Desenrollé el mapa encima de una de las mesas y busqué algún peso para sujetar las esquinas y que no se volviera a enrollar. Observé los dibujos con interés y después me volví hacia las estanterías, intentando buscar algún libro que me ayudara a saber más de la ubicación y la población del lugar descrito en el mapa.
En mi búsqueda de libros sobre geografía e historia, localicé también algún título interesante sobre objetos antiguos. Memoricé su posición por si disponía de la oportunidad de ojearlo cuando nadie mirara.
Motivo: Historia
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+2)=16
Judge lo primero que hizo pasar a papel lo que recordaba de la escritura de la pared, los símbolos que más se repetian y los que más claro tenía. Pudiendo por fin descansar la mente y dejar de concentrarse en recordar pasó a investigar escrituras poco usadas o más específicas de alguna religión.
Pero tras ver infinidad de cultos, sectas, versiones de los dioses verdaderos, no encontró lo que buscaba. Se iba a necesitar algún experto en la materia que teng auna colección de libros más extensa y más especializada.
- Señores, no encuentro nada sobre la escritura. Lo que me hace pensar que esto va a ser más serio de lo esperado. En este ámbito creo que sería necesario visitar a algún erudito. ¿Cómo lo lleváis el resto?
Motivo: Religión
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 8(+1)=9 (Fracaso)
Me encontraba bastante perdido en estas situaciones. Estaba hecho para el cara a cara y el enfrentamiento. Pero no por ello iba a quedarme en un rincón con los brazos cruzados. No estaba de más echar un vistazo a todo, nunca se sabe en lo que puedo ayudar...
Me acerqué a Myrmex para ojear el diario con él, a ver si había mejor suerte que con el mapa y podía percatarme de algo que los demás no vieran.
Motivo: Invertigar
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 8(+1)=9 (Fracaso)
Myrmex se sentía cómodo entre esas paredes atestadas de libros. Disfrutaba abriendo cada uno de los volúmenes, escuchándolos crujir, oliendo su aroma añejo y sintiendo el tacto de las gruesas hojas deslizarse por sus pequeños dedos.
Plantó el diario en una de las mesas, consultó algunos libros y examinó detenidamente el manuscrito junto al enano. Ahora sí parecía encontrar algo de claridad en aquellas líneas, antes crípticas.
Motivo: Investigar
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+6)=21
El mediano no estaba muy hecho para las bibliotecas, no llegaba a sentirse incómodo del todo, pero no conseguía entender la facilidad con la que Myrmex se desenvolvía entre todos esos libros.
Se acercó a su mesa y echó otro vistazo al diario, esperando encontrar algo que sacar de todo aquello que antes hubiera pasado por alto. Cada poco, miraba por el rabillo del ojo al enano, que parecía atento al diario pero sin articular palabra.
No puedo quedar como el que menos aquí, tiene que parecer que sé lo que buscamos... -pensaba mientras observaba los gestos del enano- Si él disimula, yo también.
Empezó a pasar el dedo por encima de uno de los libros que Myrmex había puesto sobre la mesa mientras balbuceaba unas palabras en voz baja y sin sentido y al mismo tiempo miraba una y otra vez al diario.
Motivo: Investigar (Diario)
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 6(+2)=8 (Fracaso)
Motivo: Historia
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+1)=9
Pasan las horas mientras os encargáis de estudiar los textos, mover libros y estudiar antes de que sea el mismo Gregory quien os llame la atención entrando por la puerta de la biblioteca. Sus botines resuenan en la madera del suelo y el hombre se apoya en una de las viejas columnas de piedra con los brazos cruzados.
-Me dijeron que llevabais ya bastantes horas aquí. ¿que habéis encontrado?-
Myrmex y Threkor eran quienes lo tenían mas claro.
El diario era realmente una cosa confusa de estudiar. No estaba bien organizado, ni tan solo bien escrito y el gnomo de las profundidades juraría que ni tan solo era la misma persona escribiendo todo el rato. En esas paginas llenas de caos, locura y confusión se detallaban los hallazgos que habían realizado los miembros de un pequeño culto del Dragon Inferior.
Había paginas y paginas de rituales desagradables, descubrimientos inútiles y epifanías que no llevaban a ninguna parte, pero unas pocas si que indicaban los últimos pasos del culto.
