Partida Rol por web

Allende alcance vuestro dominio, que una carta os acabó entre manos... Pobres diablos, nobles o burgueses, éste, en tiempos terribles de Inquisición y osccuridad arrojada sobre el mundo de los vampiros, es el mensaje sellado de un grande germano que se le dice poseedor de tierras... Un caballero de buen vestir para una noche ante vos, y os tiende al bajar de su funesto carruaje, dicha carta...

A mi muy estimado lector:

Se le ha hecho llegar ésta carta con objeto de que sepa que, contrariamente a lo que pueda pensar, algunos de nosotros quedamos resguardados en la noche de los tiempos, algunos no hemos sido captados...
Es para mí un bien mayor que mis posesiones el ponerlas todas a la disposición de nuestra supervivencia como raza... Por ello le invito a que se reúna conmigo el día 21 de Marzo en mi palacio de Baviera, bien podreis llegar tan sólo aceptando ser llevado por el cochero que os entregará ésta carta...
Poseo buenas reservas alimenticias (el lector sabrá de lo que hablo) y grande alcoba para vos. Sois amigo mío uno de los que, como tuve oportunidad de comprobar, está señalado por el Santo Oficio como próximo objetivo. Permítanme éste osado y de difícil confiar ofrecimiento, pero piense amigo lector: Son tiempos desesperados, y mi invitación a la par que mi preocupación, no puede ser de mayor magnitud. Venga o no, que aquello en lo que crea le guarde y proteja.

Firmado, Herr Ludwig Von Stauten.

Al terminar de leer, si es que sabeis, y de otro modo la carta os sería leída por el cochero, éste queda mirando vuestros rostros, como espectante de una respuesta.

Que coño...!?

Al cochero

Tu te quedas aqui.

Al terminar de leer la carta, enarco una ceja, curioso más que sorprendido. Después, moviendo los ojos únicamente, observo al cochero y la carroza que conduce de arriba abajo, sin perder detalle, mientras sonrío con cortesía.
Un noblote de Baviera, ¿eh? Sí, por mis pelotas... Seguro que éste gaje conductor es un ghoul Tremere, y su Señor es algún tío gordo, sentado sobre un trono, y corriéndose sobre una copa para hacer ésa condenada Magia de Sangre. Pero, mierda, ya casi me he gastado todo lo que saqué vendiendo aquellas mariconadillas... Bueno, si es una trampa, podré sacar más cositas para vender, y si no lo es, podremos aprovecharnos de la hospitalidad de algún mamoncete...
-Le agradezco su labor, cochero... Acepto la invitación de su Señor, y partiré con vos ya mismo. No necesitaré de ningún tipo de equipaje. Sonrío mientras empiezo a subir a la carroza.

El cochero permanece tranquilamente esperando.

El cochero da la vuelta y se dirige a la parte trasera del carruaje, donde en un buen arcón, parte del equipaje, guarda una botella de cristal, aparentemente de vino, te la tiende, hace una reverencia y dice:

- Que paseis un buen viaje - tras lo cual cierra la puerta, toma su puesto y arrea a los caballos.

Ohhhh... entiendo, ya recuerdo a ese tipo raro... tenia buenos soles y no de esos que queman sino esos que consiguen niñas y buenas noches... Podria ser algo interesante, esta ciudad ya me tiene hasta las bolas... Ademas, ya conocé donde paro... ya... ya... ¿Dogo que dicen tus cojones?...

Entra en la casa y toma su espada, su daga y las ropas que tenga mas a mano envolviendolas en una de las sabanas mugrosas de la cama.

¿Y si los jodidos Cazadores andan detras mio?... Dijo algo del Santo Oficio... ya.. pero no me harian eso despues de... naa... que si lo haria!... O bueno, podria conocer a quien si estuviera perseguido, eso podria ser un buen negocio... Vamos Dogo animate que esto es facil, que en peores te has visto y salido. Cuando dudas fallas Dogo, decidete ya y no seas niñato, una vuelta por el mundo no te haria mal

Sale y busca su caballo (¿tiene?) y lo ata al carruaje.

Baviera

- Ire junto a usted, en mi caballo - palmeo el lomo de Schwarzestern y lo monto, siguiendo al cochero.

