7:00 p.m.
Es una noche fria y gelida, te encuentras en el bar Rider..es una noche poco concurrida y tan solo unas pocas mesas estan ocupadas por caballeros y damas solitarias que beben Budweiser.
Hace unas horas termino el juego entre el Manchester United y el Manchester City por lo que aun hay vestigios de celebraciones, ademas gracias a la multitud de aficionados de ambos equipos lograste recaudar algunas billeteras, telefonos celulares y manillas..un pequeño botin que debia ser celebrado con algunas cervezas y unas chicas mas tarde
La televisión tras la barra te llama la atención, ves a un periodista con el Museo Britanico tras el..
Periodista:Estamos aquí hoy desde el Museo Britanico de Londres donde se clausura con total éxito la expocision egipcia, la afluencia ha sido masiva y los administradores manifiestan que se sienten gratos Y hace una pausa En minutos se cerrara el Museo por lo que aquellos que no hayan venido bien pueden hacerlo..
Entrevistamos a una pequeña visitante Y se acerca a una pequeña pecosa de gruesos sacos rojos y cachetes morados ¿Qué te ha parecido pequeña?
Niña: me gustaron..Las momias…las momias…
Periodista: cabe destacar que las momias fueron el plato fuerte de esta exposición…
De un momento a otro el televisor se apaga, es el tabernero quien hace una mueca, deja el control y sigue limpiando su vaso, la rutina diaria…
-Bueno, creo que por hoy ya está bien, con esto me dará para un buen puñado de semanas viviendo a lo gande, perofecto.
Digo en voz bajita, sentado en una esquina y revisando las ganancias de la noche... hasta que oye algo de un museo en la televisión, lo cual le hace apartar la mirada y centrarla en el aparato casi instantáneamente.
-Museo igual a cosas brillantes y caras, cosas brillantes y caras igual a buena vida... afluencia máxima igual a caja llena, caja llena igual a mucho dinero que hay que llevarse, mucho dinero que llevarse es mejor que un montón de trastos que no sabes si vas a poder vender, aparte de que será más facil de coger... quizá deba visitar ese museo yo también, después de todo el arte egipcio siempre ha sido una de mis pasiones ¿no?.
Me levanto, y salgo del bar lo más rápido que puedo en dirección al museo.
-Que no hayan cerrado, que no hayan cerrado por favor... Billetitos esperadme que ya va papi a por vosotros, no os preocupeis...
Al momento de salir y cuando estáis expuesto a la fria noche inglesa con calles un tanto vacias por pocos transeúntes y automóviles sois tomado de la mano, un mendigo vagabundo cae a vuestros pies alarmado
Esta aquí….esta aquí…Gime lamentandose y tirandote a vuestros pies Vienee tras de ti y de mi..huye..huye…
Su expresión es de terror total y miedo incontrolable, sus Manos tiemblan y el sudor empapa los viejos y roidos harapos..
El fin del mundo esta aquí……el fin de nuestro mundo…
Salgo del local y noto como algo tira de brazo derecho...
Con qué narices me habre enganchado...
Me giro y veo a un mendigo agarrándome la mano y gimiendo asustado que me recuerda a mi mismo hace ya bastantes años, cuando mi situación no era mucho mejor que la suya.
¿Quién nos sigue?¿Por qué estás tan asustado?
Le pregunto mientras busco en mis bolsillos con la mano que tengo libre.
Mierda, ya no llego al museo.
¡Huid de Inglaterra!, ¡ve a Asia...a Africa..vete!
EL hombre parece aterrado y antes que puedas decir o hacer algo da unos pasos atras, tropieza con el anden y cae a la calle.
Se levanta tembloroso y se pierde en veloz carrera
Robert saca del bolsillo un billete de 10 libras y vuelve a mirar al tipo para verle al fondo de la calle corriendo.
Bueno, si no lo quieres nada, me lo vuelvo a quedar yo...
Acto seguido se vuelve a guardar el dinero y mira a su arededor, sin estar muy seguro de lo que estaba haciendo antes de la interrupción.
Ostias, ¡El museo!
Y tras decir esto sale corriendo en dirección a la galería de nuevo.
Ostia, perdón por el retraso...
Antes que puedas correr otro poco sois agarrado nuevamente del brazo, al voltear topas con un homrbe extrañamente vestido
¿A donde vais con tanta prisa?Pregunta como si te conociese
Vuelvo a dar un paso y la manga me tira otra vez...
Mierda, ¿ya empezamos con los deja vu?
Me giro y me encuentro con un hombre que me pregunta a dónde voy con tanta prisa...
¿Y a usted que narices le importa?¿Se puede saber quién es para preguntarme eso y por que le ha dado a todo el mundo hoy por mi manga?
Digo visiblemente irritado y con un aire de ligera prepotencia.
Me acabo de dar cuenta de que la fecha de comienzo de la historia es justo mi 17 cumpleaños... curioso.
El hombre sonrie y sacs del saco un sobre bordado y eleganta
El principe necesita de ti...Y deja la sonrisa Eres el ultimo que falta en llegar
Cual...14 de enero?...entonces que curioso..sera que eres el unico que sobrevivira jejejeje
¿El Príncipe?¿De mi?No sé por qué tendría que creerte, pero bueno... lleváme con él o dime donde hay que reunirse.
Mierda, se chafó lo del museo... a esperar a la siguiente.
Antes de que oçpudieras darte cuenta vas en una limu que avanza por Londres en mitad de la noche zigzagueando en forma mientras que el cielo va tornandose rojo como el fuego.
El viaje es silencioso, el extraño hombre parece meditar y sumirse en el sueño mientras que tu te preguntas hacia donde te llevaran.
Tras 10 minutos de incertidumbre la limu se detiene, el hombre se despierta y te observa sonriente
Hemos llegado Y susurra Debeis tener cuidado, los antiguos son suspicaces e intentaran burlarse de vos
La puerta se abre lentamente y ante ti se levanta el Risus Hotel, un hermoso e imponente hotel cinco estrellas de mas de tres pisos color blanco y de paredes de mármol, se llega a el subiendo unas escaleras y llegando a un gran soportal sujetado con bellas columnas de piedra blanca que se unen en forma de arco, hasta la gran puerta blanca que da acceso.
Si observais hacia atrás podeis ver una entrada y una bella area de zonas verdes (similar a la mansión del Sr Montgomery Burns).
Algunos autos aparcados os muestran que ya han llegado invitados
En la puerta dos guardespaldas que de seguro son ghouls esperan, os piden el sobre y abren la puerta..
postea en la escena Si, su majestad