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Santa Isabela, un mundo Imperial, leal, pero olvidado. Hace siglos que no aparece ninguna nave por el sistema, cuyo nombre se ha perdido por entre las ajadas cartas estelares de la casa de navegantes que lo encontró milenios atrás. En el Norte galáctico, al borde exterior del Segmentum Obscurus se encuentra este frío mundo, cuyos habitantes viven en una suerte de era medieval con un nivel tecnológico algo avanzado, tecnología que provino por las manos del Mechanicum y el Imperio, pero que se ha ido convirtiendo, año tras año, en reliquias que solo los más poderosos poseen y guardan con absoluto recelo. Se trata de un mundo con pequeñas masas de agua, predominando grandes continentes. De clima frío comparado con Terra, posee tres lunas que orbitan de tal manera, que durante una semana completa, solo se ve a una de ellas. Sus nombres son: Mariana, Elisa y Celeste. No es de extrañar, que el culto a Dios en Santa Isabela, siga los ritmos orbitales de sus tres satélites, dando lugar a diferentes festividades o eventos en los diferentes pueblos del planeta. Mariana, de color plateado, evoca para los feligreses el aspecto Justo e Inmisericorde de Dios, el castigo al diferente, al débil de mente, al xeno y al hereje. Elisa, por otro lado, de color azulado, es quien representa la Protección del indefenso de los enemigos de Dios, no solo de los niños y ancianos, sino de los adultos que son presas fáciles para los pecados capitales (gula, avaricia, orgullo...). Por ultimo, esta Celeste, la faceta intelectual de Dios, luchar por la conservación del saber y de las ciencias naturales o alquimia; de color dorada, Celeste es la favorita de los bibliotecarios y naturistas del planeta, que realmente, son pocos.

El planeta posee numerosas fortalezas diseminadas por todas sus escarpadas y nevadas cordilleras. Altas murallas y torreones, resistentes y duraderos que sirvieron para defender al mundo de los indeseables, de los traidores y de los piratas. Los Caballeros de la Ceniza son sus moradores, ellos, sus sirvientes y asistentes. Se trata de una orden que se remonta tan atrás en la historia de Santa Isabela, que pocos recuerdan de donde proviene ni de su fundación, acabando por ser un grupo de hombres y mujeres que poco a poco, van cayendo en el más absoluto ostracismo. Firmes y consagrados defensores de su mundo, mantuvieron sus ritos, su fe y su amor por Dios hasta los días actuales, con tanto celo y tanta devoción, que las poblaciones de civiles que juraron defender ya no los quieren cerca, pues, sabido por todos es, que los Caballeros de la Ceniza no dudan ni vacilan a la hora de castigar a los impíos y herejes de pensamiento u obra. Pero eso era antes, antes de la fundación de los Guardianes del Paso.

Aquel grupo empezó como una milicia siglos atrás, ahora, son un ejercito, entrenado y capaz, capaz de cortar el paso a los cada día más escasos Caballeros, y sacarlos de las principales ciudades, alegando que ya no eran necesarios, que la paz reinaba en su bello mundo y atrás quedaron las viejas costumbres que con tanta pasión defendían. Aquel año se inició una nueva era, un cisma que, lejos de partir el mundo en dos, solo obligó a los caballeros a retirarse a sus imponentes fortalezas; y así estaba escrito, así recitaba día tras día el anciano capellán Eustaquio, que aseguraba vigilia tras vigilia.

El hombre débil y apocado nos expulsará, por miedo al Castigo, por temor a la Santa Muerte y por pavor a la Vengadora. Cuando ese día llegue, la ceniza cubrirá todo cuanto el ojo es capaz de ver, y a los Caballeros de la sagrada Orden una nueva misión se les encomendará, pues deseen o no, la gran vela de armas habrá dado comienzo. El púrpura partirá el cielo en dos, y las estrellas se ocultarán de nuestra visión.

Como suele suceder, nadie hacía caso al venerable capellán, solo algunos Maestres lo tuvieron en consideración, los más resueltos y defensores de la fe, los pocos que no se rindieron ante el olvido y rechazo de los civiles. Fuerte Sanguinalia fue una de las fortalezas que se preparó para el ocaso que vaticinaba Eustaquio, cuyo Maestre Don Hernando pertrechó de viandas de todo tipo, aseguró ganado y varios agricultores que pudieran manejar tanto los animales como los cultivares de setas que crecían en las catacumbas del fuerte. 

