Pasa el tiempo... No sabes cuanto... Al menos te han traído algo de comida. No era ningún manjar pero algo es algo.
Y, cuando te estabas empezando a desesperar, escuchas como la puerta se abre.
- Es hora de moverse Ethan.
Comenta Alaerith con una leve sonrisa y una señal con la mano para que te levantaras.
- Nuestro superior te espera.
Ambas mujeres esperan fuera a que salgas y te escoltan por aquellos pasillos infinitos.
Izquierda, derecha, recto, derecha, ¿izquierda? ¿Luego derecha? Llega un momento entre la maraña de pasillos que no tienes claro por donde te están llevando... Hasta que llegas a un despacho.
- Por aquí. - Comenta Alaerith.
En un modesto despacho, repleto de frascos, libros y diferentes sustancias, hay un hombre de aspecto regio y formal.
- Pase y tome asiento.
En el interior, en paredes opuestas, están tanto el hombre pelirrojo que te hizo aquella extraña entrevista, mientras que el otro era el chico de ojos claros que había en el barco.
- He pedido que todos mis compañeros implicados estuvieran presentes. Simple cortesía profesional, no te lo tomes como una amenaza.
Tras decir esto se centra en uno de los pergaminos que tiene sobre la mesa.
- ¿Comenzamos?
Y te vuelve a señalar la silla.
Era dificil medir el tiempo en aquella sala, aunque la lejana y pequeña ventana le permitía darse cuenta de cuando oscurecia. Aun así le pilló por sorpresa cuando le vinieron a buscar.
El joven no dijo nada y siguió a las mujeres. Que lo llevaron ante otra persona nueva. ¿Tendría que volver a contar la historia de nuevo? Empezaba a cansarse de ello.
Buenos días ¿o son tardes?. Lo siento, no estoy seguro.
La educación ante todo. Aunque casi sonrió ante el comentario del, imaginaba, jefe.
Claro. Como si tuviera algo que decir al respecto.
Se sentó en el lugar que le indicaban.
Cuando quiera.
No he entendido si ha sido el mismo día o han pasado varios. Por saber si me he recuperado algo más me refiero. No vaya a ser que hayan ostias. XD
El hombre ignora tu comentario para comenzar.
- He estado hablando largo y tendido con los Inquisidores que te encontraron en el barco. Me han contado lo que te preguntaron y contestaste. Al igual que he estado hablando con calma con nuestro interrogador personal.
Señala a todos los presentes.
- Hemos estado deliberando sobre si es usted peligroso... O no. Sabemos la respuesta que nos darían los marineros a los que atacó. Una muestra de cordialidad algo extraña para haberle salvado la vida de ahogarse en el mar... Por suerte para ti, ellos no decidirán tu destino sino nosotros.
El hombre se detiene un momento.
- Como aprendiz en el templo de Shiva tu entrenamiento es excelente, aunque aún eres un aprendiz. Si estuviera completado habrías podido con ellos sin problema... De manera que aún te quedan cosas por aprender...
Tras esto carraspea.
- Pero no es asunto nuestro completar tu entrenamiento. El asunto que aquí discutimos es si matarte porque seas una amenaza o no. Desde luego lo que derribó tu barco, esas armaduras, son algo a tener en cuenta. Aunque hemos llegado a la conclusión de que tú no tuviste nada que ver con ese incidente. Por eso creemos que, por ahora, no supones una amenaza para la humanidad y se te perdonará la vida.
El tipo que tenía delante imponia respeto. De eso no había lugar a dudas. Tenía un algo que le hacia peligroso, muy peligroso. Y por una vez Ethan se abstuvo de hacer ningún comentario ni interrumpirle mientras hablaba.
No estaba de acuerdo con algunas de las cosas que dijo, como lo de la muestra de cordialidad de los marineros que le rescataron. Menudo rescate el querer encerrar a alguien tan solo por haber sobrevivido a una desgracia.
