Partida Rol por web

Nieve Carmesí I

La Mansión

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29/04/2009, 10:18
Hans

Unos y otros, en mayor o menor medida... en voz alta o en susurro, fueron recitando el contenido de aquel misterioso libro... contenido exhibido sorprendentemente en manos del soldado Hans. Todos salvo el turbado sargento que se había sumido en un profundo y desgarrador torbellino existencial en el que podría quedar atrapado. Tal era la realidad que les empañaba, que debía aceptar cierta irrealidad para poder aferrarse a la endeble cordura.

En eso, una extraña fuerza gravitatoria, procedente del piso inferior, comenzó a devorar las partículas de polvo que durante tanto tiempo se habían acumulado en aquel lugar. Aquel extraño fenómeno no pasó desapercibido al mayor de los hermanos, que había despegado sus ojos de la lectura... dejándose llevar por la inquietante cantinela de los otros. ¿Qué está sucediendo? Contempló con cierta alarma la oscura fuente de emanación, para poco después alternar su interrogante mirada hacia su propio hermano... hacia los espectrales críos, cuyos ojos mostraban un extraño resplandor fruto de la creciente excitación. ¿Qué está ocurriendo?... ¿qué pasa?... Observó a su alrededor... nadie parecía haberse percatado.

Casi al instante, sin tiempo para reaccionar, se veía sumergido en una creciente espiral de aire canalizada hacia aquel mismo punto descendente, y el suelo de madera bajo sus pies comenzó a tremer. No... no... no... Los fantasmagóricos niños manifestaban su entusiasmo... su alivio...


Cita:

-. ¡¡NOOOOOOOOOOO!!... ¡¡NOOOOOOOOOOOO!! ¡DIMITRI! ¡NATASHA! -

Un desgarrador grito gutural emergió del piso superior, acompañado de un zumbido de desesperación. En ese preciso instante, el soldado Hans reaccionaría sellando con brusquedad el libro en sus manos... intentando poder interrumpir a tiempo la inquietante letanía. Por si fuese poco, aparecería un fulgor que se movería a gran velocidad hasta ellos... materializándose en el inquietante fantasma de una anciana exasperada...

-. ¿Qué hay ahí abajo, demonios???- Interrogó con severidad a los entes espectrales, uniéndose a increpación de la mujer. -. ¿Quién es Azhabel?...- Apenas podía contener el enfado de haber sido engañado... de haber sido utilizado... y su mirada llameaba más que crispada. -. Habla anciana, o yo mismo finalizaré ese maldito salmo...- Amenazó en última instancia a la anciana, pretendiendo exprimir el miedo de ésta.

Notas de juego

Prioritario cerrar el libro antes de que terminen de leer los "salmos". Sí el libro ofrece algún tipo de resistencia, lo intentará con todas sus fuerzas y si aun así no es capaz, lo arrojará directamente al suelo interrumpiendo la lectura.

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29/04/2009, 10:33
Director

Hans lo intentó. Lo intentó con todas sus fuerzas en cuanto fue consciente de lo que ocurría.

Cerró el libro con un golpe seco y reclamó respuestas a... ¿un espíritu?

Sin embargo mientras hablaba se percató del poco éxito que había obtenido con su acción, pues a pesar de mantener el libro cerrado Alexeva y Octavius seguían pronunciando en voz alta las frases del cántico que se les había mostrado sobre aquellas páginas. Parecían estar en trance. Sus voces resonaban por la estancia con un eco de fatalidad.

Cuando finalizaron de pronunciar el último de los ensalmos, durante un instante, se hizo el silencio.

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29/04/2009, 17:32
Grüber

Durante todo este maldito encuentro infernal me mantuve petrificado como una estatua mas del lugar apenas respirando sin comprender que sucedia.

Mi mente quiere correr lejos de aqui pero mi cuerpo no se mueve...malditos reflejos... Pienso observando lo que sucede mientras que intento centrar mi fuerza en mis piernas para correr lejos de aqui

No se donde corremos mas peligro...afuera o aqui adentro... Y con mis raices cristianas a flor de piel tomo el escapulario de mi pecho y lo arranco tomando la cruz de madera que representa la muerte de jesucristo.

