Partida Rol por web

En el refugio comunal había gente bastante madrugadora, o bien considerarse que nosotros éramos unos remolones, pero en cualquier caso eso ahora no importaba mucho. Otra historia era que alguien pudiera estar espiando, posibilidad mucho más real de lo que me gustaría reconocer, especialmente con Salem al acecho, por lo que me obligaría a tomar ciertas precauciones. Pero todo a su tiempo, porque primero sería recomendable saludar a las presentes.

- Buenas noches.

Las saludé con voz firme y una sonrisilla algo idiota en la cara, lo cual, dado mi aspecto, denotaba que anoche había sido muy entretenida y posiblemente un total descontrol. Tras ello comencé a deshacerme de mi ropa, despacio, disfrutando del olor y el sonido de la sangre reseca que ahora el vapor humedecía y estropeaba. El pantalón fue lo primero, solté el botón y comencé a quitármelo de pie, inclinándome sobre mi misma conforme mantenía las piernas rectas, y el culo lo más alto posible, para después quedarme parada en aquella indefensa posición durante unos segundos.

- No insistas, ya te dije que si.

Repliqué a la nada antes de proseguir y deshacerme por completo del pantalón, cayendo en la cuenta en ese instante que había venido descalza, dejando a la vista mis bragas, tipo tanga y blancas pero totalmente anodinas al margen de esos detalles. Inmediatamente después seguí con el top y la camiseta, ya sin tanta ceremonia, revelando un sujetador de encaje rojo que claramente no combinaba con la parte inferior. Cualquiera que se hubiera girado a observarme en aquel momento,, le habría quedado claro que la moda no era una de mis prioridades, de hecho, cuando coloqué la ropa en las perchas bien podía sumar que acostumbraba a aprovechar lo que tenía, como si rapiñara todas las prendas que usaba, lo que obviamente no se alejaba de la realidad.

Cuando acabé de tender, también me deshice del sujetador de la ropa interior, siendo el sujetador el único superviviente del banquete de sangre, dado que el tanga lucía unas manchas rojas y resecas en la parte de atrás que me hacían recordar a aquel gracioso que me había metido un riñón por el culo y de cuya boca había bebido la sangre de su dueño.

- Je, je, je...

Comencé a reír algo estúpida por ese recuerdo mientras, ya desnuda, me encaminaba a las duchas. Resultaba fácil a pesar del vapor, únicamente había que seguir el sonido de las risas, solo que antes de continuar, opté por abrazar los dones de mi sangre y desaparecer en el vapor. Si alguien iba a interesarse en mi y registrar mis cosas, lo haría en aquel momento, por lo que deshice mis pasos y controlé mis posesiones antes de tomar aquella ansiada ducha.

Observo a todos y sonrío cuando parece que todo a funcionado.

Como siempre. Humanos…

Qué atento – comento mientras dejo la maleta sobre el mostrador y me quito las gafas ligeramente–. Pues si quiere ayudarme, lo que necesito ahora es una cama y una buena ducha para quitarme el polvo del camino. Cédame una habitación, por favor. Una que esté muy arriba a ser posible.

Me lo quedo mirando, tras guiñarle un ojo.

Si claro. Nos quedan varias habitaciones disponibles. -Teclea con entusiasmo mientras mira la pantalla del ordenador que no se ve tras el mostrador.  

-Permítame su documentación por favor¿Tiene reserva? ¿Fumador o no fumador? ¿Con vistas al este o a la ciudad? ¿Habitación individual o matrimonio? Según recibía respuestas a cada pregunta iba tecleando para encontrar la mejor oferta posible.

No. No. Ciudad. Individual.

Encantar.

Deme la llave y envíe a alguien con mis cosas a la habitación. Tengo que pasar por un cajero a por algo de efectivo. No es buena idea llevar billetes en una cruiser.

De acuerdo...  ¿Cuantas noches desea estar? -Terminó de teclear con la información recibida. -Si claro, ¡Botones! - Dijo para que se acercase una mujer joven de rasgos latinos para coger tu maleta con amabilidad.

Necesito su documentación para registrar la reserva, me lo pide el programa.

Cinco. Aquí tiene. - respondo dándole un carnet de conducir.

Tras unos momentos parece que me cogen la llamada.

-Lo sé... lo sé, siento molestarte a estas horas, pero me preocupan dos de mis compañeras de manada. No han pasado el dia aquí y la kyasid de los jesuitas ha venido hace unos momentos preguntando por ellas.
Solo queria preguntarte si sabes algo, eres la única conocida que tenemos en la ciudad...

