Partida Rol por web

Finalmente dan muerte al maligno y misterioso Milos, el combate fue muy duro, pero el grupo era unido y valeroso, es verdad Milos habías muerto pero no sin cobrarse un elevado precio. Dos de los integrantes estaban a las puertas de la muerte, pero gracias a los cuidados de Likos y Ulfgar habían logrado que sus vidas no corran peligro, Smendric y Lioquiles estaban inconscientes y muy mal heridos pero estables.

Mientras el enano y el pícaro daban los primeros auxilios al mago y al guerrero, escucharon un voz a un lado, provenía de Milos que agonizaba.

Milos estaba abatido en el suelo y con su sangre empapando las baldosas del blasfemo templo. Entonces lentamente levantó su cabeza una última vez, diciendo con voz trémula:

¡Por el Signo Amarillo, dominaremos!

Acto seguido exhaló por última vez y expiró.

En cuanto los ojos de cultista  se paralizan por la muerte, tiene lugar una terrible transformación. Su piel y sus huesos se recolocan de un modo extraño, pronto su forma humana desaparece. Ahora Milos yace con el aspecto de una criatura monstruosa, un hombre serpiente de piel escamosa y lengua bífida. Sólo sus gafas, que ahora ya no encajan bien sobre su alargada cabeza de ofidio, recuerdan vagamente su identidad anterior. Se maravillan por cómo ha sido capaz de mantener este engaño durante tantos años, y se preguntan si habrá más seres como él en la ciudad.

Smendric y Lioquiles inconscientes, no han sido testigos de la tremenda transformación de Milos, pero Ulfgar y Likos si, y han quedado algo impactados, por lo que permanecieron contemplando el nuevo y monstruoso cadáver por unos momentos, momentos en los que el silencio en el templo es absoluto.

En medio del silencio les parece escuchar un ruido proveniente del altar, el sonido es algo parecido a un lamento profundo, como si alguien se quejara con la boca tapada.

Con mucho cuidado se acercan al altar y lo rodean, entonces lo descubren, un pobre hombre se encuentra ahí tirado, amordazado y atado de pies y manos, está muy lastimado y apenas respira pero está consiente y los mira con temor, su cuerpo tiene señas evidentes de haber sido torturado.

Lo miran unos segundos y recuerdan el objetivo que los embarcó en esta aventura en un principio, encontrar a Lucius, el bibliotecario desaparecido. Y se dan cuenta de que este hombre debajo de la sangre seca, la suciedad de alguien que no se ha bañado ni duerme en una cama desde hace mucho tiempo se parece mucho a la descripción física de Lucius que el hermano Egil les diera hace unos días, días que parecen haber sucedido hace una eternidad.

Likos se encontraba tratando las heridas de Lioquiles, cuando una voz proveniente de sus espaldas llama su atención. En un principio pensó que se trataba de Ulfgar, tratando de jugarle una broma, pero cuando vio la expresión del enano, con su rostro perfilado hacia el cadáver de Milos, un frío le corrió por la espalda, erizando cada vello en su camino.

"¡JODERRR!"

Fue lo único que atinó al decir, al ver como el cuerpo del mago comenzaba a tomar una forma totalmente extraña, similar a la de aquellos hombres lagarto que acabaran con la vida de Khal. Luego esta nueva forma deja de moverse definitivamente.

"Habría que rematarlo ¿Y si es una treta e intenta salirse por patas?"

El bribón se acerca al cadáver, de manera más que prudente. Un olor un tanto nauseabundo emanaba de él. Lo tocó con el estoque. Sin dudas estaba muerto.

"¿Qué mierdas habrá querido decir con eso del Signo Amarillo? Esto me hace acordar a esos mercenarios que se hacían llamar Escudos Amarillos. Sin duda hay una relación"

Un ruido proveniente de detrás del altar vuelve a poner en alerta a los aventureros que, cautos y temerarios, se acercan para descubrir una persona maniatada, amordazada y con signos de haber sido torturado y maltratado. Su aspecto es harapiento ¿Quién podría saber el calvario que habrá vivido aquel hombre.

