La mujer mira a Trenty por encima de sus gafas y se queda en silencio un momento, procesando las peticiones del niño. Alarga una mano. -Está bien, pásame el documento y te lo imprimo en seguida. Saldrá por aquella máquina, ¿de acuerdo? -Señala una de las impresoras del fondo. Lejos de la mesa de la secretaria. -Y para llamar a tu madre tengo un teléfono aquí por si lo necesitas. Supongo que aún no tienes móvil, claro. Tu madre hace bien en dejar que no tengas aún.
Si Trenty no quiere entregar su móvil a la mujer, podría pasar el archivo por e-mail u otro medio inalámbrico. -Si quieres, puedo llamarla yo. Si no, ahí tienes el teléfono. Puedes cogerlo. Mientras hablas con ella pues ir imprimiendo el documento, si es tan urgente.
Al mismo tiempo, Liliam sigue junto a Trenty. -Eh, tía, ¿en serio vas a llamar a tu madre ahora? Sal ahí y destroza a esos malnacidos, joder. No van a dejar de perseguirte. -Sugiere el joven.
Si, estos días son complicados. Con el teletrabajo y la casa... Espero que te mejores de tus migrañas.
- Lo tengo en mi teléfono. Mi madre me lo dio solo para emergencias - no quería robarle la ilusión a la mujer, quien parecía ser un poco más conservadora, pero nada que hacerle -. ¿Tiene un correo para envíarselo? Me parece mejor así - sonrió y cuando le diera el correo, se lo enviaría al instante.
- Si me permite usar el teléfono, se lo agradezco. Este teléfono solo es para recibir llamadas - y le sonrió a la mujer. Había resultado ser muy amable y si su madre estaba, no lo dañarían con tanta facilidad. Tal vez podría idear una estrategia para tratar de escapar sin ser perseguido. Con tal de poder tomar el avión al nuevo continente, era suficiente para él.
Liliam se le acercó a decirle eso y Trenty pensó - Quiero lastimarlos tanto como tú, pero si estos son lastimados, solo enviarán más de ellos. Pelearé con todo lo que tenga cuando vaya a tomar ese avión... - se sentía seguro y no le importaría hacer lo necesario con tal de alejarse de allí por el bien de su familia.
Mientras tanto, seguía mirando a la secretaria con una sonrisa.
Ya estoy mejor, aunque siguen siendo días difíciles XD.
-Muy bien. Voy a ver qué traman. Si me necesitas, sólo susurra mi nombre o piensa en mí, y vendré. -Dicho eso, Liliam descruza los brazos y se aleja andando tranquilamente con los andares chulescos que le caracterizan.
Poco después, Trenty se encuentra frente a la fotocopiadora. La secretaria está aún sentada en su mesa, a unos metros de distancia tras ella, al otro lado de la estancia. El muchacho tiene el teléfono en la mano para llamar a Amanda, y el formulario impreso empieza a ser extraído por la máquina.
-¿Sí, dígame?
Contesta Amanda al otro lado del teléfono.
Post cortito y de transición. Sorry, llegarán con más contenido, pero en esta situación no se me ocurre qué más añadir, pues querías hablar con Amanda :)
- Seguro - le respondió a Liliam mientras le daba una última sonrisa de agradecimiento a la secretaria.
Se sentía nervioso por la presión y ansioso por lo que podría pasar. No quería hablar con su madre directamente del tema, así que debía pensar en una manera de darle a entender qué era lo que estaba ocurriendo. No sabía si tenían las líneas interceptadas o algo así.
Escuchó la voz de su madre y se sobresaltó. No pudo evitar quedarse en silencio unos minutos para comenzar a hablar con una muy fingida seguridad - Hola mamá. Soy Trenty. ¿Recuerdas cómo me dijiste que debía hablarte justo cuando imprimiera los papeles? Ya le dije a la secretaria que vendrías a buscarme más temprano porque debo ir al doctor para los exámenes médicos que son parte del requisito - habló un poco duro, tal vez. Después de todo, Trenty no era precisamente mentiroso.
- La secretaria muy amablemente los imprimió por mí, pero ya estoy lista para que vengas por mí. Estaré esperándote, ¿está bien? - por favor...
