Partida Rol por web

El viaje se OS hizo eterno, pero no tanto como los pensamientos acerca del desarrollo de la misión. De todos los que habíais salido, solo unos pocos habíais conseguido regresar con vida. ¿Había merecido la pena? ¿Cuánto de vosotros había sobrevivido en realidad?

Cuando distinguisteis la base, a lo lejos, Patel movió la palanca y se dirigiste hacia ella, comunicándose por radio. En la base no podían creérselo, y oíste algunas palabras y gritos de júbilo porque ni tan siquiera contaban con que alguien regresara de aquella "sencilla" misión a la que os habían enviado.

Rápidamente, despejaron la pista y os dieron instrucciones para alejaros, girar y adoptar el ángulo de entrada adecuado. Disminuir potencia, flaps, santiguarse... una cosa detrás de otra, hasta que el avión estuvo lo suficientemente cerca de la pista.

Nada más detener el avión, un número incontable de vehículos se acercaron a vosotros, entre ellos, no solo tus oficiales al mando, sino también miembros del equipo médico, que recogieron a Roberts con mucho cuidado y se la llevaron. Esta no dejó de miraros, agradecida, mientras se la llevaban para tratarla.

Después, mirasteis hacia delante. Vuestro oficial al mando se acercó a vosotros y te alargó la mano para estrechárosla, uno por uno.

-Bienvenidos a casa, soldados.

Vuestro informe no causó el efecto que hubieras deseado. Quinn estaba presente cuando empezasteis a hablar de todo lo que había sucedido, y él gran hombre en persona, os informó al Comandante y a ti de la realidad.

Reynolds estaba infiltrado para conseguir descubrir la red de tráfico de material nuclear. Sus órdenes eran muy claras. Bajo ningún concepto debía mostrar su tapadera. Por desgracia, los grupos paramilitares no siempre cumplen su palabra, y la sargento había pagado por todos; ella y tu equipo, que había sido enviado allí para atraer su atención y distraerla de Reynolds, el cual debía en aquellos momentos establecer contacto con el principal traficante. 

Las últimas informaciones, hasta donde podía contaros, indicaban que estaba teniendo éxito. Tú y tu equipo habíais hecho un gran trabajo, y por ello, recibirías una mención especial y podrías escoger el destino que quisieras. Había sacrificado a su propio capitán y eso era algo que no tenía nombre.

Pero si vosotros estabais cabreados, vuestro superior aún lo estaba más.

El rostro del Comandante Jones adquirió una coloración más roja que la sangre de todos los que habíais visto caer Con gusto le hubiese propinado un buen derechazo a Quinn, de haber podido, pero sabía que no era posible. Cuando se quedó a solas con vosotros, lo único que te dijo fue:

-Supongo que nosotros estamos hecho de otra pasta. 

Entre los hombres, vuestro regreso fue celebrado y a pesar de la tristeza y la rabia que sentíais, debíais reconocer que en aquella base, la camaradería estaba por encima de todo.

Roberts fue tratada, cuidada y enviada a casa. Vuestra mención tardó poco en ser registrada y dos días más tarde, os informaron de que dispondrías de dos semanas de vacaciones para ir a los Estados Unidos, antes de reincorporaros de nuevo.

Jones os miró muy seriamente.

-Necesito que se tomen esas dos semanas -os dijo, mirandoos fijamente -, porque esto no acaba aquí. Tengo órdenes de nombrarla a usted, Patel, Oficial al Mando de un nuevo Equipo Especial, que los jefazos han creado y denominado, Equipo de Asalto Imposible (IAT). Parece que a alguien de arriba le ha parecido que usted podría dar mucho más de sí y me parece que se está gestando algo, pero no aquí. En Centro América. Así que... les conviene descansar, porque si esto le ha parecido difícil, me da la sensación de que no hemos hecho más que comenzar.

La sargento se durmió durante el viaje en avión, ni siquiera las terribles turbulencias sufridas por el destartalado avión fueron suficientes para despertarla. Solo el fuerte aterrizaje la sacaron de su sopor.

Escucho con atención las palabas del Comandante Jones, tardo unos minutos y varios cafés para terminar de entender que decían. Misión de infiltración, sacrificio necesario, mención especial…. Eran las típicas palabras con las que los grandes jefes se llenaban la boca y que a la tropa no les decían nada. Ella solo sabía que había perdido a un buen amigo y que su cuerpo estaba lleno de magulladuras y plomo.

Al escuchar el nombre del grupo, la sargento tuvo que contener una carcajada. Todo ello sonaba a película de blockbuster. ¿En que estarían pensando los jefes? En una película de superhéroes. A la orden. Estaré preparada para la siguiente misión.

Tras las palabras de Jones, la piloto se cuadró y pidió permiso para irse. Las dos semanas siguientes las pasó con su familia, desquitándose de lo vivido todo lo que pudo. Disimuló suficientemente bien y nadie le preguntó más allá de cosas rutinarias. La única persona que percibió que en algo había cambiado fue su novio, a quien no dejó que la tocase en ningún motivo.

La última noche antes de reincorporarse no pudo dormir. Le daba vueltas a lo sucedido. El miedo, el dolor, el sufrimiento pasado... no quería sufrir algo así. Pero el sacrificio del sargento Warren y la increíble entereza de Roberts la había impresionado tantísimo, que no podía sino sentir admiración por ellos. Le hicieron recordar el porqué entró en el ejército.

Al presentarse de nuevo en la base pidió línea con Jones:

—¿Comandante Jones? Teniente Patel al habla. Cuente conmigo