Partida Rol por web

Con paso firme pero cabizbajo entro en la biblioteca. La muerte de John me había afectado mucho. Ya no tenía dudas, ya no. Era el momento de señalar con un dedo acusador el o la culpable de aquello, aún faltaban un hombre y una mujer que eran los compinches de Bastian, el trío vampiro.

- Señores y señoras, a estas alturas es evidente quienes han sido, al menos tengo un nombre en mente desde hace varios días, primero la muerte de Charlote, y ahora de John no han hecho más que confirmar mis sospechas. ¿Quién se puede beneficiar de está última pero no menos trágica muerte? Sin duda el señor Morley, Malkovich le votó no en una si no en dos ocasiones, y este ha sido su destino. Sin duda le ha sido muy conveniente, ¿verdad señor Morley?

Mi voz se me iba a quebrar por momentos, creía morir por dentro, pero el orgullo y la rabia que sentía no me dejaban dudar, ahora no era el momento titubear.

-Demasiado conveniente, ¿No cree Abraham?- Digo ya con la botella vacía, pero no borracho.-¿No cree que sería demasiado obvio que ha sido Morley? los vampiros, visto lo visto, no son idiotas, si matan a Malkovich todos sospecharemos de de Morley... es el camino fácil, ¿No cree? y puesto que yo se que no soy un vampiro y no creo que Morley lo sea... sólo me queda una persona, usted.- Digo mirándole fríamente... ni pestañeo, "Se ha acabado para este bicho".

-Hacerse la víctima hasta ahora le ha servido muy bien y sinceramente me había engañado, he llegado a pelearme con un amigo... está muerto, espero que lo sepa.- No he apartado la mirada de él ni un momento... y no pienso hacerlo en lo que queda de noche.

Pues vóteme, de esa forma saldrá de dudas una vez que mi sangre manche la alfombra. No seré el primero ni el último en morir en este lugar, eso desde luego. Yo me equivoqué con Fake y usted con Malkovich. Lo único que estoy seguro es que los vampiros ganarán, ya han conseguido lo que querían. Estoy realmente asqueado de este absurdo juego. Si cree que soy un vampiro adelante, pero que sepa que sería terriblemente estúpido matar a una de las escasas personas que confiaban en mi inocencia. Así que acabemos de una vez.

No me voy a sentir ofendido, ya me daba igual. Sentía como moría por dentro con cada muerte. Todos desconfían de todos. Los vampiros habían ganado, de eso estaba seguro.

Como era de esperar, una vez más, mi nombre volvía a aparecer en boca de algunos. Ya me lo tomaba a risa.

-Señor Novotny, es muy fácil acusar así, pero si la muerte del señor Malkovich es por lo que usted dice, ¿porqué no usted en su lugar? También me ha votado en varias ocasiones, por no hablar del señor Siral, que ha sido mi más acérrimo rival casi desde el principio. Sin contar que en la última votación hubo 4 personas que votaron en mi contra. Como ya se viene dando desde la primera noche, es muy fácil llegar, soltar un nombre y quedarse tan pancho. Todo por una suposición, premonición o temores infundados, pero nada lo suficientemente sólido como para formar una acusación tajante.

Como bien dice el señor Siral, ir de víctima le ha granjeado la "confianza" de muchos de los presentes. Pero cada vez vamos quedando menos y yo ya no me lo trago más. Qué coincidencia que habiéndome votado el señor Malkovich y usted mismo haya muerto él, ¿no le resulta un tanto extraño? Su muerte me pondría en el punto de mira de todos los presentes y usted seguirá pavoneándose fingiendo pena, pero atormentándoles por las noches.

Como viene siendo habitual todas la noches que tenemos que estar en la biblioteca, me sirvo un café solo y cargado. Tenía que mantenerme despierto, pues todo apuntaba que tendría que defenderme con uñas y dientes una noche más.

Entró en la asamblea con la misma confianza de siempre, acostumbrada a esos tristes bailes y a estas rutinarias reuniones. - Ese hombre habló más de la cuenta, se lo merecía. Así pues, una noche más otro simple humano es juzgado por las leyes de los vampiros. No sabéis quienes son, no saldréis de aquí. Cada noche que pasa, ustedes me parecen más despreciables. Realmente ¿Alguno cree que no se merece ser la próxima víctima cada noche que pasa? Realmente ¿Alguno cree que esto es un juego de los vampiros? Esto es un juicio, el hotel es el juzgado, nosotros los acusados y ellos los jueces. Todos tenemos pecados por los que pagar. -