Los fanáticos habían capturado a un goblin, Tilbor Gruun (quien a estas alturas ya hace meses que murió) que juraba haber encontrado la herencia del imperio Dhakaani. Entre las ruinas de los engranajes el goblin había encontrado una placa de Byeshk - un extraño mineral difícil de encontrar - donde se mencionaba el destino de Aal'Drash, donde "la magia mas poderosa no era mas que una babosa en el palo de un niño".
Tilbor estaba haciendo lo posible para ubicar ese lugar en los Paramos Sombríos, pero los cultistas lo capturaron, interrogaron y desposeyeron antes de sacrificarlo a su cristal de Khyber.
Vuestro espía particular, Threkor, tenia la habilidad suficiente para discernir las notas en esos planos y buscar las referencias en las escrituras que Myrmex había encontrado. Sabéis donde tenéis que ir y que ese culto de fanáticos ha ido para encontrar artefactos mágicos de imperios ancestrales para volver y causar estragos en la ciudad de Sharn.
-Eso no suena muy bien.- Admitió Gregory.
Sonrió antes de añadir. -¿Habeis volado nunca en un barco Lyrandar?
Ciertamente, con cada nueva pista el asunto se tornaba más ominoso y perturbador. No obstante, Myrmex mentiría si no reconociese que también su entusiasmo aumentaba en la misma medida. Si conseguían demostrar ser más listos y diestros que los cultistas, y frustraban sus planes, sería una victoria digna de recordar.
-No, nunca he viajado en ese tipo de vehículo, pero estaré encantado de probar la experiencia.
El gnomo ultimó los preparativos para el viaje.
Al final, la investigación dio sus frutos. Conseguimos un destino y había que prepararse para el viaje, que parecía que lo haríamos en un transporte aéreo.
Encantado de probar ese barco. Estoy listo.
No necesitaba coger mucho más que lo que había llevado encima para bajar a las profundidades. Esperé pacientemente siguiendo estudiando los mapas y los libros hasta que todos estuvieran preparados.
Estaba bastante aliviado y entusiasmado de poder salir de una vez por todas de aquella biblioteca y ponernos en marcha.
- Pues nunca he tenido el placer de montar en un barco de esos, la primera vez que algo me ha alzado del suelo fue al llegar a la ciudad, en la barcaza, donde pudimos hacer algo de ejercicio. Estoy listo para cuando deseen zarpar.
El mediano no lograba entender cómo habían llegado a toda esa conclusión y descifrar el diario.
- ¡De acuerdo! Al final vamos a viajar más de lo que teníamos pensado. ¡Adelante!
La idea de hacer un viaje por encima del continente en barco al principio le daba un poco de miedo, pero pronto empezó a pensar en la cantidad de cosas que podrían verse desde arriba y fué cambiando de opinión.
Gregory sonrió afablemente.
-No hay nada mas placentero que surcar las nubes en uno de esos gran artefactos.-
-Me encargaré de los preparativos.-
Hizo el ademan de salir de la biblioteca, pero se detuvo en el portal.
-Descansad, seguramente no encontraremos un vuelo hasta mañana o pasado mañana.-
Post 1/2
Efectivamente pasan unos dos días antes de que puedan concertar un vuelo con la casa Lyrandar, pero finalmente llega el momento y os avisan para ir a la parte alta de la ciudad donde el gremio tiene un torre lista para el amarraje de sus barcos voladores.
Estáis esperando en la torre con una agradable brisa en el cabello y cierto nerviosismo, los mozos van apilando cajas y barriles mientras Gregory os acompaña con el simple fin de despedirse.
Os preguntáis en que momento llegará vuestro transporte cuando un rugido grave y cavernoso cruza los cielos y os hace bajar la cabeza por instinto, al mirar arriba podéis ver la llegada de vuestro barco, llevado por un elemental de fuego apresado en el anillo que lo rodeaba.
Su fuerza y calor era palpable mientras el rugido se repetía a la par que el barco frenaba su velocidad.
Los mozos ponen las pasarelas y empiezan a cargar las bodegas ara vuestro viaje. El capitán del navío, un Khoravar con la marca de la tormenta, baja por ella y va hacia vosotros sonriente.
