La pequeña figura cruzo la arcada, la cual conducía a un espacio grandioso y regio, a doble altura, presidido por una doble escalinata que ascendía por ambos lados, uniéndose en un rellano a media altura, para subir entonces una sola hasta el piso superior, que se adelantaba sobre el inferior en una balconada. La barandilla era de piedra y
recorría las escalinatas en toda su longitud, incluyendo la balconada que se asomaba sobre el piso noble. En ambos lados la escalera daba un pequeño giro, y allí las barandillas se engrosaban, formando sendas bases de columna en cuyos capiteles se levantaban lámparas de múltiples brazos.
En el suelo era evidente que había habido una gruesa alfombra granate, pero ahora sólo persistían jirones de ella, manchados y llenos de mugre, algunos conservando el color original, y otros salpicados de colores indefinidos.
Los pasos de la figura no arrancaban el menor ruido al flotar siobre los esalones. Cuando llegó al piso superior no espero para ver si le seguían o no.
Arriba, sobre sus cabezas, en alguna parte del piso superior, se oyó un enorme estrépito. Algo había caído al suelo, el ruido era de un montón de cosas cayendo a la vez. Quizá libros pues sonaron muchos golpes secos y seguidos, y un par o tres de estruendos grandes, como si las baldas de una estantería de pesada madera se hubieran precipitado al suelo.
Primero el sollozo de la mujer, ahora ese estruendo... algo ocurría allí arriba. Alguien necesitaba ayuda, y ese alguien... había podido mover una estantería... o había sido víctima de ella. ¿Quién podía estar seguro...?
Las escaleras pore las que subis llevan al piso superior
Pieter miró el enorme distribuidor y la imponente escalera que conducía al primer piso. Le figura del niño siguió avanzando sobre lo que antaño fuera sin duda una mullida alfombra y subió las escaleras sin detenerse ya para hacerle gesto de que le siguiera. Parecía tener un objetivo.
- Vamos entonces – murmuró Pieter subiendo también las escaleras. Oyó entonces los ruidos provenientes de arriba. Una pelea, quizás. Objetos contundentes cayendo desde luego. Sin dudarlo y preparado para abrir fuego, aceleró el paso en dirección de los ruidos.
- Veamos si eres tú, marionetista, o qué nueva sorpresa me tienes preparada- dijo en voz baja
Siguiendo a los dos soldados alemanes nikolai observaba lo que estaba ocurriendo sin dejar de mirar hacía la puerta de salida de la casa como si esperará la oportunidad para salir corriendo de este lugar.
Entrar en este lugar no fue buena idea. No, no señor, ninguna buena idea...
La sucesión de hechos fueron los siguientes a partir de ahora…
De pronto, la puerta que comunicaba la biblioteca con el distribuidor central reventó en pedazos y bajo el umbral, pudieron ver la cosa más horrible que habían visto en sus vidas. Era un ser carente de rostro, salvo por una enorme boca llena de dientes afilados. Su cuerpo era fibroso y deforme, de color lechoso. Pero lo que más resaltaba de aquella figura eran sis amenazantes garras que hacían que sus manos, resultasen desproporcionadas a la vista.
Por la forma en la que había reventado la puerta, era evidente que su fuerza era descomunal.
El ser se detuvo en el umbral de la puerta y al ver a sus ocupantes, volgió a gritar. Su grito, ahora más próximo, resultaba aterrador. Era un grito cargado de rabia y odio. Tanto, que hasta el más curtido de los soldados presentes tuvo que hacer acopio de fuerzas para no desfallecer.
Era él. Esa presencia que habían sentido. El origen del mal que habitaba en esa casa. lo tenían ante sus ojos. Lo sabían, lo sentían. Nunca habían percibido una presencia tan poderosa, ni tan próxima y aquella sensación, les sobrecogió. Era como su peor pesadilla hecha realidad; aquello confirmaba todos sus temores y demostraba que sus percepciones pasadas y presentes, eran algo más que meras supersticiones. Sí, siempre había desconfiado de los que menospreciaban sus advertencias, pero una cosa es creer y otra saber. Y ahora lo sabían, porque ahora, nadie podía negar que aquello era real.
Todos, los soldados y los campesinos hicieron lo posible para destruir a la criatura. El demonio seguía utilizando sus garras y sus pinchos afilados para herir a los que la atacaban, sin embargo, aunque algunos han resultado heridos poco a poco la potencia de la criatura va mermando hasta que por fin, esta cae al suelo con un estruendo, dejando el suelo de la habitación un poco hundido.
Los soldados y los campesinos, ante las órdenes del sargento, comenzaron a correr hacia la entrada de la casa. Corrieron por el oscuro pasillo, donde se encontraban Dimitri y la niña, a los cuales esquivaron sin dejar de mirar las sonrisas que se formó en sus rostros al pasar junto a ellos.
Descendieron la escalera rápidamente y pasaron por la biblioteca, saliendo al recibidor, lo más rápido posible.
Y llegaron a la puerta…
E intentaron abrirla…
Una vez… dos veces… tres veces…
Hasta que al final se abrió.
Salieron al campo, corriendo, y todo estaba cubierto de niebla… niebla y humo debido a el incesante bombardeo…
Corrieron con todas sus fuerzas, atravesando la niebla, sin ver a donde iban hasta que de repente, vieron una luz a lo lejos…
Lentamente se acercaron… muy despacio, con sus armas a punto para disparar a lo que sea, y allí la vieron… una mansión… la misma mansión de donde habían salido…
Sentían la necesidad de entrar, no sabían por que, pero algo dentro los llamaba…
Cuando entraron al recibidor nuevamente, volvieron a escuchar la caja de música… la caja de música y sonidos que provenían de la habitación donde los niños colgaban del techo.
No esperaron un minuto más y subieron las escaleras hasta llegar allí nuevamente…
La sangre goteaba del techo, por lo que todos miraron hacia arriba para ver la terrible escena…
Todos vieron como sus cuerpos colgaban del techo, con maderas que pasaban por sus espaldas, con los brazos atados a ellas y colgando cabeza abajo, con cortes en el cuello. La sangre continuaba cayendo al suelo, mientras todos miraban estupefactos la escena…
Una dama de oscuros ropajes entra por la puerta, y os mira con una sonrisa…
Bienvenidos. Bienvenidos a todos. Dice la mujer mientras sonrie.
Pasaremos un largo tiempo juntos.
Ya he vuelto de mi ausencia. Quien sigue en la sala en la que estoy? :S
La Ambientación ya ha finalizado, Octavius. Pásate por la Partida General del Torneo, y léete también el epílogo en esta escena, por favor.