Partida Rol por web

Vivi sufrió un escalofrío al notar la voz de Vylnys tan cerca de su oído, hasta el punto que parecía que iba a derretirse igual que Tanya. A pesar de ello, consiguió mantener la compostura y lanzar de nuevo su ataque contra las serpientes. Al ver que su enemigo señalaba la situación de Carmilla, la vampiresa apartó la mirada, aún sonrojada.

- B-bueno, pero esa no es la cuestión...

La voz de Vlad la devolvió de nuevo a la seriedad, girándose para ver el monstruo gigante híbrido que estaban montando en otro plano de la escena. No sabía si su preocupación iba por él, o por otra cosa, pero sabía que tenían que acabar cuanto antes el combate.

La lluvia de... ¿narvales caníbales? le venía muy bien en ese momento, y le guiñó el ojo a Livia con una sonrisa en agradecimiento. Aprovechando que estos podrían acabar con las serpientes, voló entre ellos y se colocó detrás del ninja que las convocaba. Con un gesto rápido, abrazó su cuello por detrás y sacó un kunai de su manga, dejando la hoja sobre su piel.

- Creo que no me he expresado bien antes. - habló de forma fría y amenazante, con sus ojos brillando rojizos tras él - Suelta. A. Carmilla.

La ninja líder tuvo que limpiar su boca, pues había empezado a babear al ver la sexy figura de Zuri con aquella baba que lo hacía verse aún más irresistible. Contempló cómo su envergadura crecía y, sin poder retirar los ojos de este, escuchó sus palabras temblando… aunque no de miedo. Sus pupilas se habían tornado en corazones y sus piernas habrían cedido de dejársele un minuto más por su cuenta. De manera robótica, la líder de los ninjas le tendió su mano y permitió que el mayordemon la recostara contra su torso, impregnándola a ella misma de la sustancia viscosa y permitiéndole compartir su sensualidad. Esta solo suspiró y dijo un – Sí… - tembloroso y extático. Claro que había un problema: ¿El mayordemon no cargaba aún a la elfa oscura con uno de sus brazos? ¿Cómo estaba haciendo malabares con el cuerpo de la elfa oscura para poder sostener a la líder? Kateina estaba en una tónica similar a la líder de los ninjas, pero se secó la boca y se golpeó las mejillas para reaccionar. No podía quedarse allí parada mirando. Debía luchar.

La ninja morada intentó llamar a su líder para que esta reaccionara, pero no hubo forma. La distracción de esta fue aprovechada por Kateina, quien sacó de su bolsillo lo que parecía una ficha de ajedrez de caballo… solo que tenía el tamaño de un balón de baloncesto. Mientras esta intentaba sacar a su líder de lo que fuera que le había hecho el demonio, la maid caballo lanzó la bomba que, tras relinchar, explotó sobre su cuerpo sin piedad. La maid de Carmilla sudaba, pero no por el esfuerzo de lanzar la bomba, sino por evitar el impulso de mirar la sexy escena y, seguramente, desmayarse de la vergüenza.

La sirena no le daba tregua a Tanya, quien parecía disfrutar de lo que Dark Morgane le hacía. Esto solo parecía encender más la llama de la lujuria de la maid, quien parecía estar dispuesta a mover sus manos a lugares más privados, pero fue en ese momento que Tanya la aprisionó contra sus pechos. Al principio, la maid de Carmilla protestaba porque se ahogaba y movía su cabeza con violencia por el poco espacio que tenía para respirar, pero entonces se dio cuenta de la oportunidad que tenía y se entregó a esto con complacencia. Lamiendo los… atributos de la maid slime con cada vez más delicadeza, hasta que se convirtieron en suaves besitos y su tacto se volvió amable de nuevo. Morgane, aún con su rostro cubierto por el sensual cuerpo de la chica, movió su cabeza para asomarla y mirar a Tanya. Con una sonrisa, aquel tono cantarín y su condición normalizada, le dijo a la enorme maid – Gracias, Tanya-chan. Me siento mucho mejor. Perdona por… sobrepasarme – dijo avergonzada. No era que ella no lo hubiera pasado bien, sino que no consideraba correcto hacer eso en la mitad de un combate.

M.A.Y.A., tras la derrota del ninja peliblanco, se había dirigido a ayudar a Morgane y a Tanya. Para esto, de sus zapatos aparecieron unos potentes cohetes que la ayudaron a llegar hasta donde estaba la ninja pelirroja y agitó su poderoso martillo, mas esta logró evitarlo con una pirueta y encajó uno de los kunais en la armadura de la maid androide. Chispas salieron de este y, por el golpe del enorme martillo, el candelabro cayó al suelo, aunque solo aplastó nuevamente al ninja peliblanco. M.A.Y.A. cayó al suelo pesadamente.

Roger y Sphinx parecían estar rodeando a la ninja pelirroja para evitar que esta lastimara a Tanya y a Morgane, pero su rival resultaría un hueso duro de roer, incluso para los dos nigromantes. La ninja hizo un rostro de sorpresa y dijo señalando a un punto - ¡Miren! ¡Son cadáveres frescos! – y, sorprendentemente, los dos nigromantes voltearon. Claro que Sphinx la Esfinge notó más rápidamente el engaño de la ninja que Roger, quien se quedó de espaldas. Se estaba quejando de no ver nada cuando el kunai de la ninja se clavó justo en su espalda. Sphinx la Esfinge también lo recibió, aunque fue menos contundente, pues lo recibió en un hombro. La dueña del laberinto se sentía demasiado enojada por la estupideza del chico. Claro que sus kunais no volaron solo hasta ellos, sino que golpearon tanto a Tanya como a Morgane, haciéndoles daño. ¿Cómo era tan fuerte esa chica?

Libro se veía tan emocionado como su ama y habría sonreído de manera maliciosa de tener boca. Los narvales salieron a toda velocidad dejando un rastro de luz arcoíris a su paso y se clavaron en todas las serpientes que se encontraban. Estas desaparecían con un fuerte “¡PUF!” y esto permitía a los demás pasar hasta dejar al ninja desprovisto de su escudo inicial y dando a la maid de las coletas la oportunidad perfecta para colgársele a su rival. Viviana presionó lo suficiente el kunai como para dejar una pequeña incisión en su cuello, lo cual el ninja de las serpientes no tomó muy bien, pero debía ceder. Ordenó a sus niñas soltar a Carmilla, quien cayó bruscamente al suelo.