Feliz abre los brazos y se saluda con Gregory que le corresponde al saludo. -Dichosos sean los ojos buen Gregory, ¿que aventura nos depara esta vez?-
Vuestro mecenas sonrió. -Cada vez que te veo llevas un sombrero mas grande.-
-Pero esta vez no vendré yo.- Movió su mano hacia vosotros y os presentó. -Nuevos miembros del gremio, que persiguen una peligrosa presa hacia las marcas sombrías.-
El capitán os observó e hizo un saludo con su sombrero.
-No veo a ningún perro de presa Tharashk, ¿estas seguro que tus retoños encontraran lo que buscan?- Esta claro que el capitán Khoravar solo buscaba pinchar un poco a Gregory quien puso cara de "no seas malo conmigo".
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Horas mas tarde ya habíais subido vuestro equipaje, os habíais acomodados en habitaciones lujosas y el barco había llenado su bodega con todo lo que fuera a necesitar para vuestro viaje.
El grupo se despidió de Gregory y la ciudad de Sharn ... empezaba vuestro viaje hacia las nubes y las neblinosas marcas sombrías a miles de millas de la ciudad de las torres.
Si queréis poder hablar, presentaros y rolear un poco por aquí el como subís al barco. Si queréis conocer mas a vuestro capitán, etc.
Abro otra escena en la que empezamos el capitulo II ya en las marcas sombrías (no os encontráis bandidos escondidos entre las nubes XD). No hay problema para que escribáis en las dos escenas a la vez (por algo lo hago de hecho).
Nota: Los semielfos en Eberron se llaman Khoravar y son considerados una raza propia como lo son los Medianos o los Gnomos.
No estaba acostumbrado a aquellos lujos y no tenía tanto equipaje como para llenar los rincones de la habitación que le habían asignado. Dejé las cosas encima de una pequeña mesa que había un rincón con cuidado de no tirar el tintero que la adornaba y subí a cubiera.
Quería presenciar la maniobra de despegue de aquel vehículo. Era increíble que se hubiera conseguido la conquista de los cielos viajando en aquellas naves. Me coloqué junto a una de las barandillas exteriores, observando como el suelo se alejaba de nosotros mientras la nave ascendía, provocando en mi estómago esa sensación de vacío que ya experimenté cuando embarqué para llegar aquí.
Me acerqué al capitán del barco.
Saludos. Mi nombre es Threkor. ¿Como funciona este objeto? ¿Cómo es capaz de volar?
Mi curiosidad por los objetos y su funcionamiento salió a la luz. Debido a mi carrera como "tratante" de objetos curiosos, me interesaba todo tipo de objetos y como funcionaban. Si era útil valdría dinero. No es que pretendiera vender una nave voladora de esas, pero me sorprendía que algo de ese tamaño pudiera aguantarse en el cielo.
No era muy habitual en Judge usar barcos, aunque últimamente parecía que se ha había vuelto una costumbre. Con seriedad y sin muchas florituras, se despidió de Gregory antes de afrontar el incontrolable primer miedo al poner los pies en la pasarela hacia el barco.
Escuchó de fondo la pequeña conversación entre amigos del capitán y su contratista, pero perdió el hilo al de pocas palabras pensando en Olladra y murmurando unas oraciones de buena suerte.
Después de dejar el poco equipaje en su habitación y pasar un rato en el hasta que los movimientos bruscos del despegue cesasen, decidió salir a la cubierta para intentar despejar la mente y desviar su atención de los continuos movimientos. Allí estaba el capitán dando órdenes por todos lados. Judge decidió acercarse en un momento de menos acción y unirse a la conversación con Threkor.
- Buenos dias Capitán d'Lyrandar - le saludó con timidez esperando no molestar - Mi nombre es Judge ¿Qué tal va la jornada? Me gustaría preguntarle por nuestro destino, seguro que ha estado más de una vez allí. - Sin dejarle responder prosiguió - Antes de que me conteste ¿Está seguro que ese elemental no va a fallar? No estoy seguro si los dioses guían mecanismos así.
Myrmex se presentó cortésmente a Malvien y luego acomodó sus cosas para el viaje. Una vez estuvo todo listo, salió a cubierta y se encendió la pipa, como solía hacer en los viajes. Miró al horizonte pensando en las vueltas que da la vida. Los de su raza tienen suerte si alguna vez llegan a ver la superficie, y en cambio él había alcanzado los cielos ya en más de una ocasión. Sonrió y lanzó un par de volutas de humo.