El día que el capellán murió, el cielo se rasgó y las tinieblas sumieron a Santa Isabela durante tres años, y es hoy, día de Sanguinalia, cuando la procesión cruzaba el patio de armas de un templo a otro, el Sol volvió a brillar y dio comienzo al deshielo entre las lagrimas de los sirvientes y la suspicacia de los caballeros.

Ordenes de caballería

Aunque todos sean conocidos como los Caballeros de la Ceniza, dentro de la propia orden, hay grupos claramente diferenciados entre unos y otros. Eso se debe, en esencia, a que cada grupo vive y muere en su propia fortaleza, actuando solamente en su radio de influencia, defendiendo a las poblaciones cercanas y nada más. En momentos de auténtica crisis a nivel planetario se han reunido las distintas agrupaciones para afrontar los peligros que hizo frente Santa Isabela, pero ciertamente, desde hace más de mil años, no ha existido tal amenaza, por ello, desde esa ultima vez sumado a la falta de tecnología para la comunicación, cada orden ha ido derivando en sus propias costumbres e incluso armaduras, y solo unas pocas se han atrevido a modificar los Preceptos de la orden. 

A pesar de todo ello, cada Fuerte tiene en su poder una valiosa reliquia, armas en su mayoría que pertenecieron a los cruzados que el Emperador en persona condujo durante años por la galaxia unificando a toda la humanidad bajo un mismo estandarte. Esas armas, pertenecientes a santos o valientes generales que se quedaron en Santa Isabela, pasaron a ser herramientas veneradas, guardadas en las capillas de cada Fuerte bajo la figura de Dios esculpida en madera. Realmente, nadie sabe usarlas, pero ahí están, en vitrinas, limpias y purificadas con aceites.

Organización de la orden

Cada Fortaleza posee su Maestre y el resto rangos están ocupados por diferentes caballeros, el organigrama es sencillo y solo funciona en un sentido, de arriba a abajo. La orden se sustenta en tres pilares, ejército, disciplina o justicia y el clero.

Al margen de los rangos, también cada caballero tiene su propia tarea asignada, haciendo una clara alusión a que dentro de la vida en el fuerte, donde uno debe demostrar que la valía de un hidalgo, que no es únicamente su marcialidad con la espada, la pericia con el castigo o la devoción a Dios, sino su capacidad de ser hombres y mujeres útiles con sus hermanos.

En los fuertes no solo habitan los caballeros, sino que hay una población perenne que posee sus propios edificios donde habitan y dan soporte logístico a la Orden. Realizan todo tipo de tareas, desde vigilar los rebaños o cultivos, hasta trabajos de mantenimiento y el más importante para los Caballeros de la Ceniza, traer noticias del exterior.

Los Fuertes del Norte

Fuerte	Santa Isabela
Protectorado	Santa Isabela, Hondarribia, minas cercanas y antaño, el espacio puerto.
Maestre	Don Benavides
Uniforme
Peculiaridades	Sus armaduras son algo más ligeras que las del resto, y se prestan más al combate a distancia que cuerpo a cuerpo, realmente, son los mejores tiradores y sus armas de distancia son todas de buena calidad.
Reliquia	Bolter

Fuerte	San Jerónimo
Protectorado	Getaria y todas las minas colindantes.
Maestre	Doña Álvarez-Cuevas
Uniforme
Peculiaridades	Los Caballeros de la Roña los llaman sus enemigos, de aspecto sucio y realmente brutales (para los estándares de los Caballeros de la Ceniza) y no es para menos, fueron los causantes de la brutal purga que eliminó del mapa uno de los pueblos que debían proteger, Quitapellejos; no quedaron ni las ruinas. Son los únicos que poseen armas automáticas.
Reliquia	Lanzagranadas

Fuerte	Trujillo
Protectorado	Tolosa
Maestre	Don Castro
Uniforme
Peculiaridades	Sus armaduras son ligeras, tanto en peso como en protecciones y son los únicos que dejaron atrás el Precepto nº5 atrás. Se dice que deben proteger demasiado terreno y con la falta de asturcones debían movilizarse con mayor velocidad, por lo que aligeraron el peso de su equipo.
Reliquia	Dos pistolas láser

