¿Despierto? ¡Despierto! ¿Seguro que estoy aquí? ¿Que soy yo? ¿Quién soy? ¿Soy él o soy yo? El odio... lo siento aún dentro de mí, pero está dormido. Siento que puedo odiar... esa parte de mí ha despertado conmigo, pero ahora duerme. No soy el mismo de antes; soy más que antes. No, no soy más... solo soy más completo, he adquirido algo. El hechizo ha comenzado a romperse. Mis recuerdos ahora también están teñidos de ira. Siento ira al recordar cómo murió mi madre, cómo ha muerto la gente de este pueblo. Siento ira hacia mí mismo. Yo he causado un infierno; yo, que quería arreglar los problemas de todo el mundo, he sido quien los ha causado.
¿Qué es este fluido que cae por mis mejillas? Qué sensación... es desagradable pero al mismo tiempo me alivia. ¡Lágrimas! Pero no son de tristeza, son de ira; ira hacia mí mismo, hacia el ser despreciable en que me he convertido. Soy un demonio. ¡Soy un demonio! Yo no puedo vivir así... no puedo... la culpa es tan grande... he hecho sufrir a tanta gente... Mi música destructiva ha arrasado Poza de Meseni. No puedo volver a tocar. No puedo volver a coger mi lira ni ningún otro instrumento. No tengo derecho; no, ningún derecho a usar el poder destructivo de la emoción para causar la muerte. No soy un dios; no soy un dios... no tengo derecho.
¡El bosque del Bel Canto! Lo olvidé. Olvidé todo, la razón por la que vine. Voy a ir. Allí recibiré mi castigo; allí expiaré mi culpa. No voy a quedarme aquí para soportar las miradas de los desamparados, de todos aquellos a quienes he causado dolor. Yo... soy un monstruo. Yo no puedo... no puedo... vivir así. El odio es terrible. Me consume, me hiere como un cuchillo rajándome el alma. No puedo soportarlo. Estas lágrimas ya no me consuelan. Es demasiado terrible. Yo quise volver a sentir, salir de mi bloqueo; pero ahora veo que es terrible, es terrible... no quiero sentir esto, no quiero el odio, no quiero la culpa.
Vursen está ahí. Olvidé a Artoniusis. ¿Estará bien? ¿Qué es eso que camina sobre mí? Pero no tengo ganas de hablar. Puede que haya despertado, pero ahora estoy en un pozo negro y oscuro. No puedo ni quiero hablar. Mi mirada perdida en el infinito... ya nada me importa, yo soy un asesino. Si mi vida adquiere ese sentido, renuncio a la vida. No quiero ese papel, ¡no lo quiero! No quiero ser un monstruo. Yo era un músico que ayudaba a la gente a sentirse bien. Esa era mi vida, esa era la razón de mi existencia. Yo no quiero destruir. No quiero destruir...
Soy la más amarga lágrima de Mostu en el mar de la existencia. Soy el agua estancada de un pantano de podredumbre. Soy el rojo en el azul, el lago seco y el río desbordado. Cómo te entiendo ahora, diosa, cuando te desprendiste de tus recuerdos. Yo quisiera hacerlo ahora, como tú lo hiciste. Ahora entiendo tu tormento, ahora encuentro sentido a tu historia. Yo era un descreído y ahora mi amargura me descubre tu amarga existencia. Yo he de tener tu recuerdo más amargo; yo estoy perdido en este mundo que no entiendo. Yo ya no sé quién soy...
No sé si he recuperado todos mis recuerdos (Bajardo, Echmelin...). Si es así me sentiré aún peor.
si. recuerdas todo, aunque tus especificos recuerdos sobre Bajardo son algo borrosos (porqué te hechizaron con magia muy poderosa[por ej.como ellos conocen la roblalga,esta magia es màs poderosa que ese lugar] para que olvidaras,pero lo que ha pasado despues,tambien muy poderoso y mezclado a lo que ha tenido que hacer Artonisius ha vuelto a abrir brechas en tu memoria).
Te trae un vaso[de madera] de agua. Lo pone encima de una mesita de pietra al lado de la cama.
“Schiitù, schiitù!”. En respuesta a su extrano sonido, el animalito encima de tu bariga baja de tu cuerpo. Ves a un huron subir a su hombro. [no estoy seguo a donde miras,he supuesto por ahora que notas alguien cuando se acerca mucho a ti]
Oyes una silla moverse. Parece que ninguno de los dos esté hablando, probablemente respetuoso de tu reposo.
Oyes el silencio. Una capa pesada sobre el pueblo, tan densa que penetra por las hendidura de las casas y parece contagiarlo todo. Como si por un dia el mundo tambien hubiese dejado de tocar su musica.
Alzo levemente mi mirada cansada para contemplar el rostro de Vursen, pero ni siquiera me atrevo a mirarle a los ojos.