"Por las canas del Canas. Este tipo es Lucius ¡Mierda! Creo que está más roña que yo. Tienes suerte. Al parecer te hemos salvado el culo...A costa del culo de algunos de nuestros amigos. Asique ni se te ocurra volver a desaparecer de la manera en que lo hiciste, cabronazo"     

Lucius aunque está muy débil, algo desnutrido y muerto de miedo, rápidamente se da cuenta de que estas personas no le harán daño.

Mientras Likos hace uno de sus habituales comentarios entre serio y humorístico desata al cautivo, y lo ayuda a ponerse en pie, en el primer intento Lucius cae de rodillas ante la debilitad general de su cuerpo, pero al segundo intento lo logra ayudado por el pícaro.

Mis señores le estaré eternamente agradecido, por haberme salvado, ese loco de Milos me torturó casi hasta matarme, no es lo que todos creen, es alguien muy peligroso...

Al ver al cadaver del monstruo que alguna vez fue Milos, Lucius deja de hablar por un segundo y luego sigue.

A, por lo que veo ya saben a que me refiero, ese animal era maldad pura, gracias, muchas gracias a todos.

Pero, díganme, ¿quienes son ustedes?, ¿co...como saben mi nombre?, ¿como me han encontraron? por los dioses no se ni donde estoy.

"Sabes que estás en Freeport ¿No es así? No quisiera tener que contarte la historia de tu vida, que deberías sabértela tu de principio a fin. Además, si quisiera ser un puto bardo contador de historias, no estaría aquí salvándote el culo"

Comenta Likos con su habitual falta de tacto, que posiblemente Lucius no llegué a comprender. Ni siquiera sus propios compañeros se acostumbraban aún al carácter del pícaro.

"Mira...Tu desapareciste como un cabronazo...Y un tal Egil nos pidió que diéramos contigo. Tuvimos que pasar por un pequeño infierno, en el cual perdimos a dos de nuestros compañeros. Creo que eso contestará tu pregunta"

Cambia de rostro, volviéndose más serio.

"Ahora...aclárame unas dudas...¿¿¿QUÉ CARAJOS TENÍAS TU QUE VER CON ESE GORDO CAPITÁN SCARBELLY Y QUE MIERDA ES EL SIGNO AMARILLO??? ¿PARA QUE TORTURARÍA MILOS A UN SIMPLE BIBLIOTECARIO?"

Ante las preguntas de Likos y la mención de Scarbelly y Egil Lucius responde:

Antes que nada mis queridos amigos, sepan que les estaré eternamente agradecidos por rescatarme de no haber llegado cuando lo hicieron seguramente ahora estaría muerto, muchas muchas gracias.

Lucius continua hablando algo nervioso, mirando hacia todos lados, como temeroso de que alguien o algo pudiera aparecer en cualquier momento por alguna puerta o entrada secreta.

¿Scarbelly? , si, lo conozco, es un pirata de mala reputación, tuve que hablar con él, ya que tenía serias sospechas de que él conocía mi pasado, un pasado que yo mismo no recuerdo bien, si ustedes quieren saber mi historia con gusto se las contaré entera, es lo menos que puedo hacer despues de lo que han hecho por mi, pero este no es el lugar, deberiamos irnos cuanto antes de aquí, Milos no es el único de su orden, por las conversaciones que escuché durante mi cautiverio.

¡¿Egil?! mi buen amigo! asi que fue Egil quien les encargó que me busquen, el buen Egil...

Pero por favor, vayamos con él, ¿saben donde está? si alguien se ha enterado de que el los envió en mi búsqueda su vida quizás esté en peligro, debemos asegurarnos que está bien, por favor salgamos de aquí, vayamos a mi casa y en busca de Egil, una vez a salvo, les contaré toda la historia, o por lo menos la parte que conozco.

