Partida Rol por web

Después de comer la porción de coco que me corresponde, siento como gran parte del hambre se me ha ido y eso significa que puedo funcionar en el día. No es lo más cómodo y probablemente sentiré un hambre terrible en unas horas más pero por lo menos sabré que será solo la sensación. No moriremos de inanición y eso es lo importante en una situación extrema.

Veo el agua que conseguimos juntar y tomo la olla para beber un tercio de ello. Eso es lo justo pues somos tres y ninguno debería beber menos. No sabemos qué hemos de encontrar y es importante que no tengamos una necesidad tan urgente si ahora saldremos a explorar. Probablemente pasaremos calor y cansancio, por lo que la deshidratación será un peligro real.

 - "Beban el resto del agua, no podemos arriesgarnos a una deshidratación. No será demasiado pero debe servirnos de momento."

Celeste menciona subir para mirar alrededor y me parece una idea excelente que no había considerado. Siempre enfocado en manejar la urgencia y mantenernos estables, no pensé en que conocer el lugar nos puede ayudar mucho:

 - "Tienes toda la razón, Celeste. Así podemos ver donde estamos y si hay algo a los alrededores que nos pueda ayudar. Un riachuelo sería un sueño ideal."

Me pongo de pie y salgo de la cueva para comenzar el día y nuestra exploración. No sé qué nos encontraremos pero lo primero que planeo revisar es lo que Bridget dijo haber encontrado y que no sabía qué era. Debo revisar bien pues puede que sean restos del naufragio y cosas muy útiles pueden haber llegado arrastradas por la marea. Bueno, en estas circunstancias, cualquier cosa es útil.

Con la decisión de sus compañeros bebió *algo menos de la mitad* del agua restante, dejando el resto para Celeste y tal vez un ligero trago extra para Richard.

Tras saciar su sed, se puso en marcha, en cabeza para guiar a todos hasta los materiales a la deriva. No se le olvidó correr a coger "el cuarto coco caído", sin duda estaba muy rico, aunque le apetecía más un buen pastel de su abuela.

Después de vestirme con la ropa seca que habia dejado, paseamos por la playa y la orilla del mar buscando entre los restos del avión cosas útiles para sobrevivir en esta isla.

Lo primero que encontramos fue un coco. No es que tuviera muy buena pinta, pero parecía comestible y tendría algo de agua dentro, por lo que tendríamos comida y bebida. Así que lo cargué bajo el brazo -Deberíamos buscar piedras para tallarlas y hacer alguna herramienta como los cavernicolas. Estate atenta si ves una- le comenté a Nyamo de mientras.

El siguiente descubrimiento fue mas interesante: el maletín de una pistola de bengalas con tres disparos -Guau, esto si que es útil- no pude evitar decir mientras lo cogía y examinaba, bastante satisfecho. Había visto suficientes programas de supervivencia para saber que era muy util: podríamos usar el maletín para transportar cosas, las bengalas para hacer señales a barcos o aviones que veamos pasar, para encender fuego si no tuvieramos recursos o para asustar a un animal si hay,... era muy útil -Creo que deberíamos guardar las bengalas para cuando veamos acercarse algo, ¿vale?- le pregunté a la chica.

En cuanto encontraron el coco Nyamo se puso muy feliz y cuando encontraron la caja de bengalas, al parecer el que se puso feliz fue Angelo. Nyamo señaló el Coco y lo tomó con ambas manos para que Angelo portara el maletín chiquitito.

-Yo no entiendo. Solo entiendo... Piedras y herramientas... Lo otro no sé que dices. 

Se quedó mirando las bengalas y luego a Angelo por lo que decía, parecía tener un plan o almenos así sonaba el. 

-Tú guardas y las quedas, vale. 

