Partida Rol por web

 -¡Tenacitas!

¡Ese Pokémon misterioso había envenenado a Tenacitas y al Shinx de Ayaka! Ahora sí que sí, tenían que acabar el combate cuanto antes para evitar que sus Pokémon sufrieran los efectos del veneno mucho tiempo. Y ella sólo con pociones en la mochila…

 -¡Aguanta Tenacitas! ¡Usa burbuja de nuevo contra ese pokémon!

Luego miró a Ayaka con determinación.

 -¡No vamos a dejar que estos idiotas nos ganen!

- Vamos Shinx, otra vez placaje. Derriba a ese Zubat!

Ayaka no se dejaba impresionar por esos dos rufianes y seguiría luchando hombro con hombro junto a su compañera Ester.

- Salandit, quema al bicho azul ese con Ascuas- Dice el entrenador del Salandit apuntando con un dedo al Shinx de Ayaka.

- Batman, usa supersónico contra el otro pokémon.

El salandit rival se puso sobre sus cuatro patas y comenzó a echar fuego por la espalda, para finalmente lanzar una rociada de Ascuas sobre Shinx. El pokémon de Ayaka no pudo evitar las llamas y quedó muy débil. Por su parte el Zubat volvió a emitir un chirrido desagradable, esta vez dirigido a Corphis, lo que mareó un poquito al pokémon de Ester.

Los pokémon de las entrenadoras, pese a estar confusos, envenenados y uno de ellos muy cansado, no defraudaron a Ayaka ni a Ester. Shinx volvió a golpear a Zubat con un placaje y Tenacitas lanzó otra descarga de burbujas que esta vez dejaron fuera de combate a la peligrosa lagartija grisácea.

- No, tron, la pava esa me ha debilitado a Salandit. Ahora si que me ha cabreado, mocosa. ¡Adelante, Chimichanga! - el entrenador de Salandit retira a su pokémon debilitado del campo de batalla y saca a un pequeño y curioso Rattata de color negro.

 -¡Buen trabajo Tenacitas!

Bien, uno de sus pokémon había caído, sólo quedaba el zubat… O eso pensó la entrenadora momentos antes de que aquel entrenador sacara a un rattata con un aspecto que no había visto nunca antes…

 -¿Qué demonios? ¿De dónde han salido estos cretinos?

Porque eso no parecía un rattata variocolor… Pero no era eso en lo que se tenía que centrar ahora. Lo primero era librarse del zubat.

 -¡Tenacitas, usa agarre contra ese zubat!

Porque tanto su pokémon como el de Ayaka estaban envenenados y no tenían ninguna posibilidad de curarles el veneno en mitad del combate. Y si Tenacitas se debilitaba y Bruteroot tenía que salir, mejor eliminarle al rival que tenía ventaja sobre él.

- Chimichanga, pegale un bocado a la gamba esa que ha acabado con Salandit!

- Zubat, ataque ala contra Shinx. Lo tumbamos ya jajaja.

- Shinx vuelve aquí, estás muy herido para seguir luchando. Krabby, al ataque!

Ayaka decide retirar a su Shinx antes de que el veneno o el golpe de alguno de sus rivales acaben debilitandole. Sale en su lugar Krabby rápidamente y recibe el ataque ala del Zubat rival. Pero entre lo débil del ataque y lo contundente de su defensa, a penas supone un cosquilleo para el pokémon de Ayaka, que acaba de salvar el pellejo de su compañero electrico. Por otro lado el Rattata enemigo se abalanza contra Tenacitas y le asesta un Mordisco que lo deja temblando.

Pero Corphis es más resistente de lo que parece y tras soportar el bocado de ese Rattata, se lanza contra el Zubat rival y casi lo parte en dos con el agarre de sus pinzas.

- ¡Nooo! Tío, mi Batman ha caído. Te toca rematar a estas mocosas con Chimichanga.

 -Tenacitas, eres el mejor. Te has ganado un descanso y unos pokecubos que te compraré en cuanto acabemos con estos pringaos.

Ester sacó la pokéball de su corphish y le hizo volver para acto seguido sacar la pokéball de su otro pokémon con una sonrisa de seguridad absoluta.

 -¡Adelante Bruteroot, demuestra a estos dos idiotas que con nosotras no se juega!

El bulbasaur salió de su pokéball con el combate contra aquel croagunk aún reciente, pero con ganas de repartir leña para todos los que se le pusieran delante.

- Colega, ya te rajas? Esto es un dos contra uno, mocosas, y aún así ya veréis que paliza os meto. Chimichanga, mordisco contra esa gamba!

- Krabby, agarra a ese rattata con tus pinzas!

Ester ve peligrar la salud de su Corphis y decide retirarlo rápidamente para sacar a Bruteroot que estaba algo cansado del combate anterior. El ataque de Rattata impacta de lleno en Bulbasaur y éste pierde mucha vida. Y es que el mordisco de un rattata siempre es doloroso, tenga la forma que tenga. 

El Krabby de Ayaka, por su parte, responde perfectamente a las órdenes de su entrenadora y agarra entre sus poderosas pinzas a Chimichanga. Las pinzas se cierran como si fueran dos cuchillas y Rattata queda gravemente herido.

 -¡Resiste Bruteroot!

Entre el combate contra el entrenador anterior y aquel mordisco mortal que le habían dado, el pobre bulbasaur parecía bastante hecho polvo. Menos mal que Ayaka se encontraba a su lado para darle el apoyo que necesitaba. Apoyo bélico, por supuesto.