Los Fuertes del Sur

Fuerte	Sanguinalia
Protectorado	Villa Vieja y sus minas.
Maestre	Don Hernando
Uniforme
Peculiaridades	Sin duda, son los únicos que se han mantenido fieles a los orígenes de los Caballeros de la Ceniza.
Reliquia	Rifle láser M36

Fuerte	Anyera
Protectorado	Aislados.
Maestre	Doña Dávila
Uniforme
Peculiaridades	Tras su altercado con los Guardianes del Paso que se saldó con un asedio a su fuerte, los caballeros de esta fortaleza abrazaron un estilo de vida un tanto diferente, modificaron sus armaduras y en cuanto son vistos, el pánico cunde, y las saetas de los Guardianes del Paso los reciben. Son, posiblemente, de las mejores ordenes en cuerpo a cuerpo.
Reliquia	Lanzallamas Hades

Fuerte	Nuevo
Protectorado	El puente de Villa Nueva.
Maestre	Doña Cabrera
Uniforme
Peculiaridades	Tras perder su aldea que debían proteger (Villa Nueva) y la que compartían con Fuerte de Jagua (Los Infiernos) se quedaron con el puente, donde escenificaron una cruenta batalla contra los Guardianes del Paso, que se vieron repelidos asalto tras asalto por los silenciosos caballeros, pues sabido es por todos, que el voto de silencio es propio de los caballeros de este fuerte.
Reliquia	Dos espadas sierra

Fuerte	de Jagua
Protectorado	El paso entre montañas.
Maestre	Don Figueroa
Uniforme
Peculiaridades	Mientras que los caballeros del Fuerte Nuevo defendieron su posición, los del Fuerte de Jagua fueron a por los Guardianes del Paso en numerosas ocasiones, tratando de recuperar el control de la ciudad más importante del continente Sur, Los Infiernos. A pesar de las numerosas victorias, se veían incapaces de mantener el control de una ciudad tan grande y sin ayuda, por lo que siglos atrás, se replegaron al paso, el cual controlan con absoluto celo. Son los más religiosos.
Reliquia	Escudo supresor

Fuerte	de Bacalar
Protectorado	Cortegana y Ribadesella.
Maestre	Don Arellano
Uniforme
Peculiaridades	A pesar de la distancia que los separa, son los hermanos más cercanos a los del Fuerte Sanguinalia. Si el resto de fuertes tienen pocos caballeros en líneas generales, los de este Fuerte son aún menos, y no es para menos, pues si consideramos a los Caballeros de la Ceniza como la élite militar de Santa Isabela, los Caballeros del Fuerte de Bacalar son la élite de la élite.
Reliquia	Pistola láser archeotech

El Fuerte Insular

Fuerte	Zaforteza
Protectorado	La ruta marítima que conecta ambos continentes.
Maestre	Doña Togores
Uniforme
Peculiaridades	Los lobos de mar, algunos dicen que se han radicalizado y que incluso se han dedicado a piratear algunos barcos, ¿el motivo? difícil de esclarecer, los rumores apuntan a dos vertientes, por supervivencia, ya que los Guardianes del Paso estaban evitando que les llegaran navíos de suministro; la otra es por pura diversión.
Reliquia	Espada de energía

Los Preceptos de la Ceniza

Cada caballero sigue un estricto código de honor y caballería, desde que son acogidos en el seno de la orden, cada Adiutor se aprenderá a sangre y ceniza, los Preceptos de la orden, los mandamientos de los Caballeros de la Ceniza. Muchos son los ritos que afrontan, pero sin duda, la primera vez que el Maestre en persona introduce a los Adiutores los Preceptos, es el rito que marcará la vida de cada caballero; una vela de armas, la primera que afrontan, al calor de una hoguera. 

