Partida Rol por web

El primer invierno en la Alianza, Anderlius lo pasó experimentando en su Sancta. Pidió a Lullarch un peón de VIS Creo y se retiró a su Sancta, donde lo aprovechó hasta la última gota. Se jugó el físico varias veces, acercándose a los acantilados donde se creaban los vientos y se veía la enorme caída que había abajo

El siguiente año Anderlius lo pasó centrado en su otra gran pasión. Había estudiado la mente humana durante años, intentando desentrañar los recodos del pensamiento de los hombres. No se atrevía a adentrarse en las mentes de los seres faéricos, pero era audaz, todo llegaría. Estaba convencido de que el secreto del Misterio se encontraba ahí.

Sin embargo sentía que algo se le escapaba, para comprender la mente tenía que comprender el cuerpo, y al conjunto como un todo. El hombre, cuerpo más mente.

Pasó el verano trabajando con VIS Corpus en bruto. Aprovechó el aura mágica de la zona que habían descubierto sus compañeros para buscar un lugar con tranquilidad donde trabajar. Integrándo la VIS en su cuerpo, autoexplorandose y volviendo a extraer la vis para ver qué cambios había producido en su propia carne. También estudio a todo aquel que se dejara o que necesitara sus artes curativas.

Al terminar septiembre decidió viajar al sur. Lo comunicó a sus compañeros, estaría fuera al menos medio año y se adentró en los territorios fronterizos. Allí donde los Normandos estaban centrando sus ataques.

Si quería conocer al hombre tenía que verlo en lo que más tiempo llevaba haciendo. Pelear. Se dirigió a primera linea, donde bajo la apariencia de un curandero que trataba de mantener en vida a la gente de diferentes clanes estudió las tácticas militares, las motivaciones de los pueblos, la visceralidad de las batallas y la miseria del hombre cuando estaba en juego la supervivencia. Curaba a los heridos, es cierto, pero en realidad los estudiaba fría y crudamente, cuando más desprovistos de la tela de la civilización estaban.

Volvió con algunas respuestas, pero con muchas nuevas preguntas. Al regresar tomó el tractatus de la biblioteca y se encerró con él. Lo estudió con ahínco. Repasó una y otra vez sus páginas, en busca de respuestas. Pero los libros no captan los pensamientos, demasiado fugaces quizás, o demasiado crudos cuando venían de hombres heridos o de gentes cargadas de miedo y odio.

AL llegar el verano volvió a frecuentar la compañía de los aldeanos. Trató de preparar a los clanes cercanos para los ataques, aún lejanos pero previsibles. Tratando de intuir cuál sería la reacción de cada gobernante local cuando sus tierras y familias estuvieran amenazadas. Y dejando caer, sutilmente, en el fondo de su mente las semillas de lo que debían hacer. Nunca indicándolo directamente, aquella gente era orgullosa y terca. Las ideas debían surgir como propias de cada jefe llegado el momento...

En tus estancias en el Regio del bosque coincidiste con Sylvanna, ambos ocupados en vuestros respectivos estudios.

Durante el verano estuviste con algunos líderes del clan Mac Lean, fuiste bien recibido pero algo reacios a participar en las decisiones del clan. Gracias a tus habilidades y algo de magic poco a poco compartieron sus planes. Hacían lo mismo que sus antepasados, pensando únicamente en la supervivencia y en ayudar a los suyos. La ostentación estaba mal vista, no había nobles como en otras tierras, ni grandes castillos, tampoco la tierra daba para ello.

Ayudaste un poco en determinadas situaciones cuando podria peligrar alguna vida, pero te mantuvieron al margen en muchas de las acciones. El líder del clan era un hombre similar al resto, no destacaba, pero todos le escuchaban. Llevaría un tiempo ganarse su confianza, por algo habias empezado.

Durante el segundo año en la alianza entrastéis en contacto con las dos alianzas del Tribunal. Mac Gruagach al este, gobernada por el clan mundano mientras los magos se ocupaban de tareas mágicas. Bastante similar a la vuestra pero más poderosa, Sagitarius no encontró ninguna oportunidad para una colaboración entre ambas. La otra Crun Clach, Merinita principalmente, oculta en un Regio extraño y poderoso. Fue visitada por Sagitarius y Caledonia quienes fueron bien acogidos pero tampoco hicieron ningún intercambio de importancia de momento.

Mijail traía noticias del Tribunal de Stonehenge, preocupados por la invasión Normanda que parecía tomar fuerza.

Sylvanna pasaba casi todo el tiempo lejos de la alianza, pero se ocupaba de la recolección de gran parte de la vis que obtenía la alianza.

El criamon Anderlius mientras tanto pasaba desapercibido, encerrado, estudiando u ocupado en que sabe quién. Solo durante el último verano fue visto en las tierras de la zona conviviendo con los miembros del clan del lugar.

Un nuevo otoño comenzaba y la gente hacia los preparativos propios de la estación ajenos a todas vuestras preocupaciones.

Otoño 1067