Partida Rol por web

     Dorothea abrió los ojos en forma importante y se quitó las gafas. -Espera... ¿él... él es?? 

     La chica no podía creer que el muchacho que amaba con toda su alma era este ser horrible lleno de cicatrices. -¿Bruce?... - preguntó más a sí misma que a él. Aunque el monstruo de pronto cambió su semblante.

    -No...- dijo ella de nuevo. -No puede ser... él no puede. Pero si eres tú entonces sé que me amas. No hay hechizo que rompa eso.

    -¿De qué hablas?- preguntó el Señor Oscuro mientras el aro de fuego comenzaba a acercarse tanto a Daraen como a la chica.

    -De que debes recordar... debes recordar quién eres.

    Dorothea comenzó a avanzar hacia las llamas, llevando entre sus manos al corazón que seguía latiendo, ahora en forma más continua. Daraen entendió que ella no iba a detenerse debido al fuego, su corazón le pedía ir hacia el hombre del trono y hacerle recordar quién era. Nada más era importante para ella.

- Si, claro que es el, su cuerpo esta tan distorsionado como su mente y mas ahora, pero no hay duda alguna de que es el - 

Dorothea estaba extrañada y no era nada raro pero tenia que mostrar firmeza y sobre todo mostrarle sus corazón enseñarle que el amor que ella guardaba era tan puro y sincero que romperia cualquier barrera que se pusiera frente a ellos solo asñi lograria que el recordase.

     Dorotea escucha a Daraen y asiente. Sigue avanzando hacia el círculo de llamas. El Señor Oscuro no deja de proyectar esa energía horrible de fuego alrededor de ella y del guerrero. Su tez sigue impávida, no parece reconocer a la que es en verdad el amor de su vida. Entonces, cuando la chica siente el calor de las llamas, grita. Sin embargo sigue avanzando.

    Los ojos del Señor Oscuro se abren grandes, no comprende por qué esa mujer se está arriesgando o por qué no ataca. En vez de eso la ve caminar ahora casi tocando el fuego. 

    -¿Tanto deseas morir? ¿Así sin pelea?? -pregunta con un tono de voz diferente. Daraen comprende que aunque están en Oniria si Dorothea simplemente sigue metiéndose dentro del fuego así como así, no sólo podría salir herida, sino que pondría su vida en peligro. -Y tú... el de la Profecía... ¿eres un cobarde que tampoco haces nada??! Esta victoria es tan fácil que me aburre.

- Claro que hago algo, observo como la mujer que te ama es capaz de dar su vida por recuperar, observo como la persona que tiene tu corazón y que te entrego el suyo esta ahora mismo haciendote ver las cosas, ella es el amor de tu vida y tu el suyo y puedes verlo por que se sacrificaria sin dudarlo con tal de hacerte recordar quien eres y salvarte a ti -

Asi es el amor, das todo tu ser sin dudarlo ni un segundo por el ser al que amas, el podia no recordar nada pero en su esencia seguia siendo humano y tenia que saber que eso era asi.

     El Señor Oscuro escuchó las palabras de Shiert primero con desdén, pero entonces Dorothea dio un paso directamente hacia las flamas. Usando sus manos generó un poco de protección con algo de esa magia que sólo en este mundo podía ser usada.

     -Bruce… él dice la verdad… -dijo la chica mientras el fuego la bordeaba.

    -¿De qué estás hablando, qué Bruce? –sin embargo, aunque la mirada del Ser parecía ser la misma, su tono de voz había cambiado levemente. Además de que su boca se curvaba apareciendo por primera vez un dejo de preocupación.

     -Eres Bruce, no estás más vivo en el mundo de los humanos. Pero sigues aquí… tú sabes como yo que vivimos muchos mundos. Aquí nos encontramos por primera vez. En el Valle… allí fue donde…

    La magia de Dorothea comenzaba a fallar, una llama traspasó el escudo y comenzó a encender su falda. Sin embargo no dejó de avanzar.

    -¿Qué traes?? –preguntó el hombre viendo que algo ella escondía entre sus manos.

   -Tu corazón… -dijo ella, pausando sus palabras por un grito de dolor. –Es tu corazón, el que te quitó la mujer serpiente, ella no quiere amor en Oniria porque nunca ha sido amada… pero yo, yo no… no voy a rendirme.

     -¿¿Cómo…??

