Mientras se escucha el gemido de algunos de los guerreros y cairas que están siendo asesinados en nombre de una guerra entre razas, una luz de color morado y brillante emerge hacia los cielos desde el valle siendo observada desde todo OSone. Barsel mira aquella luz anonadado y frustrado a sabiendas de que han perdido sea cual sea el resultado de la batalla.
Baja el arma Barsel, hemos ganado... no se tiene que derramar mas sangre, en esta guerra todos perdemos y ganamos al mismo tiempo. - Exponía Shyvan mientras salia de la cueva.
Tú... el líder caira del que todos hablaban... se equivocaban, eres una asesina, no un lider... al fin puedo ponerte rostro. Pero... ¿Cómo? Solo un betatesters puede empuñar ese arma, ademas estaba destrozada... ¿porqué? Mereces morir solo por haber asesinado a uno de mis mejores hombres... y amigos... - Enloquece Barsel mientras la observa con los ojos llorosos de la impotencia y rabia que siente.
¿Vas a asesinarme? ¿Aun cuando estoy desarmada? Si te refieres a Roin, nadie ha acabado con su vida, es él quien ha sido el elegido para empuñar el arma. Veras Barsel, cuando tú y aquel Necro del ejercito que se hacia llamar Betatesters asesinasteis a las bestias que Ilfang enloquecido controlaba como rey. Pero nuestro pueblo, no podía ser salvado ni siquiera por aquel inmortal. Fue entonces cuando un dios nos extendió su mano y nos liberó de aquellas bestias, tuvimos que decidir entre morir o vivir, como comprenderás decidimos vivir. Nuestro contrato con ese dios es claro, si no seguimos sus ordenes nuestras almas caerán condenadas y ni siquiera la muerte podrá salvarnos
Sois una anomalía igual que lo fue Ilfang, solo que él gracias al betatester pudo ser liberado... ¿Por qué no pedisteis ayuda? - Pregunta Barsel.
¿Ayuda? ¿Liberado? -Sonríe.
Jamas lo comprenderás, Ilfang nunca fue liberado, no se puede luchar contra un dios... Ilfang no lo sabe aun, pero es una pieza importante en este puzzle.
Joder... si esto es el final, me gustaría saber al menos, como habéis conseguido que el arma funcione... - Menciona Barsel ya derrotado dejando de escuchar el sufrimiento de la batalla.
Reim creó un segundo arma, el lider de los Ferrum ni siquiera consiguió hacer que funcionase... o eso fue lo que creyó él. Tras conseguir el arma lo asesinamos y atacamos el almacén de la ciudad, Ilfang nos detuvo y los humanos pensasteis que fuimos a por el arma y que fallamos en el intento ya que la escondíais en Narat... siempre os habéis creído muy inteligentes, pero siempre vamos un paso por delante gracias a Roin. Nosotros no atacamos aquel almacén, si no que escondimos el arma que creó Reim. Era obvio que llevarías el arma a la ciudad esperando a que atacásemos Narat... mientras que vuestros cairas cargaban las piezas de Reim para llevarlas a Narat y luego bajaban tus queridas piezas destruidas a la ciudad.
Entonces he sido yo quien ha destruido Osone al dejar que Roin llevara el ultimo cargamento a la ciudad... no llevaba un cargamento, si no el arma completa de Reim... -Expresa mientras su espada cae al suelo escapándose entre sus dedos y arrodillándose ante Shyvan.
No te culpes, los inmortales casi acaban con nosotros, ni siquiera nuestro Dios los esperaba. Uno de los Cairas se cercioro de lo que estaba pasando y ellos aparecieron justo en el momento mas delicado, intentamos matar a su guía para dejarlos perdidos en el valle, pero no solo no lo matamos, si no que encima consiguieron la gema. Roin intentó ganarse su confianza pero ni siquiera hizo falta... ya que aquellos a los que adoráis, vuestros inmortales protectores os dejaron solos y ahora sois vosotros quien pagáis las consecuencias.
La ciudad da la alarma, Ilfang acude pero llega demasiado tarde... Roin lleva una lista demasiada amplia de asesinatos, entre ellos Shaira, su hermana.
Roin encesta un golpe vertical hacia Ilfang, pero este lo esquiva impulsándose con una de sus alas para conseguir mas velocidad, aun así usar sus habilidades no es suficiente. El impacto de Roin atiza fuertemente sobre la herrería que desaparece sin más, Ilfang busca cobertura y espacio volando hacia arriba.
No puedes enfrentar esta espada Ilfang, puedo eliminar todo lo que se me interponga. - Afirma Roin mientras le señala con la espada.
Los soldados tardan más en llegar pero saben que no pueden hacer nada, la velocidad y fuerza de Roin es superior que la de Ilfang.
¡¡Escapad mientras lo retengo!! ¡¡Volad maldita sea!! - Gritaba Ilfang mientras usaba su gema en todos los habitantes de la ciudad.
Con tan solo un corte en el aire, Roin, asesinaba a toda una ciudad, destrozando los edificios a su paso.
Ilfang, no te dejes amedrentar, únete a mi... hagamos un trato. Volverás a tener tu poder y vivirás eternamente, pero a cambio, seras mio. - Retumbaba en su conciencia una voz en off.
¡SE ACABÓ! ¡SI NO LO QUIERES ENTENDER ENTONCES TAN SOLO QUEDARA UNO! - Gritaba Roin mientras agarraba la espada con las dos manos, creando otro corte en el aire directo hacia Ilfang.
Evoct im ucerop e ement aohar os uto, ugia e unesot eharom e edusot - Recitaba Ilfang ganando así la batalla y formando parte de aquel dios.