—Kintsu —murmuro, entre dientes—. Un brillo en los ojos, rosado... ¿Te dice algo? ¿Es normal entre gente que pueda hacer magia?
Sé que lleva su velo, pero es posible que haya escuchado sobre ello, aunque sea desde un marco teórico.
Me quedo bastante extrañada ante la respuesta tan evasiva por parte de la joven y no puedo evitar plantearme si con "ella" se estaba refiriendo a la misma Zulira. Parece que no soy la única que piensa así porque en apenas unos segundos todos estamos sospechando de ella. Pero son las palabras que Desmond me susurra lo que hace que decida utilizar una de mis habilidades.
Me quedo quieta en el sitio y cierro los ojos para quedarme sola en mi querida oscuridad desconectando de todo lo demás. Intento centrarme en las energías que siento a mi alrededor y las veo aparecer como llamas de fuego de color cían, tras identificarlas me centro en la de la joven. Le digo que no tenga miedo, que no quiero hacerle daño, que necesito su ayuda, como tantas veces se lo he pedido a los animales para que me prestaran sus sentidos. Se que esto va a ser más complicado pues la voluntad de los animales solía ser más débil que la de las personas pero tengo que intentarlo.
Motivo: Empatía Sensorial
Tirada: 2d6
Resultado: 5(+4)=9 [1, 4]
Llamas
que se mecen suavemente
al unísono.
Llamas
que resplandecen
rodeadas de oscuridad.
Llamas
cianes y celestes
luminosas.
Una llama
es rosa
es magenta
es violeta
es distinta
es poderosa.
Una luz
es diferente.
Le pides
le dices
le ruegas
le adviertes.
No responde
no te escucha
no te mira.
No tiene paz
no está serena
algo oculta
algo trama.
Se esconde
te esquiva
te rehuye.
TE EXPULSA.
Motivo: Fatiga
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Adquieres 2 de Fatiga:
Kintsu da un traspié. Ha cerrado brevemente los ojos tras el velo, y es como si se hubiese mareado. Recupera rápidamente el equilibrio y la compostura, cogiendo una gran bocanada de aire.
La joven se ve acorralada, está asustada, nerviosa. Lomo Plateado no deja de ladrar y de mostrarle los dientes. Vosotros tres no dejáis de atosigarla, de asaltarla con preguntas... Su respiración se acelera. Zulira grita, llevándose las manos a los oídos y cerrando los ojos. Grita con fuerza, y su grito se vuelve insoportable, extremadamente agudo. Lomo Plateado deja de ladrar, y sale corriendo hacia la calle, hacia el bosque, se aleja, huye. El grito no se interrumpe, ya es un pitido en vuestros oídos, no podéis oír nada más. Vuestra vista se os nubla, vuestro equilibrio se desvanece...
Acompañando vuestro post haced una tirada de Resistencia a dificultad 12. Podéis usar Fatiga para superarla.
Tras volver a abrir los ojos y retomar un poco la compostura, niego con la cabeza contestando a la última pregunta de Desmond y después miro a la chica un tanto extrañada, era la primera vez que veía algo así al intentar conectar con alguien y no sabía a que podía deberse pero, una cosa estaba clara, era algo poderoso.
-Zulira por favor, si tienes algo más de información la necesitamos, solo queremos ayudar- le ruego a la joven -podemos ver que nos estas ocultando algo, ¿porque?-
Pero no puedo decir nada más pues Zulira, asustada, se cubre los oídos mientras empieza a gritar desesperada. Yo copio el gesto de la joven pero el grito se vuelve más agudo hasta llegar a ser insoportable. Doy unos pequeños pasos hacía atrás para después caer de rodillas al suelo al no poder aguantarme en pie, estoy demasiado aturdida para ello.
Motivo: Resistencia
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+3)=10 [4, 3]
Se me ha olvidado poner la dificultad, pero era un fracaso.
