Partida Rol por web

La luz del día asesteó con fuerza los ojos del visirtaní demasiado acostumbrados tras horas de marcha por las catacumbas a guiarse en la penumbra. El hombre se llevó la mano hacia el rostro en un vano intento por desviar los rayos del sol. Cuando por fin sus ojos lograron habituarse a la nueva situación la estampa que estos observaron tenía un tinte mitad grotesco y mitad cómico: unos bebedores de vino barato tapándose la nariz para sofocar el hedor, vendedores de comida callejera cuchicheando entre ellos y lanzando miradas acusadoras hacia sus compañeros y hacia él, una madre apartando, con el rostro desencajado por el terror, a su pequeño hijo de las cercanías de la trampilla en la que se encontraban, hombres y mujeres de todas las edades congregados para ver qué horrible grupo acababa de vomitar el estómago de la ciudad. Y es que pensándolo bien el aspecto que llevaban sus compañeros y él era realmente lamentable, nada que ver con los caros ropajes que acostumbraba él a vestir: túnica apestosa y vieja que, para colmo, estaba manchada de sangre. Al visitani le dio un ataque de risa nerviosa. No tardó en llegar la guardia de la ciudad que, por fortuna, los reconoció y los condujeron ante el Burgomaestre para poder entregar las pruebas que tenían en su poder y poder cobrar así la recompensa.

Camil Hojafuerte se despidió de ellos recordándoles que podían pasarse por allí a por nuevos trabajos. En un primer momento Asad pensó que tenía cosas más importantes que hacer, cosas como vengar a su familia y recuperar un reino, pero cosas, que si bien lo mantenían vivo, eran poco factibles sin dinero y sin ayuda.

"Dinero -pensó mientras Mishella repartía el botín-: nunca me había preocupado de cuánto había en mi bolsa hasta que tuve que huir de mí hogar".

"A mí también me vendría bien tomar un baño y librarme así de tanto olor a muerte y podredumbre. Por lo que respecta a la comida tampoco me opondré a la idea...la última vez que comimos fue unas míseras raciones escondidos como vulgares ratas ¡Por Ishtar que será un placer continuar disfrutando de tu compañía hábil arquera!

En un principio Laila se había propuesto contar las monedas, pero despues de la decima se le hizo como que iba a tardar un buen rato y lo dejó para luego, pero tenia una sonrisa de oreja a oreja al ver que todas eran doradas, pesaban lo suyo todas juntas y ella misma estaba de una pieza (tras un traspies fatal).

-Buaah...Un baño, eso sería maravilloso, quiero quitarme esta túnica y hacerme con una como la mia vieja...que seguro que huele raro tambien. Ah por cierto, me debeís doce piezas entre todos, por los frascos de aceite gastados en la lampara.- Dijo alzando uno de sus dedillos, recordandoles que había sido la principal fuente de luz ahí abajo.- Bueno, diez, os descuento mi parte, claro.

-¿Mas trabajo...?¿Queremos mas trabajo justo Mañana? ¿Es que no vamos a beber vino hasta caer redondos para celebrar?.- A Laila eso se le hacía raro, claro, ahora tenia monedas para beber todo el vino que quisiera.

Al igual que el resto de sus compañeros, al nirmali le apetecía un baño relajante, una buena comida, y un par de frescas cervezas, y llegado el momento, una cama mullida.

El burgomaestre les hizo entrega de la paga prometida, y aunque el no vestía una sucia túnica raída y ensangrentada, también deseaba que le lavaran su indumentaria. 

Debería comprar algo de ropa para salir del paso.

Estoy seguro que el dueño de la posada estará encantado de recibirnos de nuevo.

Tormus, ven con nosotros, descansa y en un par de días sigues tu camino.

Alguien se viene a la posada?

¡El turno 44 inaugurará la siguiente escena el lunes 22 de abril del año de nuestro señor de 2024!