Hoy estoy pletórico. Al fin después de tanto trabajo hemos conseguido que nuestro proyecto de sus primeros frutos. Uno de los ratones de laboratorio al que llamamos "billy" ha recuperado un 30% de visión tras el tratamiento. Hay un gran futuro en el trabajo con células madre. Puede no parecer un gran avance, pero si tenemos en cuenta que ese ratón era ciego de nacimiento, la cosa cambia. Debemos probar un poco más, pero creo que estamos preparados para probarlo en humanos, aunque no se si la universidad nos dará permiso para ello, ni si encontraremos a gente decidida a probar suerte.
El diario no es un verdadero diario. Es un cuaderno de notas lleno de apuntes de fórmulas químicas y matemáticas, con los márgenes llenos de consideraciones sobre el proyecto sin ningún valor. Las entradas están hechas sin orden ni concierto, y sin fechas, lo cual dificulta bastante su lectura. Ni siquiera realiza entradas todos los días, puede pasar un mes sin realizar ninguna entrada, y de repente escribir seguido todos los días de una misma semana.
Hoy el director me ha llamado a su despacho. Quería comunicarme personalmente que los fondos públicos han sido cancelados. Ahora que empezábamos a obtener frutos de nuestro estudio, parece que todo se va a la mierda.
La cosa está muy clara, si no obtenemos financiación privada en menos de un mes, cerrarán el proyecto y tendré que volver a mi puesto como profesor.
Después de visitar muchas empresas, al final una farmacéutica ha aceptado a patrocinar el proyecto. Por lo que me han dicho están trabajando en un proyecto similar y fusionar ambos estudios sería más prolífico que continuar por separado.
Soy consciente de que tarde o temprano acabaré de arrepentirme de esta decisión, pero es la única opción para evitar que el proyecto acabe olvidado entre un montón de libros viejos. Una de las condiciones que me han impuesto es que los estudios se realicen en sus instalaciones, para evitar infiltraciones.
Tengo la sensación de estar vendiendo mi alma al demonio...
Esta mañana he firmado el contrato, venía junto con un contrato de confidencialidad tan severo, que si descubrieran que escribo este diario probablemente acabaría en la cárcel el resto de mis días. Después de firmarlo me han entregado una copia de su dossier con sus avances, y se me ha caído el alma a los pies. Llevan décadas trabajando en este proyecto, y están mucho más avanzados que yo. Han conseguido regenerar miembros enteros, es algo asombroso, aunque por lo que dicen, su proyecto tiene graves fallos que quieren que yo ayude a solucionar.
Al parecer el proyecto es tan secreto que para evitar filtraciones, incluso con ese contrato de confidencialidad, nadie conoce el proyecto entero. Por lo visto los científicos encargados de desarrollar el suero sólo tienen parte de la fórmula, y no trabajan ni en el mismo edificio que yo. Mi objetivo es depurar su suero para descubrir donde falla y solventarlo.
Me han acompañado a los laboratorios de Magadon Inc donde voy a trabajar a partir de ahora. El edificio hay que reconocer que es feo y desagradable, sobretodo en su interior, pero la equipación que tienen es espectacular. Ni en mis mejores años de profesor universitario hubiera soñado con semejante maquinaria.
Esta mañana me han entregado los primeros informes y una muestra de suero para empezar a trabajar. El proyecto data de hace casi cien años. Al parecer su comienzo se inició durante la primera guerra mundial, y los únicos experimentos sobre humanos se hicieron sobre los propios soldados nazis. Hoy día sería imposible repetir tales experimentos debido a la legislación vigente, de modo que hemos de experimentar con ratones de laboratorio, y con suerte, sobre algún tipo de simio.
A simple vista el suero parece sangre humana, aunque se comporta como lo haría un virus. Los primeros informes hablan de dos tipos de comportamientos al suero, dependiendo del tratamiento. Uno de ellos lo denominaban "simbionte", y se obtenía al inyectar el suero sobre un humano o animal de forma directa. De este modo se adquieren unas increíbles capacidades regenerativas y fuerza sobrehumana, a la par de algunos otros poderes más extraños.
La segunda forma la denominaban "parásito", hablando casi con misticismo del tema, como si fuera una posesión. La única forma de crear un parásito era vaciar por completo al recipiente de sangre, para después hacerle una masiva transfusión con el suero. Este segundo método creaba soldados mucho más feroces, salvajes y fuertes que los anteriores, pero con grandes debilidades. Por algún motivo que se desconoce, los parásitos sólo se pueden crear sobre recipientes humanos.
En cualquier caso, el suero posee, como ya dije, grandes problemas. El primero es que es autodestructivo. Se descompone rápidamente, en cuestión de semanas en el caso de un simbionte, y en cuestión de días en el caso de un parásito. Un simbionte no puede hacer nada por recuperar su estado, sólo puede inyectarse más suero. Un parásito, a pesar de destruir más rápidamente el suero, puede producirlo. Por increíble que parezca, acepta transfusiones de sangre de cualquier tipo... Incluido sangre animal. Aunque esto último me extraña y creo que se trata de algún tipo de error al transcribir los apuntes.
El ritmo en el caso de un simbionte es de medio litro de suero al mes, en el caso de un parásito, medio litro de sangre común al día. Aunque regenerar heridas y hacer gala de su físico superior acelera la degeneración del suero.
Mi primer cometido aquí es conseguir aislar el gen responsable de la agresividad. El siguiente será la grave fotofobia que produce, y en el caso de los parásitos, la terrible reacción alérgica que supone la exposición al sol.
Hoy he conseguido aislar el gen responsable de la agresividad que el suero produce en todos los sujetos expuestos al mismo. De forma paralela, el desarrollo anormal que se observaba en ratas de laboratorio en dientes y uñas también se ha reducido, resultando un aspecto normal. He observado también que el suero no es uniforme, o bien desarrollan varios sueros, o quienes lo desarrollan no acaban de decidirse acerca de su formulación, dado que no todos los animales expuestos al mismo reaccionan de la misma manera, y los análisis genéticos son muy distintos. Pero a mi no se me comenta nada al respecto, como ya dije, no se si es intencional o no.
Por otra parte... No se si es este edificio, o el proyecto en si. Pero siento que estoy perdiendo la cordura. Mis colegas se reirían de mi si leyeran esto, pero siento un aura de maldad que me rodea y me empuja a hacer cosas que antes no hacía. No se porque, pero esta mañana he diseccionado una rata de laboratorio en vivo. No tenía razón para ello, sólo placer sádico. Creo que si esto sigue así, acabaré por dimitir, aunque ello suponga volver a mi puesto de profesor.