Tampoco le gustó demasiado la condescendencia que le mostro al decidir no matarlo. No es que dudara de que pudiera hacerlo, pero no es la actitud que habría esperado de los supuestos protectores de la gente.
Bueno. Le agradezco mucho que decidan no matarme.
¿Puedo hacer una pregunta?
No si con esa imagen acojona cantidad. XD
El hombre parece recostarse hacia atrás cuando termina. Aunque se vuelve a incorporar levemente cuando ve que abres la boca.
Al principio parece que asiente, pero cuando haces la pregunta, vez que alza una ceja.
- Claro. Pregunta.
Frío y cortante. Casi sonaba como un desafío. Sin embargo, como superior de aquellos cuatro, debía saber más que todos ellos. Lo que significaba que tendría respuestas.
La verdad es que Ethan tenía bastantes preguntas, casi todas relativas a sus padres. Pero la actitud de aquel hombre le llevó a preguntar otra diferente.
¿Qué es lo que hace la Inquisición? Me refiero en general. ¿A qué se dedica? Creía, o al menos eso deduje en su día de lo poco que lei en las notas de mis padres, que su principal objetivo era proteger a la gente corriente contra el mal que acecha al mundo.
No estaba seguro de cómo reaccionaria a aquello. Tal y como había visto que trataban a la gente inocente lo mismo le mataban allí mismo, pero no pudo evitar preguntarlo.
El hombre vuelve a arquear una ceja.
- Si sabes la respuesta, ¿para qué preguntar? Aunque permite que haga un apunte: no protegemos a la gente corriente.
Esta última frase toma más fuerza cuando ves que tiene los ojos fijos en ti.
- Protegemos a los inocentes. Es algo diferente. La gente corriente puede hacer todo tipo de actos que merecen ser castigados.
Ethan ladeó la cabeza mientras sopesaba la respuesta que le había dado aquel hombre. El matiz era sutil, pero interesante. Finalmente se encogió de hombros.
Bien. Bueno es saberlo. Gracias por la aclaración.
Por lo que me ha dicho o van a matarme. ¿Soy libre entonces de salir de aquí? Aunque nada me gustaría más que preguntarle sobre mis padres, lo cierto es que necesito aire libre. Y cuanto antes pueda salir de este lugar mejor.
La juventud orgullosa de Ethan jugó en su contra en esta ocasión. Sabía que no iba a tener otra oportunidad mejor de averiguar algo sobre sus padres. Pero el orgullo le impedía preguntar claramente. Quería irse cuanto antes de aquel lugar donde apresaban inocentes, pues eso es lo que él era, y les encerraban sin motivo. A saber qué otras cosas harían.
El hombre se recuesta en el asiento.
- Si eso es todo, sí, es libre de irse. Si le ha quedado todo claro, Alaerith le acompañará a la salida.
Parecía que sí, que eras libre. Al menos por el momento.
Si querías irte podías aunque, si lo hacías ahora, tendrías muchas preguntas sin respuestas. Sabes que este es el mejor sitio para obtenerlas pero, también sabes, que la Inquisición puede ser poco comunicativa.
Ethan se levantó y saludó, después de todo había que ser educado. Y cuando se iba a ir con Alaerith se giró una vez más.
Perdone. Una última cosa si fuera posible.
Si quisiera saber algo sobre algún antiguo inquisidor, como por ejemplo mis padres, ¿a quién tendría que preguntarle?
No podía perder aquella oportunidad. A pesar de todo era su mejor baza para saber algo de su pasado. Y eso era mucho más importante que su orgullo. Puede que sus maestros estuvieran contentos con él y todo.
Perdón por no ocntestar antes. Currar en finde s lo que tiene.
- La información sobre otros inquisidores solo es disponible para otro inquisidor. Y dado que usted no lo es...
El hombre se levanta dando por finalizada aquella conversación.