El tono ha ido virando de disculpa a preocupación ¿Sincera?

-Ya veo... Bien, me alegro que sea así, gracias por todo, si escuchas algo avísame.
Recordaré que me has ayudado con esto.

Cuelgo la llamada y os informo.

-No saben nada, pero dice que si estuviesen en problemas habrían venido Eve o Nolan, no la kyasid.
Así que al menos...

De respirar todavía habría lanzado un suspiro de alivio.

– Por lo menos es una buena noticia.

Voy hacía mi bolsa para prepararme una muda limpia ya que la que llevo puesta tiene varías manchas de sangre producto del banquete de ayer.

– Cuando vuelva Christine iré a ducharme.

Tras ver a la mujer largarse después de percartarse de mi presencia, me da algo de risa, alisto mis cosas para bañarme y aviso, ya regreso, voy a ducharme, me imagino que iremos a buscar a las chicas no?

Ambas me caian bien, mucho más que Christine al menos y era importante mantener al grupo unido dentro de todo...

Tras esto salgo.

Qué ansias por ducharse tienen todos, yo tampoco me empapé en sangre anoche, así que con cambiarme tengo más que suficiente.

-Iré a la sala común a ver qué escucho.
Os espero allí.

Me marcho hacia la sala común.

Anita decide esperar cinco minutos mas por si aparece Christine y sino lo hace ir a las duchas. Si me quedo esperando que vuelva alguno por si aparecieran Sonya o Tarja aquí seguramente me tocaría aparecer en el siguiente acto de los festejos con el pelo y la ropa con sangre reseca.

En las noches anteriores la ciudad nocturna ha sido un completo hervidero por la llegada del Festivo dello Extinto.

Por un lado las cofradías locales ponían mas o menos esfuerzo en la organización. Este año le tocaba organizarlo a la Manada de las Black Roses de la que era miembro la obispo Natasha. Los Sentinels y Tercios Españoles ayudaron en sus respectivos campos de seguridad y Los Jesuitas cumplieron su cometido dando asilo a una inmensa cantidad de cainitas que llegaban para el evento. Según los rumores llenaron el cupo que rondaba capacidad para unos setenta por lo que tenias que tener una gran influencia para conseguir alguna de las habitaciones reservadas, todo una locura.

El kremlin no se sabe si contribuyó a algo, pero cuando a ellos les corresponde organizar no recibían ningun apoyo de la cofradia rival, lo cual era comprensible.

Durante estas noches la delincuencia ha aumentado en una ciudad que es tranquila a pesar de gobernar el sabbat: La ciudad se ha llenado de monstruos.

La inauguración a la que asistió Fiorella fue la parte trasera den un instituto clausurado, con un cambio de ultima hora como medida de seguridad.

La obispo Natasha, Una tzimisce que ha mutado su cuerpo hasta el punto de convertirse en una gorgona de mas de 4 metros, no escatimó en gastos: Una grada con capacidad mas que suficiente para todos los asistentes, un gran banquete de sangre después de una danza del fuego en la que se quemó una gran torre que representaba la camarilla y el sacrificio de dos espias de la camarilla cortesía de los Tercios Españoles y por último una gran cantidad de juegos de instinto.

Durante la celebración llamaron mucho la atención algunos miembros de una manada nómada llamada los Peregrinos Sombríos. Por supuestamente quitarles los asientos reservados a los Tercios, uno de sus miembros logró mas que ningún otros acercarse y permanecer cerca de las llamas y ganar el sorteo para el sacrificio de los cautivos.

6 de Marzo, 9:30 pm

La lasombra despierta en el que está siendo su refugio actualmente. Sabe que esta noche no habrá una reunión como la de ayer, todos los cainitas no se concentrarán en un pequeño recinto, si no que toda la ciudad será la zona de diversión.

Hoy los cuerpos de seguridad no darán a basto pues se derramará mucha violencia y sangre.

Aquí estábamos de nuevo en una nueva ciudad, nuevos cainitas y el mismo cielo, la misma noche y la misma oscuridad... 

Era de buena educación presentarse ante los habitantes de la que sería mi nueva ciudad, además de conocer de primera mano los entresijos de este nuevo campo... Que mejor que estudiar bien a cada cainita presente, conocer sus costumbres, encuentros, relaciones... Los hilos invisibles que entre ellas se formaban daban pistas de lo que realmente acontecía en la ciudad... Aunque tampoco había que olvidar una de las mayores prioridades... Hacerse con un lugar de descanso y ver si podía formar parte de alguna nueva manada... Después de todo, para ello me habían enviado aquí... 

