Partida Rol por web

Un nuevo periodo a comenzado. Ahora es la secretaria perfecta para el Director Touma y lleva toda la agenda, tanto de trabajo como de comidas, y eso implica que tiene acceso a mucha información sobre su jefe. ¿Y qué más implica? Pues que es necesario buscar información en libros.

El Director Touma parece tenerlo siempre todo bajo control, como si no tuviese ningún punto débil. Pero ¿será verdad? Los libros son la mejor fuente de información y eso es lo que está haciendo la secretaria perfecta en ese momento: buscar en libros cuál es el punto débil de su jefe.

Tengo un par de libros...los que han parecidos más serios...en mi mesa, de manera que solo se ven si estás desde mi lado de la mesa. Cada rato que tengo libre, me lo paso mirandolos a fondo, debo conocer los puntos débiles de los vampiros para no cometer errores y poder proteger a mi jefe. A mi vampiro.

Ajo...sin reflejo...crucifijos...sol, aunque parece que lo puede soportar si no le da de lleno,...sed de sangre...¿Será también su`per rápido y fuerte como los de Anne rice?

Me sonrojo un poco, con 14 años estaba realmente colada por Lestat. Y ahora...tengo un vampiro de verdad.

Un hombre sale hecho una fiera del despacho del Director Touma, acompañado por su secretaria.

-¿¡Eres humano!? - grita enfurecido.

Señala a Touma, como huyendo del demonio.

-Tú... ¡Tú eres un demonio!

-Es suficiente por hoy, Director Mita... - dice la secretaria.

Ambos se van. El Director Mita es de otra sección y, aunque sea director, está por debajo del Director Touma. Parece que no se llevan bien.

-¿Humano? Claro que no. ¿Cómo te atreves a ponerme en el mismo saco que a los humanos? - dice cuando el hombre y su secretaria cierran la puerta.

Casi me da un ataque cuando sale nasí gritando...porque estaba leyendo el libro de vampiros. Me apresuro a dejarlo fuera de la vista. Y respiro al entender lo que pasa. Solo se refiere al caracter....difícil...del Director. Tomo los informes que he terminado y necesitará pronto y entro al despacho a tiempo de escuchar esa frase, una gota de sudor me cae por la nuca.

-Podrían escucharle si dice esas cosas, director.- cierro la puerta del despcaho y dejo los informes en su mesa. -Aquí tiene.

¿Como puedo comprobar a qué es débil o no o que le hace daño o no si no me lo dice?

-¿Puedo hacerle una pregunta, director?

-Como si tuviesen un oído muy fino. No escucharían ni lo que tienen delante.

Coge los informes y comienza a leerlos por encima. Tiene que aprobarlos y firmarlos antes de hacer nada.

-Qué pregunta.

-Ehm...¿Tiene algún problema con el...ajo?- me da un poco de vergüenza prguntarle eso. -¿Y la plata?

En Blade la plata los mata...

Se coloca un cigarro en los labios y lo enciende. Luego la mira.

-¿Buscando mi debilidad?

Sonríe con prepotencia y suficiencia. Esa sonrisa tan característica de él.

-¿Haciendo planes para huir?

Se me pasa la vergüenza al momento, sustituida por enfado. Me recoloco las gafas.

-No, director. Soy su secretaria. Debo saber todo lo posible para realizar mi tarea a la perfección. No dude de mi en ese sentido.- me ofende que lo haga.

¡NO te ablandes por su sonrisa! Es atractivo, pero que no te afecte.

-Y usted es la única fuente de información...o al menos la menos dudosa...que puedo encontrar.
 

-No importa nada de lo que tengas en mente. No hay nada que puedas encontrar que sea útil.

Deja los informes en la mesa y se levanta para acercarse a la ventana.

-Estos estúpidos humanos están asustados de nosotros. No pierden ninguna oportunidad para llamarnos monstruos. ¿Muertos vivientes? ¿Inmortales y jóvenes eternamente? Es absurdo.

Le hace un gesto con la mano para que se marche. Con esa respuesta le ha dado a entender que no todo lo que dicen los libros es cierto y que quizá no les afecta nada de lo que se dice en los libros.

Suspiro, eso no ayuda nada.

-Como quiera, Director.- inflo los carrillos, rabiando, mientras salgo del despacho.

Que después no me eche en cara si meto la pata ¡Jum!

Guardo los libros en mi bolso, si no sirven para nada no perderé tiempo con ellos. Y me pongo a adelantar trabajo.

Tendré que averiguar cosas por mi misma. Mmm ¿Cómo se "hacen" los vampiros? ¿O es que nacen? ¿Su familia son vampiros también? Si es así podrñia preguntarle a alguien más amable...