Durante toda la noche, se recitarán todos y cada uno de los preceptos en bucle hasta que el fuego se extinga. Llegado ese momento, con los restos aún candentes, los Adiutores, para demostrar su compromiso y valía, deben "tatuarse" a fuego, el número del Precepto con el que más identificado se sienten. Tras ello, deberán pasar un día completo de ayuno, con tan solo una toga y en la torre del homenaje de cada Fuerte, dejados a la mano de Dios y las inclemencias del tiempo. Muchos mueren congelados, pero los que sobreviven, son los elegidos y tomados como los nuevos miembros de la orden, se les entrega su armadura y sus armas, iniciando de ese modo, su vida como Caballero de la Ceniza.

Animales salvajes de Santa Isabela

Aunque sea un planeta dominado por el hombre, posea caminos y urbes, los enormes bosques y las letales montañas están dominadas por varios tipos de animales. Ciertamente hay muchísima fauna por el planeta, la mayoría son presas, corzos, jabalíes, liebres y demás, pero cabe destacar, según los compendios de naturistas del planeta, que hay algunos animales que no temen al hombre, sino que concretamente estos, no dudan en incluirle en su cadena alimenticia. 

Mastín

A pesar de haber sido domesticado e introducido por el hombre cuando llegó a este mundo, algunos se volvieron salvajes con el paso de los años y establecieron manadas de mastines que se diseminaron por el planeta. Se les puede encontrar cerca de pueblos y aldeas además de en bosques no muy densos.

Merodeador

Una bestia de gran tamaño que se mueve en manadas. Cuando aparecen en gran número pueden provocar el pánico entre los civiles y los más valientes. Se les puede encontrar en bosques de todo tipo y colinas con cobertura vegetal.

Ursido

Uno de los animales más temidos, a dos patas miden más de dos metros y medio. Son voraces, violentos y capaces de partir en dos a los cazadores menos avezados. Se les puede encontrar en bosques intermedios y densos.

Destripador

Son la peor amenaza salvaje del planeta. Grandes felinos, de gran agilidad y perfectos cazadores. Es el principal motivo por el que los pasos entre montañas se consideran zonas realmente peligrosas. Se les puede encontrar en las colinas y montañas de Santa Isabela, y en bosques cercanos las montañas.

Asturcón

Aunque no sea un animal salvaje por definición, aún quedan algunas manadas de estos cuadrúpedos tan queridos por los Caballeros de la Ceniza. Suelen ser amistosos, siempre y cuando uno se acerque con calma. Se les puede encontrar en montañas, praderas y bosques.

Curiosidades y leyendas de Santa Isabela

Lugares

Sierra del Pecador/Cadena de Almenar

Para los Caballeros es la Sierra del Pecador, para los guardianes la Cadena de Almenar, y no era para menos que quisieran cambiarle el nombre, los Caballeros de la Ceniza solían condenar a muerte por congelación a los herejes de la zona, la amplía mayoría delincuentes y miembros de los Guardianes del Paso en sus inicios. A los prisioneros se les obligaba a subir semidesnudos hasta la cumbre, donde se encontraba una pequeña capilla; el propósito estaba claro, si sobrevivían a la noche y podían bajar, Dios los había perdonado. Para regocijo de muchos, jamás perdonó alma alguna.

Bosque de los indecisos

El nombre que da a uno de los enormes bosques que se puede cruzar por un gran camino que lo parte por la mitad, separando la zona más frondosa de la que empieza a perder esa intensidad. El bosque recibió ese nombre milenios atrás, cuando Santa Isabela paso las tres pruebas que buscaran que vacilara en su cruzada tiempo atrás. El bosque termina por el este donde el río congelado discurre hacia el mar.

Leyendas

Lobisome

Hombres lobo, mitad lobo mitad ser humano, brutales, altos como árboles y con la fuerza de diez caballos. Unos seres de los que no se conocía su origen, moradores de los bosques, líderes de manadas de merodeadores y temibles enemigos que no dudaban ni un segundo en abalanzarse sobre los viajeros más descuidados.

El Señor de la corteza

Una antigua leyenda sanguinaliana hablaba de un supuesto Señor del Bosque de túnica negra, manos en garra y astas en la cabeza, que supuestamente vivía en lo más profundo de las grandes extensiones arbóreas del planeta y capaz de comandar a las bestias como un general a sus ejércitos. Pero aquello eran probablemente habladurías, leyendas propagadas por la servidumbre para asustar a niños y viejos.