Partida Rol por web

A Safiya aquella situación no le gustaba absolutamente nada, sobre todo porque suponía "arrastrar" a dos personas que eran inexpertas, nerviosas y que potencialmente podían suponer un problema. Ante las palabras de Istar, intentó relajarse y pensó en cuáles debían ser sus prioridades.

Estaba claro que si podía, debía intentar mantener con vida a Beth y Adam, pero no a cualquier precio. Si la vida del cualquiera se veía en riesgo debido a sus acciones, el resto tenía prioridad. La muerte o incapacitación de Istar o ella misma, supondría una reducción drástica en las posibilidades de supervivencia del grupo.

Istar empezó a buscar algo más con lo que iluminar los túneles, así que Safiya se giró y empezó a registrar el cuerpo para ver si tenía otra antorcha... como así fue al final.

-He encontrado otra antorcha -dijo en voz alta, mientras la encendía. Después, se la entregó a Istar y cuando se encontraba cerca de ella, le susurró algo cerca del oído.

-Tú que tienes más paciencia, vigila a Adam. Yo me ocuparé de Beth.

Después, volvió a dirigirse a todo el grupo en voz alta.

-Bien. Normas básicas en cualquier situación en la que nos tengamos que mover por terreno desconocido. Cuidado al pisar y nada de movimientos bruscos. Intentad no tocar nada, a no ser que sea estrictamente necesario. Eso incluye recoger cualquier cosa del suelo -dijo, echándole una mirada fugaz a Beth -o tocar paredes que podrían desmoronarse. Y por último, las antorchas primero. Necesitamos ver qué hay antes de empezar a andar.

Safiya esperaba que con aquellas normas básicas, los ánimos se tranquilizaran, aunque tenía el presentimiento que solo algunos de ellos, y si tenían suerte, acabarían llegando a la famosa "X" del mapa.

-Entonces, vamos.

Cada segundo allí dentro era a la par emocionante como espeluznante. El lugar (p1) no estaba demasiado iluminado y para colmo, a cada paso que dabais, un susurro ininteligible rodeaba las paredes que os “vigilaban” en vuestro avance. ¿Qué os depararía este laberinto?

Safiya ilumina ambos lados del pasillo sin ver nada que le llame la atención además de polvo y telarañas. Un extraño zumbido recorre el aire, y un escalofrío recorre su cuerpo de arriba a abajo.

-Desde luego, este lugar no invita a hacer excursiones campestres -comenta en voz alta, mientras se acerca a mirar el mapa junto a Istar.

-Supongo que deberíamos ir por allí -dice señalando hacia la izquierda -que lleva al pasillo 6. Creo que ese debería ser nuestro camino.

Safiya mira a Istar, segura de que ella ya había pensado lo mismo antes.

-Pero movámonos despacio. Creo que además deberíamos ir una de nosotras dos delante y la otra atrás, iluminando los dos extremos. ¿Qué os parece el plan?

-¿Qué es eso que se oye...? ¿Lo estáis oyendo? Es como un... susurro. Pero no se entiende nada...

Aquel lugar daba pavor. Desde luego era la antítesis del romántico ideal del arqueólogo. O quizá no, quizá esa era la realidad, siempre. Se estremeció.

-Me parece bien que iniciéis y cerréis la marcha. Y además es lógico, con las bengalas y siendo más expertas.

Miró el mapa por encima del hombro de las dos mujeres.

-Pero lo de ir hacia la izquierda, no sé. ¿Estáis seguras? La cruz que decís que puede marcar la salida está a la derecha, ¿no? ¿Porqué adentrarnos en este maldito lugar? Meternos en ese pasillo sería ir en dirección contraria. ¿O es que crees que es demasiado fácil... Dios mío, espero que esto no sea una trampa... -Hizo una pausa antes de seguir, con voz insegura.- Ehm... lo del susurro... ¿es normal en todas las excavaciones...?

En el mapa parece que los accesos por el pasillo 1 están cerrados, así que habrá que dar un rodeo -le explico a Beth.

De todas maneras, intenta no pensar en ello. Esto es solo un pasadizo oscuro lleno de ruidos raros. ¿Qué hay de malo en eso? -le digo, riéndome a continuación. No es que sea muy aficionada a las bromas, pero Beth parece nerviosa así que cualquier cosa que hagamos para que se sienta más segura y tranquila, seguro que vendrá bien.

