La pequeña fue corriendo a por los cocos a su vista, ¡era un gran descubrimiento! También corrió de vuelta cargando tres, uno por cabeza. Ni siquiera se percataba demasiado del frío en su cuerpo, tal vez por la adrenalina y el entusiasmo de poder explorar un sitio nuevo.
Se apresuró a volver con ambos, justo cuando aquella señora mencionó la cueva - ¿los llevamos allí? - dijo ofreciendo uno a cada quien. Tenía algo de hambre, no por nada tenía una olla en su posesión.
Sin esperar mucho a que ledijeran que hacer, abrió la olla e introdujo en ella los tres cocos, así eran más fáciles de llevar, ya los repartirían en la cueva. Incluso revisó si habían algunos más para cargarlos. Si abrían los cocos sobre aquel recipiente el preciado agua de coco no se desperdiciaría, la pequeña veía en ese incidente (que no accidente) una oportunidad de practicar las cosas de supervivencia que había podido practicar más bien poco.
La joven también parece estar bien y eso es bueno. No responde a la pregunta de su nombre pero no parece haber perdido el sentido de donde está y de la situación. Incluso, por el examen que hace a sus cosas, tenía claro lo que llevaba en ella y eso descarta una posible amnesia.
El frío comienza a sentirse con fuerza en el viento y en el agua, lo que significa que la noche será una amenaza importante para nuestra supervivencia:
"¡La puta mierda! ¡Naufragar y no haber quedado en una isla paradisíaca sino en clima templado!"
Me fijo en que hay cocos, incluso veo madera que prender y con la que podremos encender algún fuego con el que calentarnos y sobrevivir al frío. Si conseguimos enfermarnos, poseo ciertos medicamentos pero no una farmacia.
Entonces la chica señala lo que podría ser una cueva para refugiarnos:
- "¡Excelente! Necesitamos refugiarnos para recuperar la temperatura. ¡Allá están las hojas y corteza de los cocoteros que podemos usar para encender un fuego con el que secarnos."
La pequeña está recogiendo cocos y cargándolos en una olla que trajo. Me parece bien, por lo que le hablo a la mayor:
- "Ayúdame a buscar ramas, hojas y lo que podamos encender, por favor. El frío será el mayor de nuestros problemas ahora mismo."
Me pongo de pie con la mochila a la espalda y corro hacia los cocoteros para sacar todo lo que encuentre más seco para poder encender. Si encuentro ramas o troncos secados al sol sería lo ideal, pero lo que veo tendrá que alcanzar para no coger un resfriado que aquí podría matarnos.
La pequeña se había encargado de buscar algo que comer. Agradecía que estuviese colaborando con nosotros, aunque yo no podía pensar en comida en ese momento. - Sí, tenemos que llevarlos allí. No te alejes mucho de nosotros. - Lo último que quería ahora es que se perdiese siendo de noche.
El chico que nos había salvado a ambas me pidió que le ayudase a coger algo de madera. Eso me tranquilizó un poco. Puede que tuviese algún mechero en su maleta que hubiese sobrevivido al naufragio o que fuese un boyscout o algo así. Si sabía hacer fuego, era un problema menos para preocuparse.
- ¡Ahora mismo voy! -
Seguí al chico mientras buscaba madera y me acercaba a algunos trozos que veía sueltos. Sabía que debía buscar madera que no estuviese húmeda pero no estaba segura de si la que estaba cogiendo era adecuada. Cuando ya había acumulado unos pocos trozos que aguantaba con ambos brazos me acerqué al chico y se los mostré.
- ¿Así está bien? ¿Sabes hacer un fuego con esto? -
Las piernas y brazos me temblaban por el frío.
La joven recoge cosas que podrían servir como combustible con gran rapidez y eso es bueno pues mientras más tiempo estemos mojados más riesgo corremos de contraer algún tipo de enfermedad respiratoria. Termino de recoger todo lo que puedo y me reúno nuevamente con ellas para llegar a lo que podría ser un refugio para nosotros.
Me pregunta si puedo encender fuego con eso y le respondo con sinceridad:
- "No lo he hecho nunca pero sé la teoría. Tendrá que bastar o lo pasaremos mal. ¡Vamos a refugiarnos!"
Comienzo a moverme rápidamente hacia aquella cosa que la joven vio y que podría aumentar nuestras probabilidades de supervivencia. Busco con la vista algo de pasto seco lo más fino que pueda para comenzar a encender el fuego inicial. He visto vídeos de supervivencia para ese tipo de cosas, pero será la primera vez que intente hacerlo por mí mismo. Espero que sea tan fácil como parecía en internet.
La niña, con los 3 cocos en la olla, ya llevaba mas que suficiente. Es mas se le antojaban un poco pesados. Al llegar a la pequeña cueva notasteis que era lo suficientemente grande, y por suerte, seca, como para pasar alli la noche completa. El centro de esta cueva tenia unas cuantas rocas que bien posicionadas harian de muro para contener el fuego.