¿Eh? ¿Signo Amarillo?, escuché hablar de él mientras estuve prisionero, me temo que no puedo serles de gran ayuda, sólo se que es una especie de secta de la que Milos formaba parte, y que aparentemente es una secta poderosa que maneja muchos hilos detrás del telón de esta ciudad, cuya deidad es un tal Innombrable, y como ya han visto...

Dice mientras señala el ofidico cadaver de Milos.

Entre sus adeptos esta esa asquerosa especie de hombres mitad serpiente mitad humanos, no puedo decirles más sobre eso mis amigos, porque nada más sé.

Lucius hace una pausa, y sin dejar de mirar nerviosamente en todas direcciones agrega:

Este lugar me pone la piel de gallina, yo puedo caminar, ustedes ayuden a sus amigos, no se ven muy bien, pero no se preocupen seguramente Egil podrá sanarlos.

Por favor salgamos de aquí, ¿si?

Abro los ojos despacio, y aunque todavía borroso, puedo ver el techo de la sala en la que luchábamos con Milos. Estoy muy débil, y casi no puedo respirar. Estoy a punto de perder de nuevo el conocimiento por la falta de óxigeno, pero finalmente consigo acostumbrarme. Debo tener un pulmón perforado, y siento como sólo uno de ellos todavía funciona.

Llevo la mano lentamente al pecho, al sitio por el que entró la punta de la lanza. Está vendada, y sin duda esa ha sido la razón por la que todavía estoy a salvo. Mi cabeza da vueltas, y tengo una constante sensación de mareo a pesar de estar tumbado. Cierro los ojos de nuevo y trato de centrarme. De fondo escucho algunas voces, pero estoy tan débil que no soy capaz de entender lo que dicen. Espero que sean las de mis compañeros, o de lo contrario estoy jodido. Tengo que averiguarlo, pero no tengo fuerzas para moverme.

Espero unos segundos hasta que domino mi delicada respiración y cuando consigo acostumbrarme a la cadencia del pulmón sano, tomo una bocanada lo más profunda posible. Siento como viene acompañada de una buena cantidad de sangre, pero aguanto el aire y trato de mandar órdenes al cerebro para que haga reaccionar al resto del cuerpo. Nada. Suelto el aire despacio y escupo la sangre manchando mi blanca barba. Trato de evitar desesperarme. Un segundo intento. Tomo aire y siento como los dedos de la mano comienzan a moverse. Aliviado, creo que mi boca muestra algo parecido a una sonrisa, pero no estoy del todo seguro. Poco a poco siento un hormigueo en los pies y en otras zonas del cuerpo. He perdido mucha sangre.

Tras unos interminables segundos, consigo incorporarme muy despacio, echando una ojeada a mi alrededor. Lo primero que veo es a Lioquiles tal y como lo dejé antes de perder el conocimiento. Ver su cuerpo maltrecho no es demasiado alentador, pero me parece que todavía respira. Levanto la cabeza y veo otro cadaver. Desde mi posición no puedo distinguirlo, pero creo que es el de Milos. O tal vez el de Likos? Cierro los ojos tras sentir una terrible punzada en el pecho y hago un último esfuerzo para intentar averiguar de donde provienen las voces.

Esta vez sí estoy seguro. Mi boca muestra una enorme sonrisa al ver la enorme espalda de Ulfgar junto a la mucho más fina de Likos. Están hablando con alguien, pero lo más importante es que siguen con vida. Sin duda, han vencido.

- Chi... cos...

Es lo único que consigo decir antes de volver a caer desplomado. Sigo consciente, pero creo que necesitaré ayuda para poder salir de aquí.

ve como da su ultimo aliento Milos y se convierte en el ser repugnate que es en realidad. entonces se levanta y desmiembra el cuerpo de Milos viscoso y asqueroso, CALLA BESTIA INMUNDA; NUNCA VENCEREIS, MORADIN ME DARA LA FUERZA PARA DESTRUIROS....

entonces oye un ruido y ve como Likos saca de un compartimento detras del altar a un ser, que creemos que es Lucius.