- ¡Carmilla-sama! – gritó Vylnys angustiada, salió corriendo hacia el ama que parecía un mar de éxtasis. Sus mejillas seguían enrojecidas y temblaba mientras salía baba por su boca. Entonces, aquel ninja pendenciero hizo un sutil gesto a una de las serpientes que había soltado a la vampiresa de rojos cabellos y esta salió a toda velocidad hacia la maid dragón, mordiéndola justo en el cuello. Esta no pudo hacer nada y ahora tenía una herida que le sangraba profusamente. Sus pupilas se afilaron y por un momento, brillaron más. Sus colmillos crecieron y ahora era Vylnys quien parecía en su límite. ¿Haría lo mismo que Morgane?

Tras Roger levantarse, parecía volver a preparar su ataque con Sphinx la Esfinge. ¿Qué harían esos dos que Vlad se veía algo preocupado?

Lo que pasaba entre Morgane y Tanya era bastante anticlimático. Mientras todos los demás luchaban, Tanya tenía que lidiar con una sirena que la manoseaba por todos lados. Al menos entre sus pechos parecía mantenerla controlada. La slime no había hecho aquello tan atrevido con segundas intenciones... ¡De verdad! Pero Morgane no tardó en aprovecharse de ello, haciendo que la slime soltase tiernos chillidos que acabaron con una respiración agitada mientras veía a la sirena darle suaves besitos. Cuando la vio asomar la cabeza, sonrió dulcemente y le acarició la cabeza como quien acaricia a un gatito.

—Si lo entendiste, está bien. Eres una buena niña —dijo mientras le daba unas suaves palmaditas en la cabeza, sin soltarla. La slime se había olvidado por completo en qué circunstancias estaba, tal vez por el repentino cambio de humor que le había dado perder los estribos. Solo le sonreía más dulcemente a Morgane mientras la seguía acariciando. Tal vez por eso no se dio cuenta del ataque que venía hacia ellas. Tanya volvió a soltar un gritito mientras se veía rebotando en el suelo, soltando a Morgane en el proceso. Mientras escuchaba la lucha alrededor, lo único de lo que se preocupó fue de la sirena. Se levantó rápidamente y corrió hacia ella, tropezándose en el proceso, cayéndole encima sin pretenderlo, pero aferrándose a la maid con fuerza. Su gelatinoso cuerpo quedó en contacto directo con el de la maid de Carmilla, quedando muchas partes expuestas... de forma lasciva. ¡Pero realmente no era adrede! Con ojos llorosos, Tanya abrazó inocentemente a Morgane y se quedó encima de ella, sin ser consciente de que podía podía sofocarla—. ¿Estás bien? ¿Te hicieron mucho daño? —las mangas de su sugerente ropa caían por sus brazos— ¡Tanya te protegerá! —se sentó sobre sus rodillas y se enderezó, atrayendo a Morgane con ella y apretujándola... con bastante fuerza. Y mientras repetía eso, su cuerpo empezó a deformarse como momentos antes, así como su voz, poco a poco convirtiéndose en ese horrible y feo slime. ¡Tanya estaba perdiendo el control una vez más!

El demonio no esperaba que sus palabras y gestos fuesen a tener tanto efecto en la ninja líder, o más bien no recordaba hasta qué punto aquella capacidad de tentar los corazones de los mortales -si es que la ninja era mortal- era algo natural para él. Por ello no fue hasta que pudo leer aquella mano acercándose a su pecho que no se obligó a dejar a la elfa a un lado raudo y con cierta delicadeza. Acarició el rostro cubierto de la ninja con ternura y deseo a partes iguales.

Ahora tengo que terminar esto. Tú cuida de ella -se refería a la oscura, claramente- y yo cuidaré de ti, serás recompensada.

Por algún motivo confiaba en ella, además, necesitaba seguir peleando. Recorrió a aquella mujer con la mirada una última vez, arrebatándole de cada pieza de ropa en su mente, suspiró. Debería darse prisa.

Yo me encargaré de ella -dijo, señalando a la ninja morada-, tú ve a ayudar a los nigromantes.

Así dio instrucciones a la maid caballo, para acto seguido mirar a aquellos dos de soslayo.

No me obliguen a sacar la artillería pesada.

Después volvió a su enemiga, látigo en mano y listo para solucionarlo todo del peor de los modos.

Si por algún motivo quieres unirte a tu compañera, arrodíllate y te lo permitiré.

Sonreía con un aire victorioso mientras lanzaba ataques con la punta metálica de su látigo más destinadas a desvestir a la ninja que a reducirla a polvo.

Después de lanzar el hechizo, miró a Vivi con una sonrisa cómplice. Después de todo eran un equipo, y tenían algo en común... Proteger a los amos. Su mirada volvió hacia Vyls-Vyls cuando salió corriendo hacia Carmilla, sonrió divertida pues sabía de los sentimientos de la dragona, aunque aquella sonrisa se desvaneció al ver como el ninja la atacaba de manera traicionera. Livia intentó lanzar su hechizo antes de que la golpease, pero era demasiado tarde. Los ojos de la vampiresa brillaron de un rojo brillante, estaba enfadada. No le gustaban aquellos ninjas, tampoco le gustaba su estúpida obsesión por culparles de todo...

- ¡¡LIBRO!! -Posó su mano sobre libro mientras miraba fijamente a la ninja.- Acaba con ella.... No tengas piedad.-Pidió mientras apartaba la mano y dejaba que este buscase el hechizo indicado. De reojo pudo ver como Tanya volvía a caer presa de su dolor, ¿Que iban hacer? Tanya ya estaba fuera de control, Vyls-Vyls parecía al límite... ¿Estaba todo perdido? ¡¡No, se negaba!!.- ¡Tanya! ¡¡TANYAAAAA!! Resiste pequeña, vamos... ¡¡RESISTEEEE!! -La mirada de la joven volaba de un lado a otro, los nigromantes volvían a la acción, sólo deseaba que sirviera de algo.... Necesitaban terminar cuando antes si querían ganar. En un combate de desgaste, estaba claro que les ganaría.- Tanya, venga... Escucha mi voz... -Quería ir hacia ella, pero no podía.. Debía ayudar a Vivi. 

Aquello era un desastre.- Vivi, ayúdame... Debemos protege a Vyls-Vyls.-Livia sonrió confiada, no debía derrumbarse. Todo saldría bien. Miró al Mayordemon con desaprobación ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Ahora se dedicaba a jugar a los coqueteos? Suspiró, demonios....

Vivi se sentía satisfecha por haber conseguido que el ninja le hiciera caso. Al menos con Carmilla libre, podremos... Sus pensamientos se interrumpieron cuando vio cómo una serpiente atacaba a Vylnys, provocándole una fea herida. 