Habiendo entendido eso, tenía hambre y un hermoso coco entre las manos... Básicamente lo que merendaba como extra en el colegio si caía alguno al suelo del patio por lo que mientras seguían el camino en busca de más cosas para comer, empezó a pelar el coco... con la boca, sí, a puro mordisco y sin problemas. Había partes que le costaban más, otras menos e iba con paciencia haciendo su tarea por lo que esta vez, ella no se quedó observando ninguna otra cosa que les pudiera servir.

Tras un rato caminando terminó su tarea y le enseñó el coco a Angelo, quien iba muchísimo más hacia adelante. 

-Ahora solo falta agujero. 

Necesitaban mínimo una roca puntiaguda para poder agujerearlo con un golpe seco y que no se desperdiciara el agua de coco, que al menos les hidrataría.

Intentaba no parecer nerviosa, no decir nada sobre lo ocurrido, no hablar demasiado porque al parecer al chico no es que le gustara demasiado... pero los nervios se notaban en el temblor de sus manos, no era frío, era terror, pensamientos oscuros sobre el futuro que les deparaba. ¿Que ocurriría a partir de ahora? ¿Como salir de allí?....

Según recogisteis el coco y la pistola de bengala seguisteis buscando cosas de utilidad. Encontrasteis como una docena de piedras además de la infinidad cantidad de chinas que había cerca a la orilla. Parecía que la playa en la que estabais no es que fuera muy buena para encontrar recursos suficientes para mantener otro fuego.

Por suerte cuando Nyamo terminó de pelar el coco y te avisó, ambos pudisteis ver entre la neblina un trozo de metal gigantesco encima del mar. ¿Acaso posiblemente podía ser un barco? ¿Alguien para salvar a los accidentados del avión?

Mientras que Nyamo se encargaba de pelar el coco para que pudiésemos comerlo, yo había cogido unas cuantas piedras, y tallaba una del tamaño de mi mano golpeando con otras piedras hasta que tuve algo semejante a una cabeza de lanza con la que poder cortar -Ya termine... perfora el coco con esto y podremos beber lo de dentro- le dije a la chica dándole la punta.

Después de esto, al mirar hacia el mar pudimos ver un trozo de metal sobresaliendo de este tras la neblina... podría ser un barco, pero siendo realistas también puede ser un naufragio -¿Quieres que usemos las bengalas con esa sombra o no? Puede ser un barco, o tal vez no...- le dije a la chica. La verdad es que no tenía ganas de decidir eso... estaba pensando en di echarme una siesta era buena idea o no.

Tomó con las manos la punta que le daba y no perdió el tiempo, se agachó, colocó el coco en el suelo y con maña y la ayuda de una piedra más grande que hizo de martillo perforó el coco lo suficiente como para beber su agua. Si algo podía ser Nyamo, era educada y siempre ofrecía a los demás antes que tomar primero nada ella misma, extendió el coco agujereado para que Angelo bebiera y luego ya bebería ella. Se moría de sed y se relamía solo de pensar en el agua de coco pero le podía más la costumbre. 

-Gracias Le devolvió la punta que había hecho con una sonrisa y luego miró hacia el trozo de metal que señalaba el muchacho, pensativa e incorporándose para ver mejor. -mmmmm haz Bam, Quizá es barco, si no es barco, Quizá hay más como tú, como yo y nos ven. Lo miró medio insegura, se le había borrado la sonrisa de la cara y bebió como nunca en cuanto el coco volvió a ella, denotando el ansia que tenía por beber de el... Tras acabar y con un sonrojo ligeramente notable partió en dos el coco usando la piedra grande, ofreciéndole la mitad de los cachos que hizo a Angelo. -Comida Y la sonrisa satisfactoria volvió a su rostro mientras, sentándose en el suelo, empezaba a devorar la pulpa blanca de su amado tentempié.

Me sentí algo contenta al escuchar un halago de parte de Richard, esperaba de corazón que fuese una buena idea. Quién sabe, lo mismo había otras personas que habían sobrevivido al naufragio y habían acabado en la isla. -  ¿Habrán venido ambos solos al igual que yo o tendrían familia también en el barco? - Era un tema delicado que preferí no preguntar.

