Me alteré un poco cuando gritó. Estaba muy nerviosa y no aguantaba que me gritaran. Los gritos hacían que me volviera histérica.
Pero, todo se calmó. Él se disculpó y todo acabó ahí.
Empecé a mover con nerviosismo la pierna, como cuando estaba de exámenes y me esperaba a que repartieran las preguntas para poder contestar e irme.
"¿Whisky?", pensé, echando un vistazo bajo el asiento. Efectivamente, había un botella de licor tumbada en el suelo del coche.
-No- dije, inmediatamente-. No, gracias- rehusé-. Estoy bien.
Miré a Clarisse que no había abierto la boca durante todo el trayecto y me preocupó.
-Clarisse, ¿te encuentras bien?- pregunté, con un deje de preocupación en mi voz.
Clarissa parecia fuera de si como ausente en la parte trasera del auto - Hey tu amiga no esta nada bien... hay que llevarla al hospital o algo asi - Comento Sherom.
- Y no tienes que agradecer, tiene suerte de que estuviera cerca - el auto seguia en marcha en direccion hacia al casa de quien manejaba.
Disculpa la tardanza ( esperaba que clarissa contestara )
Miré a Clarissa y fruncí el entrecejo. Me vinieron a la mente cantidades de artículos y pasajes que había leído sobre medicina. Aquellos que mencionaban las conmociones y los shocks cuando la gente se encontraba en situaciones demasiado notables como para actuar de manera normal.
-Sí, por favor, vamos al hospital- dije, corroborando las palabras de Sherom-. Debe verla alguien- comencé a preocuparme y ponerme un poco hipocondríaca. Empecé a pensar que, quizá, no estaba conmocionada, sino que empezaba a tener algún tipo de derrame, debido a su palidez, a un amago de infarto, debido a lo tensa que se encontraba.
Resoplé para relajarme y sacudí la cabeza, sacando de mi mente esas ideas absurdas.
-Vamos, rápido- apremié, mirando de reojo a Clarissa.
No te preocupes ^^
Llegaron al hospital en unos diez minutos, Sherom parecia conocer las calles y los atajos aun asi si tenia que ir en contramano; estaciono y bajo del auto para quedarse estatico por unos segundos.... bastante gente estaba entrando y las ambulancias no parecian dar a basto.
- Que mierda paso aqui... - Giro 360 viendo todo a su alrededor cuando una explosion a varias cuadras le hizo meter nuevamente en el vehiculo - No se lo que pasa pero yo no me quedare aqui.... trata de hacer algo con tu amiga.... yo me voy a casa alli estaremso mas seguros si quieres acopmpañarme -
Comenzaba a ponerme cada vez más nerviosa a medida que escuchaba el clamor de las ambulancias y los gritos de toda la gente que agolpaba en aquel hospital.
En un principio no supe qué hacer. No podía mover mi cuerpo y estaba rígida con todos los músculos agarrotados. No me gustaban las aglomeraciones de gente. No me gustaban nada.
Miré a aquel hombre y luego eché un vistazo a Clarissa.
-Sí, vamos tu casa. Cualquier sitio es mejor que este- dije, comenzando a traspirar de lo agobiada que me sentía.
El auto tras un viaje de algunos minutos termino por aparcar en unos edificios a las afueras del Bronx, si se decia que este barrio era algo peculiar y que tenias suerte i salias con vida al haber cantidad de pandillas, Sherom bajo del auto y camino hasta la entrada de los apartamentos; no habia sonido alguno solo el de las llaves girar y el pestillo de la puerta que aseguraba la entrada.
Clarissa iba sostenida por Hammer al ingresar al luegar - Mi apartamente esta en el tercer piso - Dijo mientras esperaba el ascensor
- No se que demonios esta pasando aqui, esto no me gusta nada -
"El Bronx", pensé en cuanto vi las primeras casas. Evitaba aquel barrio de forma constante y tan sólo, en ese preciso instante, en ese maldito momento, me venían a la cabeza artículos de prensa y las noticias tan escabrosas de NewsFox. Aunque, claro, ese canal tampoco era de mucho fiar.