- Tú... - gruñó con un tono mucho más grave de lo normal. A pesar de ello, el gesto de Viviana se mantuvo frío, hasta el punto que daba miedo - Así que has elegido muerte.

Aprovechando el kunai que tenía en el cuello del ninja, dio un tajo esperando acabar con él o al menos dejarle una herida tan fea como la que le había dejado a Vylnys. La daba igual que Tanya hubiera perdido el control, que el mayordomo tuviera demasiado sobre su enemiga, o incluso que Livia pareciera tan preocupada. En ese momento, lo único que le importaba era que habían hecho daño a Vylnys.

Morgane se rio divertida ante las caricias de Tanya, aunque no parecían incomodarle – También eres una buena niña, Tanya-chan -, pero entonces vino el ataque, seguido por el tropezón de la slime cuyos atributos cubrieron de nuevo el rostro de la sirena. Esta tomó aire cuando Tanya se levantó y luego notó cómo empezaba a transformarse de nuevo. Suspiró – Tanya-chan, no deberías excederte tanto – y empezó a cantar de nuevo la misma canción mientras acariciaba los muslos de Tanya con ternura, aunque esta se estuviera convirtiendo en ese slime feo que estaba por atacar a todos sus compañeros. Luego de eso, forcejeó para abrazarla y se mantuvo ahí cantándole mientras le acariciaba la espalda. Como la vez anterior, la figura de Tanya regresaba de nuevo a su atractiva forma humanoide gracias a eso. Por su parte, la ninja pelirroja, hastiada por las canciones de Morgane gritó - ¡Cállate! – y le lanzó un kunai que la sirena no pudo evitar por la posición en la que estaba y esto detonó que su cabello cambiara de nuevo, al igual que el broche de estrella de su cabello. Lo siguiente que se vio fue a “Dark Morgane” envolver sus piernas por la cintura de la maid slime y tomarla de los brazos para derribarla y que cayera sobre esta, para deleitarse con el volumen de sus voluptuosos atributos. Jugueteaba con ellas de manera más directa que antes mientras decía – Tanya-chan, eres tan suavecita… ¡Y dulce! Podría comerte -. No lo decía literal… ¿verdad? Y mientras la sirena se encargaba de no dejar rincón inexplorado del torso de Tanya, la ninja pelirroja tendría que lidiar contra varias dificultades al mismo tiempo. Kateina había sido enviada por Zuri a ayudar a los nigromantes, mas esta llegó para ver cómo M.A.Y.A. y ellos hacían una estrategia. La maid caballo solo asentía impresionada.

M.A.Y.A. había encendido sus cohetes después de conversar algo con Sphinx la esfinge y Roger, persiguiendo a la ninja, quien intentó en una pirueta alejarse, mas la maid androide la golpeó con su enorme martillo en el aire para arrojarla hacia los nigromantes, los cuales lanzaron una oleada de sus ejércitos que ahora parecían fusionarse para formar un feo engendro de zombies y momias y que se tragó a la ninja pelirroja, la cual soltaba improperios sin parar. Cuando esta creía que podría salir, una bomba de la maid caballo le cayó justo en la cabeza, haciéndola sumergirse de nuevo entre la marea de muertos vivientes.

Zuri parecía tener tan cautivada a la líder que ni siquiera había reparado en la elfa oscura que el demonio cargaba. Cuando le dijo que la cuidara, esta pensó en protestar y dijo – Pues entonces yo elegiré mi recompensa – con un rostro travieso y desbordante de lujuria.

La ninja morada observaba a su líder sometida y su enojo crecía. Gritaba - ¡Pagarás por lo que le has hecho a nuestra líder! – y, aunque al escuchar sus palabras y ver su presencia flaqueó, esta se sobrepuso y logró esquivar el látigo a tiempo para luego gritar - ¡Maldito demonio! – y cortó al demonio con su espada en su torso desnudo antes de que este pudiera retirarse. La ninja líder, al ver que la ninja morada iba a lastimar de nuevo al mayordemon, se interpuso entre ambos y besó a la ninja morada con una pasión tal que solo podría ser efecto del poder del demonio. La ninja morada soltó el arma sin poder resistirse a su líder y sus piernas flaquearon, como si esta estuviera absorbiendo su energía. Para cuando se separó, la ninja morada tenía las pupilas convertidas en corazones y miraba con lágrimas en sus ojos a su capitana - ¿Por qué? – preguntaba la ninja morada. La capitana le dijo algo al oído y sus rodillas le fallaron mientras su cuerpo parecía estremecerse por placer. ¿Qué diablos le había dicho? Pues alguien tendría que preguntárselo para saberlo.

En el frente del ninja de las serpientes, este seguía desesperado invocando a sus sirvientes mientras Vylnys aún sostenía a Carmilla entre sus brazos. La vampiresa decía cosas bastante obscenas incluso inconsciente, aunque se puede resumir en que rogaba para que las serpientes no solo apretaran su piel por fuera… Esto hacía que el enojo de Vylnys solo creciera y sus músculos parecían empezar a crecer, pues su uniforme traqueaba. Con las pupilas completamente reptilianas, la maid dragón tomó su arma y, al ver que la lámpara en la cual la ninja pelirroja estaba momentos antes estaba por caer, esta se empujó con sus alas para lanzarla. Mientras Vylnys hacía todo eso, Viviana ya había cortado el cuello del ninja, aunque no logró matarlo, pero sí que le dejó una fea herida que el vanidoso ninja resintió porque había lastimado su perfecta piel. La herida sangraba profusamente y con la vista algo nublada, se vio superada por la segunda brutal oleada de narvales asesinos que envió Libro con furia para callar la boca de esos enemigos que se habían burlado de él. Los narvales alcanzaron su cuerpo y destrozaron sus piernas. Entre gritos, de las extremidades perdidas se empezó a formar una cola de serpiente, quedando con solo el torso humano y la parte de debajo de una serpiente. Era de la misma raza de Dasatos. Si era un monstruo, ¿por qué los atacaba? ¿Alguno se lo preguntaría? Al menos su pupilas ya eran tan reptilianas como las de Vylnys y amenazó a la maid dragón con un gruñido. Mientras tanto, esta ya había golpeado la lámpara para que saliera en dirección del hombre serpiente y lo aplastara. Lo había herido, mas este logró escurrirse y aún seguía listo para pelear. Por su parte, los rasgos sexys de Vylnys seguían desapareciendo y ahora sus piernas, más musculosas y enormes que nunca, empezaban a crecer hasta que sus pies destrozaron sus zapatos. ¿Se estaba transformando en… un dragón? Vylnys semitransformada rugió tan fuerte que los pocos cristales que quedaban en las ventanas del castillo se rompieron.

