Primero un plano general de la comarca....
En satélite
El Pallars Sobirà se extiende, de sur a norte, desde el congosto de Collegats hasta el pueblo de Alós d'Isil, siguiendo el curso del río La Noguera Pallaresa. Es la carta comarca de mayor tamaño de Catalunya y tiene una de las densidades más bajas del país, con sólo 4 habitantes por km². En total hay unos 6.000 habitantes.
En la comarca se encuentra el mayor lago de los Pirineos, el de Certascan, y la cima más alta de Catalunya, la Pica d'Estats.
La mayor parte del Pallars Sobirà está protegido. Existen diversas zonas PEIN (Plà d'Espais d'Interès Natural de Catalunya - Plan de Espacios de Interés Natural de Catalunya), el Parque Nacional de Aigüestortes y el lago de Sant Maurici, el Parque Natural del Alto Pirineo, la Reserva Natural Parcial de la Noguera Pallaresa - Collegats, amplios espacios de la Red Natura 2000, la Reserva Natural de Caza del Boumort, etc.
Tradicionalmente havia sido una comarca dedicada en concreto a la agricultura y a la ganadería de subsistencia. Antiguamente también se obtenían recursos del aprovechamiento forestal y de explotaciones mineras entre las que destacaban las mines de hierro de la Vall Ferrera.
Otro capítulo importante fue el de las salinas de Gerri de la Sal y, más recientemente, la implantación de industrias hidroeléctricas. Desde hace ya algunos años el sector primario ha perdido importancia y, en cambio, ha aumentado el sector terciario basado en el turismo. Los atractivos turísticos de la comarca son su patrimonio histórico, la belleza de los paisajes y la práctica de diversos deportes al aire libre (pesca, deportes de aventura, deportes de invierno, senderismo...).
Se sabe que El Pallars estuvo poblado desde la prehistoria, de la que nos han llegado numerosos testimonios en forma de monumentos megalíticos.
Parece que la presencia romana no fue muy intensa, a diferencia del Valle de Aran, aunque los recientes hallazgos arqueológicos comiencen a indicar lo contrario.
Ya en la época medieval y a partir de la desarticulación del mundo romano, fueron las comunidades de las montañas las que explotaron sus recursos naturales.
En los tiempos de las invasiones musulmanas, el territorio se vio sometido a poca más que al pagamento de tributos o impuestos territoriales.
Después de la conquista y el dominio de los condes de Tolosa, se inicia la casa condal del Pallars, que seria la más longeva de todos los condados catalanes y que se acabaría en el año 1487 con la caída del castillo de València d'Àneu y el fin del dominio de Hug Roger III.
La crisis general del orden feudal tiene su continuidad en la edad moderna y en la transformación del condado pallarés en un marquesado en manos de la casa de los Cardona. Este marquesado coexistía con diversos señoríos, pero entre todos formaban parte de una estructura superior, real, que sería la sotsvegueria de Pallars y que en el siglo XVIII se convertiría en el corregimiento de Talarn.
Desde finales del siglo XVIII hasta el año 1870 la población crece hasta llegar a su cúspide demográfica de 20.348 habitantes el año 1860.
A partir de 1870 y hasta 1910 hay una crisis de la economía de subsistencia, que hasta ese momento había prevalecido y empieza un declive demográfico y económico a causa de la desamortización civil de Madoz, la mala climatología y la llegada de la "fil·loxera", entre otras.
Desde el 1910 hasta al 1960, y a causa de la implantación de las hidroelèctricas, se inicia un proceso de modernización de la sociedad tradicional, truncada por la guerra civil y la posguerra.
Desde 1960 hasta el 1980 la comarca sufre una segunda crisi provocada per la mecanización del campo y la industrialitzación de las ciudades, que llevaran el Pallars a una nueva disminución demogràfica hasta el punto de quedarse sin la mitad de la población (5.247 habitantes).
El Pallars tiene una climatología de influencia claramente mediterránea hasta los 1.500 m. A partir de esta cota encontraremos un clima alpino.
Las alturas, los diversos vertientes del abrupto relieve y este clima particular, configuran una vegetación con cinco pisos distintos: el piso basal (de los 600 m a los 1.000 m), con encinas y robles; el piso montano (de los 100 m a los 1.600 m), con robles, hayas, abetos y pino rojo; el piso subalpino (de los 1.600 m a los 2.200 m), con pino negro; el piso alpino (de los 2.200 m a los 2.800 m), con pastos; y el piso nival (a partir de los 2.800 m), con poco herbaje y mucha roca.