-¿Que como funciona?- El capitán miró a su navío con descarado orgullo.
-Bueno, sin lugar a dudas, es muy diferente a un barco. Si simplemente atas un elemental de fuego gigante y lo atas a un barco para que tire de el, lo mas probable es que lo rompa en dos. No. No es como un barco aunque lo parezca.-
Malvien sonrió con la llegada del forjado y sus dudas.
-Si esto estuviera guiado por la manos de los dioses y sus profetas seguramente ya estaria hundido en el fondo de alguna montaña.- Soltó una carcajada feliz de chinchar a un hombre de fe. -Pero es una creación de los gremios, un trabajo conjunto de los astilleros gnomos de Zilagro y el gremio Lyrandar.-
Sonrió mirando inquisitivamente a Judge. -Y obviamente de los artificieros Cannith, los mismos que te han creado a ti. Y no te veo con problemas para andar.-
-En todo caso ...- Centró de nuevo su atención en Threkor.
-La idea es atar un elemental a un anillo de fragmentos de dragón de Khyber, muy útil para ese tipo de control sobre los elementales. Y se une ese anillo a una estructura solida que mantiene toda la embarcación. Una maravilla de ingeniería.-
Escuchaba maravillado las explicaciones del Khoravar mientras miraba el mecanismo funcionar y mantener el barco en el aire.
Yo antes también viajaba mucho. ¿Qué conoces de las tierras donde nos dirigimos? ¿Qué podemos esperar de allí? Nunca había estado por esta parte del mundo.
Seguramente el capitán conocía todos los rincones conocidos del mundo y podría hablarnos de ellos.
Malvien sonrió.
-La verdad es que nunca he pisado esas tierras.-
-Se que es el lugar ancestral de los orcos, y que las leyendas dicen que ellos salvaron el mundo de horribles monstruos indescriptibles.-
Se acarició la barba.
-Aparte, todas las tradiciones druidicas provienen de sus enseñanzas y la casa Tharashk apareció allí.-
Sicho nunca había montado en una de estas embarcaciones y estaba absorto durante todo el despegue. Observaba asombrado como pequeñas llamas salían del anillo que formaba el elemental de fuego y cómo este conseguía elevar aquel "barco".
Apenas pasó por la habitación que le habían asignado y permaneció pegado a la barandilla de proa un buen rato, observando cómo la tierra se iba haciendo más lejana cada vez. Pero pasado un rato considerable, cuando podía observar el terreno casi como si de un mapa se tratase, se alejó de la barandilla y se dirigió a la zona donde estaban sus compañeros hablando con el capitán.
Bueno, esto de las alturas está bien para un rato, pero no hay nada como ver las cosas desde abajo y de cerca...
Cuando llegó al grupo, se situó al lado de Judge, destacando más la diferencia de altura sin darse cuenta y se unió a la conversación.
- Yo he escuchado que las marcas sombrías están llenas de orcos y es un terreno bastante salvaje. Aunque no estoy seguro de si es cierto del todo. Creo que tendremos que ir con cuidado. Además, si los orcos se parecen a los goblins, vamos a tener problemas. No sé cómo de cierta es la leyenda que dices, pero no me fío nada de ellos.
Me despedí cortésmente de Gregory, aquel hombre que días atrás suscitó bastantes dudas sobre sus intenciones, pero del que cada vez se hacía más fácil confiar.
Embarqué en aquel artilugio tan extraño y a la vez tan impresionante. Era una maravilla poder observar ese anillo de fuego rodeando todos el barco volador, el cual hacía que este se moviera entre las nubes. Saludé y me presenté al capitán con respeto y me dirigí a mis aposentos.
Dejé mi ligero equipaje en la habitación, la cual me hubiera sido de la misma utilidad sin tanto lujo, un lugar donde descansar durante el viaje.
Cuando llegué a cubierta para disfrutar un poco de la brisa, se estaba llevando a cabo una conversación interesante que no quise interrumpir, pero de la cual no perdí detalle mientras me acomodaba a un lado y me asomaba por la borda para disfrutar del paisaje.