Observo a los demas en su trance y comienzo a gritar a Hans

¡Son espiritus del demonio!!! Y les dirijo la cruz ¡Son malditos espiritus..alejense!!! Miro de reojo a Octavius y a la mujer ¡Detenganlos!!!

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29/04/2009, 18:33
Espíritu de la Abuela

-Noo... nooooo... no sabéis... lo que habéis hecho... - entre sollozos el espíritu de la anciana se lamentaba amargamente.

Flotando sin orden ni concierto se situó sobre ellos, casi rozando el techo, y allí se detuvo. Bajó lentamente la mirada con unos ojos cargados de fuego y con ellos penetró en sus almas.

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29/04/2009, 18:35
Director

Sintieron como una ola de energía los golpeaba, algo que nunca antes habían experimentado. Era algo completamente anormal, como si alguien intentara entrar en sus mentes, queriendo meter en ellas un recuerdo, una imagen...

Sintieron náuseas, mareo. Sus sentidos se amortiguaron, una fina niebla cubrió sus ojos y se vieron trasladados a otro lugar, a otro momento, a otro tiempo.

Cuando la bruma tomó forma pudieron ver el rostro de una mujer... una mujer delgada, malicienta... con los ojos cosidos... Chorros de sangre salían de sus cuencas mientras que sus manos, tiraban de una soga oscura. Sus mentes volaron por encima de aquella criatura, la cual estaba envuelta en una túnica negra y rodeada de velas...

Varios pentagramas estaban dibujados en el suelo, junto a una gran cama de matrimonio, los cuales iban lentamente llenándose de sangre, de chorros de sangre que venían de un lugar muy próximo... el techo de la habitación.

Y hacia allí se dirigió su percepción onírica. Comenzaron a mirar las sogas que salían de la mano de la mujer de negro, muy despacio, iban recorriendo la misma hasta llegar a unas poleas que pendían del techo y después, bajaron hasta encontrar el final de éstas. Las sogas estaban atadas a los pies de dos niños, hermano y hermana, Dimitri y Natasha, los cuales se debatían entre estertores y dolor. La sangre les manaba de las heridas que tenían en el cuello, llenando el piso de la habitación con su denso calor y haciendo que los pentagramas se tornaran de un brillante escarlata.

Entonces todo se volvió borroso de nuevo... regresaron a la realidad... ¿o quizás no?

Volvían a estar en la amplia estancia que comunicaba los distintos pisos de la mansión. El temblor inicial, apenas sentido, se había convertido en una vibración que podían sentir desde el suelo, ascendiendo por sus piernas.

Bajo ellos, en el sótano algo se derrumbó.

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29/04/2009, 18:46
Espíritu de la Abuela

-Ella, ciega de dolor, lo trajo a este mundo... ¡y ahora vosotros lo habéis liberado!

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29/04/2009, 23:03
Octavius

 Octavius salió de su trance al escuchar el estruendo del sótano, y después de escuchar las palabras del espíritu de la abuela estalló elevando su mirada hacia ella y gritando con gran violencia:

-- ¿Y que maldita cosa quieres que hagamos ? DINOS !! ¿ QUE COÑO QUIERES QUE HAGAMOS?

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30/04/2009, 02:48
Karl

Nuevamente en la sala, y todas aquellas imágenes, sucesos y voces extrañas habían desaparecido. O casi todas. La voz de la extraña mujer resonaba en su mente, y no se atrevía a abrir los ojos por si realmente seguía delante. Tal vez apretando un poco más la vista y negando más aún en su mente incluso la voz desaparecería como lo había hecho todo lo demás... O tal vez no.

El sargento reunió todo el valor que quedaba en él -que no era mucho-, y se puso en pie lentamente, respirando agitado y con el pecho golpeado por cada latido de su acelerado corazón. Muy lentamente apartó los ojos repitiéndose una y otra vez que ante él ya no habría nada, que todo había sido eso, un sueño. Un duro golpe, o quizá todo producto del nerviosismo de la guerra. Cualquier justificación era más válida a la que realmente podía enfrentarse. Y sin embargo, era incapaz de asimilarlo, dejándose arrastrar por la demencia y la locura. Finalmente, simplemente asintió, abrió los ojos y tomó aire. Las lágrimas habían dibujado unos finos ríos de suciedad en su rostro.