Utilizo dos de fatiga para superarla.
Zulira se pone cada vez más nerviosa y al verse acorralada, se lleva las manos a los oídos y comienza a gritar, pero muy pronto queda claro, que no se trata de un grito normal, Lomo Plateado sale corriendo de allí, yo me llevo las manos a los oídos, para tratar de atenuar el terrible sonido. Lo que me ayuda a resistir el altísimo sonido, pero apenas puedo hacer nada más. Le grito:-¡Zulira detente! No queremos hacerte ningún mal. Tan solo queremos saber quien eres.-Y me preparo por si fuese necesario que le diese un golpe, para intentar parar aquel terrible sonido.
Motivo: Resistencia
Tirada: 2d6
Dificultad: 12+
Resultado: 10(+4)=14 (Exito) [4, 6]
Como suele ocurrir, las cosas se van al traste en cuestión de un momento. ¿Está mostrando sus verdaderos colores, o es solo una chica asustada usando su poder a la desesperada al sentirse acorralada?
Quién sabe. Responderé a esa pregunta cuando no sienta que me van a estallar los tímpanos. Por lo pronto, aprieto la mandíbula y agacho la cabeza hasta que pego la barbilla al pecho, sintiendo algo de saliva escurrirse por mis comisuras. Lentamente, como si estuviera luchando contra una terrible racha de viento, empiezo a caminar hacia ella. Si no queda otra, me uniré a Eranor para derribarla.
—¡No lo hagas más difícil!
Motivo: Resistencia
Tirada: 2d6
Dificultad: 12+
Resultado: 7(+5)=12 (Exito) [1, 6]
La joven aprendiz parece estar fuera de sí, sin reaccionar a vuestros ruegos, y es que su propio chillido ensordece vuestras palabras. Kintsu resistes el ruido con dificultad, cayendo de rodillas al suelo por un momento. Desmond y Eranor os preparáis, os acercáis a ella, tomando actitudes agresivas. Zulira se percata de ello, y asustada, echa a correr por la puerta de la torre, hacia las afueras de Esiracas.
Ya no grita, de nuevo silencio. Goldrin aparece por la otra puerta. Algunos aldeanos se asoman por las ventanas.
Para salir tras ella (quien quiera): tirada de Agilidad a dificultad 12.
Kintsu adquieres:
- ¡No! ¡No le hagáis daño! ¡Zulira es muy especial! ¿Sí? -os ruega el mago, mientras se acerca a Kintsu para ayudarla a incorporarse.
Tras un mal comienzo con el mago, Eranor no quiere volver a contrariarle, y no sigue a Zulira cuando esta se aleja, la permite escapar sin ninguna oposición. Luego con un silbido llama a Lomo Plateado, el lobo, con su sensible oído lo habría pasado muy mal con un grito tan enorme, estaría asustado y desorientado, tal vez escuchar la llamada lo tranquilizaría antes de que se alejase demasiado. Se gira hacía el mago y le dice:-Tranquilo señor Goldrin, nunca ha sido mi intención hacer ningún daño a Zulira, tan solo trataba de impedir que continuase con ese terrible grito. Ella es su aprendiz, y es usted quien la conoce mejor que nosotros, a mi esta reacción me ha sorprendido mucho.-Pero no era momento de hablar, Kintsu había caído de rodillas al suelo, así que se acerca rápido para ofrecerle su ayuda.-¿Kintsu estas bien? Permite que te ayude a levantarte, y creo que lo mejor sería que te sientes un rato en una de las sillas, mientras te recuperas.-A pesar de las prisas por salir de allí de su compañera, mejor que se recuperase un poco del terrible alarido que claramente la había afectado. De paso, tal vez Goldrin pudiese aclarar algo la situación, ya que Zulira no parecía una simple aprendiz. Tal vez un rato más en la torre, sirviese para que el mago les contase algo más de la situación, y donde podrían comenzar a ayudar. Aunque tampoco tenía mucha confianza en ello, de todas formas sería muy grosero, que no dejase recuperarse a Kintsu del ataque que habíamos sufrido de su peculiar aprendiz.