Sacudí la cabeza para centrarme y miré a Sherom mientras bajaba del coche. Resoplé, frustrada y luché contra mis demonios. Odiaba aquel barrio y no podía dejar de sentir un cierto hormigueo en el estómago como diciendo: "tiene uno más probabilidades de morir en un atraco en este barrio que ser atropellado por una panda de niñatos descerebrados".
Seguí a Sherom sin pensarlo más y me pegué a él como si fuera el clavo que me mantenía segura, como cuando de niños nos tapamos con la manta pensando que nos va a proteger de los monstruos. Pues, para mí, Sherom era igual. Si me mantenía cerca de él, seguro que no iba a ocurrir nada.
Escuché las palabras de Sherom y asentí.
-Todo es muy extraño- corroboré, mirando de forma nerviosa a Clarissa y al ascensor que me parecía que tardaba horrores en venir.
Finalmente subieron al apartamento que tenia la vista a un callejon y asi tambien la escalera de emergencia, sheron trajo una botella de cerveza y un vaso con agua - Espero puedas relajarte un poco - Dijo mientras abrio la ventana para observar la calle, al parecer por esa zona no habia tanto movimiento.
Volvio a ingresar en la sala y se sento en una de las sillas de madera que alli habia encendiendo la television donde se mostraba lo que estaba pasando los ojos de Hammer no podian creer lo que estaba viendo... en uno de los accesos de la ciudad los cadaveres comenzaban a levantarse y todo eso estaba siendo retransmitido.
- Que carj... - No termino de sentenciar las palabras por que le dio un gran trago a la cerveza - Esto no es real.... no puede estar pasando - Paso dos veces la mano por su frente, vieron que estaba transpirando bastante y nervioso.
Tomé el vaso de agua y bebí como si no hubiera mañana. Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo sedienta que estaba. Resoplé tras beberme el vaso de un trago y eché una mirada a Clarissa. Su comportamiento me preocupaba.Quizá fuera por todo lo que estaba ocurriendo, pero no había abierto la boca desde que salimos de aquel restaurante.
Tal vez, como la amiga que era debía reconfortarla de alguna manera, como dándole un abrazo o diciéndole palabras de ánimo y consolación. Pero ninguna de las dos cosas me salía. Una porque no me gustaba darlo, y otra porque sabía que era mentira. No había palabras de consolación para aquella horrible situación. Era una maldita pesadilla. Eso era lo que era.
Miré a mi alrededor y observé la casa de aquel tipo, grabándolo todo en mi cabeza, intentando distraerme y ocupar mi mente en otros derroteros, antes que recabar en que el mundo se iba a la mierda.
Resoplé y fruncí el entrecejo ante las palabras de Sherom.
-¿Cómo?- pregunté, clavando la mirada en la caja tonta y escuchando con atención lo que decía.
Emití un grito ahogado cuando vi las imágenes. Me llevé la mano a la boca y no di crédito a lo que veía y escuchaba.
-Debe de ser una maldita broma, una maldita broma- murmuré, sentándome en el sofá, lentamente.
Sherom se mantuvo en silencio, la cerveza pasado los minutos se habia calentado en sus manos, esto realmente era una maldita borma o realmente estaba sucediendo? un solo dia y la ciudad se habia ido a la mierda; trago saliba y siguio observando lo que acontecia.
- Ya lo creo - Dijo Hammer, se levanto y miro por la ventana....
- Las calles aqui estan vacias eso es tan malo como bueno - Menciono algo alterado, dejo la cerveza sobre un mueble cerca de alli y volvio junto a ustedes - Esto no esta nada bien.... hay dos formas de enfrentar este ataque terrorista o lo que sea... uno es salir de la ciudad y dos encontrar un lugar donde quedarnos.... -
Escuché las palabras de Sherom y me arrellané en el sofá, suspirando.
-Esto es una pesadilla- murmuré, cubriéndome la cara con las manos.
Eche un vistazo a Clarissa y parecía estar en shock. No había abierto la boca desde que llegamos allí y temía un poco que la pobre muchacha pudiera hacer algo de improviso, como los que estaban catatónicos.
Volví a posar mi mirada en el televisor y sopesé las palabras de Sherom antes pronunciadas.
-Creo que deberíamos de pertrecharnos bien y salir de aquí- opiné, mirando aún la televisión-. Aquí hay demasiadas de esas cosas y no es seguro. Debemos salir de la ciudad y encontrar un sitio donde no haya mucha gente para poder resguardarnos.
