Día 0. Comedor del Barco. Sopa de Verduras, Naranjas Hibrispanas y Agua desalinizada por Faust. (Almuerzo)
Sucesos Reseñables: Tierra a la Vista/ Desaparición de Engé.
Abatwa se acercaba hacia Hakan Ismael desde el grupo de los Azotadores. Su caminar es suave, cuasi etéreo, pero firme al mismo tiempo. Sería incluso sensual en otra persona, pero no en ella, no porque careciese de atractivo, no era así, simplemente pareciera que no entraba en sus planes dicha sensualidad. Su tez de tono acaramelado no mostraba ningun gesto. Raramente lo hacía.
Llegó a la altura del fornido guerrero y habló con él: -"Sethwe"- le dijo utilizando una palabra antigua cuyo significado el hombre no conocería. - al desembarcar requiero tu filo, ¿me acompañaras?
Quizá un africano moderno hubiese tomado el epíteto como un insulto pero no deseaba que el hombre tomase su apelativo como un tal, pues no era tal su intención.
Observo cómo la Mujer Misteriosa se acerca a mí sin perderme detalle de ninguno de sus serpentinos movimientos. Mi cuerpo permanece ligeramente girado, apuntando a la joven con el hombro derecho. Mi mano izquierda, que queda fuera de su vista, ase firmemente la empuñadura de mi cimitarra. Pacientemente, espero a que llegue a mi altura y se detenga ante mí. La radiante belleza de su rostro inexpresivo me quema, y su cercanía es un recuerdo del tiempo que hace que no gozo del placer de otra piel contra la mía. Por mi malhadado nacimiento, me está prohibido tocar a cualquier mujer de mi tribu hasta el momento de mi ascenso como abramita. Por eso, toda mi vida he tenido que hallar consuelo en mis camaradas Espadas de Jehammed o en las desgraciadas viudas de nuestros enemigos, y esas eran las únicas maneras aceptables de las que podía desahogar mi ansia y la ira que siempre parece ir a quebrarme desde dentro. No obstante, de cualquiera de estos alivios esporádicos hace ya más de un año, y las formas de la anubiana, amables como las colinas fértiles acariciadas por la brisa, me obligan a ser repentinamente consciente de ello.
A pesar de todo continúo mirándola fijamente desde mis profundas y oscuras cuencas, sin mover un solo músculo. La Mujer Misteriosa habla. Su voz me resulta más grave de lo que esperaba, como si hundiese sus raíces en una tierra negra y profunda. De forma sencilla y directa, me dice que necesitará mi sable cuando desembarquemos. Imagino que se refiere a que necesita mi protección. Mi boca se entreabre, mostrando parcialmente los dientes.
—Como tú quieres —respondo en mi precario africano—. Tú lo tienes*.
Lejos de la vista de la Mujer Misteriosa, mi presa sobre el puño de mi arma se afloja… e intento que la tensión que siento en mi interior se apague.
*No, no he tenido una embolia para escribir así XD. He estado un rato investigando la formación morfológica y sintáctica del árabe (idioma base del africano de Degenesis) y de algunos idiomas del norte de África para entender mejor las diferencias con el español y así poder crear un «chapurreo» realista XDDD. En realidad quiere decir: «Como quieras. Lo tendrás».
Post corregido: a los ismaelitas no solo les está prohibido tener relaciones con las saraelitas (las «mujeres sagradas» de los Jehammedanos), sino con cualquier mujer jehammedana.
El ambiente está más animado que de costumbre e incluso alguien se anime a tocar un pequeño tambor que coloca entre sus piernas y llena el ambiente de un intenso sonido que algunos aprovechan para cantar.
Me aproximo al azotador caminando con seguridad, manteniendo en todo momento una posición ligeramente encorvada que recuerda a un animal listo para lanzarse al ataque. Cualquiera con un mínimo entrenamiento marcial podría observar la tensión casi palpable que se acumula en mis miembros, preparando mis músculos para cualquier imprevisto. En cuanto me detengo a una distancia prudencial, clavo una mirada oscura y penetrante en los ojos del hombre. Me mantengo en silencio durante unos segundos, con la boca ligeramente entreabierta, como si estuviese a punto de hablar; y sin embargo, las palabras tardan en llegar. No hago ningún esfuerzo por ocultar que estoy midiendo al africano, evaluándolo en su totalidad, desde la postura con la que me enfrenta hasta cualquier emoción superficial que pueda leer en su expresión. Después de mirarlo de arriba abajo, llego a la conclusión de que será un oponente digno.
—Entrenamos, tú y yo —le digo con mi limitado dominio de su extraña lengua—. Entrenamos, ¿sí?
Me mantengo a la espera de su respuesta, sin cambiar en ningún momento de posición. No soy estúpido, y sé que practicar lucha con cualquiera de estos hombres puede ser peligroso. Pero eso es exactamente lo que quiero; de lo contrario no sería un entrenamiento válido.