Lo que pasaba entre Morgane y Tanya era bastante anticlimático respecto a la batalla. Mientras todo los demás luchaban... bueno, ellas "luchaban" de otra forma. Con el ataque de la ninja, había perdido de nuevo el control. De fondo podía escuchar a la voz de Livia llamándola, y se giró para mirarla por un momento; escuchaba su voz y gruñía cosas, pero la slime no parecía ser capaz de mantener el control. Al menos hasta que Morgane comenzó a cantarle de nuevo y acariciarla. Algo en la voz de Morgane y en su abrazo hizo que Tanya se calmase y poco a poco recuperara el control, volviendo a su forma humanoide mientras abrazaba a la sirena. Todo pudo haberse quedado así... ¡pero la ninja no dejaba de molestar! Esta vez no parecía haberle hecho mucho daño a Morgane, pero esta se había descontrolado. Con un gritito, se vio derribada por la sirena, mientras esta jugueteaba con todos sus atributos mientras Tanya soltaba pequeños grititos. La slime no parecía precisamente disgustada con ello. —¡Niña mala! Te dije... que no pue... ¡Kyah! ¡No puedes frente a todos! —intentaba apartarla, pero Dark Morgane se aferraba demasiado fuerte a ella. Molesta, Tanya miró a la ninja— ¡Todo es tu culpa! —y de inmediato, abrazó con fuerza a Morgane y enterró su cara entre sus atributos, sentándose. Lentamente, empezó a acariciar su cabello mientras miraba con un instinto asesino a la ninja— ¡Si lo haces de nuevo, Tanya te comerá!

El demonio asintió a la petición de la ninja líder para pedir su recompensa.

Si lo haces bien.

Le recordó. Por aquel desliz de atención se llevó un corte en su torso y lo acarició con la sangre cálida entre los dedos, más con curiosidad que rabia. Y entonces la líder... le defendió, y aquella defensa le hizo ratificar que no se había equivocado al confiar en ella. Quizá tendría que cumplir su palabra, dada la situación.

¿Qué le has dicho? -le pudo la curiosidad, poniendo una mano sobre la cabeza de la ninja a modo de felicitación- Bueno, hiciste que se arrodillase, así que puede unirse a ti, si lo deseas.

Le concedió, ni siquiera sabía cómo se llamaban. Pero lo más importante era que podía ir a por su siguiente objetivo. Corrió hacia el ninja de las serpientes, ahora con una cola del mismo animal que lo representaba y la aferró con ambos manos. Empezó a girar sobre sí mismo para coger fuerza, con tan buena o mala fortuna que con las manos resbalosas por el ungüento... pues el que se resbaló fue él.

Patético.

Pensó para sí mismo.

Lo de Morgane y Tanya carecía de nombre. Cuando no era una, era la otra... Al menos, estaban entretenidas entre ellas y no molestaban al resto ¡Que eso ya era todo un logro! Aún así, las cosas serían otro tema si pudieran contar con las dos para acabar con el enemigo. Pero no todo era perfecto, ni tampoco podían tener lo que deseaban.

- ¡¡Vyls-Vyls!! ¡¡Aléjate ya de ahí!! -No, se negaba a que también perdiese en control. Debían proteger a los amo, pero para Livia también estaba el proteger a sus compañeras todo lo que fuese necesario.- Vamos, dragoncita.... Escúchame ¿Sí? Ponte detrás de nosotros, asegúrate de que la señora Carmilla despierte.-Por el cambio en su cuerpo parecía al límite. Y si dos ya era engorroso de llevar ¡¡Imagínate 3!! Bufó con cierta molestia, ese dichoso ninja era como un grano en el trasero ¡¡De los peores!! ¡¡De los que molestan y duelen!! Claro que ella no había tenido nada de eso, pero sólo por su nombre...

Aunque claro, al ver como este mostraba su verdadera naturaleza, la vampiresa se quedó descolocada ¿Un monstruo atacando a otros monstruos? ¿Por qué?.- ¿Nuestro enemigo es uno de los nuestros? Eso si no me lo esperaba....-Lo miró entre enfadada y entristecida.- No sé que te lleva a esto, pero seas humano o monstruo... Si intentas hacer daño a los amos, no eres bienvenido.-Dicho aquello abrió a libro de nuevo, esperando a que atacase nuevamente. Intentando ganar tiempo para que Vyls saliera de allí.

A pesar de que ahora tenían una ventaja, algunas cosas no parecían pintar muy favorables… para la batalla. Tal era el caso del intercambio entre Tanya y Morgane, quienes parecían más en necesidad de un cuarto en privado que de asistencia para la batalla. Claro que, como en una ocasión anterior, apenas la slime enterró a la sirena entre sus… atributos, esta pareció calmarse y dejó de jugar violentamente con ellos para pasar a acariciarlos con su rostro hasta asomarse y salir convertida en la sirena tranquila y dulce de nuevo – Lo lamento, Tanya-chan. Te compensaré. Lo prometo – y se veía arrepentida de verdad. Por su parte, aquellos que luchaban contra la ninja pelirroja no la estaban teniendo nada fácil. Esa ninja pelirroja era muy escurridiza y a pesar de estar en la marea de cuerpos, estaba logrando esquivar los golpes de aquellos zombies y momias. Incluso logró evitar el martillazo de M.A.Y.A., quien resultó pegándole a uno de los zombies de Roger, lo cual se llevó un reclamo de este por dañar uno de sus experimentos. Momentos después, la ninja lanzó sus kunais como mejor pudo hacia la androide, clavándoselo en donde ya había dañado su armadura y tumbándole uno de sus brazos. La maid androide vio esto con un rostro frío, pero se vio obligada a bajar para recoger su brazo y volver a soldarlo con una herramienta de soldadura que salió de su mano. Por su parte, Sphinx la Esfinge y Roger recibieron el golpe también, mostrándose nada felices de ser heridos. Por eso, la marea de muertos vivientes aumentó y Vlad se mostró más preocupada.

La ninja líder miró a Zuri con una sonrisa traviesa – Más te vale que no retires tu palabra -, aunque sus ojos seguían brillando en adoración por el demonio. Apenas dejó temblando a la otra ninja en el suelo, deseosa de más, recibió la pregunta del demonio y le guiñó un ojo – Nadie es más fuerte que su punto débil. Y… a ella le gustan las cosas fuertes – se rio y luego asintió emocionada. Se acercó a la ninja morada y esta asintió derrotada y sin ganas de luchar, aunque miró con desagrado a su líder. Tal vez en ese punto, solo su enorme respeto a ella le permitían hacer lo que iba a hacer.

