Partida Rol por web

Los golpes de los pathfinders estuvieron a punto de terminar con su enemigo, pero éste sobrevivió milagrosamente. 

Charvion no era ningún estúpido y, aunque estaba bastante loco, sabía que si le rodeaban, una pícara podía acabar con su vida, así que la terminó de desgarrar brutalmente. El cuerpo ensangrentado de Meri cayó al suelo entre terribles dolores en un charco de sangre. 

—Calladita estás más guapa. Y ahora el resto.  

Gliss sigue a Charvion furibunda, decidida a darle el golpe final. Se coloca de forma que no pueda huir con facilidad y lanza un tajo que no consigue dar en el blanco...

- AGUANTA MERI!

Parecía que Charvion tenía algo en contra de Meri por la forma con la que se ensañaba con ella. Después de varios golpes, la elfa no pudo soportarlo más y se derrumbó.

¡Aguante unos instantes, Meri!

Sacó la varita, que se estaba convirtiendo en un miembro más del equipo, y golpeó a la pícara en el costado

Régulo, por su parte, atacaba con todo lo que tenía.

Rangar dedicó un montón de palabras a Meri, que estaba más allá del bien y del mal y no podía escuchar al druida, pero este la golpeó con mucha fuerza con la varita y una curación realmente intensa sanó gran parte las heridas de Meri. 

Por su parte Régulo demostró que tenía garras también y le dió a Charvión una buena dosis de desgarro en el costado, logrando que el enemigo de los pathfinders se derrumbara entre alaridos de dolor. 

Todo parecía haber terminado. El enemigo de los pathfinders había sido derrotado... ¡Cuando de repente, atravesando las barreras de la realidad, otro Charvion apareció en el extremo opuesto de la habitación!

—¿No os lo había dicho? ¡SOY INMORTAL! 

En realidades alternas, visibles a los lados asemejando los infinitos reflejos de dos espejos opuestos, otros grupos de pathfinders luchaban contra sus versiones del villano. Algunas caían, otras mataban a sus pathfinders. Esta debía de ser una de ellas, porque ya estaba herida. 

—¡Mi poder es infinito! 

¿Pero que clase de brujería es esta? Exclamó Zhen cuando vio aparecer a su contrincante en la otra punta de la habitación.
Compañeros, acabemos con él
Y avanzándose a sus compañeros comenzó a correr hacia el nuevo adversario

Meri busca una poción de curación y se la bebe.

Otros Charvion son derrotados en los "reflejos".

Sí, su poder iba disminuyendo, pero todavía podía llevarse a todos los pathfinders por delante. Conjuró unas palabras arcanas y una flecha ácida salió en dirección al monje. 

—¡Malditos! ¡Os voy a exterminar uno a uno! 

Bai Zhen pudo esquivar el proyectil echándose a un lado, pero contempló como disolvía la pared que había detrás de él. 

Parece ser que no estamos solos luchando contra este malnacido, sino que está alterando los límites de lo conocido y más como él deben de estar causando problemas en otros lugares. Con la mirada puesta en la elfa. ¿Se encuentra bien, Meri?

Mientras comprobaba el estado de salud de la pícara, el joven león sitió la presencia del nuevo Charvión y se abalanzó hacia su posición en un abrir y cerrar de ojos. Este ímpetu provocó que la dentellada se perdiera en el aire.

No es correcto realizar ese tipo de movimientos. Se avecina una reprimenda. 

Desde el suelo, con las heridas prácticamente cerradas Meri miro a Rangarvellir y le respondió con brusquedad frente a la amabilidad del Druida.

- Acaba con ese malnacido ¡estoy perfectamente!

Gliss reune su último ápice de fuerza y lanza un golpe devastador en dirección de aquel desquiciado, pero parece que no fue suficiente. Su furia, al igual que sus fuerzas, la abandonan ante su fracaso, pero aprieta los dientes y se mantiene cerca de Charvion. 

Gliss había cargado contra el nuevo Charvion, pero no había logrado rajarle. Al anterior le había hundido el pecho de un hachazo y esperaba hacer lo mismo con éste. 

Meri se incorporó y se acercó a Charvion.

Los movimientos rápidos de Zhen le premitieron esquivar los proyectiles ácidos que le lanzaba su nuevo adversario. Pese al movimiento de sus compañeros vio un agujero para intentar una de sus técnicas preferidas

el vuelo del dragon plateado

Tras tomar impulso, el monje dió un gran salto y se lanzó, bastón por delante, contra su adversario.

Bai Zhen avanzó hacia Charvion y sí, esta vez el ataque de nombre extraño y aparentemente inventado conectó con el pecho de su enemigo, aplastándole entre el golpe y la pared. 

Charvion ya no se encontraba en plenitud de todas sus fuerzas, sus reflejos iban cayendo ante los ataques de los pathfinders y este último fue la gota que colmaba el vaso, derribandole con un sonido de huesos rotos. Pronto todos los otros pathfinders comenzaron a aparecer en la misma sala, y los cuerpos de Charvion a fundirse en uno mismo

Otro nuevo Charvion aparece en la otra punta de la sala.

- ¡SOY UN DIOS! ¡LA MUERTE NO EXISTE PARA MÍ! 

En una poderosa ráfaga de luz, todas las copias restantes del pathfinder Charvion Comehuesos se fusionan de nuevo. 

Una luz en forma de espiral aparece y empieza a arrastrar a Charvion hacia la Jaula.

Charvion, con la boca abierta y los ojos de como platos, grita aterrorizado mientras su forma recombinada es succionada de vuelta a través de la puerta a la habitacion con la Jaula Ecos del Alma.

La jaula de repente zumba con una energía que sacude la tierra, y veis a Charvion, atrapado por un momento en el borde del eclipse de la luz, con sus manos alrededor de la jaula, con su boca formando la palabra, "¡Ayúdadme!" antes de que una segunda ráfaga de luz cubra su cuerpo, arrastrando al Pathfinder fuera de la existencia. Tan repentinamente como comenzó, la habitación se queda a oscuras, en silencio;

Charvion ya no existe. Se rompe en un millón de piezas, su alma destrozada y para siempre irrecuperable.

Su misión ha fallado, sin embargo, la Sociedad Pathfinder sabe que tiene enemigos dentro y que está en peligro.

Al salir obervais a varios Pathfinder malheridos y otros muertos en la lucha con el Dragón.

Sea como sea, la ciudad de Absalom cree que la Sociedad Pathfinder les ha salvado de un terrible ataque ... aunque vosotros sabéis que una vez más la propia organización ha sido el origen del problema.