Fue cerrar el libro, y detenerse los cánticos. De inmediato. Los niños seguían mirándole, seguían atravesando con sus ojos descarnados su propio pensamiento.
Y entonces, el niño habló.
-Deben leerlo... Deben leerlo ellos... Los Vivos... Si quieres que salgan alguna vez de aquí...
Cita :
No, era una mujer, pero sin alas. Y no entendías ruso... cuando estabas vivo. Ahora, entiendes lo que dicen, en realidad no sabes si hablan ruso, alemán, o qué. Supones que ruso, pero la comunicación es muy extraña, más mental que física. (O "espiritual", mejor... :P)
Al momento te das cuenta de que hay algo más en ti. Alguien más. Tu hermano, te sientes unido a tu hermano como nunca habías podido estarlo en vida. ¿Quizá es la necesidad...? ¿Quizá la muerte....? Y hay alguien más. Alguien que contiene en sí el estigma de los elegidos por lo sobrenatural, los que saben, aunque no entienden. ¡Hans! y.... ¡Octavius! Lo sabes. Ellos ven a través de tuus ojos, han visto a Dimitri. Y bajas los ojos. Han visto el libro.
Debes hacérselo llegar...
Pieter miró a los niños algo impactado, para mirar el libro a continuación. Al parecer, aquel libro guardaba la clave para que su hermano saliera vivo de allí.
Una nueva mirada a los niños, una sonrisa agradecida y una palabra precedieron a la salida de Pieter de la habitación - Gracias.
Rápidamente salió hacia el pasillo, y se dirigió, libro en mano, hacia el mismo punto en el que había ascendido momentos antes, mientras pensaba con fe por si su hermano podía 'sentirlo' - Hans, acude a la biblioteca - si había algún sitio en el que pudieran leer en condiciones aquel manuscrito, ese debería ser la biblioteca, donde aguardaba su cadáver.
Quería preguntar a los crío, que le dijeran qué es lo que ocurría en aquel lugar, pero lo primero era que los 'vivos' se hicieran con aquel tomo.
- Hermano, estoy contigo. No te he abandonado - dijo pensando en la figura de su hermano abatido y nervioso, como le había dejado hacía unos minutos.
Siento escribir en estos momentos, pero tengo ciertos problemas personales importantes que se están resolviendo satisfactoriamente poco a poco y no dispuse de mucho tiempo durante la semana.
Pieter salió, libro en mano, retomando la dirección por la que había llegado hasta allí. Su intención era clara, y urgente. ¡Debía darle el libro a Hans!
Fluyó a través del pasillo, flotando, y así también traspasó el suelo de nuevo, para llegar al piso de abajo. Ahora ya lo hizo con mayor confianza, con facilidad. ¿Esto era la muerte...? ¿Afianzarse en este estado de no ser...? El libro cruzó con él, sin problemas. Y se encontró abajo, justo en la Biblioteca. Allí estaba su cuerpo, ¡Qué tenebrosa sensación verse a sí mismo, y saberse... muerto!
Pero no había nadie velándolo, su hermano estaba cerca, lo notaba, aunque no allí....
...siguió, atravesó la pared hacia el lugar en el que notaba la presencia de Hans, cada lapso de ¿tiempo? que transcurría, mayor era su urgencia, su ansiedad. Salió al amplio Distribuidor central, un enorme espacio que comunicaba la planta en la que estaban con el piso superior. Allí...
Sigues en La Mansión.
:)