Hizo una reverencia ante Zuri y dijo – Como mi líder te reconoce como su amo, yo me someto a los deseos de mi líder, por asquerosos que suenen – tal vez eso último tenía que ver con lo último que le dijo -. Juro servirle a partir de ahora, Zuri-sama. Haga de mi vida lo que usted desee – y, al parecer, con eso, una más se les unía. Lastimosamente, aún quedaban dos, los cuales habían resultado los más problemáticos.

Por su parte, Viviana estaba luchando con todas sus fuerzas para derrotar a ese ninja de las serpientes que tanto daño le había hecho a su preciada Vylnys. No se sintió nada nerviosa por enfrentarle apenas vio que cambió de forma, pero sí sintió la traición de que un monstruo les atacara - ¡Traidor! – le gritó para luego lanzarle sus kunais y esperar que, con eso, esa cosa muriera… sin ningún éxito. Parecía que se hubiera hecho más fuerte, por lo cual solo golpeó las kunais con su enorme cola y las envió lejos de allí. De Libro salió otro huracán de purpurina que, a pesar de su potencia, solo hizo que las serpientes del arrogante ninja quedaran de diferentes colores. Eso podía verse muy bonito para decorar el café, pero seguían en una batalla. Por su parte, Vylnys usó sus ahora enormes brazos dracónicos para lanzar un enorme pilar caído del castillo hacia el ninja, quien lo evitó con rapidez y lanzó varias serpientes hacia la maid, la cual se había girado para ver a Livia que le decía algo. Ella se giró a ver a Carmilla y fue justo en ese momento cuando las serpientes la alcanzaron sin que esta pudiera hacer mucho. De su boca ya no salían aquellos quejidos sexys sino profundos y fuertes rugidos que harían temblar nuevamente los candelabros, para descontento de las arañitas. Al ser sepultada en el suelo por las serpientes, la figura sexy de Vylnys ahora se expandía, mostrando cada vez más la piel escamosa y reptiliana de una criatura enorme. Sus alas crecieron, al igual que sus cuernos, y su anatomía fue cambiando hasta transformarse en la bestia mitológica que muchos solo podrían soñar con ver. El rugido fue tan fuerte que las paredes restantes del castillo temblaban. Vylnys se había vuelto un enorme dragón enloquecido de ojos amarillos que parecía mirar a todos los presentes como posibles pedazos de carne. Se veía furiosa y descontrolada, justo como Tanya momentos antes.

¿Alguien se preguntó qué había pasado con Kateina? Bueno, ella intentó recibir el golpe por Vylnys como lo había hecho antes por Zuri, mas se tropezó con una columna caída y luego cayó de la forma más patética posible contra los escombros, se golpeó la cabeza y ahora… estaba inconsciente en medio del mar de cuerpos vivientes, los cuales intentaban mantenerla a flote como mejor podían.

Tanya y Morgane no estaban haciendo más... que darse amor en plena batalla. La slime sonrió feliz de ver que la sirena había reaccionado y volvió a darle unas palmaditas en la cabeza, asintiendo y liberándola. Suspiró. Se estaba agitando demasiado, ¿no? Y la batalla... —¡La batalla! —de un rebote, volvió a ponerse de pie, afilando la mirada— ¡Malvada! —señaló a la ninja pelirroja y gritó aquello, totalmente indignada por ver lo que le estaba haciendo a sus compañeros. Incluso al ver lo que le había hecho a la androide, Tanya soltó un gritito, aliviándose al ver que M. A. Y. A. volvió a soldarse el brazo. ¿Cómo podía ser tan genial? Rebotó más sobre sí misma y pareció comenzar a ponerse a tono de nuevo. No a ese tono, sino a otro. Sus compañeros parecían empezar a tener todo controlado, pero aún habían enemigos en pie. —¡Debemos ayudar! —le dijo a Morgane, volviendo su vista al campo de batalla, pensando en qué hacer. En momentos así la slime se frustraba por sentirse inútil. Intentando ayudar, no había hecho más que ser una molestia en la batalla. ¿Pero qué podía hacer? Fue en ese momento que prestó atención a la voz de Livia, quien hablaba a la dragona que momentos después se descontrolaría. ¡Solo había una cosa que ella podía hacer, y la haría!

Sin temor alguno, salió corriendo torpemente mientras todo su cuerpo gelatineaba hacia el colosal dragón. Por momentos se tropezó, pero no se dejó caer sin importarle los temblores que causara Vylnys, o lo aterradora que fuera. Apenas llegó a donde la dragona estaba, miró a Livia y a sus compañeros.

—¡No se preocupen, Tanya se encargará! —se tambaleó— ¡Deben ganar! Tanya no puede hacer mucho... —dijo jadeante, y tambaleándose. Se abrazó a una de las grandes patas de la dragona— Es inútil, y solo estorba. No hace nada bien. Tanya lo sabe mejor que nadie. Y ustedes la tratan bien a pesar de que es así —pegó la cara a la pata de Vylnys—. Tanya no puede hacer mucho, pero ayudará a su manera. Puede dar amor; todos necesitan amor. Por eso debes reaccionar —alzó la mirada hacia la cabeza de la dragona. ¿Esta siquiera la notaría?—. La señora Carmilla y Livia te necesitan —dijo con ojos llorosos.

Instantes antes de aquel fracaso con la serpiente, el demonio le dedicó una mirada a la que hasta pocos segundos antes había sido su enemiga, y si lo hizo fue por las palabras de la ninja líder. Si confiaba en ella, también tendría que hacerlo en algunas de sus decisiones.

Está bien, pero no será fácil.

...

Viendo cómo sus intentos de arrojar a la serpiente a aquella marea de cadáveres no funcionaba, regresó a su arma tradicional, aquel látigo de varias partes metálico, con el que azotó una y otra vez a su enemigo esperando desgarrar al menos algunas de sus escamas y poder facilitárselo a sus compañeras. Sin embargo, mientras lo hacía su mente estaba en otro lugar, desde que había llegado le había funcionado mejor actuar como un ¿amo? que como un mayordomo. Quizá... quizá debería dejar de intentar hacer las cosas como hasta el momento y empezar a seguir el juego a aquella realidad.