- Dios nos castiga por los pecados que hemos cometido. O quizá sea el mismísimo Demonio, que pretenda jugar con nuestras almas. Pieter nos avisó, incluso el teniente. Todos nos avisaron, la guerra era un castigo de los hombres, el mayor de sus pecados.

Alzó el mentón con la poca dignidad y orgullo que quedaba en él. Se limpió la nariz con el brazo y dejó caer la pistola al suelo tras tanto tiempo sujetándola. Golpeó dos veces con la bota en el suelo y sorbió una vez más los mocos que le caían.

- Bajemos. Sea lo que sea, nos espera abajo. No hagamos esperar a la muerte.

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30/04/2009, 09:43
Espíritu de la Abuela

El ente luminoso que mostraba los rasgos faciales de una anciana revoloteó airadamente alrededor de Octavius. Giraba a gran velocidad cerca de su cabeza variando la intensidad de su fulgor con cada vuelta. Podría jurarse que la irritación dominaba su movimiento.

-¡Tan sólo tenéis una posibilidad de vivir!... y de camino evitar que ese ser del averno pueda escapar de la casa. ¡SEGUIDME! ¡HEMOS DE LLEGAR A LA CAPILLA ANTES DE QUE ÉL OS ENCUENTRE!

Dejó las palabras tras de sí mientras desaparecía escaleras arriba hacia el piso superior.

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30/04/2009, 09:47
Director

Mientras, bajo ellos se desencadenó un auténtico terremoto en toda su magnitud. El sonido resultaba ensordecedor y las propias paredes de la casa temblaban.

Rocas cayendo... maderas rompiéndose... luz... oscuridad...

Los sonidos y las sensaciones se sucedían sin orden ni concierto hasta que todo quedó en segundo plano, apagado como una vela por un torrente de agua, cuando un rugido animal, el grito de una bestia, la llamada de un demonio... o lo que fuera aquel ser, resonó justo por debajo de ellos. Su intensidad, su rabia y su fuerza eran indescriptibles.

Un segundo rugido... y esta vez algo golpeó las tablas del suelo levantando astillas en todas direcciones. Trataba de salir.

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30/04/2009, 18:32
Pieter

 Pieter se quedó petrificado, inmovil. Era imposible eso, ya que no poseía más que la sustancia de su alma, pero el sentimiento de culpa había provocado en él un estado tal como el de la congelación. El rostro desencajado, denotaba su sentir por el desenlace del salmo pronunciado por los vivos, como habían denominado aquellos críos del demonio a sus compañeros. Ya no había vuelta atrás y parecía el fin, hasta que apareció la anciana.

- No... no puede ser. No parecía que... - entre balbuceos, no acababa ninguna frase. La imagen de los críos recitando aquel diabólico cantar se le hacía muy vívido en su recuerdo. Ya sintió un extraño pinchazo cuando la escuchó por primera vez, y se le había clavado en su mente de manera poco halagueña - ¿por qué tuve que confiar en nadie de esta maldita casa? - no había tiempo que perder, así que animó a su hermano para que pudiera salvarse - al menos tú, Hans - un par de lágrimas perlaron su rostro difuso.

- Rápido, seguid a la anciana, yo quedaré el último, por si pudiera servir de algo - impávido, con todo perdido ya, el espíritu de Pieter se mantuvo cerrando el grupo.

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30/04/2009, 18:09
Hans

El soldado Hans salió del aterrador trance sin mediar palabra... enmudecido por lo que había sido obligado a ser testigo por aquellos ardientes ojos. En su memoria aun persistía la terrible visión, o inquietante ilusión, que empañaría sus retinas... y respondería a su creciente inquietud.

Azhabel Musitó entre los delgados y pálidos labios.

Mientras todo a su redor parecía querer desmoronarse irremediablemente antes sus impotentes ojos... engulléndolos en el creciente remolino de trágica de desesperación, en el que parecían haber caído presa algunos de ellos.


Cita:

-... ¡y ahora vosotros lo habéis liberado!

El espectro de la anciana, exasperado, les culpabilizaba entre histriónicos sollozos... una y otra vez, hasta que el descontrolado gitano le increpó con suma violencia.