Siendo la última en beber tenía reparos en acabar con todo, así que bebí parte de lo que había pero dejando un poco, quizás por si alguno de los dos quería dar un sorbo antes de marcharse o luego al beber tenían un poco mientras preparábamos algo más que tomar. A mi me bastaba con quitarme la sensación de sequedad de la boca, la notaba pastosa.

- Tenéis un poco más, por si queréis luego. - Dije antes de dejar allí la olla y salir tras ellos. Sentía la necesidad de decir algo, de preguntar sobre ellos, intentar saber algo más. Estaba un poco incómoda estando con ellos sin saber qué decir, se hacía raro.

Mientras bebiais y comiais el coco, finalmente llegasteis a una decisión, gastar una bengala. Aún quedarían dos así que no sería un desperdicio. Es uso era simple y sencillo, apuntar al cielo y disparar.

Pasaron unos segundos desde el lanzamiento y no ocurría nada. Lo más probable es que no fuera nada ya que un barco hubiera hecho una señal. 

Al beber los tres de una manera algo equitativa, acabasteis con el agua en un momento. Por suerte estabais rodeados de ella ¿No?

El siguiente objetivo era ver lo que decía Bridget. Al ver la orilla visteis chatarra de metal, algún palo que otro y un par de cajas. Quizás no todo fuera util ahora, pero si que habría algunas de esas cosas que podrían merecer la pena utilizar. Lo último que visteis varado en la orilla, era un saco que se camuflaba un poco en cuanto a color con la arena. Al moverlo un poco visteis que dentro había patatas, mojadas por el mar, pero igual eran comestibles aún. Lo último que visteis que podriais considerar de utilidad, era un pequeño catalejo de mano.

Pero mientras andabais buscando cosas entre toda la chatarra, un pequeño destello ascendente os llamó la atención. Siguiendo la playa unos metros más detrás de lo que parecía una pared rocosa que parecía terminar la playa, salió disparada una bengala hacia el cielo. ¿Es posible que no estuvierais solos?

Bebí un par de tragos de aquel coco, dejando lo suficiente y un poquito más para que la chica bebiera luego. No es que me guste demasiado el coco ni su agua... pero al menos era algo que llevarse a la boca y algo que la refrescaba.

Por otro lado, como suponía, aquella bengala en un principio no había servido de mucho... y si un barco no reaccionaba, la conclusión era más que evidente -Es un barco naufragado...- terminé diciendo. La verdad es que eso era bueno y malo. Bueno porque quizás si fuéramos allí podríamos conseguir recursos... lo malo es que a saber cuanto tardariamos en llegar hasta allí. Entre llegar nadando, meterse dentro y cargar con todo de vuelta... sería un trabajo muy grande para un nadador experto... y desde luego no lo somos.

La verdad es que no creo que hubiera demasiadas opciones que hacer dentro de la playa... creo que deberíamos usarla como "base", y meternos aunque fuese un poco en la jungla -Deberíamos entrar ahí. No mucho, sólo un poco. Ver que hay e irse... ¿te parece bien?- le pregunté. Mejor no separarse sin... era buena idea creo.

Caminando por la playa encontramos algunas cosas, aunque no lograba encontrar cosas de mucha utilidad. Sí, quizás el palo podría servirnos para alcanzar cosas y las cajas pues para guardar, aunque no lograba encontrar funciones al resto de lo que veía. El saco de patatas me dio algo de esperanzas. Eso lo podíamos cocinar con facilidad. Pero lo que me animó esa mañana fue la luz de la bengala.

- ¡¿Habéis visto eso?! - Pregunté bastante entusiasmada. Era obvio que sí, pero necesitaba que me lo confirmasen para saber que no estaba soñando. - Parece que alguien más ha llegado a la isla, quizás sepan dónde estamos y puedan ayudarnos, ¡Vamos, rápido! - La primera buena noticia desde el naufragio, más supervivientes.