Y allá iba otra. Vio como la dragoncita perdía el control, no sabía si echarse a llorar o reír. Aquello era un sin sentido de situaciones que parecían encadenarse entre ellas. Y apunto estaba de unirse al club de los desastres sin ni siquiera darse cuenta. Pero antes... Antes pasarían más cosas ¡¡Cosas realmente interesantes y fascinantes!! Miró a Tanya enternecida, y llevándose una de las manos hacia la mejilla, ladeó la cabeza de manera divertida y picarona.- Ara ara....-Rio divertida y negó con el dedo de la otra mano de manera lenta.- Tanya-chan no es inútil, ni tampoco estorba...-Volvió a reír mientras se inclinaba levemente hacia adelante, dejando que sus atributos tomasen más protagonismo en aquel instante.- Sin duda Tanya-chan deberá mostrar sus dotes esta pobre vampiresita... ¡¡Pero que envidia!! ¡¡Morgane, ha disfrutado y yo no!! -Asomó la lengua entre los labios y tras eso rio de manera traviesa. De la misma forma que lo haría una niña que acaba de hacer algo realmente divertido y malvado a la vez.

Y mientras ella estaba declarando su atracción por Tanya e intentando que esta se animase... ¡¡Todo pasó!! Libro estaba tan tan taaaaan agotado tras su explosión de poder, que había dejado de estar despierto. Sus ronquidos retumbaban por todas partes y de lo que "debería" ser su boca salían pequeñas explosiones de confeti y purpurita. Livia lo miró incrédula ¿Pero cómo se atrevía?.- L-librooo ¡¡LIBROOOO!! -La pequeña maid lo intentó despertar, lo zarandeaba de un lado a otro e incluso intentaba que este se abriese, tanto fue... Que en uno de sus ronquidos una pequeña explosión de brillosidad le dio en toda la cara.- ¡¡Arde, arde, ardeeeee!! -Soltó al libro de conjuros mientras se intanteba sacar la purpurina de los ojos y la boca. Algunas de esas motas brillosas habían caído también sobre su escote, pero esto no se veía demasiado sexy.. Bueno sí, realmente se veía tremendamente sexy, pero los gritos de angustia de la maid no ayudaban a entrar en el mood.- ¡¡Reclamaré al reino mágico!! ¡¡Mi libro es defectuoso, un rebelde y una amenaza para su invocadoraaaa!! -Tras varios minutos de gritos de enfado, la joven consiguió aliviar sus ojos, aunque este se veían llorosos.- Pienso enviarlo a la academia de obediencia de Libros mágicos ¡¡Se va a enterar!!

Vylnys era ahora esa bestia gigante escupe fuego. Afortunada, o desafortunadamente según la perspectiva, la llamarada que lanzó no alcanzó a ninguno de los presentes, ni a los amos. Eso era bastante positivo. Pero claro que los enemigos que aún seguían en pie no se quedarían observando sin más, pues la batalla continuaba. Con dificultad, la pelirroja había logrado salir a flote de la marea de cuerpos y lanzó dos kunais hacia los dos nigromantes, logrando golpearlos. Estos seguían en pie, pero se veían molestos con la pelirroja. Por la dificultad de esto, le era difícil atacar, pero vio la opción cuando M.A.Y.A. se le acercó con su martillo para hundirlo de nuevo. Hizo algunos sellos ninjas con sus manos y ahora su kunai estaba cargada de electricidad. Golpeó a la maid androide y la explosión eléctrica la envió a volar… justo cayendo sobre el bar. ¿Cómo era que toda la mansión estaba en ruinas y el bar seguía en pie? No hay mundo postapocalíptico sin una taberna postapocalíptica. Tal vez el licor es inmune al apocalipsis. Todo el cuerpo de la androide desplegaba chispas y esta se veía bastante fuera de combate, pero entonces sus ojosse tornaron rojos, se abrieron de par en par y, su siempre expresión seria, se tornó risueña. La maid androide empezó a reír sin control alguno para luego girarse y empezar a tomar una botella, dos, tres, cuatro… se empezó a servir licor a una velocidad abrumadora. Había dejado su martillo tirado en el suelo y se dedicó a emborracharse.

- ¿Así de lamentable me veo yo? – preguntó Morgane a Tanya, pero esta ya se había ido hacia Vylnys. Dándose cuenta de esto, salió corriendo en esa dirección y fue entonces que escuchó a la slime decirle todo eso a todos gritando. La chica miró a Livia avergonzada por lo que dijo y le gritó - ¡No lo hice a propósito! – para luego volver con Tanya y abrazarla -. Si tú le das amor, yo te doy amor a ti, Tanya-chan. Gracias por cuidarme tanto – y se sonrió para luego abrazarla con fuerza. El enorme dragón miró a la slime y, de la nada, empezó a llorar. Una suave luz blanca rodeo el cuerpo del dragón y volvió a su forma humanoide nuevamente… aunque desnuda. Ahora sí que la maid dragón desbordaba sex appeal. Más que todo estando así. Si bien los brazos de Tanya cubrían ciertas partes de sensible exposición, su piel era transparente, así que no hacía mucho.

Entonces, la dragona se giró para abrazar a Tanya y a Morgane y ahora su cabello cubrió convenientemente sus... atributos, a la par que la cola envolvía la zona entre sus piernas, dejándola de cierta manera cubierta para ojos indiscretos. Y, la verdad, todo eso solo hacía que se viera aún más sexy – Gracias, Tanya-chan. Morgane-chan – y las abrazó, asfixiándolas entre lo que ahora su cabello cubría. Sin embargo, no todo saldría bien, pues una serpiente saldría volando y golpearía a Morgane en la espalda directamente, generando un gritito de la sirena. Vylnys miró molesta.

Viviana quería acercarse a Vylnys, pero ahora su nariz sangraba al haber visto su desnudez y no se dio cuenta a tiempo del ataque de serpientes que iba hacia ella. Apenas lo vio, intentó arquear su espalda para evitar el golpe como si estuviera en una película de ciencia ficción, pero la serpiente logró atraparla del cuello y la lanzó lejos contra una columna. Kateina tampoco pudo evitar el golpe, pero entonces su crin y cola brillaron de un intenso dorado y, a pesar de recibir varias serpientes en su cuerpo, se veía intacta. Era gracioso que se desmayara con cualquier tontería, pero a la hora de luchar, pareciera inmortal. Livia, por su parte, seguía aún con los ojos algo irritados por el estallido de la burbuja de purpurina, así que no pudo ver el ataque de la cola del ninja serpiente que iba hacia ella y, cuando menos pensó, un poderoso golpe en el abdomen la envió contra una columna también. Libro había caído de sus manos y se había deshecho en un círculo mágico de color arcoíris. La guerrera mágica había llegado a su límite también.