Sheron miraba el televisor estupefacto mientras frotaba la venda que tenia en el brazo - salir de la ciudad ? - pregunto casi burlandose de tus dichos - No lo ves los accesos, bueno uno de ellos esta bloqueado por esas cosas - Nego con la cabeza.
- Si quieres irte, alli esta al puerta y aqui estan las llaves... yo no me movere de aqui ademas tengo ventaja... conozco este barrio y estamos en un lugar alto - Coemento algo molesto
Me levanté del sofá restregándome las manos sobre la cara sin dar crédito no ya a lo que decían por la televisión, sino a las palabras de Sherom.
-¿Cómo?- pregunté, sin poder creer lo que acababa de oír-. ¿Piensas quedarte aquí? ¿Crees que sobrevivirás más de dos semanas?
Reí, sin saber muy bien por qué. No era una persona graciosa, ni a la que le gustaran las bromas. Maldita sea, ni siquiera era el mejo momento para ello, pero no pude reprimirme y me reí hasta que me dolieron las costillas.
-Me gustará ver cómo vas a salir de aquí para ir de compras- dije, aún sonriendo-. Me gustará ver la cara que vas a poner cuando te des cuenta de que todos los supermercados estarán saqueados y no puedas llevarte nada a la boca. Porque, amigo mío, sabes perfectamente que este país de hipocondríacos creen que mañana va a haber huelga de transportistas y arramplan con todo lo que tenga el mercado por el maldito pánico- hice una pausa, intentando que entrara en razón-. Si la gente es capaz de vaciar un supermercado por una huelga, imagínate lo que harán ante esta situación de locos.
Me puse con los brazos en jarras, sin apartar la mirada de Sherom.
-Incluso me gustará saber cómo vas a conseguir agua cuando pase un tiempo y no salga nada por los malditos grifos- me puse tremendista, pero no era del todo improbable. Aunque, claro, ¿qué probabilidades había de que todo esto ocurriera?
Posé la mirada en el televisor y recapacité las últimas palabras del hombre, como si estuvieran haciendo eco en mi cabeza.
-Sabes que yo sola no puedo sobrevivir ahí fuera- informé, un tanto amargada-. Así que, necesito tu ayuda- indiqué-. Y lo mejor es salir de aquí cuanto antes.
- si pienso quedarme aqui algun problema? ya te rescate una vez... no sere tu principe azul eternamente y mas cuando cargas a una amiga catatonica contigo - espeto de mala gana - Quieres salir de aqui ? y a donde iremos ? los malditos accesos a la ciudad estan cortados, las calles seguramente embotelladas y el centro de la puta ciudad es un caos - Se levanto
- Anda dime... a donde iremos? sabes cazar? por que yo no tengo puta idea... sabes acampar? - pregunto ahora mas tranquilo.
- Ahora que plan tienes... seguiremso con tu amiga a cuestas o iremos solos? -
Fruncí los labios e hice una mueca ante las palabras de Sherom. Me burlé de él imitándole los gestos al hablar, como si fuera una maldita cría de cinco años a la que le niegan una piruleta, y miré a Clarissa cuando el hombre la mencionó.
Ciertamente, no estaba muy bien. No tenía aspecto de estar pasando un buen momento, aunque ninguno lo pasábamos. Posé mi mano sobre su hombro y la sacudí un poco para que recobrara consciencia del lugar en el que estábamos y de cómo podíamos llegar a afrontar tal situación. Me fijé en sus ojos vidriosos y miré mi reflejo en el cristal de las gafas. Ella casi ni parpadeaba.
Oía las palabras de Sherom mientras atendía a mi amiga, única hasta el momento y sopesé las posibilidades.
El vehículo quedaba descartado para movernos por la ciudad. Eso estaba claro. Al menos quedaba fuera de lugar un coche o un todoterreno e, incluso, una furgoneta... ya no digamos un camión. Lo mejor, a mi parecer, era o una moto o unas bicicletas para poder salir de la ciudad. Más adelante, podríamos ver si las carreteras están en condiciones para ser conducidas con un coche y no matarnos en el intento.