Asegurándome de que no me ve el cochero, descorcho la botella y comienzo a beber a morro, relamiéndome los colmillos.
Je, je, je... Esto va a gustarme si sigue así la cosa... Uhm... La sangre podía estar envenenada... Bueh, es igual, más emoción al asunto.
Una vez terminada la botella, me acomodo y simplemente me relajo durante todo lo que dure el viaje.

Nicholas se queda petrificado. Según esta misiva la cruz proyecta su sombra sobre su sigilosa presencia una vez más. No parece haber error, nadie aquí sabe de su condición. El es un fantasma de mil caras que obtiene lo necesario del populacho que le cree un mito, del populacho que tantas veces se ha codeado con él, oculto bajo sus docenas de caras.

Sin embargo, nada menos que un carruaje le encuentra y le expone una misiva que intuye cambiará su vida para siempre, para mal o para bien.

No es sabio subirse al carruaje de un desconocido, ya ha visto suficiente como para confiar en alguien por las buenas. Pero si le ha encontrado y es capaz de disponer un coche ante él pordía haberle matardo con la misma facilidad.

Nicholas retrocede dos pasos, fundiéndose con las sombras y revelando su verdadero y repugnante aspecto al conductor.

- Tu amo debe ser poderoso, cochero... ¿ Que me dices de ti? ¿Estás lo bastante loco como para meter a un montruo en tu coche?

Lo que parece un siseo brota de su boca y provoca un inmediato ruido en el callejó. Una estilizada figura dotada de ojos esmeralda se acerca pausadamente, con movimientos gráciles, sensuales, hipnóticos. De un salto aparece otro, proveniente de la nada, paseando con aire chulesco por el lomo de un muro. Un tercero se asoma detrás del carruaje y así hasta una docena de gatos que rodean la ya de por si tétrica escena.

- ¿Por que deberia obedecer a tu amo, cochero? ¿Qué me ocurrira si me niego?

Tragando saliva acepto la misiva y mi terror interno va creciendo conforme leo la carta. Se que soy, mas llevo tiempo intentando negarme a admitirlo. Dias, semanas. Quizas meses? Lo dudo, mas todo en la carta confirma que no soy el unico; para nada. Es mas, me confirma que son plaga. Que somos plaga. Me he alimentado. He buscado sangre en los peores lugares y cuando he necesitado... No se que me he vuelto y tan solo trato de subsistir lejos de mis viejas tierras, de mi anterior amor, de mis conocidos.
Entonces, quien ha dado conmigo y por que me ha buscado hasta hacer parar aqui este carro, ofreciendome esta misiva, esta carta llena de terror, del gran vacio que esconde la realidad?

Pasan minutos desde que leo la carta. En ningun momento paro de temblar levemente, mientras miro cada una de las inscripciones, memorizando la tinta, memorizando la letra y lo que en ella pone.
Alzo la vista y veo al cochero espectante, mas no distingo su cara en la oscuridad. Eres... trago saliva; se me hace dificil hablar desde aquella emboscada Eres uno de ellos... Eres uno de nosotros? Sin esperar respuesta siquiera vuelvo a mirar la carta, vuelvo a leerla deprisa, por encima. La arrugo. Mi sucio, puerco refugio ha demostrado ser inseguro en varias ocasiones y mis tierras, ya lejos de mi, son algo que deseo olvidar. Solo tengo mi vieja armadura y un pequeño baul con ropas que parcamente escondi en los bosques cercanos a esta aldea, junto con unas pocas monedas que llevo encima mientras paseo de noche de taebrna en Taberna... antes de alejarme rendido y consumido por el miedo de la ignorancia a hacerme un bola, una masa apretada, en mi asqueroso cubil.

Asiento a la par que termino de estrujar el papel y me acerco al carrero para notificarle la situacon de mis objetos. Se que no lo necesitan. Mi sello lo perdi con mis pertenencias.Mi armadura no es de valor alguno para alguien que porta tal distincion, tal carro, tales.. promesas... Asi que no es eso lo que buscan. Espero que me lleve donde me llee, el terror que vean mis ojos no sea mayor que el que vislumbra ahora mismo mi mente.
Me subo al carro en cuanto el carrero, el conductor me lo permita, dispuesto a guiarle hacia donde me quedan mis pocos vestigios del pasado....