Por último, Zuri sacó su látigo e intentó frenar el ataque de las serpientes, pero estas lograron sobrepasarlo y esta mordió su cuello. Al menos las serpientes no intentaban destrozar sus ropas, ¿verdad? La ninja líder observó todo esto con preocupación y alzó la voz - ¡Es suficiente! – y la ninja morada la miró anonadada. El ninja serpiente intentó atacar de nuevo a quienes parecían haberles traicionado, mas la ninja morada frenó el ataque que iba hacia su líder con su espada. El ninja de las serpientes miró confundido, pero la ninja morada no parecía dispuesta a retroceder.

- Yo, Blue, líder de los Black Star, declaro que de ahora en adelante, los Black Star servirán a Zuri-sama, demonio y nuevo líder – y bueno, eso no se lo esperaban del todo… ¿O sí? -. Quien no esté de acuerdo, será ejecutado por mí ahora mismo -. La pelirroja, el mitad serpiente… incluso los zombies se habían quedado estupefactos. Dejaron ir a la ninja sin notarlo, la cual cayó sonoramente al suelo. Se acercó a su líder, reconociendo su voluntad e hincó una rodilla frente al mayordemon. El ninja serpiente se quedó de piedra y recuperó su forma humana. También se inclinó, seguido por la ninja morada y, por último la ninja líder.

¿Había terminado? De manera muy conveniente, la elfa oscura empezó a despertar y lo primero que hizo fue buscar al mayordomo para luego decirle - ¡Zuri-sama! ¡¿Se encuentra bien?! -, pero tal vez fue la agitación, el que se enderezó muy rápidamente o sus heridas, lo que la hizo llevarse una mano a la cabeza dolorida. Se sentía aún débil, mas se acercó como pudo al demonio y le tomó la pierna sin poderse poner de pie - ¿No le hicieron… daño? – y miró a los ninjas frente al demonio con dudas y prevención. Después de todo, había tenido que salvarlo de un ataque sorpresa de ellos.

Vlad carraspeó para acabar un poco con el enorme silencio que se había instaurado y dijo – Zuri, parece que es el momento de recuperar tu vida anterior. Es tu decisión – y le puso la mano en el hombro con una expresión solemne. ¿Qué decidiría el demonio? ¿Qué pasaría con la OAD si sus asesinos ahora le juraban lealtad a uno de los sirvientes de los Drácula?

Las aguas parecían calmarse... bueno, al menos en parte. Todos seguían vivos, la serpiente parecía imbatible... hasta el grito de la líder ninja. Blue, memorizó. Entornó la mirada mientras ésta se arrodillaba, sin quitarle ojo de encima. Sonrió un poco confiado y también satisfecho, al menos todo tocaba a su fin.

Y yo, Zuri, demonio, os tomo bajo mi sombra.

Iban en pack, al parecer. Y entonces se despertó la elfa oscura... y también le llamaba Zuri-sama. Enseguida se puso a su lado y le ayudó a ponerse en pie.

Estoy bien, no te preocupes Eshreve -trató de tranquilizarla, desnudo y magullado-. Ahora están conmigo. ¿Por qué me llamas sama?

Los recuerdos del demonio estaban borrosos, después de todo existir desde el principio de los tiempos tenía ese tipo de inconvenientes. No obstante, sentía que le llamaban, que le buscaban. Pero le buscaban demonios... ¿también elfos oscuros? Por ello, cuando Vlad puso la mano en su hombro asumió un gesto pensativo.

No sabía cuánto aguantarían las Black Star si volvía con Drácula. Aquello era el fin del mundo y en parte sentía que era su responsabilidad, como si el haber abandonado su trono hubiese provocado todo aquel caos, porque en su momento tenía un trono ¿cierto? Y su pasado... quería aclarar qué había pasado y, sobretodo, por qué.

Debo regresar.

Fueron sus palabras, solemnes, abarcando su entorno con un gesto de la mano, como si aquello fuese una explicación más que suficiente.

Debo reconocer que los momentos pasados a tu lado -se atrevió a tutearlo- han sido realmente divertidos, y siempre tendrás un compañero en el infierno.

Le sonrió y hasta volvió a romper cualquier protocolo para abrazarlo. Tanto si éste se dejaba como si le esquivaba convertido en una nube de murciélagos, al demonio no pareció molestarle y continuó hablando.

He pensado... -miró a la Slime con sus compañeras, a Livia, a quien le sacó la lengua y finalmente al propio señor de la noche- Que podría oficiar alguna boda oscura. Seríais esclavos el uno del otro, para toda la eternidad. Livia y Vlad dos almas condenadas unidas hasta el fin de los tiempos. Tanya y... quien o quienes ella quiera, hasta que se disuelvan en el vacío.

La verdad es que aunque apasionada, se había perdido en la batalla de la doncella, aunque estaba seguro que tenía pretendientes.

Patético. Eso era lo que pensó Livia cuando las primeras lágrimas atravesaron su rostro. Daba igual que intentase o no controlarlas, aquello escapaba totalmente de las acciones de la joven. En una explosión de estrés totalmente digna de una niña pequeña, Livia cayó al suelo con las piernas hacia los lados del cuerpo.- ¡¡Ese libro traidoooooo!! -El llanto de la joven era terrible agudo, tanto que era capaz de dañar los oídos de los más sensibles. Y así siguió un largo rato, incluso después de que todo terminase. Al menos así estuvo hasta que sintió su nombre de fondo, aún sin dejar de llorar cual niña pequeña... Se giró hacia el demonio ¿Las iba a dejar? Su llanto entonces se volvió aún mayor. Cómo se atrevía a dejarlos también, no era justooo, no lo era. Mientras se limpiaba las lágrimas con ambas manos una y otra y otra vez.... Uno de los tirantes de su vestido se deslizó por su fina piel, dejando poco a la imaginación, pues su escote ahora quedó completamente a la vista de todos, acentuados por la posición en la que ella estaba.

