El enano pudo arrebatarle la varita al loco personaje, pero aún así y tras recibir una cuchillada por parte de Carter, pudo gestar algo de magia en sus dedos y provocar una lluvia de hielo que cayó de lleno en el cuerpo de Galmor, helándole por completo el cuerpo y causándole gran dolor MALDITOSEAS, VAS A SABER LO QUE ES BUENO.... Le grito amenazante el enano con u tono lleno de venganza. Sin embargo Atala se le adelantó y atravesó con su espada al mago, que desapareció al instante sin dejar rastro.
Gracias Mujer, pero después de lo que me ha hecho el malnacido me habría gustado haber terminado yo con él. Esperemos que muerto el perro.... Dijo Galmor tras un breve silencio durante el cual levantó la túnica del mago con el martillo para ver lo que había quedado de él. Tras eso dice escuetamente -Bueno, terminemos de inspeccionar la torre a ver si era éste el causante de todo o algún queda alguien más que pueda pagar por él...
Tirada oculta
Motivo: buscar
Tirada: 2d20
Resultado: 9
Busco la esfera y registro la sala en general, por los tapices y lo que haya.
Atala siente como se unde su espada en la carne del mago, pero llegado un momento desaperece toda la resistencia que el cuerpo del mago ejercia sobre la espada de Atala y en la punta de esta solo se aprecia la túnica. La jaoven mujer deja caer los ropajes del mago.
Pensaba que con el hechizo te habías vuelto a acobardar, como con el bandido de la semana pasada. Le responde está al enano en tono picaro, guiñandole un ojo. Bueno, veamos haber que hay por aquí. Mientras busca en la estancia cualquier cosa que pueda llamar su atención.
Tirada oculta
Motivo: Perspicacia
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+1)=12
El enano, todavía con las barbas escarchadas, se dirige hasta el pedestal donde se encontraba el orbe y la toma, nota que la misma ha perdido todo efecto mágico, aunque por su experiencia sabe que no significa que la magia se haya difuminado.
Entre los restos de la túnica no hay siquiera restos de cenizas ni nada por el estilo, simplemente... desapareció en el aire.
Buscan por todos lados y notan que ya no hay ningún otro lugar donde ir, se les ha acabado la caverna, aunque detrás de un tapiz encuentran varios nichos, donde encuentran comida, agua fresca y pura, como así también 165 piezas de plata, 78 piezas de oro y 4 gemas muy bien pulidas que el enano logra apreciar que valen cerca de 50 piezas de oro cada una.
El dragonborn se acerca al enano para ver el orbe y la varita:
- La orbe no sirve para nada, solo da luz con una palabra, aunque en este caso debe ser para hacer el efecto de ese ojo extraño que vimos. Más allá de eso es indefensa. Ahora, la varita es otra cosa, no logro distinguir para que sirve, tendremos que llevarla al pueblo y que la vea alguien que sepa más de magia que yo.
Tirada oculta
Motivo: Arcana Heskan
Tirada: 1d20
Resultado: 10
Ataque de Oportunidad:
In a fight, everyone is constantly watching for enemies to drop their guard. You can rarely move heedlessly past your foes without putting yourself in danger; doing so provokes an opportunity attack. You can make an opportunity attack when a hostile creature that you can see m oves out of your reach. To make the opportunity attack, you use your reaction to m ake one m elee attack against the provoking creature. The attack interrupts the provoking creature’s movement, occurring right before the creatureleaves your reach.
You can avoid provoking an opportunity attack by taking the Disengage action. You also don’t provoke an opportunity attack when you teleport or when som eone or som ething m oves you without using your movement, action, or reaction. For example, you don’t provoke an opportunity attack if an explosion hurls you out of a foe’s reach or if gravity causes you to fall past an enemy.
Entonces... ¿acabamos con la amenaza? ¿De verdad? Fadrique, poco a poco, se lo iba creyendo. Bueno. Rebuscó con aire distraído en sus bolsillos y tomó un par de galletas de viaje. ¿Nadie tiene un poco de vino? Es que con estas galletas... que sin un poco de vino no pasan bien. Ya tenía la boca llena cuando añadió: ¿alfien fiere una?
Quemamos esto y volvemos al pueblo, pues.
Sin saber muy bien si la amenaza del loco de Lance Rock ha terminado o no. Y sin un cuerpo que mostrar Harburk y Jalessa, los héroes levantan sus premios y empiezan a desandar camino por las grotescas cuevas.
Antes de iniciar el recorrido, Fadrique toma el agua que había en uno de los nichos y le dedica una ferviente plegaria a su diosa con la bota en la mano. Un destello, casi imperceptible, parece salir de la bota misma y el clérigo levanta la cabeza con una sonrisa de complacencia.
Con la caminata por las cavernas el clérigo va desparramando gotas por donde pasa, hasta la salida, que correspondía al primer lugar donde pudieron haber ingresado y eligieron que era mejor buscar otra alternativa. Ya con las últimas gotas de agua Fadrique ruega porque la maldad del lugar se vea reducida con el tiempo y que todos aquellos que fueron torturados y vilmente muertos en este lugar encuentren la paz eterna y el olor a putrefacción no tarde en cambiar por el de hiedra o algún tipo de planta aromática.
Anru, escuchando las plegarias del clérigo rebusca y saca de uno de sus bolsillos unas cuantas semillas, busca unos momentos y las entierra en un lugar donde parece que todavía no ha sido corrompido. Antes de plantarlas se las lleva a la boca y dice unas palabras que no alcanzan a escucharse. Ya con tierra encima podrían jurar que ese misero lugar puro todavía suspirase al recibir el regalo de una futura vida en su interior.
En la salida el Noble Galmor detecta una falla en el arco de entrada, una mínima quebradura en la piedra, la cual señala tranquilamente y Heskan se encarga de focalizar uno de sus dardos de fuego en la misma para debilitar más la estructura. Cuando notan que ya está a punto de colapsar se retiran todos unos 20 metros, donde Carter y Atala (esta con la ballesta de Galmor) apuntan y disparan hasta ver como una masa importante de piedras cae pesadamente y clausura el ingreso a lo que esperan sea una tumba eterna de descanso y paz tras tantas brutalidades.
Con Carter en sus filas, recorren el trayecto que los separaba del carruaje y los caballos. Habían llegado de día y salido a las últimas horas del atardecer, finalizando el trabajo de cierre algo avanzada la noche.
Al ver el carromato el clérigo se abalanza sobre el mismo observando satisfactoriamente y con grandes aires de alegría que toda la comida se encontraba intacta, dándose una panzada que no constase en magras galletitas de racionamiento.
Arman una fogata y pasan la noche sin inconvenientes. A la mañana siguiente emprenden el regreso al poblado, con el alma y la conciencia tranquila de que otra vez pudieron hacer de estos lugares un espacio más seguro y libre de maldades innecesarias.
Creo que no hace falta aclarar que don Fadrique bendijo el agua.
Cierro escena. Volvemos al tópico de Red Larch.