Partida Rol por web

Turno 58

Laila intentó ensartar al ciempiés enorme sin mucho éxito, pero el episodio terminó con Asad recuperándose del veneno y lanzando un corte al enorme miriápodo, que lo proyectó al suelo junto a una docena de patitas cortadas que empezaron a moverse convulsas. Arín terminó el asunto aplastando a la criatura con su escudo con más bien poco decoro, "chof, chof", hasta que dejó de moverse y empezó a supurar una asquerosa y densa sangre de color transparente. Si es que aquello era sangre.

El grupo comenzó a relajarse, y Mishella se aseguró de que el recién llegado era alguien de fiar, pidiéndole a Arín que se cercionase de ello con sus poderes; el paladín no veía mal alguno en Fieron. Tormus por su parte dio una pequeña batida por la sala asegurándose de que no había tesoro disponible; contó un total de doce camas bajo los escombros, la mayoría ocupadas por restos quebrados de esqueletos, probablemente pacientes que fueron asesinados durante su convalecencia.

En el momento en el que Asad, levantándose, sacudiéndose la ropa y charlando con Mishella, dice " Por Ishtar que no quiero volver a ver un insecto en una buena temporada", dos ciempiés adicionales salen de una grieta junto a Tormus y se le lanzan encima para comérselo, aunque el enano logra rechazarlos con el escudo y caen frente a él, alzando la parte superior de sus cuerpos para lanzar de nuevo sus envenenadas fauces contra él.

Fieron... mmm debes ser quien dices ser para haber seguido al grupo hasta aquí, preguntando solo por tu única referencia, el fallecido Darkon, hasta llegar a Robleda.

Arín se acercó al muchacho y se detuvo a unos 2 metros de él. De su escudo aun regalimaba parte de ese líquido transparente del cienpies pero su alfanje lo tenía apoyado en su hombro con la hoja hacia atrás.

Mishela, es posible que sea quien dice, y os aseguro que no tiene intenciones aviesas para con nosotros. Eres bienvenido a nuestro grupo.

Si dices que hablaste con un herrero, sabrás como se encuentra su hija no?

Antes de recibir la respuesta del joven, un movimiento brusco de Tormus nos puso de nuevo alerta.

Por todos los dioses del mundo, mas insectos de éstos? Parecen los brazos de Kali, la Perversa.

Arín giró sobre sus talones y se encaró contra una de esas criaturas para dejar que el enano y su nueva hacha, hicieran los honores al otro...

Mientras el lanzó un tajo descendente aprovechando que su arma descansaba en su hombro y no tenía ni que desenfundar para llamar la atención del bichito.

Master ignora esto que no se que lio hay que me daba error y ahora veo que sale la tirada de inicio que había desaparecido y por eso la repetí... 

     Empezaba a agradecer la bienvenida y tener la satisfacción de poder terminar la misión de Darkon cuando aparecieron más insectos de las grietas. Buscó a tientas la daga sabiendo que no era muy buena idea usarla en combate, pero quería estar protegido si alguno de esos ciempiés decidía que su aspecto podía ser más apetitivo que los guerreros con armadura metálica.

"Maldita sea...¡Más bichos asquerosos! Es una maldita plaga"

Asad corrió en ayuda del enano empuñando la cimitarra que aún se encontraba manchada por el icor viscoso de su última víctima.

Sin pensárselo dos veces y ante otra nueva amenaza en forma de ciempiés gigantes, Mishella preparó otra flecha y la disparó contra el insectoide que quedaba vivo, pues Asad había acabado ya con la primera amenaza.

Tras rebuscar aquí y allá, lo único que encontré fueron unos desvencijados camastros, huesos y dos ciempiés gigantes más. Estos, ávidos de comerme, se abalanzaron sobre mi; aunque esta vez estaba preparado y no me quedé sorprendido ante su repentina aparición. Con un movimiento rápido de mi hacha, golpeé a una de aquellas criaturas, infringiéndola un buen tajo. El arma era más ligera que la mía y se manejaba de maravilla.