Acepto agradecida la ayuda de Goldrin y Eranor para ponerme de pie, no me esperaba esa reacción de Zulira y lamento haberla agobiado tanto.
-Estoy bien, solo algo aturdida- contesto con una leve sonrisa para no preocuparles más -pero si que me vendría bien sentarme un poco- concuerdo con Eranor y espero a ver si al mago le parece bien que pase dentro a sentarme.
-Goldrin, Zulira es especial por su color, ¿verdad?- le pregunto directamente -antes dijiste que las energías más comunes eran la Roja, la Verde y la Azul ¿no?- cierro los ojos un segundo para calmarme y intentar buscar algún motivo por el que querrían ocultarnos las habilidades de la joven.
-¿Por qué no intentamos hablar de esto más tranquilamente? No quiero preocupar al resto de aldeanos- susurro para intentar relajar un poco la situación y evitar volvernos el centro de atención.
Cada paso en dirección a Zulira es una pequeña agonía, y cuando el grito por fin se extingue un pitido desagradable todavía perdura en mis oídos, tan desorientante que ni me planteo seguirla. Busco un punto donde apoyarme, mareado, y me lleno los pulmones. Por alguna razón, me siento como si hubiera estado aguantando la respiración durante un buen rato.
Zarandeo un poco la cabeza y miro en dirección al mago. Aprieto un poco los labios, esperando en cualquier caso que la aprendiza no se haya ido demasiado lejos. Tanto por nosotros como por ella. Mis compañeros se encargan de lanzar las primeras preguntas, pero es Kintsu quien comenta algo que llama mi atención.
—¿Energías y colores? ¿Tiene que ver con el morado que he visto en sus ojos? —pregunto, confundido, mirando tanto a Kintsu como al propio Goldrin—. Vamos desde el principio. ¿Puedes explicarnos que está pasando de verdad aquí?
Me llevo una mano a la nuca y froto un poco.
—Cuando entendamos las cosas... podremos buscarla para que vuelva. Sana y salva.
Goldrin os deja pasar, a los cuatro, ya que Lomo Plateado ha acudido a la llamada de Eranor. Deja a Kintsu sentarse en una de las sillas, y espera a que la felínida recupere un poco el aliento. Se le ve cansado, y algo triste. Y toma unos segundos para relajarse, y también para dejaros recuperar un poco el sentido tras el grito. Entonces os cuenta algo más sobre Zulira.
- No, no os preocupéis, volverá. Sí. Esa ha sido una de sus reacciones, ¿sí? Zulira es especial, sí. La acogí en mi casa hace casi dos años. La encontré, sí, en otro orbis no muy lejos de aquí. Al instante noté su poder. Sí. Y su peligrosidad. También sí...
El mago os cuenta cómo encontró a Zulira, cuando todos en su orbis la temían, incluso sus padres. La acogió y se comprometió a ayudarla a controlar su innato poder. Os cuenta cómo a veces, algunas personas nacen con un don, un don para manipular la magia a su antojo, un don muy peligroso si no se consigue controlar. Durante estos años Goldrin ha hecho mucho trabajo con Zulira, la joven ha avanzado mucho, pero no lo suficiente, y aún no es capaz de controlar su poder. Es ambiciosa, pues nota el poder que corre por sus venas. Pero el mago no puede dejarla avanza, no sin antes asegurarse del autocontrol de la joven hechicera.
Lo preocupante de todo esto es que ahora, al haber perdido su propio poder, arraigado en la magia azul, poco puede hacer frente a ella, y nota cómo le pierde el respeto poco a poco. A medida que el poder del mago se hace más débil, el de ella se hace más fuerte, pero crece de un modo descontrolado. Sobre los colores habla mucho, pero sólo Kintsu parece entenderle, deben ser cosas de magos.