Una vez puesto todas las hojas y las rocas en posicion, solo faltaba rezar para que prendiera el fuego
Quien haga el fuego debe hacer una tirada de destreza pura, la dif depende del rango de supervivencia:
Richard dif 12
Celeste dif 14
Bridget dif 16
La caverna tiene buena pinta. Es un lugar no tan estrecho y con una forma en la que podemos encender un fuego central. Ahí es donde apilamos todo lo que consideramos que puede ayudarnos a encender una fogata. Hago un círculo con las piedras para poder contener la combustión y hago un pequeño colchón con el pasto más seco.
Me pongo de rodillas y apilo las ramas más pequeñas y secas que tenemos formando un cono con la punta hacia arriba. Tomo dos piedras y las comienzo a golpear para liberar chispas que caigan sobre el pequeño colchón de pasto. Golpeo y golpeo con fuerza hasta que unas chispas en el pasto comienzan a expeler un poco de humo.
Tomo ese colchón en mis manos y lo soplo muy suavemente hasta que veo que se produce una pequeña llama. En ese momento lo dejo en la base del cono de ramas y pongo más pasto seco sobre las llamas, manteniendo el soplido mientras me mantengo con la cabeza a ras de suelo.
Así, lentamente, el fuego comienza a surgir hasta que es capaz de comenzar a encender las llamas. Suspiro aliviado cuando siento el calor en mi rostro y ese humo que me llega en los ojos y que comúnmente sería tan desagradable, ahora solo me significa una cosa: Vida.
Motivo: Encender el fuego
Dificultad: 12
Habilidad: 9
Tirada: 5 8 9
Total: 8 +9 = 17 Éxito
Lo consigo!!
La abertura que encontramos no era una suite, pero serviría para pasar la noche. Confiaba en que no fuese necesario pasar más tiempo allí. El viento no nos afectaría mucho ahí dentro y podríamos mantener el calor si hacíamos una hoguera. El chico no me dio muchas esperanzas cuando dijo que nunca lo había hecho él mismo, pero cuando empezó a trabajar me olvidé de mis temores. Se le veía bastante hábil, formando una estructura en forma de pirámide y utilizando diferentes tipos de madera, una para encender la chispa y otra para prender. No entendía mucho, así que como no podía ayudar, me centré en observar.
Cuando vi que apareció una chispa, una llama de esperanza se encendió en mi mirada. Tuve que contenerme para no dar un salto cuando vi que empezaba a formarse un fuego.
- ¡Lo tienes, lo has conseguido! - Le dije con una amplia sonrisa. Por el momento era lo único que teníamos.
Tener fuego me animó bastante, pero era consciente de que no solo podíamos contentarnos con eso. Había más problemas que solucionar.
- Voy a salir. Vi algunas hojas grandes caídas por el suelo y podrían servirnos para evitar dormir sobre el duro y frío suelo. No es una cama, pero ayudará. - No sabía si podría hacer una cama, pero al menos con ponerlos en el suelo podría valer. - Para la ropa... - En ese aspecto no sabía qué decir. Habría que "tender" la ropa. Ponerla en unos palos quizás, para que se secasen, pero eso implicaría desnudarse, y no tenía una muda en la mochila.
Cuando la chica mencionó la ropa recordaste que, el fuego sería suficiente para entraros en calor y quizás secaros, pero que no era muy aconsejable hacerlo con ropa humeda ya que podria alguno resfriarse más rápido, aunque ¿Como solventarlo teniendo en cuenta la pulcridad?
Al ver como lo hacía aquel hombre, quiso intentarlo ella, pero pese a que lo imitó lo mejor posible, no logró que prendiera, algo enfurruñada consigo misma, dejó la madera a un lado, orando como las primeras llamas se alzaban.
Sonrió y palmeó suavemente el hombro del hombre - un día lo haré yo - derrochaba confianza como si su intento fallido no hubiera sucedido - la abuela me enseñó a hacerlo con un palo y una cuerda, en forma de arco - sin duda no quería quedarse atrás en la carrera de comprobar de que era capaz. Todas esas clases de la abuela tenían que ser geniales. Aunque lo que más le apetecía era explorar y descubrir tantas cosas como pudiera.
- ese fuego es como mi nombre...
Sentía el calor en sus manos y escurría lo posible su ropa a un lado, empezaba a darse cuenta del frío que se notaba.
Motivo: Imitar hacer fuego
Dificultad: 16
Habilidad: 9
Tirada: 1 2 5
Total: 2 +9 = 11 Fracaso
El fuego se enciende con toda la fuerza que uno puede esperar en estas circunstancias. Pongo mis manos para recibir aquel calor como si fuese un preciado regalo. Puedo sentir como la vida vuelve a mi fría piel y es una excelente sensación.