Sin mirar a nadie en concreto sigue con su monólogo. - A mis ojos, las únicas personas entre nosotros a la altura de no ser insultadas comparandonos a simples humanos somos. - Se mira las uñas de su mano izquierda - La polifacética señora Blunt, ningún ser humano es capaz de hacerle sombra a su asombroso talento para actuar, puede hacer creer lo que quiera a quien quiera, una artista en mayúsculas. - Se mira las uñas de su mano derecha - El adinerado señor Morley, inteligencia, visión y frialdad son los mejores atributos para llegar tan lejos, pocos humanos llegan a tener esas dotes. - Coge el aire suficiente para poder continuar - La ilustre señora Clarette Longhorn, capaz de romper todos los esquemas de una mujer en la actualidad, va muchos pasos por delante de la época, probablemente ninguna mujer humana tenga tus conocimientos y tu preparación.- Sonríe - Y por último y no menos importante, yo. Considero que tengo cualidades de sobras para que se me pueda confundir con una de ellos. El resto, sois la decepción que se refleja en el mundo diariamente. -

-Tal y como ha dicho el señor Morley, Novotny... parece que su victimismo no te servirá mas... ¿Algo que decir o va a seguir insistiendo en que ya está harto y quiere morir?-  Le sonrío y esta vez se acabó el alcohol - Gertrudis, un café, muy muy cargado y lo antes posible.-

Escucho los ataques de la señora Abend -Así que... ¿Según usted, Novotny, la señora Swanson y yo mismo, por ser mediocres, según su opinión, nos salvamos de sus acusaciones?- "Es mas estúpida de lo que pensaba... está claro que no es la vampiresa..."

Vaya vaya, por lo visto no son muy inteligentes. Si yo fuera el asesino hubiera matado a una de las damas, ¿por qué? Básicamente no sería tan tonto para reducir las posibilidades de ser descubierto. Es sencillo, 4 hombres es un 25%, 3 en cambio sería un 33% de encontrar el vampiro. Es un cálculo muy sencillo de probabilidades. Es algo que tengo muy en cuenta pero por lo visto el resto no le da la suficiente importancia. Si cae otro hombre inocente ascendería a un 50%, o un teórico cara o cruz. Sin duda la vampiresa está muy protegida, con otras 3 inocentes. Así que la cosa queda así, 33% de descubrir el vampiro, y un 25% de encontrar a la vampiresa. Me es indiferente que no crean en mí, no me hago la víctima, solamente estoy harto de esta situación, solo quiero que termine de una vez. Solamente quedamos tres hombres, es sencillo. No se preocupe señor Morley, mi nombre también ha sonado mucho estos días. Pero a mí me es indiferente, hemos llegado al punto de desconfiar de todos. No me voy a sentir atacado ni ofendido por ello.

- ¡Señor Novotny, Lincoln, calmados! - exclamo horrrorizada. Pero no me atrevo a defender abiertamente a ninguno de los dos, o mejor dicho, tres que quedan. No pienso seguir mirando y esperando al último segundo, no, ya hay que tomar este asunto por las riendas. Actuar y luchar como debí de hacer desde el mismo principio de este depravado juego.

- Buen cálculo de probabilidades, señor Novotny. Pero acaba de señalar un punto muy importante, la vampiresa está bien resguardada. La señorita Abend tiene un muy buen punto, aunque parece que hasta yo puedo ser una por mis probadas dotes artísticas - digo esto último con un toque de sarcasmo. Doy una vuelta por la alfombra, reafirmando el tono de mis palabras, pero mirando cuidadosamente a todos y a cada uno de los aqui presentes. - Aunque alguien eclipsó pronto mi estrella. Díganme... ¿quien fue la que desde el primer día acaparó la atención hablando sobre vampiros aun antes de confirmar que eran los asesinos?

Gertru entra en la biblioteca portando en su carro bebidas de todo tipo. -¿Dónde está el señor Malkovich? echo en falta su presencia. Él era asiduo a estas reuniones. Se encoge de hombros. -Los cafés que me han pedido.

Me acerco a Gertrudis y cojo mi café -Está muerto- "Y yo no creí en él..." Esta parte final la pienso pero no la digo, no quiero lástima por parte de ninguno.

Apuro mi mano hacia el café, aunque con su estúpido comentario me dan ganas de tirárselo en la cara a Gertrudis, está más ida de lo que pensaba. Estoy casi al lado de Lincoln, y un pensamiento repentino se me viene a la cabeza. Me acerco un poco más a él, no, él no puede acabar así tambien. Necesito que lo diga, escucharlo que lo diga.

- Dime por favor que no eres uno de ellos - le pido con una mirada de súplica en mis ojos.