- Si os negais, señor, os dejaré marchar y nunca me volvereis a ver, así lo ha dispuesto mi señor - niega con la cabeza - . No le considero un monstruo. Estoy familiarizado con los suyos. Lo estábamos todos en los dominios de mi señor hasta que la Inquisición decidión finiquitar la raza de los hijos de Caín... Mi amo quiere otorgar a un número específico de cainitas un refugio, a salvo de las garras del Santo Oficio, es por eso que según mi parecer, debería aceptar... No obstante, usted y sólo usted es el que decide. Yo no soy más que el cochero.

Así que la Inquisición está sobre cada uno de nosotros…. Y que propone vuestro amo... ¿Que nos escondamos todos como corderos? – Nicholas finaliza su frase en un siseo al tiempo que coloca lo brazos para que uno de los felino se acomode entre las garras del monstruo y su pecho.

Acaricia lentamente su cabeza….Solo el ronroneo del felino es audible en la oscura y fría noche. Los demás animales ceden sus estratégicas posiciones y se acercan pausadamente a su amo.

No amigo cochero… nosotros no somos corderos. Somos lobos en la noche para esa insignificante raza de la que antaño formé parte. Esconderse en un sótano fingiendo que nada puede matarte mientras dedicas tus últimos días a celebrar una orgía de sangre es inaceptable para nuestra raza. Si la inquisición quiere nuestra cabeza presentémosle batalla.

Yo no soy nadie fuera de esta ciudad, todo mi poder reside en los callejones de esta urbe. Aquí soy temido por unos, amado por otros, me deben favores, mis informadores…

Subiré a ese coche amigo cochero…Solo para decirle a tu amo lo que debemos hacer si nos unimos, atacar a esa organización que dice servir a nuestro Señor y lo único que hace es aumentar las arcas a costa de aquellos que dice salvar.

Amigos – dice ahora dirigiéndose a los animales que le rodean -. Seis de vosotros me acompañareis allá donde el cochero tenga la intención de llevarnos, los demás velad por esta ciudad, sed mis oídos hasta que yo regrese….

Con un gesto despide a los animales que parten desperdigándose en las cuatro direcciones. Uno permanece en sus brazos, un gato azabache de verdes ojos. Rodeándole otros cinco, de igual pelaje pero menor tamaño, posiblemente parientes del que reposa en los brazos del Nosferatu.

Nicholas se coloca la capucha una vez más y misteriosamente su cara se torna como la de un ser humano normal. Delgado, de rasgos afilados y salientes pómulos. Una triste mirada y una morena barba completan su rostro

¿Y donde dices que vamos…Amigo cochero?

- Nos dirigimos a Baviera, a un lugar recóndito entre la espesura de la Selva Negra, señor - contesta el cochero, cordial, a quien no parece haberle importado que subieras a los gatos.

Los felinos, serviles, esperan a que parta el carruaje y después se ponen manos a la obra, según les has ordenado.

Tus preguntas, algunas, no han quedado satisfechas... El cochero ha preferido no ejercer más de "diplomático".

Ante la pregunta formulada, el cochero tan sólo niega con la cabeza, y se deja guiar hasta donde sea que guardes tus posesiones, que ayuda a cargar estoicamente.

Tras los golpes en el portón de madera salgo de mi biblioteca donde estaba buscando un par de libros de consulta. Dejo los libros en una mesilla decorada con un par de candelabros bañados en plata.

Ya vá, ya vá.

¿Quien vendrá a estas horas? Y con este tiempo... claro que es el usual en esta parte del mundo.

Abro la puerta encontrándome al cochero abrigado y sacudiendose un poco para evitar empaparse más por la lluvia.

¿Desea algo el caballero? Alzo una ceja al no conocerlo y no notar ningún aire vampírico en él. Por lo que sin ver más signos debe de ser un mortal.

Sin hacerlo pasar, recojo la carta rompiendo el sello para abrirla y leer su contenido. Tras unos segundos para tomar una decisión lo miro y uso el poder toque del espíritu en la carta.