Una parte de sí esperaba que su madre comprendiera que mentía. Amanda era astuta, de seguro notaría que miente y al saber todos sus planes, era más sencillo que le siguiera la corriente, aunque también era posible que tardara en entenderlo.
-¡Trenty! ¿Qué...? ¿Al médico? ... Entiendo ¿Va todo bien? Te recojo en seguida, dame unos veinte minutos.
Detrás de Trenty, la mujer oyó lo que éste decía por teléfono y levantó su vista frunciendo el ceño por encima de las gafas. Como no se fía del todo después de lo que acaba de oír, se le ocurre decirle al niño: -¿Ya has hablado con tu madre, pequeña? Ya que viene a recogerte, dile que se pase por aquí para firmar el formulario. He visto que es para un intercambio a Estados Unidos, pero no sabía nada de eso. Después de preguntar por intranet a una compañera de la junta, me ha confirmado que sí que existen estos intercambios, así que... tu madre debe firmarlo, ¿lo sabes, no? No olvides decirle que pase por aquí cuando venga, si no, no será válido.
En ese momento, con el papel impreso delante de él, Trenty cae en la cuenta de algo: ¿De verdad servirá de algo todo ese trámite del intercambio ahora que sus perseguidores ya saben quién es? ¿No será contraproducente?
-Niña, ¿me has oído? -Vuelve a preguntar la secretaria desde su mesa.
Puedes hacer lo que quieras durante el tiempo en que llega Amanda. También puedes rolear hasta el momento en el que te recoge y adelantar el tiempo. Si te asomas fuera, el vehículo seguirá ahí y Liliam estará deseando decirte algo...
- Claro, mamá. Aquí te espero - sonrió. Cuando escuchó a la secretaria, le dijo de modo que ella pudiera escucharle. Asintió ante lo dicho por la secretaria y le dijo para que la mujer le dejara en paz, aunque no demostró su molestia en ningún momento.
- Mamá, la secretaria ha impreso los papeles del traslado y dice que debes venir a firmarlos. Estaré con ella. ¿Está bien? - sonreía para fingir serenidad.
Se fijo con disimulo hacia afuera y pensó - Liliam, ¿qué pasa? - entonces, siguió esperando.
Cuando terminara la llamada, le diría a la mujer - Dice que llega en unos veinte minutos. ¿Está bien si la espero aquí? - y aunque preguntó y le entró el teléfono, no era como si fuera a esperar autorización para sentarse. Lo hizo y luego esperó esa respuesta.
"Los tipos se están impacientando. Uno de ellos ha salido del vehículo a tomar el aire. Más vale que Amanda llegue pronto". Responde Liliam y su voz resuena en la mente de Trenty.
La secretaria mira a Trenty tras que éste le pregunte si puede quedarse allí. -Si, puedes esperar aquí. Así me haces compañía. -Y sigue a lo suyo.
Más pronto de lo que hubiera pensado el chico, Amanda aparece en la oficina de secretaría. Trenty la ve agitada y nerviosa. Después de saludar a la secretaria con un "buenos días" y una sonrisa algo tensa, la mujer firma el formulario, agarra de la mano a Trenty y ambos salen a toda prisa del colegio.
Una vez en el exterior, el niño puede ver cómo uno de los hombres del vehículo que espera fuera, había salido del coche y ahora se mete a toda prisa dando un portazo, para iniciar la persecución. Trenty y Amanda también entran en su coche y la mujer acelera en dirección al aeropuerto. Puede que Trenty avise a Amanda de que los siguen, y la mujer hará todo lo posible por despistarlos, pero no es una profesional y no surte el efecto deseado.
Mientras Amanda conduce por las calles de Oulu, en el interior del vehículo enemigo se encuentra Liliam avisando a Trenty de todo lo que ocurre y lo que hablan los tipos. Deben cruzar toda la ciudad para llegar hasta el aeropuerto, a unos veinte minutos del colegio. Tras unos minutos, a mitad de camino, de repente surge otro vehículo, un coche gris, de una de las calles. Trenty puede ver cómo ahora son perseguidos por dos automóviles. En el trayecto en ciudad, parecen ser más cautos, pero cuando salen de la urbe, su conducción es más agresiva.