La mayor parte de la superficie que rodea los pueblos todavía la conforman los prados de siega, a pesar del claro retroceso en el sector agrícola.
Hay algunos bosques reconocidos como el abetal de la Mata de València, el bosque de Virós y el de Bonabé, el bosque de abedules de Ancs y Baiasca, etc.
El Pallars Sobirà está dentro de la zona Axial pirenaica. Estructuralmente contiene dos grandes domos, el de la Pallaresa y el de l'Orri, separados por el pliegue sinclinal de Llavorsí. Según las interpretaciones del corte ECORS, las unidades descritas reflejan el apilamiento de tres mantos de corrimiento de rocas del zócalo herciniano, llamados les Nogueres, l'Orri y Rialp.
El mantel de Rialp es el inferior y más moderno, y solamente hace su aparición sacando la cabeza en Rialp. El manto de l'Orri se corresponde básicamente con el domo de l'Orri. El manto de les Nogueres (unidad de les Nogueres) es el superior y más antiguo, afecta también a las rocas de la cobertera alpina, y se enraíza hacia el norte en el domo de la Pallaresa
Las rocas más antiguas de la comarca se atribuyen al Cambriano y al Ordovícico. Hay incluso rocas de origen volcánico que, con métodos parecidos al del carbono-14, han sido datadas en 580 millones de años de edad. También hay pizarras negras con graptolitos del Siluriano, calcáreas con crinoideos, ceratidos y trilobites del Devoniano, etc.
La comarca del Pallars Sobirà posee unos entornos naturales propios de la alta montaña catalana, con la fauna que habitualmente se le asocia. Son especies perfectamente adaptadas al frío, como por ejemplo la perdiz blanca, el rebeco y el armiño, que pertenecen al piso alpino.
Un poco más abajo, en el piso subalpino, encontramos especies de hábitat forestal (algunas de ellas muy amenazadas) como el urogallo, el mochuelo pirenaico, diferentes tipos de pájaro carpintero, el corzo, el gamo y muchas otras que podrán ser vistas con un poco de suerte. En realidad, debido a la gran superficie ocupada en la comarca por bosques de pino rojo y abetales, es donde se encuentra la mayor población de urogallo del estado español, así como numerosos parajes donde se refugian los últimos osos pardos de la sierra pirenaica.
En las laderas soleadas, la perdiz pardilla, la liebre, el jabalí y el ciervo, entre otros, dominan la fauna vinculada a los matorrales de piornales, rododendros y otros arbustos, así como una lista importante de especies de pájaros y mamíferos carnívoros de medida mediana.
En el piso montano, muy cerca de los núcleos todavía habitados, los bosques caducifolios y los cada vez más escasos prados y pastos de invierno serán el hábitat característico de las especies de carácter centroeuropeo como son el camachuelo y el ave zonza, entre otros. En los ríos y estanques de aguas limpias (tan abundantes y características del Pallars), la trucha común, el mirlo acuático y alguna nutria están presentes.
Finalmente, la población de aves rapaces especies como el buitre, el quebrantahuesos y el águila real volarán alto sobre las cumbres en busca de comida.
El Pallars Sobirà ha sido desde siempre una comarca tradicionalmente agrícola y ganadera, la cual cosa implica que las fiestas, hasta hace muy poco, siguieran básicamente este ciclo: los encuentros se celebraban en mayo, antes de esquilar y marcar los rebaños para subirlos a la alta montaña; las ferias se inauguraban en otoño, coincidiendo con la bajada de las reses; las fiestas mayores tenían lugar durante el invierno porque era cuando prácticamente no había tareas, etc. De unos años para aquí les fiestas mayores se han trasladado al verano, que es cuando hay mayor afluencia de visitantes, y algunas de estas ferias han desaparecido.
Así mismo, del calendario litúrgico se celebra de manera importante el Carnaval (con sus calderadas, la Passa y el delicioso farcit de carnaval), la Pascua (con las comidas que los diversos grupos celebran al aire libre) y la Navidad (de celebración familiar).
Finalmente, hay una fiesta relacionada con la llegada del verano, que son las famosas fallas de Isil y de Alins, y toda una serie de festividades que responden a evento deportivos, culturales y sociales específicos de la sociedad pallaresa: los rallys gastronómicos o de piragüismo, las fiestas de las asociaciones, etc.