Este es Thierry Traoré.
En las calles de París le conocen como Tití, Le Chanceux.
Aunque es difícil no verle sonreír y carcajearse de algún chiste a cada instante, la vida de Thierry está colmada de episodios dramáticos.
Thierry es un huérfano acogido en Francia por el sistema de protección internacional de la Unión Europea. Sus padres, inmigrantes africanos buscadores de nuevas oportunidades lejos de la guerra de los caudillos locales, vieron sus almas sepultadas en el fondo del mar por la voracidad del Mediterráneo. El pequeño Thierry tuvo su semana de gloria en las portadas de los periódicos: fue el único superviviente del cayuco maldito. Las autoridades y la prensa le convirtieron en orgulloso héroe del mes y le obsequiaron con un nombre y apellido franceses. Entró bajo el programa de protección de Servicios Sociales y fue criado en un orfanato ubicado en uno de los suburbios más duros de París: Sena-Saint Denis.
Aunque endurecido por la vida en las calles y muy lejos del concepto de santo varón, Thierry es fiel a un estricto código personal: proteger y cuidar a los suyos, no andarse a malas con la pasma y nunca, jamás, irse de la lengua sobre nadie del barrio.
Thierry es un fantasma cuando se lo propone, difícil de localizar y más aún de seguir. No obstante, si tienes amistad con él puedes apostar a que estará ahí cuando le necesites.
Su enlace en esta historia entronca con Jean Gabou, al que conoció cuando este era aún policía. Thierry nunca ha dejado la vida criminal. Con los años se ha convertido en un carterista temible que ha adiestrado a un pequeño grupo de habilidosos huérfanos para asolar los bolsillos de los turistas en el metro de París. Ahora, más veterano, es aún más escurridizo para la pasma; pero el viejo Gabou, que desarrolló hacia él un inexplicable afecto, suele visitarle durante la jornada laboral cuando necesita a un tipo sutil para algún trabajo especial y máxima discreción.
La vida, como dice el mismo Thierry entre risotadas, da muchas, muuuuchas vueltas.
Claves de Tití:
1) Jamás traicionará a Gabou. Hay una relación de camaradería peculiar entre ambos.
2) Gabou puede localizarle en hora punta coordinando a sus Motorratones en el metro de París. Nunca está localizable por teléfono. Se le puede dejar un mensaje a alguno de sus chavales para que le den el recado.
3) Especialista en Destreza y en un montón de argucias. Conoce muuuuuy bien las calles. Muy fino si se quiere allanar una propiedad. Si Gabou le pide ayuda, acudirá seguro, especialmente si se trata de algo ilegal con lo que pueda sacarse pasta. Nunca implicará a sus chavales.
4) No tiene ni idea de la existencia del Grupo Lambda cuando comienza la partida y solo conoce a Gabou.
Esta es la misteriosa Nicole Collard.
La chica es rara, no vamos a negarlo. Ahora bien, es una lumbrera, sagaz y muy espabilada. También algo enigmática y sombría.
Nico vive en algún apartamento perdido por las profundidades de Montmâtre. Allí tiene un estudio donde tatúa a los incautos que desean lucir algo de arte urbano parisino en la piel. Y no le va mal. Con el dinero que saca de los tatuajes financia su otra pasión: los ordenadores.
Nico siempre ha sido una joven inteligente, pero muy solitaria, siempre encerrada en su propia burbuja, fascinada por las vidas de los demás, por sus más morbosos secretos. Desvelar los truculentos trapos sucios del resto de seres humanos es su obsesión personal. Lenta pero inexorablemente ha mutado en una voyeur de élite, plegando a su voluntad esa tenebrosa herramienta creada conocida como Internet. Fue así como empezó a tejer su particular tela de araña centrando sus anhelos en las crónicas de sucesos, los fenómenos paranormales y los asesinos en serie. Fue así como Nicole supo del incidente de la chica médium y su certera resolución de casos imposibles para experimentados detectives de la Gendarmería francesa. Siguió el rastro de migas de pan dejado por la chica del pelo púrpura durante sus primeros casos, hipnotizada por cada pequeño fragmento de texto que surcaba el éter silíceo de Internet hasta sus retinas.
Para cuando habían pasado unos días de seguimiento su rutina de espionaje y extracción se había tornado en una demente y malsana fijación.
Nicole averiguó algo más tarde que un ex poli venido a menos contactaba con la chica del pelo púrpura proponiéndole acceder a un grupo secreto. Los múltiples ojos de la araña se fijaron codiciosos en Jean Gabou en ese momento.
El resto... es historia.
Claves de Nicole:
1) Nicole sí conoce al Grupo Lambda. Digamos poco menos que se autoincluyó en él cuando persuadió a Gabou ofreciéndole hacer un seguimiento pormenorizado a las actividades de Sabine, su hija. Y todo ello sin dejar rastro. ¿El precio a pagar? Quiere ser integrante de pleno derecho del Grupo Lambda. Afirma poder ser de utilidad. Y Gabou, que sabe lo que un hacker habilidoso puede ofrecer a su peculiar organización, acepta con menos dudas de lo que cabría esperar.
2) Nicole es la integrante más perturbadora y enigmática del Grupo L., pero también es una extraordinaria investigadora que raya en lo obsesivo cuando se pone a trabajar en un caso.
3) Ella os conoce mejor que vosotros mismos, por lo que muchas, muuuuchas veces, preguntaré intimidades de vuestros PJs y ella las sabrá con total exactitud.
4) Si Tití es una fuente de Destreza y ardides, Nicole tiene Ingenio para dar y regalar. Si no podéis encontrar una pista esencial, podéis confiar en que ella lo hará por vosotros. Al menos, tendrá muchas opciones de lograrlo. Además, el uso del navegador TOR le permite obtener variantes de pistas que de otro modo os serían inaccesibles.