 -¡Aguanta, sólo queda un poco! ¡Ataque placaje a ese rattata! ¡Enséñales quién manda!

Porque en un dos contra uno, muy mal lo tendrían que hacer para perder. Especialmente después de lo bien que estaba peleando el krabby de Ayaka. Se estaba ganando también unos cuantos pokecubos…

- Tío, no fastidies! Esa bestia con pinzas casi parte en dos a mi Chimichanga! Arréale un buen bocado al cangrejo!

- Krabby, vuelve a utilizar Agarre. Ánimo Ester, ya los tenemos! - dijo Ayaka

El Rattata rival dirigió la furia de su entrenador contra el Krabby de Ayaka en forma de Mordisco. Si bien el ataque era muy potente, Krabby tenía una ventaja, que no era ni más ni menos que un caparazón duro que lo protegía perfectamente de los golpes físicos. Seguidamente, el pokémon de Ayaka contraatacó con otro Agarre que terminó por debilitar al Rattata rival. 

Por su parte Bulbasaur tomó impulso para ejecutar un placaje contra el pokémon rival, pero ya era demasiado tarde, había sido debilitado por Krabby y su entrenador ya lo estaba mandando de vuelta a la pokeball para que no le hiciesen más daño. 

- Colega, hemos perdido contra dos mocosas! - comentó el entrenador que había sido derrotado en primer lugar - Será mejor que nos abramos!

- Esto no quedará así! Nos volveremos a encontrar y os patearemos el trasero, niñatas!

De fondo se escuchó la sirena de un coche de policía, lo que hizo que los dos entrenadores macarras salieran huyendo más rápido que un Furret con la habilidad Fuga. Pero por mucho que corrieran, la agente Mara era más rápida con su coche y, al final de la calle donde se encontraba la cafetería, les cortó el paso y los arrestó.

- Gracias, entrenadoras - dice el camarero del local que aparece ante vosotras - Habéis conseguido pararles los pies a esos maleantes y además los habéis retrasado lo suficiente para que nos diera tiempo a llamar a la policía y que pudieran pillarlos. Por favor, aceptad este pago como agradecimiento por haber salvado la cafetería.

La entrenadora fue a abrazar a su bulbasaur de nuevo tras la victoria y a darle un beso en su cabeza verde.

 -El mejor sin duda. Bruteroot, eres el más fuerte.

Que vale, técnicamente no había hecho nada, pero aún así se merecía ese abrazo y ese beso. Tras las felicitaciones, Ester devolvió a su pokémon a la pokéball y recibió la recompensa de la cafetería.

 -No tiene importancia. Cualquiera en nuestro lugar habría hecho lo mismo.

Y aunque aquel par de gamberros horteros les habían jurado venganza, el asunto no preocupaba a la entrenadora lo más mínimo. Que volvieran si querían, que ella ya les daría p¡al pelo junto con su compañera. Que por cierto, eso le recordaba que dos de sus pokémon aún estaban envenenados.

 -Creo que deberíamos ir cuanto antes al centro pokémon más cercano. Tenacitas y shinx necesitan que les curen el veneno de manera urgente.

Y dicho esto, empezó a caminar hacia el centro pokémon.

 -¡Gracias por el batido! ¡Volveremos pronto!

Sin perder ni un solo segundo, Ayaka y Esther se dirigen corriendo al centro pokémon antes de que el veneno termie por debilitar a sus compañeros. Allí la enfermera Joy las atiende con la amabilidad que suele ser usual en ella. 

Tenacitas y Shinx fueron atendidos rápidamente y por suerte el veneno no llegó a debilitarlos. Había sido un día muy largo y cuando los pokémon estuvieron recuperados ya había anochecido.

- Podéis pasar la noche aquí si queréis - sugirió la enfermera Joy - Mañana a primera hora podréis retomar vuestro camino.

Ester recogió sus pokéball con sus pokémon ya recuperados.

 -Muchísimas gracias por todo, enfermera Joy.

Cuando la enfermera les dijo que podían quedarse allí, fue cuando la joven entrenadora se dio cuenta de lo cansada que estaba. Habían sido demasiadas emociones durante aquel día.

 -Estoy agotada Ayaka. ¿Te parece si nos vamos a dormir? Creo que hemos tenido suficiente aventura por hoy.

Ayaka asiente a la propuesta de Ester y las dos entrenadoras se van a descansar después de un día primer día repleto de novedades en sus vidas.

El centro pokémon contaba con una habitación especialmente preparada para que los entrenadores pudieran pasar allí la noche. Dos literas y tres camas en total. Pero esa noche tan solo dormirían allí Ester, Ayaka y sus pokémon. 

La noche transcurrió plácidamente para las dos entrenadoras y a la mañana siguiente, los primeros rayos del sol entraban por la ventana, anunciando un nuevo día.

Y allí estaba, sentada en su trono dorado con el trofeo y la corona de campeona de la liga pokémon mientras multitud de azafatos buenorros le traían pasteles en bandejas. Y entonces la luz del sol le dio en los ojos, obligándola a despertarse.

 -Hmmm… Maldita sea…

¡Con el sueño tan maravilloso que había estado teniendo! En fin, si el día comenzaba, a levantarse tocaban. Ester Falivene bostezó aparatosamente y se estiró a gusto antes de levantarse de la cama para empezar a buscar qué ropa ponerse.

 -Buenos días Ayaka. Hay que levantarse para seguir nuestro viaje.

Que la verdad, ojalá el día que empezaba fuera tan emocionante y lleno de recompensas como el día anterior.