Aún sumida en su llanto gateó por el suelo esquivando los pedruscos, aunque terminó por levitar en una enorme nube oscura de depresión y llantos. Era el claro ejemplo de nubarrón. Y ahora esa nube llorosa se acercaba a Vlad entre gimoteos y lloros, abrazó su pierna con fuerza  y frotó su húmedo rostro contra él, para después mirarlo.- ¿Se-serí-serías *Hip* mi e-*Hip*eterno y *Hip*oscuro... Señor*Hip*...? -Dijo entre hipos, aunque claro, después su mirada voló hacia la Slime. Y como un rayo se pegó a su gelatinoso cuerpo, abrazándola mientras lloraba de nuevo muy disgustada..- Y...Y... *Hip* *Hip* T...T*Hip*-El llanto de Livia se volvió más exagerado que nunca, berreando cual niña pequeña que se separa de sus padres.- T-tú... *Hip* ¡Casémonos con*Hip* ella....!*Hip* -Arrastró como buena mente pudo a Tanya, al menos hasta que fue capaz de abrazarse a las piernas de Vlad y Tanya a la vez. Temiendo que ellos la dejasen también, como haría el Mayordemon.- P-por fa*Hip* Favooooor....

Todo terminó, pero aún Tanya seguía abrazada con Morgane y la desnuda dragona, lloriqueando. Era algo... raro de ver, pero también sexy, de eso no cabía duda alguna. Mientras le decía a las chicas que las quería, tarde se dio cuenta de que toda la lucha se había acabado. Cuando se separó del apretado abrazo, tomó la mano de Morgane y se acercó limpiándose los ojos al grupo. No sabía qué, pero algo parecía estar pasando. Al escuchar al amo, los ojos de Tanya se abrieron y volvieron a humedecerse. Soltó la mano de la sirena y se la llevó a la cara, comenzando a moquear. ¿Zuri debía regresar? ¿A dónde? ¿Zuri también los dejaría?

—¡No quiero! —gritó de la nada Tanya, limpiándose la cara mientras se apretujaba... los atributos con los brazos— ¡Zuri se irá como Xiao Mei! ¡Zuri traidor! —en un ataque de malcriadez, Tanya parecía negarse a aceptar pacíficamente la partida de Zuri. Primero su primer amo. Luego, Xiao Mei. También Gabriel, y ahora Zuri. ¡Seguramente el amo también la dejaría, y Livia...— ¿Livia...?

Mientras seguía limpiándose la cara haciendo un gran puchero, se giró para ver a Livia gateando hasta donde todos estaban... en ese peculiar estado. Ver llorar así a Livia hacía que Tanya hiciera más pucheros, como un niño que se contagia por el llanto de otro. La situación era absurda. Se dejó arrastrar por Livia mientras lloraba y sus lágrimas se detuvieron ante aquella proposición. Sin pensarlo, se tiró de rodillas y rodeó con sus brazos a Livia, sumergiéndola en sus atributos justo como había hecho con Morgane. Llorando dramáticamente le dijo: —¡Tanya se casará con Livia! —siendo sinceros... Tanya no entendía bien lo que era el matrimonio. ¡Pero eso no importaba!— ¡Tanya no quiere que Livia la deje! —negó de forma brusca con su cabeza; pedazos de slime salieron volando por aquí y por allá!— ¡Tanya se casará con todos para que nadie la deje!

Eshreve se puso de pie con dificultad y se vio sorprendida ante la pregunta del demonio. De inmediato, le hizo una reverencia y con tono solemne le respondió – Porque usted es el príncipe del infierno, Zuri-sama. Y ahora que su padre, el gran Rey demonio ha muerto, es el momento de que tome su lugar como heredero legítimo al trono y guíe a las tropas demoniacas hacia el apocalipsis – aunque técnicamente se había dado ya el apocalipsis, pero tal vez se refería a que dirigiera la tierra.

Vlad observó a Zuri con una sonrisa, aunque seguía comportándose diferente a como lo hacía antes de aquel hechizo. Mientras tanto, Carmilla parecía reaccionar. Una vez terminó sus palabras, el vampiro le dijo – Yo reino sobre las tinieblas y tú sobre el infierno. Creo que debemos hablar de negocios. Después de todo, aún hay una molesta organización que quiere cazarnos – y es que el castillo era la sede de operaciones de una organización de monstruos que planeaba combatir el orden mundial de los humanos y tomar el control del mundo -. Ya Vylnys se encargará de darte los detalles cuando se coordine una reunión – y la dragona saludó a todos agitando su mano mientras sus atributos se agitaban peligrosamente con esta acción.

- Creo que no les había dicho, pero yo soy la vicepresidenta de esa organización – y se rio traviesa, mientras Viviana miraba sin poder creer lo que escuchaba. Esta lo notó y se le acercó aún con su desnudez convenientemente cubierta para luego besar a la maid de cabello verde en los labios -. Y puedes unírteme, si quieres – a lo que Viviana solo asintió como una tonta.

Las palabras sobre el matrimonio solo hicieron que una M.A.Y.A. ebria parara de beber para mirar al demonio desconcertada, aunque se podía decir que la androide no tenía mucha idea de lo que pasaba. El cortocircuito que le había sido causado durante el combate echaba chispas y ella hipaba sin parar. Se paró con dificultad, pero sus pies fueron sustituidos por rueditas de manera involuntaria y salió disparada en dirección a Kateina, quien recibió el golpe y cayeron ambas al suelo. La maid caballo intentó zafarse, pero M.A.Y.A. era mucho más pesada que ella y no parecía capaz de ponerse de pie por su cuenta. Morgane, por su parte, se reía un poco y miró a Tanya cuando Livia le propuso matrimonio. Parecía algo triste.

- Pensé que teníamos algo especial – y luego se fue de allí cantando con tristeza en dirección a la piscina.

Vlad sonrió viendo toda la escena y miró a Tanya y a Livia a la par que se acercaba para acariciar la cabeza de la slime y le dijo – No sabía que quisieras casarte conmigo, Tanya. Claro que no tengo quejas – sonrió y miró a Livia… o al menos lo intentó porque seguía enterrada entre los gelatinosos atributos de Tanya -. Apenas y puedes hablar. Aunque se me hace gracioso que seas tú quien me pida matrimonio. Pero supongo que no me incomoda. Acepto – y esperó que con eso la maid de cabello bicolor se calmara un poco.

Mientras tanto, Carmilla miró a Zuri. Se había puesto de pie por fin – Tú puedes encargarte de oficiar la boda, pero yo me encargo de la ropa – y tras chasquear sus dedos, todos los presentes quedaron con un atuendo que era una mezcla entre negro y escarlata, justo como el resto del castillo. Esta parecía ser una firma de los Drácula. ¿Se oficiaría la boda ahí mismo? Era posible que ese castillo fuera la construcción en mejor estado de todo aquel mundo post apocalíptico, después de todo. Kateina se llevaría a M.A.Y.A. a su habitación, pues esta no estaba en condiciones de estar en la boda.