Don Andreu estaba agachado junto a aquella fuente mientras los lobos como guardianes de aquel lugar se lanzaban contra él. Ramiro intentaba con su bracamante lanzar estocadas esperando herir a aquellas bestias de forma que le permitiera zafarse y acercarse hasta aquel paraje y ver que hacia el joven señor.
Lanzo estocadas con el Bracamante con la intención de zafarme de los lobos e ir hacia Don Tome.
Ataco a ambos lobos.
Turno 3:
Tal vez fuera el cansancio o la oscuridad en plena noche, en aquel tramo junto a la Fuente del Álamo, pero ni tus estocadas de bracamante ni las mordeduras de los lobos (que unos pretendíais ofrecer a los otros), llegaron a buen puerto. Ní tu clavaste filo alguno ni recibiste dentellada de los fieros canes.
Fue entonces cuando detrás de tí, por el sitio por donde habías llegado hasta allí, oíste un chasquido. Alguien pisaba la hojarasca del terreno y hacía un finísimo ruido. Entonces una flecha fue lanzada y se clavó en el cuerpo de uno de los canes (Lobo1), haciéndolo caer fulminado en el terreno. Al girarte, apareció el rostro de un hombre, con ropas pardas, muy parecidas a las tuyas. Trataste de escudriñarle, y enseguida lo reconociste: era Julián, el otro cazador de don Colás. Tal vez te habría seguido o bien habría venido a buscar a don Colás empujado por los soldados de la aldea.
¡Ramiro! -te dijo el cazador cargando otra flecha inmediatamente- ¡Ve a buscar a don Andreu! -señaló con la cabeza hacia delante, viendo al noble arrodillado junto al agua-. ¡Yo me encargo de la bestia! -decía refiriéndose al lobo-.
Motivo: Bracamante vs Lobo1 y Lobo2 (respectivamente)
Tirada: 2d100
Dificultad: 45-
Resultado: 67, 94 (Suma: 161)
Motivo: Ataques Lobos
Tirada: 2d100
Dificultad: 60-
Resultado: 72, 92 (Suma: 164)
Nota: Has declarado que has atacado (es lo que yo he considerado), pero también el tratar de huir de los lobos hacia tu señor. En realidad son dos tipos de acciones distintas (una atacar y otra la acción extendida de "Huir"). En Aquelarre hay bastantes acciones de combate y habría que aclarar cuál se usa en concreto (no pasa nada, la lista está puesta en la otra escena).
Confírmame si vas a buscar a don Andreu, allí delante, o si luchas codo a codo con Julián (sería un lobo contra vosotros dos).
Aquellos lobos estaban siendo mas duros de lo que esperaba, al menos por el momento los había conseguido mantener a raya sin ser herido. Por suerte una flecha se clavo contra el lobo cuando estaba enzarzado en aquella batalla proveniente del arco de su compañero Julián. Su intervención le permitía un respiro para poder ir al encuentro del jovén.
Cuando vio la oportunidad salio corriendo hacia la fuente confiando en que su compañero le cubriera las espaldas. El grito de Julián azuzo su espíritu y fue al encuentro de Don Andreu. Cuando consiguió alejarse del lobo y llegar a un lugar mas tranquilo aminoro la marcha para acercarse caminando suavemente hasta el noble. Quería observar que estaba haciendo agachado en aquel paraje para averiguar como se tenía que comportar.
Perdón si no lo he dejado claro. Mi intención era atacar con la intención de al menos aturdir a uno de los lobos pudiendo emprender el camino hacia la fuente.
Ahora si me escabullo confiando en que Don Julián me cubra las espaldas.
Dejaste pues a Julián luchando contra el lobo. Por tu parte, aún con el bracamante en tu mano, corriste unas varas hacia delante, tratando de no trastabillar con la maleza del terreno. Entonces allí estabas, frente a la Fuente del Álamo. Pese a ser de noche, un brillo refulgía de su interior. Don Andreu estaba allí, arrodillado, y ni tan siquiera se inmutó al notar tu llegada: estaba hablando con una joven de piel azulada y fina, que estaba sumergida, de cintura para abajo, en mitad del infecto charco de agua. La pequeña catarata lateral acompañaba con su estridente sonido. Lo más inquietante es que tenia unos grandes y brillantes, fulgurantes, ojos verdes. Su mano estaba tendida hacia don Andreu y parecía moverse como si le invitara a... sumergirse en el agua. Entonces, antes de que pudieras hacer nada, don Andreu cayó hacia delante, de bruces, contra el agua, y comenzó a hundirse... La mujer se agachó un poco bajo la superficie...
No pasa nada por lo de las acciones. Es normal, pues Aquelarre es bastante escrupuloso con hacer unas u otras acciones ;)
Si quieres, con tu siguiente intervención, puedes hacer una tirada 1d100 por Leyendas (si no la tienes, por CULtura x2). Es voluntaria.
Al llegar hasta la fuente Ramiro quedo paralizado unos segundos mirando a aquella joven de piel azulada. ¿Que tipo de criatura era aquella? Cuando vio como Don Andreu caía hacia el agua salio de su ensimismamiento y se lanzo rápidamente a coger al muchacho. Si no le cogía aturdido como se encontraba se ahogara en el interior de aquella fuente.