Me rio a carcajadas ante el atrevimiento de Hakan y le digo mostrando toda mi dentadura blanca en una amplia sonrisa:- Como te atreves?, aunque seas el esclavo del difunto Enge, no me rebajare a tu altura. O que quieres?, recibir una paliza?, anda vete y déjame tranquilo.
tendras que enseñarle que ya no eres esclavo... quizas obtengas alguna ventaja al respecto :)
Respondo a la risa del africano con una gran sonrisa, que más bien parece la mueca de un lobo furioso. Mis ojos sin embargo no ríen, sino que continúan atravesándolo con una vehemencia densa y palpable, casi quemante. El joven y arrogante guerrero cree que soy un esclavo. No voy a rebajarme a intentar persuadirlo de lo contrario; nunca le he visto sentido a defenderse de un ataque errado. Así que, en vez de eso, apelaré a un recurso más sustancial e infalible: su insolente orgullo juvenil. Me inclino ligeramente, acercando mi rostro al de él.
—León tiene más miedo que esclavo —insisto con voz grave y gutural, sin dejar de mostrar los dientes, y en mi tono puede advertirse una clara intención de burla o provocación. No me muevo en absoluto. A pesar de que mis brazos cuelgan laxos a ambos lados de mi cuerpo, estoy completamente alerta a cualquier movimiento extraño y potencialmente peligroso del hombre.
Como cada uno cree lo que quiere creer, probaré otra estrategia. A ver si te crees que te voy a andar rogando XD.
Los compañeros de Sakar se empezaron a reír de la situación, a carcajada limpia ante la irrespetuosidad de un esclavo ante un azotador, normalmente el Simba le hubiera degollado de la misma pero al parecer la risa espontanea de sus subordinados hizo retener su mano que ya alcanzaba su puñal. AL parecer quería comprobar como uno de sus subordinados salvaba la situación, esta seria una buena evaluación para su proceso como Azotador.
Pero que se creerá este puto esclavo?, Se cree mejor que yo? se va a enterar este cabrón, Dejarme mal ante mis compañeros?, ni de coña!!!
Y aprovechando que se había acercado aquel irrespetuoso esclavo con su fea cara a muy corta distancia Sakar le metió un cabezazo y de la misma se puso en posición de combate con sus manos levantadas y soltando el chillido típico de hienas de cualquier Azotador para después decir:- No mereces ni el filo de mi lanza, y la flexibilidad de mi azotador y menos una bala en plena cara. Te daré la paliza de tu vida es-cla-vo. dijo esta ultima palabra como si escupiera las silabas
Creo que el combate debería ser trasmitido para todos, ya que es bueno para que todos aprendamos como va.
Aunque haría falta una breve introducción o dejar todos los post en publico.
Por otra parte...
Sakar aprovecha que Hakan se le acerca mucho, pero este esta con los nervios en tensión para evitar cualquier cosa, no creo que haya que tirar iniciativa, pues es sorpresa y no va a atacar porque espera mi reacción, pero si que al estar alerta debería hacer una tirada de esquivar o algo así, o una tirada enfrentada o lo que sea que se haga en este juego :)
La respuesta del impetuoso africano no se hace esperar. Mi aproximación desencadena un rápido y bien dirigido testarazo por su parte, que podría haberme partido el tabique nasal si no fuese precisamente lo que esperaba provocar. Con un sencillo paso a un lado, me salgo de la trayectoria del ataque, dejándolo pasar de largo. A continuación apoyo mi peso en el pie atrasado y doblo ligeramente las rodillas, riendo con ferocidad y con los ojos centelleando. Levanto ambas manos a la altura de mi cara, formando garras con los dedos. El joven azotador me mira con desprecio y me espeta una serie de petulantes bravatas. Lo que cabía esperar. «Vaya, parece que al fin tengo tu atención», pienso. La sonrisa lobuna se borra de mi cara, y ladeo la cabeza mientras lo miro fijamente, con los ojos muy abiertos.
—León habla mucho.
Espero que el guerrero africano no sea tan fácil de provocar como parece. De lo contrario, este juego durará menos de lo que planeaba, lo que sería ciertamente decepcionante.
Dire, borra mi post anterior, porfa (el de la iniciativa).
Me había esquivado el cabezazo, este esclavo tenia reflejos de felino, no había que menospreciarlo, si me había esquivado es pq tenia conocimientos de lucha y capto mi movimiento, veamos como se desenvuelve en un combate.
Me pongo en posición de combate y pronuncio el grito de pelea de los Azotadores, lo que en el resto de mis compañeros tiene como reacción abrir el circulo y dejarnos un amplio terreno para luchar.
En contestación a sus lamentables bravatas para sacarme de quicio y no concentrarme en el combate respondo:- Deja de hablar y veamos como te desenvuelves, esclavo. Esta vez esa palabra la digo con un poco de respeto, casi inapreciable.