En un momento dado, la furgoneta acelera para ponerse a la altura del coche de Amanda, intentando provocar un accidente. Trenty ve cómo su madre se pone aún más nerviosa y con un ataque de ansiedad. No está acostumbrada a situaciones de peligro. Después, Liliam insiste a Trenty para que haga algo, utilice su poder si quieren llegar a salvo al aeropuerto. Trenty obedece, y con toda la rabia y energía acumuladas hasta ahora, un resplandor luminiscente es proyectado por sus ojos mientras el vehículo que tienen al lado intentando golpearlos, se levanta en aire, como sujeto por una mano invisible. Se levanta dos, tres, cuatro metros, hasta que Trenty, agotado, no puede más y deja caer el coche, que se estampa contra el suelo provocando un accidente con el otro vehículo perseguidor. El niño se ha librado de los dos coches y de sus ocupantes, por el momento.
Un rato más tarde, y algo más recuperado, Trenty se despide de su madre en el aeropuerto frente a las puertas de embarque, antes de partir en avión hacia Nueva York. Ambos lloran en un emotivo momento de despedida.
Antes de partir, Trenty avisa a Verónica de que está a salvo de momento. Ella le recuerda la dirección a la que debe ir: El número 518 de la calle 49 en Hell's Kitchen, Manhattan y envía la foto de un mapa:
Tras un vuelo sin problemas, aterriza en el aeropuerto John F. Kennedy de NY, son las 19:00h y es de noche. Como le indicó Verónica, ella no puede ir a recoger a nadie al aeropuerto, así que Trenty tendrá que coger un taxi e ir hasta la dirección por su cuenta. No le llevará mucho tiempo. Después de caminar un rato por el abarrotado aeropuerto en dirección a la salida, Liliam le advierte de algo.
-Eh, creo que te están siguiendo. -No hablaba con Liliam desde que este estaba en el interior de uno de los vehículos perseguidores en Oulu. -Uno de ellos va disfrazado de personal de seguridad del aeropuerto. Esos cabrones se infiltran. Prepárate para que te dé indicaciones y que no te alcancen. Tú camina como si nada. -¿Cómo saben que Trenty está en Nueva York? ¿Acaso lo siguieron hasta averiguar hacia dónde partía su vuelo? ¿Tienen contactos en los aeropuertos? De momento, el niño no puede saberlo, tan solo que le persiguen de nuevo.
Después de un rato despistando a sus perseguidores gracias a Liliam, nota algo extraño en su mente. Algo que siente por primera vez en su vida: Un cosquilleo agradable desde la trasera de su cráneo hasta extenderse por todo el sistema nervioso. Tiene la extraña sensación de que algo o alguien "llama a la puerta" de su mente. Como si él tuviera un esfínter mental aguantando algo, o una compuerta que evita que algo entre. Si él lo decidiera, podría abrirla, dar paso a lo que quiere entrar ¿Pero qué tiene eso que ver con sus perseguidores? Tantas preguntas...
Más tarde, casi a punto de salir del aeropuerto, el tipo que viste como un empleado de seguridad está a punto de alcanzar a Trenty, y éste, sin pensarlo demasiado mueve una papelera con la mente y sin mirar, y la interpone en el camino del tipo, que tropieza y cae de bruces al suelo, permitiendo que Trenty pueda escapar una vez más. Ya en el exterior, no le cuesta nada encontrar un taxi que le lleva hasta su destino...
Momentos después, el taxi le lleva hasta el mismísimo corazón de Hell's Kitchen, al sureste de Manhattan y al oeste del río Hudson. El taxi reduce su velocidad y termina por detenerse frente al edificio de la Cruz Roja Americana. -Hemos llegado, chica. El número 518 no existe, pero supongo que es aquí donde queríais venir. -Trenty paga, extrañado por el comentario.
Al llegar al supuesto número 518 (su destino), se da cuenta de que no existe. La taxista tenía razón. El número más próximo es el 520, la Cruz Roja Americana, pero a su izquierda, donde debería encontrarse su destino, tan sólo hay una pared baja pintada con grafitis que oculta una vía de metro abandonada. También hay una puerta metálica y, a su izquierda, una alambrada que guarda un descuidado descampado.