- Y esa, sí, es la verdad. No os oculto nada. No. Nada. -la mirada de Goldrin es sincera, apesadumbrada.- Ahora necesito estar solo. ¿Sí? Tened cuidado y olved mañana, ¿sí?
Os dejo un post antes de cambiar de escena. Por si queréis preguntarle algo más, y para despediros de él, por hoy.
El Magenta es un color extraño, como el Cian. Pero de naturaleza muy diferente. La fuente magenta es el mismo Kaos.
Estar un rato sentados nos viene muy bien a todos para recuperarnos del extraño incidente, pero es muy necesario para Kintsu, que ha sido la más afectada por el extraño grito.-Muchas gracias por permitirnos recuperarnos de este extraño percance.-El mago habla mucho de colores, pero Eranor nada entiende de eso, si que le queda muy claro que el hace magia de un color, que se esta debilitando, mientras que Zulira posee magia de otro color y es cada vez más fuerte. Tras escuchar lasa explicaciones de Goldrin y haber descansado, llega el momento de buscar un lugar donde pasar la noche.-Gracias por el descanso y la información Goldrin. Podría decirnos donde esta la posada, así nos vamos ya y le dejamos tranquilo por hoy. Ha sido un largo día.-Y espera por si sus compañeros tienen alguna otra pregunta, antes de tratar de buscar la posada para pasar la noche. Mientras tanto, tranquiliza a Lomo Plateado, acariciando al animal.
Tras volver a pasar dentro y sentarme en una de las sillas suelto un leve suspiro aliviada. Escucho atenta la explicación del mago y empiezo a comprender la situación en la que está, de haberlo sabido antes habría actuado de una forma completamente distinta a la hora de intentar que Zulira hablara con nosotros.
-Dile a Zulira cuando vuelva que lo sentimos mucho, no era nuestra intención asustarla- añado al agradecimiento de Eranor al mago para después levantarme y agachar un poco la cabeza a modo de despedida.
Pese a que puedo ponerme en su piel, esto habría sido mucho más fácil si hubiera confiado en nosotros desde el principio. Cruzo los brazos frente al pecho y mantengo el ceño fruncido, pero escucho, que ya es bastante.
Para cuando Goldrin termina su explicación, siento que sé más y a su vez siento que no sé nada. Qué complicado es el mundo a veces, qué enrevesado. Hay cosas que no se hicieron para que un hombre como yo las entienda, eso lo tengo ya bien claro.
—Mañana hablaremos, entonces —Después de la larga explicación, el cansancio acumulado de una mala noche parecía pesar todavía más. La posada me parecía un destino apetecible como ningún otro en el mundo—. Pero, por favor, no rechacéis una vez más la mano que os tendemos.
La clave estará, parece, en conseguir que el poder del anciano regrese... a saber cómo. Ya había supuesto que la presencia de Kintsu sería una ayuda inestimable, pero desde luego no había alcanzado a imaginar hasta qué punto.
—Buena noche, Goldrin —miré a Eranor—. Hemos pasado frente a ella por el camino, aunque estuviera cerrada —Me esfuerzo por sonreir afablemente—. No creo que vayamos a perdernos, Esiracas no es tan grande.
Y con esas últimas palabras, me encamino en dirección a la posada.
Goldrin se despide de vosotros, apesadumbrado y algo ausente, pensativo. Quizás necesite algo de tiempo para asimilar todo lo sucedido: vuestra llegada, el grito y posterior huida de su aprendiz, la noticia de que la Marquesa Alura conoce de su debilidad, o la inquietante revelación de que el de Esiracas no es el único orbis debilitándose en estos momentos. Demasiada información para un anciano sumido en la tristeza y la melancolía. Os da una moneda de plata, suficiente para pagar la cena y la estancia de una noche en la posada de la aldea.
Seguimos en 02 Antorchas.