Likos grita como un energumeno, debido al enfado y a la tension acumulada de los ultimos dias,

Tsuu calla likos, despertaras a Lioqueles o a Smendric y deben de descansar sus heridas son muy graves.

oye la conversacion de Likos y Lucius, A ver tranquilo Lucius, los enemigos que habitaban esta casa, estan muertos, debemos dejar descansar a mis compañeros, a menos que tengas dones para curarles, los mios estan más que agotados. y segundo antes de salir tenemos que recojer unas cosas de las habitaciones que nos hemos dejado atras nuestra... dice con una sonrisa picara, y dando un giño a Likos. Verdad Likos??

entonces oye una voz a sus espaldas, muy conocida, y luego un golpe en el suelo, y se da cuenta que es Smendric.

Smendric....

sale corriendo a su lado y revisa que no se le haya abierto ninguna herida.

Tranquilo amigo, descansa estas muy herido, no te muevas o se te abriran las heridas.

Likos, mira como esta Lioqueles, y dale un poco de agua, en este estado es muy facil deshidratarse...

coge su zorron de agua, y vierte un poco en los labios de Smendric, abriendo con cuidado su boca, pero despacio para que no se atragante, Vamos amigo, traga un poco, bebe que es bueno para curarse, pronto saldremos de aqui, y disfrutaremos de unas buenas pintas de cerveza y de unas cuantas mozas de buen ver..

revisa las heridas y cambia los vendajes que estén muy manchados de sangre para evitar que se infecten las heridas, no sin antes lavarlas con un poco de agua.

Likos, toma le lanza vendas y demas material de cura, limpia las heridas de Lioqueles y cambia las vendas, al menos las que veas peor.

Escucha una voz a sus espaldas, seguida de de un ruido seco. Likos voltea algo nervioso y se da cuenta de que fue Smendric el causante de aquellos sonidos.

"¡Canas...que te parió! Por un momento pensé que Milos estaba vivo. Eres un jodido viejo duro roer ¿ehhh? Espera Tapón...Tumbémoslo sobre el altar, así reposa más cómodo"

Likos, junto con Ulfgar, ayuda al mago, tomándolo de la cintura y pasando su brazo por sobre los hombros del pícaro. Con dificultad, consiguen llevarlo hasta el altar. Dedicándole una sonrisa burlona, le dice.

"Aquí podrás reposar mejor. Pero no te estés moviendo como antes, que ya no eres tan joven. O por lo menos, no lo aparentas"

Luego, con cierta sinceridad y sensibilidad, prosigue.

"Me alegra que aún sigas con nosotros"

Lucius responde de manera algo entrecortada las preguntas de Likos, mientras observa los alrededores. Sus instintos lo tientan a revisar el lugar en busca de algo valioso.

"No tan rápido Señor L...Todavía tenemos cosillas por hacer aquí..."

Contesta el bribón a Lucius mientras comienza a revisar el cadáver de Milos, sin poder evitar mirar el cuerpo con recelo.

"...Tenemos que ir a por nuestro compañero caído y otros menesteres"

Continua buscando en los otros dos cuerpos y por toda la sala.

"Pero todavía no me ha contestado...¿Porqué querría Milos secuestrarte y torturarte? ¿Qué relación guardabas con ese gafas, además de trabajar en ese monasterio, convento o como se diga?"

Una vez finalizado su rastrillaje, Likos atiende las heridas de Lioquiles a petición de Ulfgar, dado que el guerrero comenzaba a despertar de su inconsciencia. A pesar de no ser muy dado a las artes de la curación, Likos da lo mejor de sí. Al cambiar las vendas, inevitablemente la sangre vuelve a emanar, hasta que finalmente logra frenar la hemorragia. Por fortuna, esta vez la hemorragia no fue tan masiva como la anterior.

La verdad es que si...estamos todos en el nuevo módulo pero no queríamos que estuvieras...