     Daraen vio que el rostro del Señor Oscuro comenzaba a hacerse distinto, como su fuese de plastilina y comenzase a remodelarse. Su piel se alisaba, su nariz se empequeñecía y sus ojos comenzaban a cambiar. Pese a todo aún no estaba convencido totalmente y la maestra se hallaba al límite de sus fuerzas.

No pensaba intervenir directamente por que si lo hacia solo conseguiria que Bruce se negara aceptar la verdad y jamas recuperase su corazon y su vida, pero no podia dejar tampoco de ninguna forma que las llamas consumiesen el cuerpo de Dorothea asi que solo me quedaba una forma de ayudarla, darle mi energia para reforzar su escudo así seria ella quien lo haria todo y yo nada mas que una ayuda para ella.

Y en eso me concentre dibujando en mi cabeza una escena identica con un halo de energia que viajaba de mi hacia ella dandole fuerzas para seguir.

- Bruce, recuerdalo ella te ama -

                Shiert usó su energía para fortalecer el escudo que Dorothea estaba haciendo. La chica entonces dejó de sentir el dolor lacerante ocasionado por el fuego. Avanzó más hasta salir del círculo de llamas. Éste dejó de avanzar hacia ellos, como hacía antes (cerrándose) sino que se detuvo. El Señor Oscuro miró sus manos. Estaban cambiadas, las verrugas y callosidades comenzaban a desaparecer…

                -¿Qué me está pasando? –preguntó.  Levantó sus manos y las colocó en frente de sus ojos. De pronto una mata de cabello negro comenzó a salir de su cuero cabelludo, allí donde antes había escamas y otras protuberancias.

                -Bruce… -Dorothea siguió avanzando y pudo acercarse al trono. Las llamas se extinguieron.

                Ellos se miraron un momento y en ese punto fue cuando la chica empujó el corazón que llevaba dentro del pecho de él. Una luz resplandeciente iluminó el trono y a todos a su alrededor, incluso Daraen fue cegado por esa fuerte iluminación. Cuando volvió a ver pudo notar a Dorothea abrazar a un muchacho. Era como el hijo del carnicero pero sin esos ojos fríos y locos, sino con una mirada tierna.

                -¿Cómo pude haberme olvidado de ti? –preguntó, con sus ojos lacrimosos.

                -Ella hizo esto, la mujer serpiente. No comprende el amor entonces destruye lo que puede, pero Daraen… Shiert… ha acabado con ella.

                -Pero he muerto, en en tu mundo.

                -Donde quiera que tú estés es mi mundo –contestó la joven y selló su cariño con un beso.

El habia vuelto, la luz me habia cegado y despues habia logrado regresar, estaba a su lado abrazando a Dorothea tal y como tenia que ser, el amor siempre gana y eso es algo que la bruja jamas comprenderia, pero el estaba muerto en la tierra y eso era algo terrible.

Pero todo se puede cambiar y arreglar o al menos eso esperaba, el habia muerto si, pero aun asi tenia que existir alguna forma de dar marcha atras a esto para lograr que los 2 pudieran reinirse en todos los mundos.

- Puede que exista alguna forma de cambiar las cosas este mundo influye de alguna manera en el otro y creo que tal vez si unimos nuestros poderes y nos centramos pudieramos lograr arreglar eso, no es seguro pero podemos intentarlo, ambos mereceis tene un final feliz en todos los mundos posibles -

     -Es verdad lo que dices, mi Príncipe. –Fue una voz familiar la que sorprendió a Daraen. La vio entonces, más hermosa que nunca. Su vestido blanco ahora era prístimo como el cristal más puro. Sus ojos estaban llenos de vida y su cabello dorado caía en ondas interminables sobre sus hombros y hasta la cintura. Tenía un báculo y ella sabía mucho de amor, pues era su Princesa.

     -El amor todo lo vence, todo lo puede, todo lo transforma. Usad tu poder con el mío y el de Daraen, Bruce. Ahora que me has liberado, entre los tres, los que más poseemos la fuerza de Oniria, haremos que la Energía traspase cualquier límite… cualquier mundo. –La Princesa se acercó a Daraen y le tendió su báculo, de manera que ambos lo sostuvieran. Bruce se paró, acarició la mejilla de Dorothea y dijo: -Cuenten comingo.

     Entonces él tomó también parte de ese báculo de forma que los tres lo sujetaran.

     -Ahora mi amor… -dijo la Princesa –Piensa en algo tan bello y puro que pueda romper cualquier barrera. Tú eres el elegido, tú nos guiarás en esta magia final que no sólo sanará corazones, sino cuerpos…que no será detenida por nada… porque así está escrito.