Ahora lo que sigue es la ropa. Me pongo de pie y salgo a buscar algunas ramas que pueda servir para hacer soportes sobre los cuales poner la ropa a secar. Ponerla directamente sobre las rocas que hacen de muro significaría quemar cualquier parte que sea de fibra sintética, por lo que debe ponerse un poco más alejadas de las llamas.
Recojo todas las ramas que puedo cargar, independiente de que estén demasiado verdes o húmedas para servir de leña pues para la función que las quiero no es necesario que sean consumibles. De hecho, soportando la ropa cerca del fuego pueden irse secando lo suficiente como para servir de leña en jornadas posteriores:
"No sabemos cuanto tiempo estaremos aquí. No estará de más pensar en mañana."
Al llegar a la cueva, apilo las ramas alrededor del muro de piedra y comienzo a clavar algunas para hacer de soportes. Mientras lo hago, le hablo al resto sin apartar la vista de mi tarea:
- "Debemos secar nuestra ropa o nos resfriaremos. Si alguno se enferma en estas condiciones, la enfermedad puede agravarse mucho y no es algo que ignorar."
Empiezo a sacarme la ropa y la voy poniendo sobre las ramas. Comienzo por el suéter y la camiseta que llevo. Sigo con mis zapatos y pantalones, dejando el cinturón en un rincón para que el cuero no se dañe por el calor. Luego me saco los calcetines y los acomodo. Dudo con mi ropa interior pero no se debe titubear cuando se hablar de salud.
Respiro hondo y saco mi ropa interior, intentando mostrar lo menos posible y los dejo en un soporte. Me acomodo detrás de mi ropa, sentado y tomándome las rodillas para taparme todo lo que puedo y conservar también mi calor.
La pequeña niña intentó aprender e imitar la forma de hacer una hoguera del chico, aunque no tuvo mucho éxito y acabó quedándose junto al fuego. Decidí que tendría que encargarme yo sola de buscar unas pocas hojas así que me puse manos a la obra. Salí fuera a buscar algunas hojas grandes y las fui apilando en un montón para luego llevarlas todas hacia la pequeña cueva.
Tras el primer viaje vi que el chico había estado trabajando, así que dejé lo que había cogido en un lugar cerca suya, de forma que no le molestase. Estaba haciendo una especie de construcción cerca del fuego, supuse que para la ropa, pero aún tenía más hojas que buscar. Si quería que hubiese suficiente para los tres tendría que hacer otro viaje así que volví fuera y salí de nuevo a por más hojas. Esta vez tardé menos pues ya había localizado un grupo en mi primera salida.
Llegué a tiempo de escuchar al chico decir que teníamos que quitarnos la ropa. Era algo que sabía... pero también algo que no quería hacer. Sin pensárselo dos veces empezó a quitarse su ropa prenda por prenda hasta quedarse en ropa interior. Miré a otro lado por pudor e intenté ponerme frente a la chica para que no pudiese verle bien.
De reojo pude ver que tras detenerse unos segundos acabó por desprenderse de lo que le quedaba de ropa.
- Puedes taparte con algunas de las hojas si quieres, o apilarlas y tumbarte sobre ellas si quieres. - Le dije mientras seguía dándole la espalda. Me moría de vergüenza al pensar que tenía que desnudarme, pero había que hacerlo.
- Pequeña, ¿Cómo te llamas? - Le dije a pelinaranja.
[Bb]- Bidget [/b] decía apuntándose con el pulgar - espera que te ayudo jeje - decía levantando alguna de aquellas hojas a modo de mampara... Ella ni se había replanteado quitarse la ropa, era joven pero no una cría falta de vergüenza.
Me sonrojé cuando vi a la chica intentar cubrirme con unas hojas. Incluso en una situación así, una chica tan pequeña parecía más madura que yo. - No, no es eso. - Le dije con una sonrisa amable. - Pero gracias. - Taparme ahora para quitarme la ropa solo evitaría que me viese unos segundos, tarde o temprano el miraría hacia mi aunque fuese sin querer. Qué iba hacer, ¿Enfadarme? Así solo pondría más problemas de los que habría.
- Bridget, mi nombre es Celeste. - Recordé que el chico me había preguntado mi nombre cuando estábamos en el agua y que no le había respondido. Esperaba que entendiese que en aquel momento estaba alterada y no pude responder, y ahora hacer una presentación decente era un poco... incómodo.
- Ahora tú y yo tenemos que quitarnos la ropa, ¿Vale? Sé que suena un poco raro, pero están mojadas y si dormimos con ellas pasaremos frío. Las dejaremos secando y mañana estarán como nuevas. - Quizás no se asustase mucho de la situación si lo hacíamos a la vez. - Yo también me quitaré la ropa y estaré contigo. ¿De acuerdo? -
Poco a poco, los tres empezasteis a desnudaros en una cueva en mitad de la noche. La vergüenza de aquello era plena, pero gracias a la mampara improvisad por Bridget, habría un poco de separación entre ambos generos.