Mentira :P

Pues yo, a la espera de que aparezca el Master a ver como termina esta historia. Hasta donde se, está con mucho trabajo. Acá en la ciudad de la furia están un poco complicadas las cosas :P  

Ante la insistencia del grupo porque Lucius les de algunas explicaciones, éste los mira con pena pero con agradecimiento y dice:

Está bien, les contaré mi historia, o por lo menos lo que recuerdo de ella.

Hace unos seis años, mientras investigaba unos escritos, aparentemente por lo que pude deducir más tarde, fui poseído por una entidad extraplanaria. Dicha entidad se apoderó de mi cuerpo y desplazó mi conciencia apoderándose de mí ser.

Durante cinco años esa menta ajena controló mi cuerpo, por la información que pude reunir después, aparentemente la entidad buscaba información de todo tipo sobre este mundo, porque o para que, es algo que desconozco, ya que en todo el tiempo que fui desplazado de mi propio cuerpo estuve ausente de la realidad sin ser consciente de lo que pasaba a mí al derredor.

Por un momento el semblante del bibliotecario se entristece y continúa:

Ese nuevo yo, violó las sagradas normas de conducta del templo, entonces aparentemente mi cuerpo al mando de esa entidad dejó Freeport y viajo por el mundo, antes de regresar, no tengo ningún recuerdo de donde estuve o que hizo mi cuerpo durante esos años, es algo horrible, de sólo pensarlo me da escalofríos.

Una vez de vuelta en Freeport, sin previo aviso, así como fui poseído, fui liberado del control del extraplanario y regresé a mi cuerpo, por decirlo de alguna manera, de repente volví a ser otra vez yo. Como les dije, no recordaba ni donde había estado ni que cosas había hecho y no lo recuerdo, es como si durante ese tiempo mi conciencia hubiese sido colocada en un frasco y apartada de la existencia en sí misma.

Como imaginarán, al enterarme de todas las cosas que el usurpador había llevado a cabo con mi cuerpo y en mi nombre durante mi ausencia, fue muy grande mi pesar y quedé muy apenado.

Con gran vergüenza  me dirigí al templo y supliqué que mis actos, o mejor dicho los actos que fueron llevados a cabo con mi cuerpo, fueran perdonados y que se me readmitiese en el templo, ser bibliotecario es mi vida, sin eso no soy nada.

Sin lograr contenerse más, Lucius rompe en llanto, pero luego de unos segundo, logra reponerse y continúa:

En el sótano de mi casa encontré una enorme colección de pergaminos y artefactos, aparentemente recolectados por el usurpador durante sus viajes con mi cuerpo. Los sacerdotes quedaron tan admirados con estos regalos que me readmitieron y todas mis o sus transgresiones fueron perdonadas, pude volver a retomar mi vida y por un tiempo volví a ser feliz, todos trataron de olvidar el extraño comportamiento que había tenido mi cuerpo los últimos años.

Durante los siguientes ocho meses mi vida se tranquilizó y retomé mis antiguas costumbres, el sosiego de la biblioteca me tranquilizó y me perdí en mi mundo de libros, rollos de pergamino y artefactos.

El semblante del demacrado joven se ensombrece y dice:

Entonces  llegaron los sueños.

Lucius hace un pausa  para cobrar valor para continuar, inspira profundamente y luego deja salir al aire, los mira uno a uno con una expresión de cansancio absoluto y continúa:

Me despertaba gritando  todas las noches en medio de terribles pesadillas, con el cerebro rebosante de imágenes de ciudades gigantescas, criaturas monstruosas y ritos innombrables.

Al principio confié en que las pesadillas simplemente desaparecerían con el tiempo, pero en lugar de eso, empeoraron. No quería aceptar la verdad, pero finalmente se hizo evidente que no tenía elección. Fuesen lo que fuesen esos sueños tenían que estar conectados con esos cinco años de tiempo perdido, esos cinco años que una maldita entidad extraplanaria me había robado. Entonces me di cuenta que si quería volver a tener una vida normal, debía descubrir que me había pasado durante esos cinco años.