     Así que Shiert debía comenzar el encantamiento y Bruce, junto con la Princesa, lo potenciarían.

No necesite mas que escuchar la primera palabra para saber quien era quien habia aparecido, su voz era para mi la mas dulce de las melodias y hacia que la pudiera diferencinciar en cualquier lugar, nada mas girarme fije mis ojos en ella con la mirada mas dulce de la que disponia, era mi princesa como ya sabia y tan hermosa y brillante que no podia mas que sentir deseos de estrecharla entre mis brazos.

- Mi princesa si tu y yo estamos juntos cualquier cosa es posible pues nuestro amor es tan puro que nada hay que pueda detenerlo - camine hacia ella para abrazarla y darle un beso aun a sabiendas de que Bruce y Dorothea estaban detras, pero realmente no podia contenerme era algo que necesitaba hacer.

- Bruce solo hay una cosa que pueda ser tan pura como para romper todas las barreras y es el amor verdadero, me centrare en el amor que siento por mi princesa y dare todo lo que tengo por que llegue al otro mundo y a tu cuerpo, se que si ella une el amor que siente por mi y tu y dorothea unis el que sentis el uno por el otro podremos lograr cualquier cosa -

Y eso fue todo lo que necesite decir antes de empezar y es que no necesitaba cerrar los ojos para aquello solo mirar a mi princesa y dejar libre lo que sentia por ella, la amaba pero no solo por su belleza fisica, la amaba de tal forma que transcenderia cualquier cosa, ella era parte de mi y yo parte de ella nada nos separaria nunca ni podria romper ese sentimiento y eso es lo que envie al otro mundo un sentimiento tan puro y simple que nada debería poder pararlo.

            Daraen besó a su Princesa y la energía se intensificó tanto que parecía que los ángeles comenzaban a entonar sus místicas melodías por todo alrededor. Luces de intensa claridad se despedían del báculo y comenzaban a cubrir todo el salón redefiniendo las cosas. Los rincones oscuros se vuelven luminosos, los lugares sin vida se llenan de flores y belleza, las paredes oscuras se llenan de color. Es como si un pintor celestial empezara a hacer su obra de arte.

            Entonces todo es cubierto por esa luz. Sentís una vorágine de emociones y de pronto, todos se ven desplazados de allí.

            Shiert se encuentra corriendo hacia la casa de Alba. Es esa mañana, la misma del fatídico día en el que se enteró de su muerte. Pero esta vez no es el hermanito el que sale a la puerta sino la propia chica. Abraza a Shiert y le planta un suave beso en los labios que sabe a rosas.

            -Estamos bien… -confiesa. Shiert ve venir por la calle a Dorothea de la mano de Bruce, de ese chico guapo del mundo de sueños. No aquél Señor Oscuro ni el joven de ojos enrojecidos de la furia. Pero no tiene ojos para nadie excepto para su Princesa.

            -Lo has conseguido… era verdad. Tú eras el Elegido… mi liberador. Y ahora nada nos separará. Tenemos el resto de nuestras vidas para estar juntos e incluso más que eso…- el beso de Dorothea se hace intenso, acaparándo la boca del muchacho, haciéndolo suyo. Sus manos recorren la espalda y él siente la potencia de su amor, de su deseo, de su unión completa.

            -Tenemos también a Oniria, a nuestros verdaderos yo. Podremos vivir de noche las más auténticas aventuras. Te quiero… te amo. Mi héroe…

            Alba se funde en un abrazo junto a Shiert y él sabe que realmente hoy….

            Es un día Perfecto.

Habia funcionado, todo habia dado marcha atras y era como tenia que haber sido siempre, perfecto mi princesa estaba frente a mi tan perfecta como siempre, abrazandome y cumpliendo asi todos los sueños y deseos que pudiera tener, era mi angel de la guardia y desde ahora estariamos siempre juntos en este mundo y en el otro.

Pero no solo nosotros seriamos felices, Dorothea y Bruce ahora estaban juntos, volverian a vivir sus vidas felices y estaba mas que seguro de que esta vez ni la bruja mas poderosa del universo podria hacer que alguno de ellos olvidara el amor que siente por el otro.

- No mi princesa, yo no soy un heroe ni un elegido solo alguien que te ama tanto que abria cambiado el mismo universo para estar a tu lado -

Con un beso nos fundimos una vez mas el uno al otro, siempre estariamos asi ahora unidos para la eternidad y cuando nos separamos solo habia una cosa mas que decirle a mi amor verdadero.

- Te Amo Alba -