien! Necesitamos un plan, no podemos dejar que nos pase, otra vez, algo así... Mierda!! Xanatov, nos han machacado!!—.Miró pensativa a su compañero y después a la placa de datos que les dio Theus.

La ventaja que llevaba aquel crucero podría significar para la Fortuna Imperecedera el fracaso de la misión, pero por suerte tenían a Holt, el salto a la disformidad podía inclinar la balanza a su favor, por lo que tenían que estar preparados para ese proceso.

Por fin aterrizáis en el hangar del Fortuna e inmediatamente os trasladáis al puente de mando. Una vez allí trazáis un rumbo e imprís energía a los motores cuanto antes. El Fortuna Imperecedera comienza a moverse lentamente mientras los enormes motores se calientan y producen más y más energía, impulsando la nave en pos de la otra.

Nada más podéis hacer para acortar terreno, salvo rezar para que el navegante vea la señal del emperador clara y dirija la nave sin peligro por atajos nunca antes encontrados.

Una vez a bordo se dirigió rápidamente al puente de mando para comenzar cuanto antes con la planificación de la ruta estelar a seguir. Los rituales aún estaban en proceso y tendrían que abandonar el sistema antes de dar el salto, así que tampoco se precipitó en tomar su puesto como navegante, quería realizar un estudio minucioso. No podrían alcanzar a la nave enemiga en el espacio real, parecía más rápida y había partido antes, la carrera se decidiría en la Disformidad. 

Intercambió miradas con Astra, él también podía pilotar la nave aunque solía encargarse ella. Así preservaban las energías del navegante para aquello que sólo él podía ver. Pero aquella mirada fué una especie de consulta tácita, por si ella tenía algún otro asunto que atender. 

El viaje comienza y el rumbo trazado exige tres días para llegar al planeta destino. Si el navegante mejora esa marca merecería una fiesta particular en la sala de celebraciones de la nave.
Pero mientras tanto, indagáis acerca de las piedras psíquicas descubriendo que la piedras psíquicas son aquellas a las que los Eldars llaman Piedras Espirituales. Esas piedras se forman cuando muere un eldar y su alma se queda atrapada en la gema para no vagar por la disformidad a expensas de los demonios. Algunas de estas gemas, con el consentimiento de la conciencia de su dueño, son incrustadas en las armas bruja o en las armaduras de los videntes eldar proporcionándoles un gran poder siendo muy cotizadas en los círculos adecuados, puesto que las almas que viven en las piedras pueden ser obligadas a vincularse con su portador. Es por esta razón que son tan cotizadas y codiciadas.
Los eldar perseguirán hasta la muerte al poseedor de una de estas gemas para guardarla a salvo en su mundo astronave. Pero existen viejas tumbas perdidas y olvidadas por la raza. Cuando muere un brujo o un vidente lejos de su hogar, sus cuerpos junto a sus pertenencias eran depositados en sarcófagos labrados y protegidos con poderosas técnicas psíquicas. Estos sarcófagos son ocultados en nichos en las paredes de los templos, camuflándolos a ojos de aquellos no poseedores del Don.

Esta claro que todo esto va aser peligroso.

Si era caro, es mas que suficiente saber que serán muy, pero que muy peligrosas, ya tenía algo de información, lo cual era bueno, aunque no era algo que me calmaba el saber que ese sitio iba a tener trampas, no quería enfrentarme a cosas psíquicas sin protección, eso sin sumar al hecho de si nos pillaban los eldar, nos iban a intentar destruirnos para recuperar las piedras, pero de todas formas, el riesgo merecía la pena, por lo que en principio ibamos bien, pero no tenía que relajarme, ya sabía que aparte de los peligros inerentes a una aventura de este tipo, tengo que vencer a una sucia rata, pero de momento me iba a ir ejercitando y preparando para cualquier eventualidad, y esperaba que mi navegantes descubriera algún camino disforme o como funcionase esta dimensión para llegar antes, y rezo para no llegar con décadas de retraso.

No era momento para perder el tiempo, solo le hizo fata una mirada de Holt para entender cuales eran sus intenciones. No era normal que tomara los mandos de la fragata antes de dar el salto, pero la situación lo requería. Se alegró de que fuese así, no era momento para fallar. Tenían muchas probabilidades de que algo saliera mal, y esta vez no iba a ser ella la responsable de los posibles problemas que surgieran durante el viaje.

—Señor!! Astra Rook, solicita cambio de puesto en el puente de mando —miró al capitán para obtener su aprobación—. Espero que no echéis de menos mi forma de pilotar —dijo a la vez que guiñaba un ojo al navegante y se dirigía a su nuevo dominnio. Tenía la intención de buscar toda la información que hubiera en los servidores y en las cartas estelares de ese desconocido planeta selvático.

estaba en lo mio cuando escucho las palabra de la maestra del vacio, "Vale, vete a descansar, no voy a estrellar la nave en tu ausencia" le digo con un poco de sarcasmo a la mujer, mientras recupero por un tiempo los mandos de mi nave, aunque poco había que hacer.

"El planeta en sí está referenciado como ++Epsilon_356/52201++ Un planeta en su mayoría selvático que no contine indicios de vida inteligente superior, por lo menos hasta antes del descubrimiento de las ruinas Eldar.
Como planeta selvático la composición de su suelo es de origen orgánico, con capas superpuestas de sedimentos estratificadas en niveles que evidencian su antiguedad aunque no parece tener muchos recursos minerales.
Apenas se han catalogado especies nativas pues su inclusión en las cartas imperiales aún no se ha hecho efectiva."

Esto es todo lo que consigues acerca del planeta. Desde luego tenía que ser un planeta poco conocido para no haberse dado a conocer las ruinas Eldar y que el Ordo Xenos metiese sus narices haciéndose con todas las piedras Psi.
 

Los días pasan y la tensión es máxima. La Dama Ambiciosa acababa de dar el salto a la disformidad apenas unas horas antes. Los cálculos os indican que solo os quedan pocos minutos para salir de forma segura del radio de acción garvitacional y poder entrar a la disformidad, vuestra oportunidad de adelantar a la chalada esa y llegar antes que ella a las ruinas Eldar.

ibamós con retraso, por lo que no estaba perdiendo el tiempo, y estaba cogiendo todo aquello que me fuera a ser util, así como tener una buena cantidad de munición para lo que nos puedieramos enfrentar, así que siempre llevaba mi pistola y espada a mano, aunque todavía quedaba mucho para llegar al planeta en cuestión.

Mientras alejaba la Fortuna Imperecedera del puerto de origen, pudo estar tranquilo, era obvio que Astra le había cedido la navegación estelar para ocupar otros menesteres, que probablemente escaparan a las habilidades del navegante, por seguro era que Xanatov no iba a permanecer inactivo tampoco, así que se relajó contemplando la inmensidad del espacio real y la negrura del mismo, pues en breve toda aquella quietud sería ingerida por una vorágine de formas, colores y gritos, a cual más aterradores, y siempre le había ayudado capturar una imagen del espacio real para encontrar el camino de vuelta al mismo.

Preparó los controles para cederlos a la cúpula del navegante, desde el que retomaría el gobierno de la nave para lanzarla al espacio disforme, la suerte estaba echada, el Emperador los protegería.

Abandonó el puente y se dirigió hacia su puesto principal, la hora de demostrar la habilidad de la casa Cedd había llegado.