-. Dinos anciana... dinos como volver a apresarla...- Se unió a Octavius en la petición. Su profunda voz se mostraba serena a pesar del inclemente viento que se había levantado en el interior de la mansión... a pesar de las continuas sacudidas procedentes del siniestro sótano. -. ¿Qué debemos hacer???... no hay tiempo...- Indicó a la mujer, pretendiendo contener la violencia que se desataba en su alma. -. Si fue liberado, también se podrá volver a encerrar... sólo tienes que decirnos cómo...- Insistiendo al espectro que parecía que descargar su furia sobre el deslenguado de Octavius... también fuera de sí.


Cita:

-¡Tan sólo tenéis una posibilidad de vivir!... y de camino evitar que ese ser del averno pueda escapar de la casa. ¡SEGUIDME! ¡HEMOS DE LLEGAR A LA CAPILLA ANTES DE QUE ÉL OS ENCUENTRE!-

Anunció al fin el espectro, desapareciendo inmediatamente escaleras arriba.

-. Rápido Octavius, tras ella... llévatelos a todos.- Ordenó a los hombres, un vez que el sargento parecía haber perdido definitivamente los cabales, encaminándose hacia el siniestro sótano donde parecía residir el mismísimo señor del averno.

Las maderas bajo sus pies temblaban, amenazando con ceder en cualquier momento. Aun así, a pesar de las palabras de su hermano pequeño, el soldado Hans se encaminó rápidamente... temerariamente escaleras abajo hacia su turbado superior, el oficial Karl. -. Lo siento, Señor... no puedo permitírselo.- Anunció, poco antes de arrojar un fuerte e inesperado golpe con la culata del arma sobre la cabeza de éste... noqueándolo* al instante. -. Os dije que os debía una... ya me lo agradecerá cuando esté con su mujer y su hija.- Se llevó, en peso, el inerte cuerpo sobre los hombros...

Y así emprendería el camino que habían seguido los otros... el camino hacia la capilla. Pero antes, se detuvo un instante a hablar con su hermano...

-. Pieter, ven conmigo... hay cosas que tú puedes hacer ahora y yo no.- Le dijo a su querido hermano que parecía haber decidido hacer frente a aquella criatura que luchaba por salir. -. Te necesito, hermano... para poder regresar a casa...- Y prosiguió decicido, con el pesado sargento sobre el hombro, escaleras arriba.

Notas de juego

*Con permiso del jugador que lleva al Sargento(despertará en breve y tenemos sanitario que te puede hacer un exorcismo ;)) y del master. (pendiente)

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30/04/2009, 21:28
Demonio

El tercer golpe levantó algo más que astillas. Trozos de madera como el brazo de un hombre volaron en todas direcciones. El ruido de la tormenta se entremezcló con el de la propia casa al quebrarse y ambos fueron superados por el bramido de rabia, furia y.. hambre que surgió del hueco que ahora existía en el suelo de la estancia.

Un gigantesco puño, precediendo a un poderoso brazo que tan sólo remotamente podía recordar a un miembro humano, apareció de repente. La piel era de un variable gris oscuro y estaba cubierta de un líquido legamoso que resbalaba sobre la superficie de la misma.

Eso fue todo cuanto pudo ver Hans tras golpear al sargento y cargarlo sobre su hombro. Se dirigió hacia la escalera a tanta velocidad como le permitieron sus piernas, teniendo en cuenta el peso extra que soportaba. Escuchó tras de sí un nuevo golpe y sintió como era golpeado por una nueva deflagración de madera.

Dos escalones, otro más… su ascenso resultaba tan lento que los nervios le provocaron un agudo dolor en la sien.

Un fuerte ruido tras él. Muy fuerte. Muy cerca.

Otro escalón, uno más. Ya casi veía el piso superior. Tan cerca… tan cerca…

De pronto se sintió ligero. El peso que el cuerpo del sargento ejercía sobre su hombro derecho desapareció. De igual forma también lo hizo el dolor de sus piernas. La habitación se había vuelto del revés. Se encontraba boca abajo, suspendido en el aire y algo lo sostenía por su tobillo izquierdo…

...desde ahí tan sólo sintió dolor.