Istar asintió con delicadeza y se colocó al final de la fila, si en algún momento necesitarían de su conocimiento, se colocaría al lado, sin romper la fila. Suspiró y comenzó a andar. Beth parecía demasiado nerviosa y no era de extrañar, aunque ella hacia el exterior transmitiera calma, por dentro estaba eufórica y ... para qué mentir, un poco nerviosa.

-Tranquila Beth, yo iré detrás de Adam. No podemos ir hacia la derecha, cielo, está cerrado. Debermos ir por la izquierda...

Mientras caminan, Istar observó las paredes. Decoradas con jeroglíficos ,la gran mayoría, aunque algunas estaban desnudas. El sonido del silencio, junto con esos susurros ,posiblemente derivados de los animalillos e insectos o ... quién sabe, le ponían la piel de gallina. ¡Era toda una aventura! Pero ... claro. De  la que debían de salir enterizos.

-¿Os imagináis que nos volvemos famosos si descubrimos un nuevo faraón? O el ajuar de alguna reina... -dice en un intento de quitarle hierro al asunto y liberar asunto, sin dejar de mirar por el suelo-.

—¿Cerrado, dices?— dijo Adam mirando a Istar. —Está igual de "cerrado" en un extremo que en otro, ¿no veis que las marcas son iguales a ambos lados?—. Cogió la mano de Beth y se detuvieron.

Miró otra vez el mapa de Safiya y le sacó una foto con el móvil. —Mi mujer y yo deseamos salir de aquí, no descubrir faraones ni reinas olvidados. El camino más corto es el de la izquierda. Lógico. ¿Qué tiene de malo en comprobar si cede lo que pudiera bloquear el paso entre P1 y P2?—.

Avanzó unos pasos, mirando con recelo el oscuro pasillo que tenía enfrente. Él también había escuchado esos misteriosos susurros pero intentaba no pensar en ello ahora mismo. Sintió como una gota de sudor le recorría la espalda. Activó la linterna del móvil pero con tanto polvo en suspensión apenas iluminaba unos pasos por delante. Se giró hacia las demás, agarró con más fuerza la mano de Beth, y sentenció: —Nos vamos hacia P2—.

-No creo yo -comentó Istar desafiante, en el mismo tono que Adam. Aquella situación  le empezaba a molestar- que el camino más corto sea el adecuado. Vale, está la posibilidad de que se salga más pronto por ese lado... ¿Acaso no ve usted -preguntó quisquillosa-, que es demasiado fácil ese atajo para la salida? Por cierto -chasqueó la lengua-, los móviles no tienen cobertura aquí abajo.

Un poco malhumorada Istar desbloqueó su pequeño teléfono antiguo y le enseñó la pantalla para que viese que lo que afirmaba era verdad.

-Serás mayor que yo, pero eres un poco consentido -pensó para sí misma-.

-A sí pues, ¿cómo se las piensa ingeniar si encuentra algo que desconoce? ¿Sabe usted de jerogríficos, momias, trampas, arquitecturas...? El mundo egipcio es todo un misterio, monsieur. Además, debe pensar usted que a medida que evolucionaba el estilo constructivo de la tumba, aparecían nuevas destrezas arquitectónicas . Si no me cree véase usted miles de noticias sobre la de Keops o Una, que son verdades como puños -movió la mano-, pero sigue, sigue usted. Que sí, que somos humanos... Yo no pienso ir por ahí. Daré un rodeo. Moriré o sobreviviré. ¡Buen viaje!

Y sin más, la joven egiptóloga le entregó la antorcha al prepotente marido y se fue por su camino.

La escena que hace Adam es poco menos que esperpéntica. Como buen niño de mamá, se transforma bajo presión en una persona poco fiable, caprichosa y miedosa. Durante unos instantes, Safiya piensa si dejar que se marche o no, quizás no tanto por él como por Beth, pero es evidente que no puede controlarlo todo, no puede evitar que siga un camino diferente, y lo que no va a hacer es ir ella también, a sabiendas de que seguramente no sea el correcto.

Así que Safiya los observa mientras se van, y a medida que la antorcha que le ha dado Istar se hace más pequeña, empieza a temer por ellos... y por todos.

-Tengo miedo por Beth, pero supongo que no se puede hacer nada -le dice a Istar -. Supongo que su orgullo no le permitirá reconocerlo si se equivoca, pero también que si necesitan ayuda, vendrán a por nosotras, así que vayamos un poco más despacio al principio.

Después, se coloca al lado de Istar y empieza a caminar hacia el siguiente pasillo indicado en el mapa.

-Cariño... Te seguiré al fin del mundo, claro, pero... no creo que separarnos sea buena idea. 