Recapitulando las veces que ha acompañado al director al coche o a las cenas, se da cuenta de varias cosas que no debería ni haber preguntado. El Director es capaz de andar a la luz del sol sin quemarse, pero es sensible a ésta cuando es muy fuerte, al mediodía, así que eso de que los vampiros se deshacer a la luz del sol es mentira. No son seres de la noche...

Cuando tienen cenas de trabajo a las que ella tiene que asistir como su secretaria, ha visto que no tiene ningún problema con comer comida humana y tampoco con el ajo que puedan tener... ni con el vino, el agua o cualquier otra bebida. Así que la leyenda del ajo tampoco es real.

Y con la sangre... solo bebe sangre de la más alta calidad. Dos veces a la semana. Y ahora desde el interior de su despacho se puede escuchar perfectamente que como está en proceso de alimentarse. Eso también le indica una cosa... las chicas, aunque salen con signos de anemia, no se transforman en vampiro. Así que no es así como se crean a los vampiros... otro mito a la basura.

Sigo con mi trabajo, perfecto como siempre. Pero cuando no tengo nada que hacer y estoy segura de que no se me va a llamar, voy al office de las secretarias. Y discretamente, mientras hago café o cualquier cosa, indago sobre las costumbres del hermano mayor del director Touma, el Manager Touma.

Igual es vampiro también....y es más amable, puede que me cuente cosas...
 

En el office no hay muchas secretarias en ese momento. Pero tampoco te hace falta encontrarte con ellas para saber que el Manager Touma es un hombre muy diferente a su hermano. Y por los meses que estuvo como asistente de su secretaria, sabe que es todo lo contrario y que no hay ningún motivo para pensar en que él es un vampiro...

Además, no parece molestarle la luz del sol.

Quizá podría ira preguntarle directamente sobre el Director...pero claro...no creo que acceda a reunirse conmigo así porque sí. Además, quedaría raro, como si estuviesemos juntos o algo. No, no. Mejor no.

Cavilo que hacer mientras regreso a mi mesa, a la espera de más trabajo o nuevas instrucciones.

Por como suena, están a punto de llegar a ese momento: el éxtasis. El momento en el que el director hinca los dientes en el cuello de la chica para beber su sangre. Y entonces recuerda la sensación de su aliento en el cuello. Y mientras piensa en esas cosas, se escucha la puerta abrirse.

Sale del despacho el Director y su comida de hoy, una chica esbelta de cabello largo

-Satozuka, ¿ha llegado eso*?

-Sí, Director. Aquí lo tiene.- tiendo el paquete a mi jefe -Tal y como me indicó.- Mentira, solo me dijo "cómprale", como siempre.

Espero que le agrade...nunca se sabe con el gusto particular de cada mujer. Y si no le agrada, se enfadará conmigo...

Suspiro interiormente, de cara a fuera simplemente sonrío profesionalmente. La plata de la estrella de David debería afectar al Director...si es que el mito es cierto. Lo mismo que el símbolo religioso.

A ver que pasa...

El director coge la cajita y se la pasa a la chica. La chica abre el paquete y se encuentra con una estrella de david de plata muy bonita.

-Es fantástica. Gracias Kyouhei.

Se la coloca sobre el cuello para que el Director le diga cómo le queda. El director se fija en la mira de Kata y sonríe.

-Deja que te ayude a ponértela.

Toca la estrella sin ningún tipo de problema.

-¿Me queda bien?

-Le queda perfecto, señorita.- sonrío. -¿quiere pasar al baño? Hay un gran espejo.- miro un instante al Director al decir eso.

¿Se reflejará?

-O si le sirve, tengo aquí...- rebusco en el bolso hasta encontrar el estuchito de maquillaje, que tiene un espejo redondo muy apañado, auqnue fácil de transportar.

¿Huirá para no reflejarse?

La chica está muy animada con el collar y se mira como le queda en varias posiciones aunque el espejo no da para mucho más. Pero lo que si que ve Kaya es que el director... se refleja como una persona normal y corriente. Como cualquier hijo de vecino.

El director se ríe por lo bajo.

-¿No me queda bien? - pregunta la chica.

El director pasa un brazo por los hombros de la chica.

-No pasa nada. Te queda perfecto. Deja que te acompañe al coche.

Mira a Kaya por encima del hombro y sonríe.

-Nunca se sabe. Si me quedo aquí puede que alguien trate de clavarme una estaca en el corazón.

>.< pillada.

-Eso sería...desagradable. Espero que nadie llegue a eso, Director.- murmuro, más para mí misma que para él. Y suspiro, me toca limpiar y ordenar el despacho.

Ya podía tener una cama aquí en lugar de desparramarlo todo de las mesas...recapitulemos: el sol no l omata, al menos de inmediato, aunque no le sienta bien. Se refleja. Los símbolos no le hacen nada, la plata tampoco. No necesita beber sangre a diario. ¿Me quedará algo por comprobar?