Se lanza a coger al noble del cuello de la camisa para mantener al menos la cabeza fuera de la fuente evitando que se ahogue. Intento arrastrarle, para alejarle unos metros del borde si veo que no vuelve a recobrar la razón.
Motivo: Leyendas
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 7 (Exito) [7]
Lo sabías.
Cuando viste esa piel, esos ojos y esa premura al meterse en el agua, tu propia sangre se heló, y estaba más fría que el pútrido agua de la Fuente del Álamo. Justo antes de lanzarte a por don Andreu (puesto que fue imposible tratar de atraparle sin meterse dentro), recordaste la leyenda que contaban en la aldea, que te contaron tus padres, tal vez algún amigo de la infancia o quizá los más viejos del lugar (no estabas seguro en ese momento). Recordaste la figura de las temidas... Ondinas.
Se decía que las Ondinas eranentidades demoníacas, pero que en vez de regocijarse en las llamas de los infiernos, lo hacían en la calma y la quietud de algunos ríos de la Tierra, en algunas charcas, fuentes o en algunos pozos anchos... También se contaba que mientras unas aparecían y desaparecían a voluntad en tales lugares, otras solían engatusar a viajeros y gentes perdidas para atraerlos a sus lugares de morada... Tal vez la Fuente del Álamo fuera el hogar de tal ondina.
El caso es que sentiste el agua en todo tu cuerpo. Era un agua turbia, fría y tenebrosa. Pero tu única preocupación era no perder de vista bajo la superficie a tu noble señor. Trataste de no hundirte tu... ¿Podrías sacar al joven señor?
¡Buena tirada! Ahora haz otra tirada de FUE x3. Si no la superas haz una de FUE x2, y si tampoco la superas, Haz de FUE x1. Recuerda que puedes declarar "Suerte" para invertir (rebajando) los puntos necesarios hasta el éxito en caso de que hayas fallado.
Cuando era joven pasaba muchas horas rondando por el burdel de su madre y cuando tenía ocasión se sentaba a escuchar a los hombres que allí bebían. Entre aquellas mesas había oído todo tipo de historias en su mayoría bañadas por el alcohol. Todas aquellas leyendas estaban exageradas y el narrador siempre salía bien parado. Cuando vio aquel ser en el interior de la fuente recordó la historia de Cubrik un pequeño pelirrojo que frecuentaba a menudo el Último Refugio.
Se tiro a la fuente sin pensar antes como sacar de allí al noble y estaba claro que no había sido una buena idea. Lo que recordaba de la historia de las Ondinas, le había nublado el juicio y se había introducido sin pensar en una situación peligrosa que no controlaba.
Motivo: FUE x 3
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 100 (Fracaso) [100]
Motivo: FUE x 2
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 87 (Fracaso) [87]
Motivo: FUE x 1
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 18 (Fracaso) [18]
Vaya empezamos con una pifia.
No había dicho nada de usar la suerte, he mirado la mecánica después de tirar por lo tanto nada.
Sin pensarlo demasiado, tiraste y tiraste de las ropas de don Andreu, tratando de sacarlo a la orilla a pulso. Hasta tres veces lo intentaste, pero la situación no era ventajosa para tí (el fango, la noche, el agua helada, los ojos verdes de la ondina...). Llegó un momento en que el cuerpo de don Andreu, zambullido y ahora pataleando para tratar de salir, desapareció, tal vez en lo profundo de la Fuente del Álamo. Sentiste entonces un gran zarpazo en el rostro, provocado por la criatura de piel fina, la misma que se había llevado a tu señor al fondo del agua. Fue lo último que recordabas.
FUNDIDO EN NEGRO.
* * *
Al día siguiente despertaste, estabas en un jergón de bálago y paja. Era tu hogar. Contigo estaba tu compañero de faenas Julián. En tu rostro había algo, aparte del inmenso dolor que sentías: una venda que daba varias vueltas tu cabeza, cubriendo tu rostro. Julián te había traído sobre sus brazos, había dado aviso en el castillo, y ahora las criadas del mismo estaba curándote en tu propia casa. Tu aun sentías esos ojos verdes, los mismos que se llevaron a don Andreu.
Entonces alguien entró en tu humilde cabaña. Varios tipos más. Era don Colás de Huerca, el regente y dueño de la fortaleza y la aldea. Te preguntó que cómo era... Que cómo era la bruja que se había llevado a su buen hijo. Por lo visto Julián había detallado todo lo acontecido: tu encuentro, vuestra lucha, la mujer pálida... Todo.
Aún acostado, mirabas a don Colás, que requería consuelo del que había intentado salvarle. Su cuerpo fue hallado esa misma mañana (ya era el dia siguiente), flotando en aquel agua.
Tras relatar tu historia, el cazador Julián confirmó los hechos sucedidos en el bosque. En ese mismo momento don Colás ordenó que volvieran a buscar en la Fuente del Álamo para encontrar a quien había hecho eso con su hijo. Mientras tanto, se ofició el funeral en el castillo por su cuerpo y alma, y don Andreu fue enterrado en la capilla familiar. Por su parte, don Colás quedó agradecido de tu buen hacer, y te nombró montero mayor, al igual que Inazio, y te concedió una pequeña tierra de caza para tu uso personal.
FIN