Se dirigió a las mujeres, que empezaban a alejarse.

-¡Un momento, por favor! ¿Vais a dejarnos aquí, a sabiendas que no tenemos ni idea de jeroglíficos ni cosas así, tal como dices? ¿Es que queréis tener sobre vuestra conciencia lo que nos pase?

Y, de nuevo, a Adam, alternativamenbte mirando a sus acompañantes. La situación no había cambiado, pero ella estaba recuperando su equilibrio.

-Mira, yo también iría por la derecha. No entiendo porqué hay que hacer un ¿rodeo? A ver, Safiya, Istar... ¿porqué es mejor ese pasillo que el que va directo? ¿Hay alguna explicación racional?

Al escuchar la voz de Beth, Safiya se detiene y se vuelve hacia ella. Después vuelve sobre sus pasos y se acerca a ella para hablar.

-Beth, en el mapa se puede ver que las puertas del pasillo 1 por eso lado son más gruesas, lo cual nos hace pensar que será imposible entrar por ellas. Por eso nos hemos decantado por dar un rodeo. Además, tengamos en cuenta el cadáver que hallamos en la otra sola. Si fuese tan sencillo salir de aquí, él lo habría hecho. Esta ruta quizás sea más larga, pero nos asegura puertas que en el mapa aparecen más finas, y por lo tanto, franqueables.

Después, Safiya coloca una mano sobre su hombro.

-Beth, estoy segura de que estaréis bien. Solo tenéis que ir despacio y con cuidado. Si al final tenéis razón, saldréis sin problemas, y si veis que está cerrado, volvéis con nosotras y ya está. Caminaremos despacio por si acaso hacéis eso.

Después, Safiya se da la vuelta y continúa hacia el pasillo 6.

Se la quedó mirando con incredulidad. ¿En serio...? Luego se giró hacia Adam.

-Vamos, no perdamos más tiempo. Si hay una salida practicable no quiero estar aquí ni un minuto más de lo necesario.

Istar retrocedió sus pasos y dejó que Safiya se encargase de la situación.

-¡Beth! -le gritó desde su posición al ver cómo se alejaba-, recordad que sin en 10 horas, aproximadamente no hemos llegado o, en su defecto 24 horas, coged y refugiaros en un buen lugar. La noche en el desierto es dura. Las temperaturas decaen. ¡Recordad los víveres! Si tenéis y si no... 

Istar corrió en su dirección y le dio algunas barritas energéticas que tenía en su mochila, dejando las suficientes para Safiya y ella.

-Mucha suerte. Siempre nos podemos reencontrar aquí si sucede algo -le sonrió. En parte... Beth le daba pena-.

Safiya no pudo evitar mirar hacia atrás en varias ocasiones mientras avanzaba por el pasillo. Se sentía mal por dejar a su suerte a la pareja, aunque en el fondo, sabía que no podía podía plegarse a los caprichos de un hombre asustado e inexperto, se preguntaba si no debía comportarse de forma más responsable e ir con ellos, aun sabiendo que seguramente, estaban equivocados.

Así que antes de llegar al final del pasillo, no contuvo más sus pensamientos.

-No sé si hacemos bien dejándolos a su suerte. No puedo evitar pensar que es responsabilidad nuestra que salgan de aquí sanos y salvos y tengo la impresión de que esto no son solo unos cuantos pasillos oscuros, sino que hay algo más.

Las sensaciones de Safiya no estaban basadas en nada lógico, sino en la mera intuición. Se había sentido intranquila desde que habían entrado en aquellas ruinas, y ahora, bajo ellas, todavía experimentaba la misma sensación de irrealidad... y miedo.

—Sabía que no me fallarías— dijo Adam y rodeó la cintura a Beth con un brazo mientras sujetaba en alto la antorcha con el otro. —Déjalas ir Beth. Empiezo a dudar de que todo esto fuera fortuito. Parece una excusa premeditada entre ellas dos para entrar en este templo maldito. Seguro que las autoridades han prohibido el acceso y ahora tienen la coartada perfecta para estar aquí— aunque las palabras iban dirigidas a su mujer las pronunció en un tono de voz suficientemente alto para que Istar y Safiya las escucharan.

—Nuestros caminos se separan aquí— dijo con despecho. —Espero que encontréis lo que buscáis. Por mi parte, yo ya lo he hecho— y besó a Beth en los labios.

Adam se giró y cogidos de la mano se perdieron en la oscuridad del pasillo P1.