Había dedicado mi vida a investigar vidas del pasado en los libros del templo , ahora debía usar esos conocimiento para investigarme a mí mismo.

Fue así que empecé a hacer preguntas sobre que había hecho y como había actuado en esos cinco años.

Pasé incontables horas leyendo mis diarios, intentando descubrir quién o que se había apoderado de mi cuerpo y por qué. Entonces los sacerdotes del templo empezaron a sentirse incómodos con mi línea de investigación. Querían que todo el tema se olvidara y no se volviera a desenterrar, el sumo sacerdote en persona me suplicó que dejara el pasado en su sitio, pero no pude hacerlo y seguí con mi investigación.

Entonces, un buen día Milos me mandó llamar y me pidió que llevara unos pergaminos a una casa tapiada, me pareció un encargo algo extraño, pero lo hice, después de todo era un superior mío, en cuanto estuve frente a la puerta de entrada, alguien me golpeó en la cabeza y fui secuestrado y traído hasta aquí.

Entonces apareció Milos, me habló de las entidades extraplanarias aunque no me dijo sus nombres ni el por qué esas entidades estaban estudiando otros mundos, pero estoy seguro que ese hombre o lo que sea que fuese sabía mucho al respecto, es una pena que haya muerto sin antes confesar lo que sabía, algo me dice, que sabía mucho sobre muchas cosas, aunque ninguna buena.

Lucius se queda unos instantes pensativo y continua:

En fin, ¿donde me quedé?.... a, sí; luego ese siniestro ser, me mostró su verdadero aspecto de hombre serpiente y me torturó mientras me preguntaba una y otra vez sobre mis recuerdos del otro plano de existencia, pero por más que me torturara, nada podía decirle, porque nada recordaba, al parecer Milos creía que en algún rincón de mi cabeza, tal vez en el subconsciente, se escondían conocimientos muy valiosos, pero como dije, nada pude decirle, y eso no hizo más que enfurecerlo, y me torturó más y más, ese maldito engendro estaba más y más frustrado con mis negativas y no paraba de repetirme que a menos que le dijera lo que quería oír iba a matarme, lo cual estoy seguro estaba por suceder, si no fuera porque ustedes aparecieron. Por lo que les estaré eternamente agradecidos, gracias amigos, muchas gracias.

Al parecer el esfuerzo de recordar todo esto fue demasiado para el bibliotecario, sus fuerzas eran pocas, sus rodillas se flexionaron de golpe y cayó al suelo, Likos y Ulfgar lo tomaron de ambos brazos y lo ayudaron a levantarse.

Amigos, por favor les pido que salgamos de aquí, debo ver a Egil, debe estar muy preocupado, por favor salgamos, no se preocupen puedo caminar sólo, ustedes ayuden a sus valientes amigos, recojan lo que deban recoger y salgamos de este maldito lugar, se los ruego.

Ante la desesperada petición del pobre hombre, todos se miran y sin decir palabra aceptan su pedido, ayudan a los más débiles a ponerse en pie y salen del lugar, vuelven al corredor y a la habitación del tesoro, para llenarse los bolsillo y cargar las riquezas de Milos, se llevan todo lo que pueden y recorren todo el camino de vuelta, llegan a la bodega con la entrada secreta, la atraviesan y sin más vuelven a estar en la calle, a las puertas de ese nefasta casa tapiada.

Afuera notan que está amaneciendo, pero aún es temprano y no hay nadie en las calles, lo que les da cierta impunidad y escapando de las miradas indiscretas que pronto están a despertar,  recorren lo más rápidamente posible el camino hasta la casa de Lucius, le explican que debieron usarla para quedarse mientras lo buscaban a él, el bibliotecario les está tan agradecido por salvarlo que no le importa que hayan usurpado su hogar en lo más mínimo.

Egil, que aguardaba noticias en la casa de Lucius, los ve llegar, y  cuando están en la puerta la abre de par en par y le da un gran abrazo a su amigo.

