Partida Rol por web

cagon to lo k se mueve! Dice Afonso volcando un mueble con desesperación, pues ve que no hay forma de que un patoso, dos abuelos y una moza se lien a cargar mobiliario como si estuvieran de mudanzas. POS AMOS PAL COXE SIADIXO!

Salí encorriendo detrás del Panaero. No sabía piorque, pero algo me jolía mal en esos mozos, asin que procuré que ni me se acercasen ni una miajá dando pequeños salto d'un lao pa'otro.

Con lo guapos qu'eran y lo feus qu'estaban toos. Ya no tienian las piancartas en las manos y sólo quierian agarrarnos a toos, peru cualquiera si dijaba tocá por ellos!! Asín que, a corré jasta el coche!

Afonso corre como puede, viendo como todos lo van adelantando pero de repente una mano de los piojosos se acerca hacia él... Intenta darle un mamporro con su bastón pero su hazaña es tan patética como su velocidad al correr antes los mozos... 

IJOSPUTA, si tubiera sho e mij añoh mozos sus tumbava a todos con una jostia detas manos farrukas de masar pang!

El Comebragas iba hasta su coche con la oreja puesta en el móvil, a ver si la señora Chari se dignaba en responder. Mientras, los otros hacían el gilipolla parapetándose en el yuntamiento. ¿Que no tienen casa o qué? ¿Que no tienen familia de la que procupase? ¿A qué tanto miedico de pronto? Si hay poblema, po uno va dando un paseico hasta su casa, sensierra, y se pone a ver la tele con la copeta en el regazo y un piscolabi de torreznos y un vaso tinto. Pero no se apollarda en el yuntamiento, que ahí na má que hay papele. ¡Si ni siquiera taban bajo asedio! ¡Que son cuatro manifehtante! Seguro que querían encerrarse con los billete esos. Es que entra uno en un edificio de político y ya le sale la vena de robá.

Para cuando llegó al coche va y se da cuenta de que los otros querían salir y meterse tos con él. Salió el Panaero, más lento que toa su puta madre, y un perroflauta desos le quería endiñar.

-¡Pero déjalo que es un hombre mayó! ¡No ve que é ansiano! ¡Máh rehpeto, cojone! -se quejó esperando desde la puerta del coche. Esa juventú no guardaba valores de nada.

Viendo el percal y que tos salían por patas, él no iba a ser menos. Corrió al coche del Comebragas, a prisas, se acordó de sus años de juventú, cuando le robaba la zurra a los mayores y luego corría pa compartirla con los otros amiguetes de la calle. Le dio la risa acordándose de su primera castaña al tiempo que llegaba al coche, madre mía que ciego, que llenaron la casa'l alcarde con toa la broza de la basura. Allí que llegó el gorrino de sanantón y que llenó to de mierda, que se cagó y se comió al gato'l alcarde. Naide sabe por qué pasó eso, ende entonces el Utanasio tinía mucho rescepto a los gorrinos.

-Cagonlaputa la c'ha liao el alcarde- dijo riéndose y esquivando con maña a los apollardaos, to eso le venía de los bailes que se pegaba en las salidas a Benidorm.

Rápidamente, al ver que todos salen escopetados, me doy cuenta de algo... ¡Llevo sin beber desde que entré aquí! Esto es intolerable.

Me levanto de un salto, y salgo corriendo como el resto. No obstante, no puedo evitar ver que el panadero se queda atrás. ¡No puedo permitir eso, que me iba a invitar a una copa (o varias)!

Así, me arrimo a él mientras esquivo perroflautas, a la que digo— Enga willy, que te vas a quedar atrás, y ya verás qué poblema. ¡Y todavía me debes una copa!

En to la precipitá huida el panaero se lía con el bastón y se va pal suelo to lo largo q'es. La pena que los que van delante no lo ven, porque se hubieran echao unas risas de verle caersen tropezando con el su bastón, y es que los años no perdonan. El Frascuelo que lo ve desde'l coche se lía a pegarle voces a los piojosos pa que lo dejen tranquilo, pero es el Willy el que lo salva de acabar devorao.

Porque claro, el Willy llevaba mucho rato sin beber ná de ná, y en vez de salir corriendo como tós se había liao a abrir armarios con la esperanza de que alguno fuera un mueble bar, porque tol mundo sabe que un buen alcalde que se precie tie que guardar una botella de Chivas pa brindar cuando cierra un buen trato con un contratante d'esos...

¡Y claro! el Chema no iba a ser menos, y al abrir una puertecica el Willy allí que s'encontró una botella de Chivas casi llenetica y una de Cardhu, d'esas caras de tapón de corcho. Mientras tol mundo corría, el Willy se pegaba un lingotazo, y salía más feliz que una perdíz, con sus dos botellas debajo del brazo.

Por eso, y no por otra cosa, salió más despacio qu¡el Alfonso, y al salir a la calle asín se lo encontró, como una tortuga del revés intentando ponersen de pié y dándole patás a uno d'esos piojosos. Pues ná, qu'el Willy con su botellica de Cardhu en la mano l'atizó al piojoso con to la malababa del mundo en la perola, que reventó como un melón maduro pringándolos a tós de sesos y sangre. Naide sabe como, sin soltar la botella, pudo ayudar al panaero a ponerse de pie y llevarlo hasta el coche del Frascuelo, mientras iba limpiando la botella con la camisa.

Sin pararsen ni un momento, tos metíos en el coche, de camino a la centrás esa... El Willy má contento que un niño con zapatos nuevos con sus dos botellas, el panaero poniendo verdes a tós, el Frascuelo sin parar de llamar...

-tu...tu...tu... -y el teléfono que comunicaba, y es que eso no era mu normal, porque tol mundo sabía que su churri no pegaba palo al agua y que se pasaba tol dia pintándosen las uñas...

La Dominga sin dejar de saltar en el coche, y el Eutanasio riéndosen a pleno pulmón de sus recuerdos de mozo y del panaero, to sea dicho... Cuando una voz les saca de sus tonterías y oyen...

-¡¡¡josdeputaaaaaaaaaa....!!!

Y al girarsen p'atrás se ven al Nicodemo pegando voces en mitá de la plaza, to rodeao de piojosos que le mordían las canillas, y luego van y se ponen a bailar como locos...

Y es que tol mundo sabe que los zagales de la ciudá están apollardaos y que lo único que quieres es fiesta, que de trabajar ná de ná.