- Alaerith le acompañará a la salida. - Dice señalando la puerta con la mano. - Y espero por su bien no tener que volver a verle. Ahora si me perdona, tengo asuntos de mayor importancia de lo que ocuparme.
La pregunta había salido de tus labios, pero no había llegado la respuesta.
- Acompáñame Ethan.
Dice la mujer sin dejarte opción a replicar.
Te conduce hacia la puerta y, tras esta, empezáis a caminar por diferentes pasillos.
- Mi superior tiene razón. - Dice asegurándose de que ya estabais a una distancia prudencial del despacho. - Si no eres inquisidor no puedes obtener información de uno. La cuestión es que... Tus padres no eran inquisidores.
Sigue caminando con calma por aquel intrincado laberinto de pasadizos y pasillos.
- Landom, mi compañero, estuvo investigando un poco. Aunque nos ayudaban, tus padres no eran inquisidores. Se podrían decir que eran agentes externos a nosotros. Nos echaban una mano pero no tenían la posición de un Inquisidor. Esto es algo bueno y malo al mismo tiempo. Es bueno porque, entonces, no necesitas ser de los nuestros para acceder a esa información. La mala noticia... Es que al no ser Inquisidores, nosotros aquí apenas tenemos información al respecto.
Ethan no dijo nada más y siguió sin rechistar ni hacer nada extraño a la joven. Mientras se marchaban esta le sorprendió respondiendo a sus preguntas. Más o menos.
Vaya. Muchas gracias. De verdad que te agradezco la información, y transmitelé mis agradecimientos a Landon también. Lo cierto es que no estaba seguro de que lo fueran, tan solo lo intuí por sus escritos. Pero bueno, al menos tengo algo de por donde empezar.
Si ellos no eran inquisidores, pero os ayudaban, imagino que tendrían algún tipo de contacto que les encargara misiones o a quién ellos entregaran sus informes o lo que quiera que hicieran.
No sabréis quién ¿verdad?
La mujer te mira mientras sopesa tus palabras.
- Es posible...
Ves que se lleva una mano a la barbilla por un momento.
- Si tus padres tenían algún tipo de contacto con la Inquisición, desde aquí no vas a poder encontrar nada. Pero, como bien dices, sus misiones deben estar registradas en alguna parte que no sea dentro de estos muros. Ahí sí puedes averiguar cosas ya que no son documentos Inquisitoriales como tal.
Después de esto te mira.
- ¿No sabes en qué casa vivían? ¿Una dirección? ¿Algún contacto?
Espera unos segundos a que pienses.
- Tal vez sea una forma de empezar a buscar.
Ethan se encogió de hombros.
Esa era mi idea inicial. De hecho venir a preguntar a la Inquisición lo pensaba dejar para más adelante.
El caso es que recuerdo poco de la época en que vivía aquí. No sé siquiera si tengo más parientes. Y para acabarlo de arreglar perdí lo poco que tenía de ellos y que me podría haber ayudado en el ataque de aquella bruja y sus armaduras.
Si la vuelvo a ver pagará por ello.
La mujer, al escuchar tus últimas palabras te coge de la camisa y te empotra contra una pared.
- Escucha bien Ethan. - Aunque sus formas eran bastante brutas, su tono de voz era más de aviso que de amenaza. - No cuentes a nadie lo que ocurrió en aquel barco. ¡A nadie! ¿Me entiendes? Si alguien escucha esa historia es posible que intenten matarte por brujería o algo similar. O peor... Volverán a llamarnos. Y los Inquisidores que vayan en esa ocasión tal vez prefieran terminar contigo rápido cortandote la cabeza. Así que no le cuentes a nadie lo del barco ni nada de eso, ¿sí?
Después de eso la chica te suelta y te mira con cierto reproche.
- Viniste aquí buscando a tu familia. Tendrás algo más a parte de que vivían en Argos, ¿no?