Una vez allí delante sin saber a priori dónde dirigirse, mientras mira aquí y allá y Trenty se dispone a escribir un mensaje a Verónica, alguien llama su atención desde las sombras, oculto entre los árboles y maleza que hay tras la puerta metálica, junto a la pared de los grafitis.
-¡Psst! ¡Guerrero! ¿Te han seguido? -Trenty diría que es la voz de Verónica.
Cuando el niño responda, aparecerá tras la valla una silueta de mujer con una capucha puesta para ocultar su rostro. Después de cerciorarse de que en ese momento no pasa nadie por allí, la mujer abrirá el candado y dará paso al pequeño, para que se introduzca en el descuidado lugar, bajo los árboles. Una vez al otro lado de la valla que hace las veces de puerta, se puede ver el rostro sonriente de Verónica entre las sombras de la maleza y de la noche.
-Bueno, ya estás a salvo. -Sonríe de nuevo y en sus ojos se ve un brillo de emoción. -Esta es la entrada a mi refugio. -Alrededor puede verse que bajo sus pies se encuentra la vía de metro abandonada que la mujer envió en WeRSpecial junto con la dirección, y que Trenty conoce de sus sueños. A ambos lados del lugar, la vía se introduce en la oscuridad, bajo el suelo. Todo está lleno de basura y de grafitis antiguos. Todo neoyorkino ha oído historias sobre gente que vive bajo el suelo en túneles abandonados de metro, y que raptan personas para llevárselos. Leyendas urbanas ¿O no? -Lo siento mucho, Trent, por todo lo que está pasando. -Susurra. -¿Cómo estás? -La mujer hace un gesto para que comiencen a bajar hasta la vía, cogiendo una mano del niño para ayudarle a bajar.
La mujer le dirige por el túnel de la derecha y se internan en la oscuridad. -El olor es algo desagradable, pero en seguida te acostumbras. Y no temas, ninguna de las personas que verás te harán nada. -La mujer enciende una linterna y avanza por los túneles, sobre las antiguas vías. A ambos lados hay sacos de dormir viejos y rotos, montones de basura, grafitis en las paredes, cartones que hacen las veces de refugio, y algún que otro indigente.
De vez en cuando, en las paredes retumban los ecos de los sonidos de alguien que tose. Según avanzan, se ven personas que parecen tener ahí su residencia, esparcidas por una estación abandonada, y con aspecto de haber sido construida en el siglo pasado. Algunos de ellos miran con curiosidad. Un hombre anciano sentado sobre una caja de plástico, hace un gesto con la cabeza a Verónica en forma de saludo. Esta le devuelve el saludo. Parece que por aquí la respetan.
Después de un buen rato caminando entre húmedos y sucios túneles y estaciones antiguas, llegan a una entrada que está en una de las paredes. Es un pasillo de servicio que da a una puerta metálica con aspecto de ser bastante gruesa y resistente. Ese pasillo parece que antaño podría haber sido usado por la persona que se dedicaba al mantenimiento de las vías o estaciones.
-Hemos llegado. Ahora conocerás al resto del grupo, a los otros niños como tú. -Dice la mujer, y abre la gruesa puerta metálica. La empuja y enciende las luces, que iluminan una enorme estancia con suelo, techo y paredes de hormigón. Al entrar, se ve que al frente hay un escritorio amplio, con un par de servidores a los lados con leds que parpadean, conectados a unos enormes cables que van hacia el techo. Sobre el escritorio hay una computadora con tres monitores y un teclado, todo conectado a los servidores. Junto al impresionante centro multimedia hay un par de taquillas metálicas y un archivador, también metálico. En la pared derecha hay un pequeño mueble metálico sobre el que descansa un televisor. Frente a éste, una mesa con un par de sillas, sobre la cual parece que alguien ha comido hace poco. En la pared izquierda, unos cuadros eléctricos muy altos y antiguos que parecen en desuso. En la pared de la derecha, junto al televisor, hay un pasillo que se interna hacia la oscuridad.
-Esta es mi humilde morada y también mi centro de operaciones. No es muy cómoda, pero hago lo que puedo. Es un lugar discreto que solo conozco yo, y alguno de esos que has visto fuera. Te enseñaré tu cama.