Ahora, el fuego se hacía notar más, pues calentaba directamente sobre la piel, pero no se podía ignorar el hecho de que el aire seguía siendo frio. Para colmo, el cansancio anterior junto con el de recolección actual, os había dado ahora de golpe haciendoos notar el cansancio que teniais en el cuerpo. Era normal, era de noche, momento justo para dormir y mañana poner claras todas las cosas.
Intuyo que Bridget le ayudan a quitarse la ropa
En cuanto digais que os dormis se acaba el prologo
Me tapo como puedo con las hojas pero sé que quizás no sea suficiente. A esta altura no me importa mucho pues sé que la salud es lo primero y el pudor es un lujo que no podemos darnos ahora. Mantengo ocultas mis partes privadas como puedo por respeto a ellas pero no porque sea algo que realmente me moleste en este momento.
"Sobrevivir es lo primero."
Escucho el nombre de ambas y respondo también:
- "Es un gusto conocerlas, Bridget y Celeste, aunque hubiese preferido que fuese en mejores condiciones. Mi nombre es Richard."
El fuego se hace notar y empieza a hacer calor, lo que es muy bueno pues consigue lugar en algo con el frío aire. Lo mejor será taparse con las hojas para conservar el calor y no dejar que el fuego se apague. Pongo otro madero cuando comienza a bajar la llama pues es algo que se debe hacer si queremos pasar bien esta noche.
Puede que la noche no sea larga con el cansancio que tenemos, pero no sabemos que tan larga será nuestra estadía aquí.
- Un placer, Richard. - Contesté con media sonrisa. El chico estaría incómodo también, pero se esforzaba por hacer las cosas más fáciles. Por el momento estaba bien, ya había ayudado bastante haciendo el fuego. - Y no te preocupes. Mañana tendremos más tiempo para presentaciones. - Para colaborar juntos era mejor conocerse, por la mañana habría tiempo para charlar mientras buscábamos una señal de donde estábamos.
Ahora tocaba quitarse la ropa. - Ven aquí, deja que te ayude, Bridget. - Intentando no asustar mucho a la chica, ya que esta no me conocía, le quité las ropas para ponerlas al lado del fuego. En la estructura de madera que hizo Richard. Luego me quité mi ropa y la puse a su lado. Era terriblemente vergonzoso, aunque ella solo era una niña pequeña, no era lo mismo que con un chico.
Apilé un puñado de hojas dejando un hueco para las dos. - Vamos a descansar un poco y a entrar en calor. ¿Vale pequeña? - Le dije mientras le acariciaba el pelo.
Le daba bastante vergüenza que le ayudaran a quitarse la ropa, era pequeña, pero no tanto... Aun así no reprochó nada, la ropa se enganchaba por estar mojada, y algo de ayuda no iba mal.
- gracias... - dijo sin querer molestarse por una buena intención que incluso sin querer admitirlo había sido bastante útil. Se acurrucó tapada con algunas hojas, sin perder el fuego de vista hasta que se le cerraron los ojos.
La pequeña ya se había dormido y el cansancio estaba haciendo mella en mi. Decidí que era mejor sucumbir y descansar un poco, mañana pensaríamos mejor las cosas con la cabeza fría y un poco más descansados. Me acurruqué al lado de la chica, dejando espacio por si quería moverse, y cerré los ojos.
- Buenas noches Richard, mañana... mañana veremos qué podemos hacer. - Dije intentando no pensar mucho en la situación en la que estábamos. Si lo hacía no iba a poder dormir.
Las dos chicas ya han acomodado sus ropas para que puedan secarse apropiadamente y se han acurrucado para descansar y no pasar frío. Yo hago lo mismo después de asegurarme de que hay suficiente madera puesta para que el fuego dure más tiempo. Sé que tendré que despertarme en la noche nuevamente para mantenerlo vivo, pero quiero descansar un poco pues, al fin y al cabo, estoy muy agotado después de todo lo vivido.
- "Buenas noches a ambas. Mañana será un largo día."
Le respondo a la chica y luego me acomodo con las hojas, listo para poder dormir un rato que sea. Lo importante es no sentir frío y creo que ese objetivo lo hemos conseguido de momento. Mañana ya veremos qué podemos hacer para cubrir el resto de nuestras necesidades.
Mañana será un día para muchas cosas así que ahora debo dormir.
Yo estoy listo para dormir, aunque intentaré mantener el fuego vivo lo más posible.
Poco a poco, vuestros ojos y mentes se fueron apagando, hasta quedar profundamente dormidos.
Fin del prologo