Partida Rol por web

El paisaje a tu alrededor es tetrico, solo el inquietante burbujeo de esa especie de agua lodosa,y el crujir de los arboles mecidos por el viento traen a tu memoria recuerdas de criaturas y de lugares que no querrias recordar

Je... Sonrio entre dientes al oir la pregunta del humano.
Lillian, cubreme; atenta...
Caminando lentamente hacia un lado, para que le de tiempo a recuperarse del mareo, me alejo del grupo, adentrandome ligeramente en el pantano hasta pararme en un lugar concreto, golpeando de repente el aire. Esto sucede.

Me acerco a la pared que tengo ennfrente.. Desde luego, ando lentamente, no solo por precaucion para que se recupere Lillian, sino que tampoco me fio del lugar.
Tras mirar la negra pared, a su lado. La golpep con todas mis fuerzas con mi puño derecho, dispuesto a hacer todo el ruido posible... y astillarla si hace falta.

Mis labios se mueven sin emitir sonido alguno...
Mi corazón late con fuerza, siento que me suda la mano que sostiene el estoque con fuerza, me muevo poco a poco y apunto en mi mente no volver a embarcarme en este tipo de aventuras...

Durante unos largos instantes, el enano parece abstraído, como sumido en profundos éxtasis. Su cara impertérrita más haría pensar en una estatua que en un ser vivo.

-Cedric y yo estamos bien. Hay tres aventureros más. Es un bosque corrompido. Debemos haber cruzado un portal. Volveremos pronto.- responde la voz del enano, desde algún lugar distante.

Entonces parece vocalizar algunas breves palabras, como saliendo del mutismo en que le había sumido el repentino cambio de entorno, y se gira sistemáticamente hacia los extraños, dando un paso adelante para proteger a Cedric de ellos, instintivamente:

-Mi nombre es Rogan Anvilson, Servidor del Señor Bajo la Montaña. Soy un caballero del Murciélago Blanco. No necesitáis más prueba que mi palabra, sobre la que no aceptaré mancha alguna, por los votos que honro. Si no os es suficiente, hemos hablado más de lo posible.- indica con convicción, descubriendo su peto, apartando el escudo - y busco mis más profundas raíces en este perdido lugar, y la destrucción del mal que lo aqueja. En efecto, la vileza y corrupción que aquí habita es tan fuerte como para sentirla a simple apreciación. Cegadora para aquellos que más sensibles somos a la perversión del mundo forjado por el Gran Herrero.- añade mirando a Lilian -He de interpretar por vuestras palabras que vuestros corazones son puros, por tanto. No siento la perfidia del ambiente en vosotros.

Con estas últimas palabras, la extraña montura del enano da un paso adelante, husmeando el ambiente:

-¿Tenéis idea de qué es este lugar? Hace dos pasos nos encontrábamos con nuestros compañeros, en un lugar más definible como las profundidades del Aberno que como un vergel pervertido y yermo.- pregunta a sus contertulios.

Acto seguido gira la cara de medio lado hacia el espadachín que lo acompaña e informa:

-Torlin pregunta por nuestra seguridad. Le he dicho que estamos bien y que volveremos en seguida... si eso es posible. Confío en no haber hablado en vano.- termina cruzando la estilizada lanza de caballería que porta entre los recién encontrados y ellos dos, pero sin gestos amenazantes.

Ya no le quedaba duda, los dos contendientes que tenía delante parecían tan perdidos como ellos. Su mirada pensativa se habían inclinado hacia el suelo, frente a ella, sin fijarse en ningún punto en concreto; pareció recobrar fuerzas por un momento, y pareció despertar cuando las palabras de Kalador volvieron a llamar su atención.

¿Cubrirte de qué cosa? ni tan siquiera le dió tiempo a vocalizar; todavía estaba pensando en lo curioso de la situación, de como todos habían "aparecido", sin más; observó a su amigo moverse y golpear el aire con su puño, como si de un gran muro de piedra se tratase. Debía tener razón, pero a su alrededor las ramas de los árboles muertos se mecían levemente, el olor a putrefacción la rodeaba y sus pies se hundían un poco más en el lodo.

Tomó un poco de aire y cuando se disponía a hablar el enano dió un paso alante, y su mirada curiosa se clavó en sus ojos mientras le escuchaba. Un leal y estirado seguidor de Moradin que no permite dudas... al menos él tampoco duda de nosotros... ¿Será eso que monta un murciélago blanco? No es muy blanco... Durante un breve instante, dejó de seguir la conversación de Rogan; nooo se dijo, y volvió a prestarle atención hasta terminar.

Parece que todos hemos topado con algún tipo de trampa mágica; es pura ilusión - su tono reflejó confianza en las palabras de Kalador y su mirada buscó sus dorados ojos. Negó con su cabeza no puedo ver ningún peligro, ¿qué ves?

Golpeas con tu puño en la apred y el impacto es tremendo, pero la pared parece aguantar el impacto, pero eso no impide que el sonoro golpe retumbe por la estancia

De repente las imagenes que os rodean empiezan a desdibujarse y van desapareciendo ante vuestros ojos, antes de que te des cuenta te encuentras en el interior de una habitacion de paredes negras y lisas en las cuales no hay ningun tipo de inscripcion ni de distincion todas son esactamente iguales. Al lado de una de las paredes esta Kalador que acaba de golpear la pared

Parece que se prepara una tormenta y sus relampagos se divisan ya en la distancia, incluso los truenos, poderosos como el rugido de un dragon parecen glpear vuestros sentidos

Era mucho poder para llevarles a una simple habitación, a morir de inanición o, en su caso, de aburrimiento.
Había escuchado a los dos extraños que habían aparecido junto a ellos; hablaban con seguridad, la seguridad propia de muchas millas de camino recorrido; tenía claro que no eran un par de novatos.
Quizá una trampa así pudiese matar a un grupo de aficionados, pero ellos habían superado escollos mucho mayores que ese.