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30/04/2009, 21:38
Director

Octavius y el Doctor Grüber fueron los primeros en alcanzar el piso superior. Delante de los dos soldados el espíritu de la anciana atravesaba un pasillo y se adentraba a través de la madera de una puerta al fondo del mismo. Tras ellos subían los dos rusos, aunque a la mujer le costaba un tremendo esfuerzo mantener el ritmo. Al final del grupo el soldado Hans subía la escalera con el sargento al hombro.

O eso pensaban ellos.

Los gritos desesperados de dolor de Hans les taladraron los oídos.

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30/04/2009, 22:43
Octavius

Octavius seguía de cerca al espectro de la anciana, resoplaba, iba a velocidad tras ella preguntándose donde estaría la capilla y sobre todo qué tendrían que hacer una vez llegados allí ... 

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01/05/2009, 03:58
Grüber

Muerto del miedo y repitiendo una y otra vez alguna plegaria Dios te salve Maria..Dios te salve Maria... Corro acompañado de Octavius y bastante agitado con valentia quien sabe de donde cuando escucho los gritos de Hans

Que sucede.... Y me detengo regresandome corriendo Esta vez no debo fallar Pienso bajando las escaleras a toda maquina

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01/05/2009, 12:28
Demonio

Octavius aceleró cuanto pudo siguiendo la estela de la ancina y llegó hasta la puerta, mas el Doctor Grüber giró sobre sí mismo y decidió regresar para ayudar a Hans.

Dios te salve María...

El galeno volvió sobre sus pasos y alcanzó la parte superior de la escalera.

Dios te salve María...

Ni tan siquiera lo vio venir.

Dios te salve María...

Alzó un pie para bajar el primer escalón pero éste no llegó a tocar suelo.

Dios te...

Su muerte fue rápida. A diferencia de Hans no tuvo tiempo de gritar.

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03/05/2009, 23:54
Karl

El sargento no vio venir el golpe. Cuando por fin parecía haberse tranquilizado un poco, templando sus nervios y controlando en parte sus emociones, uno de sus hombres le propinó un golpe que lo arrojó al suelo. Apenas tuvo tiempo de sentir nada más, pues la oscuridad lo abrazó por completo.

Caído, inconsciente e ignorante de todo cuanto ocurría a su alrededor el sargento se limitó a soñar. A soñar muy lejos, pues era su única vía de escape. Se imaginó de nuevo en su hogar, junto a su mujer y a su hija. Ella estaba sentada en su regazo mientras la otra cosía un pequeño juego de telas. Todos sonreían, y una música sonaba de fondo, suavizando aún más la escena. El sargento acariciaba el pelo de su hija, rubia, preciosa, e inocente. Todo era como si la guerra jamás hubiese existido, o si ésta estuviese lejos, inalcanzable para ellos.

Alguien habló, y tanto la hija como la mujer giraron la vista hacia un lado. Karl no había oído nada, y se limitó a mirar también curioso. Sin encontrar nada recuperó su posición y nuevamente acarició el pelo de su hija. Pero esta vez ocurría algo extraño, pues un mechón de pelo se quedó en su mano. Cuando la miró a la cara vio el rostro completamente deformado. Tenía las cuencas de los ojos vacías, la piel hecha jirones y los labios cortados. Murmuraba algo indescifrable, pero parecía algo trágico. Aterrado, apartó la mirada y la empujó al suelo para acercarse a su mujer. Pero donde antes se encontraba ésta cosiendo, ahora había una silueta, una sombra espesa, y una lúgubre risa demencial provenía de tal lugar. Ambas figuras se lanzaron contra él entre gritos de terror.

Quizá el sueño lo enviaba lejos de la casa, de la guerra y de todo lo que le rodeaba. De todo menos de la muerte, que pareció alcanzarle.

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11/05/2009, 12:53
Dama

...Uno tras otro, todos cayeron. Uno tras otro encontraron la muerte, y algo peor, en aquella Mansión maldita, encontraron una condena eterna. No el infierno de las religiones, sino algo peor, un infierno de la superstición hecha la más temible realidad.

Porque sus almas quedaron atadas, para siempre, entre esos muros, esclavas de la más oscura criatura que su imaginación hubiera podido concebir...

Cayeron. ¿Todos...? Quizá... no todos....