¡Lucius! ¡Crei que nunca más volvería a verte! Estás vivo, lo sabía, sabía que podía confiar en ustedes amigos, gracias mucha gracias!

Luego de que la alegría del momento pasa, Lucius vuelve a contarle todo a Egil, mientras le grupo descansa un poco, al terminar Egil dice:

Maldito Milos, nunca me gustó ese tipo, lo preocupante es que muy probablemente Milos era un hombre de mediana importancia, es seguro que debería tener secuaces de gran poder en la ciudad, de otra manera hubiese sido imposible para él pasar desapercibido tanto tiempo, mucho me temo mis amigos que las maquinaciones de ese tal signo amarillo tan sólo acaban de empezar, hay mucha suciedad en esta ciudad, deberemos estar muy atentos si no queremos que el mal se apodere de Freeport.

Egil los mira y se da cuenta por primera vez de que algunos de ustedes están herido.  

Pero por los dioses donde están mis modales, están heridos, por favor permítanme sanarlos, se los ruego.

Acto seguido el joven clérigo sana totalmente las heridas del todo el grupo y luego dice:

Listo mis amigos, están como nuevo… pero que cabeza mía! Les debo dinero, 50 piezas de oro más para cada uno, aquí tienen.

Luego vuelve a hablar:

Amigos míos, les agradezco de todo corazón lo que han hecho por Lucius, sepan que si permanecen en Freeport y alguna vez necesitan mis servicios con gusto los ayudaré en todo lo que pueda.

Y Lucius agrega:

No tengo palabras para agradecerles, sólo puedo sumarme a las palabras de Egil, mientras permanezcan en la ciudad, si llegan a necesitar mis servicios, los ayudaré en lo que pueda, sepan nuevamente que les estaré eternamente agradecido por salvarme la vida.

Todos se despiden de los dos amigos dejando descansar a Lucius en su casa y se alejan del lugar con la satisfacción del deber cumplido.

El trabajo no ha sido fácil, han perdido a dos valiosos miembros de su grupo, que jamás serán olvidados, pero si suman el pago de Egil a el pequeño tesoro que recuperaron de la guarida de Milos, se han hecho con una buena cantidad de dinero, y eso calma un poco sus pesares.

Han dado sus primeros pasos en la gran ciudad fundada por piratas, han aprendido a las malas los riesgos que conlleva adentrarse en las calles de la siniestra y misteriosa ciudad de Freeport.

¿Qué más misterios, peligros y siniestros complots acechan bajo la superficie de la ciudad? Bueno, esa es otro historia, y debe ser narrada en otra ocasión…

Atrás quedaba la casa tapiada. Atrás quedaba la vida de uno de los miembros del grupo. Khal había encontrado allí su destino. Atrás quedaban Milos y sus muchos esbirros. Por las palabras de Lucius, no serían más que marionetas en este espectáculo. Las palabras del bibliotecario volaban a los oídos de Likos quien, a pesar de percatarse de lo que decía, parecía abstraído de la situación. Quizás estuviera pasando por ese momento donde uno se da cuenta de lo que pasó, de lo que hizo y lo que vivió. Sus manos todavía temblaban cuando llegaron a la casa de Lucius y mientras este seguía hablando, el pícaro dirigió pesadamente su humanidad hasta una de las ventanas que daba al pequeño espacio verde detrás de la casa. 

Observó casi con melancolía el túmulo que acunaba a su compañera Myrnn en su eterno descanso. Contempló también como sus compañeros malheridos eran sanados gracias a las habilidades de Egil. Mientras escuchaban la historia de Lucius, tangibles recuerdos poblaban la mente de Likos, como fugaces destellos; su llegada a Freeport que, como de costumbre, fue con el pie izquierdo, el barco de Scarbelly, la batalla en la taberna contra el capitán y la muerte de su compañera, los Escudos Amarillos, la casa tapiada y la muerte de Khal, los malditos no muertos que lograron quebrar al joven bribón, la batalla final contra Milos y sus secuaces, que casi acaba con la muerte de dos de sus amigos.

