Partida Rol por web

Derek aparece en una sala vacía mientras una multitud de personas le observa.

El imperial alza la vista y agita la mano entrecerrando los ojos.

- Vale... ¿así que de eso se trata no? Debo actuar como si todo fuese normal... - tras decir aquello se crujió los dedos y el cuello. 

- ¿Y si hay algo que sale mal jefe? - esperó una respuesta en silencio.

- Entiendo, así que no debo hablarte directamente... actuar con normalidad... con normalidad - comenzó a dar vueltas en círculos mientras pensaba en algo.

- Entonces lo mejor ahora mismo es que dediquen unos minutos y vean mi ficha de personaje. Sé que no quieres que use esos términos aquí pero ¿cómo quieres que lo explique sin andarme con rodeos? - con discreción señaló a la pestaña de personajes. Su intención era clara, que aquel que estuviese observando pudiese contemplar un ejemplo de ficha de personaje rellenada al completo.

Con disimulo, Derek sacó una bolsa llena de dados de seis caras, cada una con símbolos diferentes.

- ¿Y el tema de los dados? Ah, que se miren la escena con el sistema... ¿y no prefieres que...? está bien, no insistiré más. Pues nada... - se remangó la camisa y carraspeó. Parecía decidido a comenzar su aventura.

- Deseadme suerte... algo me dice que la voy a necesitar - cogió aire profundamente y atravesó una puerta imaginaría, haciendo que desapareciese por completo.

Derek cerró la puerta de la casa que durante tantos años fue su hogar. Suspiró y aferró su puño.

- Sea como sea, les encontraré - el imperial se enfrentaba a un problema. En el pasado formó parte de una banda criminal, por mera supervivencia, hizo cosas atroces y esos actos le remueven la conciencia cada noche. Ahora, con una nueva vida por delante, mujer e hijas, solo quiere convertirse en un hombre de provecho y ser capaz de superar las pruebas para ser guardia imperial de Frostan ¿el problema? sus antiguos compañeros le han amenazado con desvelar sus secretos más oscuros si no hacía un trabajo para ellos.

Derek, sabiendo que tenía mucho que perder, aprovechó el silencio de la noche para dirigirse al bosque que hay al sur de Frostan. Él solo iba equipado con un estoque, un arma que heredó de su padre y éste de su abuelo. No era un arma mágica ni nada por el estilo, pero su valor sentimental iba más allá de un encantamiento poderoso.

De camino al bosque, un afable mercader te pidió que echases un vistazo a su mercancía.

Por un lado mostraba una espada corta, con un filo mortífero (x3)

Por otro lado mostraba unos pendientes que según él otorgaban mucha agilidad (x4)

El imperial llevaba casi una jornada de viaje, el bosque no debería quedar lejos sin embargo un extraño sonido le alertó.

Se trataba de un viejo carromato dirigido por un simpático hombrecillo de escaso pelo y enorme sonrisa. Nada mas ver a Derek se detuvo haciendo que su caballo relinchase con fuerza.

Se trataba de un mercader ambulante, al parecer son comunes por estos territorios. Le enseñó lo que tenía a la venta... una espada corta con muy buena manufactura, se notaba que habían puesto mimo en su filo pero los pendientes mágicos captaron toda la atención del espadachín.

- Estos pendientes... siento la magia que irradian... - comentó al tocarlos. Por desgracia no disponía de monedas suficientes para adquirirlo.

- ¿No harás una rebaja, verdad? - alegó esperanzado. El silencio del mercader acompañado de su sonrisa le hizo entender que los precios no eran negociables.

- Una lástima, espero que en otra ocasión pueda encontrarle de nuevo caballero - hizo un gesto de despedida y dejó al comerciante irse. Derek continuó su camino ¿qué más le depararía su viaje?

El avance fue seguro por las bastas llanuras. De hecho, Derek pudo divisar que la entrada al bosque estaba a menos de un kilómetro.