Poco después de pronunciar su última pregunta, se giró sobre sí misma, lentamente, observando; ahora puedo verlo y su pensamiento se reflejó en su rostro - estamos... - dudó durante un instante - ¿encerrados? - parecía incrédula a la vez que despreocupada, y ya no mantenía la guardia.

Espero silencioso, con el puño en la ultima posicion, como si estuviese apoyado en algo...
En cuanto oigo las ultimas palabras de Lillian sonrio seguro, esperando tarde o temprano que reaccionase.
Si, Lillian; encerrados y sin ninguna puerta aparente. Ademas podemos tocar las paredes sin peligro, inicialmente. Mi sonrisa se ensancha mas.
Casi al instante se borra la sonrisa de mi cara. Ahora veamos si hay magia; cometi una imprudencia no haciendolo antes. Veamos si hay algun sello deinvocacion, o teleportador o si hay alguna puerta ocultada magicamente...
Dejando a los demas de lado, sin mirarles siquiera, conjuro, centrando la vista en el pantano....

Detectas una abriumadora presencia de magia de la escuela de conjuracion en uno de las paredes

Aquella tormenta parece muy real - indicó el explorador mientras señalaba con una de sus espadas al horizonte, donde unas nubes oscuras como la noche se veían iluminadas de vez en cuando por majestuosos rayos, que parecían tocar el suelo.

De la figura de Kalador comienza a escucharse un murmullo, provocando que, de nuevo, los músculos de Trevor se tensen y sus manos aferren de nuevo con fuerza la empuñadura de sus armas.

He de interpretar por vuestras palabras que vuestros corazones son puros, por tanto. No siento la perfidia del ambiente en vosotros.

Las palabras de Rogan, aún frescas en su memoria, consiguen refrenar el impulso que le ha atenazado durante un instante, volviendo la calma de nuevo a su rostro.
Aquel ser conocía la magia, así que solo quedaba esperar que fuese lo que fuese que estuviese haciendo, funcionara.

Giro.. miro todo el pantano.. poco a poco; si en elgun momento mi mirada pasa por vosotros, no se centra en vuestras personas, sino que formais parte de todo alrededor...
Tras haber dado la vuelta completa, me giro en una direccion. Apartandome la capucha de la cara, mostrando mi rostro, entrecierro mis dorados ojos.. Conjuracion.
Tras esa unica palabra señalo con la espada en esa direccion. Alejaos de esa zona hasta que sepamos que es, pues la magia que desprende la pared de ese lado es inmensa, preocupante. Miro a Cedric un instante, sus armas... Lillian, a ver si tu puedes hacerles ver que es una ilusion de algun modo. Y tranquilo.. Cedric... Mis ojos, dorados, casi brillantes, sin pupila alguna, se clavan en su figura. solo busco rastros de magia para saber a que nos atenemos. Y es muy fuerte.

Con movimientos suaves, envainó la extraña espada y se giró sobre su compañera. Había permanecido en silencio durante un rato y parecía algo confusa; Xainne'e les había acompañado durante la semana de viaje, pero para Lillian aún era una desconocida; una desconocida que despertaba su curiosidad. Había algo extraño en ella, parecía que su sola presencia le hacía sentirse más fuerte...

Quedó pensativa ante la propuesta de Kalador, convencer a la gente no era lo suyo, tendría que encontrar alguna forma de demostrarlo. Sin apenas meditar si era buena o mala, intentó poner en práctica la primera idea que le llegó a su cabeza. Extendió su brazo izquierdo, con la palma extendida y hacia arriba, ofreciendo su mano enguantada a la elfa. Con una sonrisa, le asintió con la cabeza, intentando infundirle algo de confianza.

¿Y vos, Cedric? ¿cambiareis por un momento vuestra espada por mi mano? - extendió el brazo derecho, con el mismo gesto, pensando por su comentario que él aún se encontraba perdido en el pantano.

El cuervo permanecía inmóvil en el hombro de Lillian, algo asustado, y parecía tener fijación con Cedric.

Sin perder la concentración alargué mi mano hacia la de Lillian, mis ojos se dirijian continuamente hacia la tormenta que bien habia echo en señalar Cedric... Tambien le parecia muy real, al igual que el olor a podredumbre que se cernia sobre todo el lugar, pero bien sabia que habian conjuros capaces de crear una ilusion tan poderosa, asi que envainó su estoque e intentó centrarse en lo que le estaba diciendo Lillian, parecía bastante segura de lo que se hacía

Quizá se equivocase, pero algo le decía que debía confiar en aquellos tres desconocidos....y cuanto antes lo hiciese antes se daría cuenta de si había sido una equivocación....tal vez la última.

Cedric envainó lentamente sus espadas acercándose a aquella mujer de cabello rojo como el fuego, que le tendía un puente de confianza encerrado en aquella mano de tintes anaranjados.

Fué lo que el explorador vió en los ojos de Lillian....o mejor dicho, lo que no vió...no vió ninguna muestra de maldad, ninguna mentira tras ellos....aquello terminó de convencerle y extendió su mano hasta posarla encima de la palma tendida hacia él.

La cambio con gusto, mi señora - respondió finalmente, mostrando el motivo de las arrugas permanente en su rostro....unas arrugas producidas por el hábito de sonreir frecuentemente.