"Lo he estropeado todo", le digo avergonzado, con un leve hilo de voz apenas audible. "Yo quise ser el salvador y he acabado siendo un demonio. Echmelin ha muerto por mi culpa; el tlarino también; mi enfrentamiento con Karlashk ha destruido el pueblo. El rastro de destrucción que he sembrado tardará en desaparecer. ¿Por qué no me habéis matado? Soy un peligro para todos...", digo entre lágrimas.
En ese momento me acuerdo de Falco, y miro alrededor instintivamente. Ojalá esté a salvo, ojalá haya volado lejos de aquí y pueda encontrar a un compañero mejor que yo.
También instintivamente busco mi lira, pero enseguida me acuerdo de que rompí todas las cuerdas provocando el caos más absoluto. Maldita sea mi música, maldita mi lira, maldito yo mismo por siempre.
Te habla con cierta dureza en la voz, y amargura que no puede aguantar.
"Es este juicio tan severo hacia ti mismo lo que realmente ha hecho que explotaras! Eso es tu verdadera maldicion!"
Luego mira brevemente a Artonisius como buscando confirmacion de sus palabras. Vursen, siempre tan sosegado y amable, parece un poco arrepentido de haber hablado asì, muy àspero para su costumbre. Palabras que quizas no sonarian tan duras pronunciadas por otros.
Le oyes levantarse. Aun no dice nada. Pero, a tu fino oido, hasta sus pasos cansados te hablan. Toda esa extroversion que enseñò en su primer encuentro contigo se ha fugado a lugares que desconoces. Se para al lado de tu interlocur y el huron, agitado, baja del hombro de Vursen hasta el suelo donde (lo oyes) da circulos muy rapidos. Parece una forma de comunicacion.
Tu lira està en la estanteria(la estanteria està a la derecha de la cama,detràs de Vursen),al lado de una estatuita de lagarto. Cuando habias visto la estanteria la primera vez, durante el sueño-viaje astral, no estaba. Pero ahì està, la madera parece haber envejecido un siglo y dos cachitos de cuerdas aun cuelgan como cabellos estirados.
Me quedo callado durante un rato, pensando en lo que ha dicho Vursen. Mis pensamientos giran lentamente en círculos concéntricos, como un huracán que pierde fuerza. A pesar de lo mal que me siento, tengo el impulso de contarle a mis salvadores lo que se me pasa por la cabeza, y al mismo tiempo siento que se lo debo. Sin embargo, no los miro, pues sigo estando muy avergonzado.
"Toda mi vida he sufrido viendo cómo nuestro pueblo discute, cómo entramos en disputa a la más mínima cuando nos relacionamos entre nosotros. Eso me hacía daño, mucho daño, y por eso quise bloquear mi centro emocional, para no sufrir por esa lucha continua que mantenemos entre nosotros. Desde muy temprano descubrí que, cuando tocaba, la gente ya no discutía; se quedaba embelasada escuchando mi música, se sentía bien y se reconciliaba con los suyos. Yo llegué a este pueblo para investigar sobre el bosque del Bel Canto, donde había decidido ir para terminar con ese bloqueo; pero ahora comprendo que lo que en realidad quería era cambiar el mundo, resolver los problemas de la gente para que cuando pudiera volver a sentir, tuviera solo sentimientos placenteros. Pero el rechazo que siento hacia ese espíritu litigante de nuestra raza me ha llevado a un conflicto interior, a discutir conmigo mismo; esa maldición también está en mí, por mucho que haya querido negarlo, y lo he descubierto a un altísimo precio. Mi otro yo sacó a relucir los deseos que yo tenía bien enterrados; él quería ser un dios, y yo he pretendido lo mismo tratando de ser la panacea para todo el mundo con mi música. Lo lamento mucho... no volveré a tocar, no volveré a coger la lira. No mientras siga siendo una amenaza."
"Os agradezco que me hayáis salvado, pero quiero que comprendáis que desearía haber muerto antes de causar todo el dolor que he causado. Comprendo lo que dices, Vursen, pero necesito castigarme; no puedo perdonarme algo así. Ahora puedo sentir el odio y la culpa, y sospecho que este es solo el principio de la rotura de mi bloqueo emocional; puedo sentir con toda su fuerza la rabia de los familiares de los muertos hacia mí, no puedo mitigar esa culpa que ahora me está matando. Por eso, debo ir al bosque del Bel Canto; desde que supe de su existencia me llamaba, y ahora no albergo ninguna duda de que debo ir. Si quedo allí atrapado, será mi penitencia; si sobrevivo, será mi liberación. En todo caso, no puedo quedarme más aquí; tengo miedo de volver a explotar y causar más daño."
Me quedo mirando el hurón, sin decir nada más, acordándome de Falco.