Escucho a Evangeline y consigue sacarme una sonrisa... le doy un colpecito cariñoso con el dedo en la barbilla - No lo soy, se lo juro...- Le sigo sonriendo mirándola fijamente - Y rezo porque usted tampoco la verdad...-

No puedo evitarlo, aunque él se enoje y me reclame en nuestra habitación mi imprudencia no me importa. Creo que llegué al punto donde no me importa nada. Sea por la cercanía de la muerte en forma de colmillos o la gravedad de las circunstancias, o quizá a mis propios sentimientos, no puedo evitar abrazar a Lincoln, tirando el café en la alfombra.

El abrazo me sorprende y se me cae el café, pero me ha gustado y por fin alguien consigue sacarme una sonrisa desde hace tiempo... La abrazo fuertemente y cuando nos separamos un poco la miro a los ojos y sonriendo le digo -Evangeline... no se preocupe... esta noche encontraremos al vampiro y pronto la vampiresa estará muerta... saldrá de esta, se lo juro- Me quedo quieto sin saber que hacer... los nervios me pueden y no soy capaz de apartar la mirada de sus ojos.

Me lamento por la muerte de Malkovich. Mis esperanzas de sobrevivir menguan noche tras noche. Los vampiros tienen el control absoluto no hay forma de desenmascararlos. Son unos expertos en el arte del engaño. Bebe el café caliente que ha traido Gertrudis. Está bueno pero le falta azúcar. -Gertrudis hágame el favor de traer la azucarera gracias.

Atiende a lo que dicen el resto. -Usted Abend no entiende de protocolo ni de valores como el respeto. Le llamo prepotente y vulgar en su mismísima cara por su falta de saber estar. El dia menos pensado explotará igual que un globo por tener el ego tan inflado. Celebro que me crea una mediocre si eso me hace parecer inocente aunque no se que mérito tiene que una de las posibles vampiras diga esto. Sigo manteniéndome firme en mi acusación anterior. Por que tanto interés en proteger a Morley y desviar la atención hacia Blunt o Longhorn?.

Por otro lado me desconcierta la señora Blunt su actitud es poco decorosa para una dama aunque claro ya se sabe la gente que se mueve en los circulos de la farándula... Se han fijado en sus intentos por parecer agradable ante Novotny y Siral? me pregunto que motivación la puede llevar a coquetear con ellos de una forma tan descarada. Los querrá engatusar para que no malpiensen de ella?.

Escucha las respuestas de los huespedes. - No la desvié señora Swanson, es más, directamente dije que Morley podía ser una de las posibilidades en cuanto a aptitudes y cualidades. Pero tiene usted razón, soy incapaz de entender que se le pasa por la cabeza a la señora Blunt para actuar así con ambos sujetos. -

Le sonrío a Lincoln separándome un poco de él. Siento que al menos algo por fin está bien, me permito pensar que las cosas no van tan mal como realmente parecen.

Hasta que escucho los cuchilleos a mi espalda. Estoy habituada desde hace mucho a los chismes y las habladurías, después de todo la fama y el éxito no llegan solos. Uno no puede ganar cientos de admiradores sin hacer también enemigos. Pero ahora, en esta circunstancia, en este hotel donde cada noche puede ser la última…

Me giro, furiosa.                                                                                                                        

- ¿Así que ahora soy liviana? ¿Ahora me consideran una... especie de cortesana? - me acerco a ambas con los puños crispados - ¡Pues bien, ramera, quizás, pero espía jamás!

Les sostengo la mirada, aunque un repentino pensamiento me llega a la cabeza. ¿Será posible?

– Pero en ningún momento le he visto siquiera cerca de perder el control, señora, o quizá deba decir, señorita Abend. – Retrocedo un paso, horrorizada – al contrario, no solo se ha mantenido fría, sino que me ha dado la impresión de que está disfrutando de la macabra función.

Y algo se ilumina en mi cabeza.

- Por respeto a la colaboración que hubo entre ambas no dejé siquiera germinar cualquier sospecha de usted, pero ahora entre más lo pienso, entre más retrocedo mis recuerdos hacia esa primera noche, hacia ese primer encuentro, más creo que es cierto. O digame, ¿por qué llamar a su teatro el des Vampires?

Ahora lo sé. La señalo con dedo acusador, llena de ira.

- ¡Usted es una de ellos!

Veo saltar a Evangeline alterada contra la... Arpía de Abend, le pongo la mano sobre el hombro - Evangeline, tranquilicese... estar así de alterado no soluciona nada, créame se de lo que hablo, recuerde que me pasó y... ahora mi amigo está muerto- Me quedo pensativo... -Tome- Le doy un café de los que ha traído Gertrudis ya que ella perdió el suyo -Tómeselo y intente no darle vueltas a este asunto, ya ha votado, no debe seguir pensando- Digo sonriendo.

Me giro a los demás -También va por ustedes, calmémonos antes de acusar como el otro día acusamos... yo también tengo que pensar mi voto...-