Likos repasa estos sucesos una y otra vez, como si estuvieran viviéndolos es ese preciso instante. Y se pregunta ¿realmente ha valido la pena todo el sufrimiento, la angustia, el dolor, ver morir a sus amigos, por una causa en la que él nunca creyó plenamente? Sus amigos si creyeron y, aunque él no lo hiciera, si que creía en sus amigos.

Luego de un breve momento de paz y de reflexión, Likos toma su equipo, da un grácil salto hasta el marco de la ventana y gira su cabeza hacia atrás, dirigiéndose a sus amigos.

"Es hora de ir a "trabajar". No me esperen despiertos. Si ya es de mañana y aún no he regresado, les recomiendo que se den una vuelta por La Gaviota Negra"  

Primero todo negro, luego claridad. Eso fue lo que sintio Lioquiles. Cuando por fin abrio los ojos, lentamente comenzó a recordar donde estaba, y su proposito. Se sentia abatido y muy debil. Esta en un estado como de borrachera, pero era evidente de que se trataba de su delicada condición luego de la batalla con Milos. Sus amigos lo ayudaron a salir de la casa tapiada. Luego en el camino mientras recupera sus sentidos, sus amigos le presentaron formalmente al sujeto al que habian ido a rescatar y escucho tambien la historia que Luicius tenia para contar. Le pareció algo salido de otro mundo, pero a esas alturas, luego de zombies y hombres serpientes, ya nada le resultaba tan extraño. Ya como era de costumbre Lioquiles permanecia callado, recuperado pero callado. Recien cuando regresaron donde Egil, digito palabra y dijo mirando a sus amigos unicamente, casi como ignorando a Lucius...

Gracias a todos, ustedes son los mejores compañeros que un guerrero humano podría tener, le estoy eternamente agradecido a dios por tenerlos conmigo y le hago un pedido especial por los que ya no están. Juro con mi vida que en cada una de las misiones que nos toque vivir rezare por ellos.

escucha con paciencia toda la historia de Lucius, el pobre hombre que se vio envuelto en algo demasiado para el y sin buscarlo ni desearlo, quiza debido a leer libros que no debiera, quien sabe...

lo que si sabemos que desde el inicio de nuestra mision, son varios los amigos que hemos perdido... y eso entristece al aun joven enano, no se siente agusto perdiendo compañeros ni amigos, pero su estoicismo enano le ayuda a sobrellevarlo, sabe que algun dios bondadoso se hizo cargo de sus almas y por ello esta tranquilo.

pero tambien esta nervioso, sabe que este tema no ha acabado, alguna fuerza superior movia a Milos como una marioneta y sabe que al hacer que esta secta acabara tragicamente, les llevara de cabeza a los superiores de ésta, puesto que no dejaran que nos salgamos con la nuestra, no despues de todo lo que hemos hecho.

Smendric, dejame el libro negro que cogimos, sera un buen paso estudiarlo, sobre todo ahora que se puede hacer con cuidado.

voy a descansar estoy cansado, y algo me dice que no hemos hecho nada mas que empezar.

Recuperado de las heridas y con el ánimo por las nubes, escucho con atención la explicación de Lucius. Lo que cuenta es realmente fascinante, y mucho más grande y oscuro de lo que había imaginado en un principio. Sin duda hay algo negro y retorcido en las entrañas de Freeport, y me temo que sólo hemos descubierto una pequeña parte. Mi instinto me dice que debemos irnos de esta ciudad lo antes posible, pero mi innato deseo de conocimiento me obliga a continuar investigando.

- Claro Ulfgar - Rebusco entre mis pertenencias y entrego el libro al enano - Esto me recuerda que debemos volver al templo subterráneo para recoger alguna cosa que dejamos para cuando encontráramos a Lucius

La recompensa de Egil es la acordada, pero creo que insuficiente. Necesitaremos más dinero si queremos pertrecharnos adecuadamente.