El camino continuaba y aunque el bosque todavía no estaba a su alcance tuvo la suerte de no encontrarse con ninguna sorpresa desagradable. Aún mantenía sus fuerzas para seguir avanzando a buen ritmo y parecía que el clima le acompañaba. Un aire de esperanza recorría el propósito de aquel hombre.

- Vamos, sé que estoy cerca - repitió para si mismo a la vez que apuraba el paso.

Por fin Derek había alcanzado la entrada al Bosque, conocido vulgarmente como "El Bosque de las Arañas". Por desgracia el terreno no era tan fácil de acceder. Innumerables cambios de terreno, pequeñas escaladas y vegetación abundante le interrumpían. Debía hacer un esfuerzo para continuar sin consecuencias.

Finalmente logró adentrarse en el bosque de las arañas. Siempre había oído hablar de él, pero nunca pensó que sería tan inmenso o frondoso como los conocidos bosques del sur donde habitaban otros humanos más asalvajados.

Con el estoque desenfundado y sus sentidos alerta, caminó durante largas horas buscando indicios sobre la entrada de la guarida secreta de aquella banda que le había arruinado la vida. En un primer momento no encontró nada, sin embargo se percató que había llegado a un tramo del bosque donde el mero hecho de caminar era una odisea.

Cruzó muros de ramas que arañaban su piel como si fuesen cuchillas mientras torpemente buscaba la forma de alcanzar algunas zonas más elevadas usando puntos de apoyo. Aunque finalmente lo consiguiera las heridas que se había provocado en el proceso no eran más que la prueba física de que no estaba tan preparado como pensó.

Se echó un poco de agua para limpiar las heridas y continuó caminando, ya no debe estar tan lejos...

Mientras Derek se adentraba en el bosque, un escalofrío recorrió su cuerpo. Sin que llegase a tener tiempo para reaccionar, una imagen borrosa acompañada de un lamento le envolvió.

Un espíritu de los lamentos, los que muchos denominaban Banshee, había aparecido de entre los árboles. Las leyendas decían que los espíritus protegían estos bosques de los intrusos ¿a caso eras uno?

Cuando Derek escuchó ese ruido, se giró inmediatamente con la intención de defenderse de cualquier amenaza que se cruzase por su camino.

Lo que sus ojos no esperaron era la silueta fantasmal de aquella mujer de amargas lágrimas saliendo de uno de los árboles más frondosos del bosque. Tragó saliva y con toda la destreza que pudo, intentó usar su arma para herir a aquel espíritu pero... ¿a caso eso era suficiente?

~~ Noooo puedes entraaaar ~~

El imperial se estremeció cuando oyó esa voz que retumbaba en su cabeza. Por un momento se percató de que no fue tan buena idea haberse adentrado en el bosque sin estar lo suficientemente preparado... pero cuando uno se ve cegado por el miedo a las consecuencias de su pasado, se llevan a tomar malas decisiones.

- Por favor... solo quería salvar mi honor... ¿a caso merezco morir por ello? - preguntó el humano sabiendo que aquella Banshee sería infranqueable. Ésta lentamente abrió la boca, como si quisiese decir algo.

~~~~ Noclatú... ~~~~

Derek no entendía qué quería decir ¿era una especia de clave? El espíritu simplemente sonrió mientras poco a poco se acercaba a su víctima. El imperial se cubrió la cara, intentando minimizar las consecuencias... pero tras aquel encuentro no quedó nada.

Aún los niños de Frostan escuchan las leyendas sobre los espíritus del bosque de las arañas y de lo peligroso que es adentrarse en él. Nadie echó de menos a Derek salvo su familia... ¿pero servirá esa historia para advertir a otros sobre los peligros de aventurarse?

 Raza: Humano de Frostan

 Clase: Espadachín.

 Salud: 

 100% ()

 x2

 Atributos

 Cuerpo: 
 Mente: 

 Rasgos/Capacidades

 Callejero: permite revelar dos cartas de ciudad

 Cartas de Inventario