- Bueno yo... - Bajó la mirada. - Sólo quería saber quien os había hablado del con... - Negó con la cabeza. Igual había resultado un tanto pesada con todas aquellas preguntas. - Si Nepthis está en peligro, tenemos que ponerle remedio cuanto antes. - Golpeó con su puño contra la palma de su mano. - Partamos hacia Neldorind cuanto antes. ¡Ya si hace falta! - Miró a Jotnar y posó una mano sobre su hombro. - Lo siento, pero creo que no podrás hacer ese huertecillo...
Amessis se chuperretó los dedos de chocolate y rebañó lo que quedaba. La nigromante parecía no tener fondo en cuestiones de comida y dulces.
-El Cónclave es dentro de una semana, Lurzca -explicó con palabras lánguidas, cómo era su costumbre. Tenía las mejillas sonrojadas de gusto-. Tenemos tiempo de sobra para ayudar a Jotnar con su huerto, tomar el fresco en el oasís y visitar el Jardín del Edén si nos apetece, incluso tú podrías ir con ese chico, Aswand, si te apetece.
Se desperezó en el asiento, estirándose como un gato, y parpadeó con lentitud mirando a la semiorca.
-Nepthis recibió una carta donde se la invitaba al Cónclave, es todo lo que sabemos -añadió, con los ojos entornados, mientras se acariciaba sensualmente un hombro-. Tampoco sabemos si puede ser peligroso para ella o un mero trámite, de modo que, espero que estés de acuerdo, la acompañaremos para protegerla.