Había que actuar rápido. Era preciso salir de allí cuanto antes. Antes de que todo se complicara aún más. Miré a Sherom y dije:
-Podríamos coger toda la comida que tengas ahora mismo aquí, cargar con botellas de agua...- indiqué-. Una mochila y fuera, nos vamos.
Me asomé a la ventana y miré hacia la calle con la boca torcida, recordando una buena ruta para salir de la endemoniada ciudad.
-Debemos ir por callejones, por calles estrechas y nunca caminar por las principales calles, no sin instrumentos para poder defendernos. No por esas cosas- señalé el televisor-, sino por la gente como nosotros. Olas de histeria recorren ahora Nueva York. Si nos ven con recursos, víveres y demás, seguro que tendremos problemas.
Ideas asomaban a mi mente, algunas estúpidas y otras irrealizables... Aunque, quizá, lo que estaba diciendo, también fuera una idiotez.
-En cuanto a ella....- miré a Clarissa y se me hundió el mundo-. No sé qué podemos hacer por ella. No responde y dudo mucho que los hospitales funcionen como para que la puedan atender- tal y como pudimos comprobar hacía escasos minutos-. No voy a sugerir dejarla aquí, abandonarla- pese a que mi mente me decía que era la opción más viable, segura... y la que menos riesgos llevaba a la hora de sobrevivir en ese nuevo caos-. Por lo que, tú decides.
Resoplé y volví a la ventana para escrutar el exterior. Me mordí la uña del pulgar de puro nerviosismo y chasqué la lengua.
-Si nos vamos, vámonos ya.
Sherom te escucho atentamente hasta que terminaste - Bien entonces nos vamos - Dijo adentrandose en una habitacion y saliendo de la misma con dos bolsos vacios... -Toma lo que necesites, iremso por mas cosa sen el camino... tengo una idea de donde podremos abastecernos - Dijo ingresando a al cocina.
-Y la dejaremos, e tomado la decision por ti.... sera una carga y nisiquiera responde a los estimulos - Sentencio y luego salio tomando un bate que se encontraba cerca de la puerta.
- Y bien nos vamos o te quedaras de niñera aqui ? -
Asentí a las palabras de Sherom. Era lo más coherente. Salir de allí era la prioridad. Dirigí una vez más la mirada hacia el exterior a través de la ventana y me mordí los labios, pensando en el futuro tan incierto que me esperaba ahora. Tenía toda la semana planificada: charlas, trabajo, clases, biblioteca. Rutina, pura rutina. La base en la que he construido mi vida. Sin embargo, ahora, todo se estaba resquebrajando y no podía saber ni lo que iba a hacer dentro de una hora, lo que me creaba una enorme inseguridad.
Me aparté de la ventana por última vez y seguí con la mirada a Sherom. Tomé la bolsa que me tendía, despacio, y miré a Sherom.
-¿Que tome lo que necesite?- pregunté-. En mi mochila tengo lo que necesito, aunque no es lo más apropiado- señalé la mochila que llevaba a mi espalda-, así que me parece que haré acopio de lo que tengas tú por aquí- indiqué, siguiéndolo a la cocina.
Llené la bolsa con todas las botellas de agua que pedí a Sherom y de paquetes de galletas, así como de fruta, frutos secos y alguna comida enlatada.
-Que no se te olvide el abrelatas- informé, metiendo las latas en la bolsa.
Ni siquiera eché un vistazo al frigorífico. La comida que allí se encontraba no serviría tras un día de camino. Por lo que, tras dar una vuelta a mi alrededor, salí de la cocina y vi el bate que cogía Sherom.
-Sí, eso, de momento, servirá- murmuré.
No dije nada a la decisión que había tomado. Era lo mejor, lo más coherente. Lo más inteligente. Nadie podía ser una carga, y a los que se quedaban atrás, no se les podía esperar. No bajo aquellas circunstancias.
-Nos vamos- dije, cogiendo la bolsa con fuerza, intentando disimular el ligero temblor que me recorría por todo el cuerpo y que se me delataba en las manos.
Eché una fugaz mirada a Clarissa y bajé la vista de inmediato. Era mejor cuando no había sentimientos ni lazos de ningún tipo. Lo contrario, pues, era una debilidad, una carga que sólo podía estar en el bando contrario.
-Te sigo, Sherom.