Ethan se puso en tensión en cuanto la mujer le agarró, pero cuando se dio cuenta de que no quería pegarle se calmó un poco. Cuando le soltó la miró extrañado.
Vale, vale. No te pongas así. Pero la verdad es que no sé mentir. Y tampoco entiendo eso. Han muerto personas. Deberían estar siendo vengadas, no olvidadas.
Pero no dijo nada más. Y cuando le preguntó lo que recordaba se puso un poco incómodo.
Como ya te he dicho, no recuerdo mucho de aquella época. Tendría unos cuatro o cinco años cuando salí de aquí. Y mi memoria no es fiable en lo tocante a aquellos días debido a lo que me pasó.
Suponía que si ofrecia algún dinero preguntando por sus nombres alguien sabría algo. Pero ahora no sé.
- No están siendo olvidadas Ethan... - En eso te mira de arriba a abajo. - Y no parecía tan molesto hace un momento con este tema cuando solo me ha preguntado por sus padres y no por lo que está haciendo la Inquisición contra esos atacantes.
La mujer te mira de forma severa esta vez mientras sigue caminando.
- Encuentre sus prioridades.
Prosigue hablando cuando os estáis acercando al portón principal de aquella fortaleza.
- Y, desde luego, si piensa dar recompensa por información de sus padres, vaya preparando el bolsillo. No le será barato.
La mujer, una vez estáis en el umbral, te mira.
- Le deseo suerte Ethan. Espero que le vaya todo muy bien.
Ethan se encogió de hombros.
Si. Ya me imaginaba eso. Pero ese plan tendrá que esperar a que encuentre algún tipo de trabajo, mis pocos ahorros también se fueron al fondo del mar.
Ante la despedida de la mujer, el joven juntó las manos y bajó la cabeza en señal de respeto.
Muchas gracias.
Lo mismo le deseo a usted.
Miró a través de la puerta.
Mmmm. ¿Sabé cómo se vuelve a la ciudad? Nuestro viaje hasta aquí fue un poco...irregular.
Pues nada. Toca volver, y supongo que pateando. ¿Al final han pasado algunos días o no? Lo digo por si me he recuperado más.
Tus preguntas, en esta ocasión, se quedan sin respuesta. Alaerith, si se encuentra al otro lado, no contesta. Aunque lo más seguro es que, tras dejarte fuera, se haya retirado a seguir con sus obligaciones.
Así que ahí estabas, a las puertas de una inmensa fortaleza...
Miras un momento al cielo y, por la posición del sol, crees que debe ser un par de horas más tarde del medio día. Aún te quedaban unas cuantas horas de sol por delante. La cuestión es, ¿y ahora?
Desde la puerta de la fortaleza sale un camino de roca que se aleja de allí. No sabes a donde parará, pero a algún sitio seguro. Aunque también hay otra opción, ya que la fortaleza está en un acantilado... Podrías ir hasta la playa y seguir por allí, esperando encontrar algún pueblo costero cerca.
¡No! ¡Pesao! jajaja Que no ha pasado ningún día todavía desde que te encotnraste con la inquisición.
Cuando Ethan se giró y vio que estaba hablando con una puerta se encogió de hombros.
Pues vale. Tampoco es que los necesite ni nada por el estilo.
Volvió a mirar el camino y el acantilado, y como no le apetecía demasiado acercarse al mar se decidió por el camino.
Despues de todo, supongo que también habrá gente que venga y se vaya caminando de manera normal.
Habia comido un poco, por lo que tenia para un par de días. Ahora la preocupación más acuciante era conseguir volver s la ciudasd , conseguir algo de dinero, y buscar información. Y eso no lo haría estando allí parado, por lo que se puso en marcha.
Pues eso, por el camino.
Y perdón por ser pesado. Pero es que no entendí que no hubiese pasado ningún día. Creía que me habían tenido más. Por eso preguntaba. Lo siento.