Me movía entre los presentes con movimientos elegantes y seductores, uniéndome a aquellas conversaciones en las que me invitaran. Escuchando, recopilando, estudiando... En la mejor oportunidad que encontrara me informaría de los posibles refugios con los que hacerse así como de las manadas que existían en la ciudad y si alguna buscaba nuevas incorporaciones... 

Las chicas que habian alli, si se fiaron en como se quitaba la ropa o en su el cuerpo fueron muy disimuladas por que no se les pudo pillar ni una sola mirada indiscreta.

Activa los donde de la sangre para ser invisible y las mujeres que hay en los vestuarios no parecen interesadas en la ropa que había dejado la malkavian, asi que puede irse tranquila a ducharse.

Una vez girado a mano derecha entra en las duchas, en esa zona hay cuatro mujeres, una rubia de pelo rubio corto y bastante alta, dos de pelo negro largo y una ultima que no casi no tenia pelo y su piel era grisácea con numerosas manchas de piel y pequeñas deformidades. (Una nosferatu)

Al poco de entrar, Christine se percata de que algo ha pasado con su poder que no ha salido debidamente por que una de ellas, la chica rubia, la ve, la reconoce y la saluda con efusividad con un acento que la malkavian no reconoce en un principio.

-¡Eh! ¡Tu eres Christine! Chicas mirad quien está aqui.  

Las chicas se giran con distintas expresiones pero ninguna hostil y sigue frotándose con el jabón.

-Oye, a mi manada le gustaria enfrentrarse a la tuya esta noche o la siguiente ¿Por donde os vais a mover?

El grupo se dispersa provisionalmente. Iann Marcha a la estancia comun y Fox a las duchas de hombres

Los cinco minutos pasaron e incluso siete, o algo la entretiene a Christine o en su mente fragmentada a creído que bañarse sin toalla ni ropa de recambio era un buena idea.

Las duchas para hombres estaban junto al de las mujeres, eso si lo sabia pero el diseñador y su condenada broma de hacer todas las puertas iguales sin ninguna diferenciación le hizo dudar y hasta que no salió varón vestido solo con una toalla no tuvo claro que puerta era.

En el lugar ya hay una atmósfera cálida con una nube de vapor algo densa para ser tan temprano pero en ese momento no parece haber nadie mas que el. Las paredes son de azulejos azul cielo y el suelo naranja, todo bastante sobrio. Lo primero que se encuentra es un largo banco  de madera y aluminio partiendo en dos la estancia, servia para poder cambiarse y disponia de un arco de aluminio con perchas para no tener que dejar las cosas en el suelo. 

A la izquierda lavamanos con espejos empañados y secadores eléctricos donde dos de ellos están siendo usados por dos vampiresas tapadas solo con las toallas. A la derecha curiosamente una pared azul lisa y despejada donde deberia haber cubículos con los inodoros, al no tener ciertas necesidades fisiológicas, parece que prefirieron recortar en gastos. 

Las duchas se encuentran al fondo y a la derecha 

Un único pulsador para abrir el agua por cada alcachofa de ducha, que al probarla salia templada.

De mi equipaje harta de esperar a Christine, Anita aunque vivas siglos no cambiaras, cojo una toalla de ducha, ropa para cambiarme, y por si acaso mi neceser con unos pequeños frascos de gel y productos para el pelo.

Al salir intento estar atenta por si veo algún conocido de ayer saludarlo. Nunca sabes cuando necesitaras un favor y hay gente que se ofende mucho si considera que la has ignorado.

A pesar del contratiempo, no puedo evitar sonreí ante el saludo y la oferta, solo que mi principal interés pasa por quitarme un poco tanta suciedad del cuerpo, lo cual iba a suponer un buen rato debajo del agua caliente y el gasto de una buena dosis de jabón.

- La verdad, es pronto para deciros nada - reconozco poniéndome bajo la ducha y dejando que el agua comenzara a hacer algo del trabajo - Para empezar necesitaría conseguir algo de ropa, lo único que puedo volver a ponerme de anoche es el sujetador, y luego ya veremos, es difícil precisar más con Iann.

Empiezo a hablar mientras prosigo con la ducha. No había necesidad de apresurarme, pero tampoco de esperar que el agua hiciera todo el trabajo ella sola.

- Aunque soy toda oídos. ¿A qué os gustaría jugar?

Pregunto buscando algo más de información, primero sobre los juegos, luego su manada e integrantes, y cosas por el estilo.